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ÓSCAR LÓPEZ-FONSECA
Madrid 7 AGO 2017 - 09:39 CEST
Las autoridades de Berna alegan que los 18 cuadros, cinco fotografías y cuatro esculturas, además de 185 plumas estilográficas de colección, intervenidas a David Marjaliza en un almacén de Ginebra y que la Audiencia Nacional reclama desde febrero de 2016 no están a nombre del constructor. Todas ellas figuran como propiedad de una empresa de Singapur cuyo administrador único es un ciudadano llamado Tan Hian Yew George, testaferro del empresario.
'Furor Penellis', de Miquel Barceló, una de las obras intervenidas a la trama Púnica en Ginebra.
El Ministerio de Justicia, a través de la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos, tiene listo desde hace meses el dispositivo para traerlas a España. Y el Museo Nacional Reina Sofía, para acogerlas y custodiarlas. Sin embargo, ambos tendrán que esperar. Las autoridades suizas tienen bloqueado desde hace más de un año el envío a España de las obras de arte que Marjaliza, ocultaba en un almacén de la ciudad de Ginebra. En febrero de 2016, el entonces titular del Juzgado Central de Instrucción 6, Eloy Velasco, inició los trámites para que esas 27 obras de arte y las cerca de doscientas estilográficas, valorados en 15,6 millones de euros, regresaran a España para que parte de ellos pasaran a formar parte de los fondos del museo madrileño.
Hacienda destapa las trampas hipotecarias de los hermanos Granados
Entonces, el magistrado contaba con el consentimiento del propio Marjaliza, que en junio del año anterior había comenzado a colaborar con la justicia y que había autorizado expresamente el traslado de las obras sin necesidad de esperar a que hubiera sentencia. Sin embargo, la respuesta hasta ahora de la justicia helvética ha sido negativa. Según las fuentes consultadas, Berna alega que los cuadros no figuran oficialmente como propiedad del constructor, sino de una empresa de Singapur, Millenia Trading Pte Ltd, cuyo administrador único es Tan Hian Yew George. Sin su visto bueno, Berna ya ha comunicado a Madrid que los cuadros no saldrán de los almacenes ginebrinos donde fueron ocultados en 2013.
En realidad, Millenia Trading Pt Ltd es propiedad del propio Marjaliza. Una empresa fantasma que ordenó crear para realizar, precisamente, una falsa operación de compraventa de arte con la que blanquear 4,2 millones de euros que tenía ocultos en Suiza y, así, poder repatriarlos a España. Tan Hian Yew George es un empleado de la multinacional asiática Tricor que se encargó de crear dicha sociedad y al que ésta colocó como fiduciario y administrador de la misma, así como titular de la cuenta abierta en un banco local, el Standard Chartered Bank, por la que pasaron los millones de euros blanqueados.
UN PEQUEÑO TESORO EN EL TRASTERO DE CASA
Marjaliza no sólo atesoraba arte y objetos de valor en Suiza. Durante el registro de las oficinas que tenía en Pinto (Madrid) y de un trastero en Valdemoro, la Guardia Civil localizó más plumas, joyas, relojes de lujo —parte de los cuales ya han sido subastados por orden judicial— y otras obras de arte. Para los cuadros y esculturas, la Audiencia Nacional encargó un peritaje sobre su autenticidad y valor de mercado al Museo Reina Sofía. El dictamen valoró sendas esculturas de Nathan Carter, Tony Cragg, Xavier Mascaró, Martín Chirino y Javier Velasco en 555.500 euros. Todas ellas quedaron en manos del propio Marjaliza en depósito ante la ausencia de un lugar adecuado en el juzgado donde custodiarlas.
Sobre el papel, Millenia adquirió las obras a tres sociedades españolas de Marjaliza (Anaid Gestión S. L., Inversiones y Estudios Urbanos S. L. y Aruba Arte y Gestión S. L.) y alquiló dos depósitos en los almacenes que tiene en Ginebra la empresa Fine Art Transports Nature Le Coultre SA, propiedad de Yves Bouvier, uno de los marchantes más importantes del mundo. Por tanto, para las autoridades suizas esta empresa de Singapur es la propietaria formal y su administrador, el único que puede autorizar el envío de cuadros, esculturas y estilográficas a España. Según las fuentes consultadas, la Fiscalía Anticorrupción baraja que sea el propio Marjaliza el que, con autorización judicial, solicite a Tan Hien Yew George que dé los permisos pertinentes que terminen de vencer las últimas reticencias suizas.
El esfuerzo de la justicia española tiene su razón de ser. Más allá de la valoración en 15,6 millones de las obras, la lista de sus autores es de primer nivel. Hay cuadros y esculturas de Eduardo Chillida, Miquel Barceló, Antoni Tàpies, Manolo Valdés, Equipo Crónica, Juan Uslé, Torres García y un largo etcétera. Los investigadores recogen en sus informes su convencimiento en que buena parte de estas obras de arte “fueron adquiridas por David Marjaliza y sus sociedades para invertir y ocultar parte de las ganancias ilícitas procedentes de los delitos de corrupción”. De hecho, algunas de las facturas de adquisición de dichos objetos artísticos fueron encontradas bajo el colchón del dormitorio de la secretaria de Marjaliza, Ana Ramírez. Allí, por ejemplo, se halló el cargo por la compra de un cuadro de Antoni Tàpies por 941.000 euros.
Las facturas también han permitido conocer el periplo que el constructor siguió entre 2008 y 2012 para adquirir algunas de estas obras. Así, figura que compró en la célebre casa de subastas Christie's de Madrid en octubre de 2007 la obra 'Furor Penellis' de Barceló por 663.970 euros. Ese mismo día adquirió también 'Cabeza de Mujer' de Manolo Valdés por 172.770 euros, y 'The Astronaut', del Equipo Crónica, por 92.690 euros. En la capital también figuran obras adquiridas en las galerías Antonio Machón y Leandro Navarro. En Barcelona, las compras las hacía habitualmente en la Galería Carles Tache y en Arte Oriol. En esta última, por ejemplo, adquirió el 27 de diciembre de 2006 una terracota de Eduardo Chillida por 220.000 euros y una obra de Manolo Millares por 300.000 euros.
Otra parte de las adquisiciones las hizo en el extranjero. Desde Toronto a París, pasando por Munich, Lisboa, Nueva York, Zurich y Singapur. Así, en este último país adquirió en julio de 2006 un Tàpies por 250.000 euros a la empresa Marathon Spirit Global Limited. En la ciudad canadiense adquirió una fotografía de José Manuel Ballester por 30.000 euros, mientras que en la localidad suiza desembolsó 9.500 euros por un collage de Douglas Kolk. En la Galería Filomena Soares, de la capital portuguesa, compró obras de Peter Zimmerman y Günter Fog por un total de 97.500 euros. En Munich adquirió una fotografía de Thomas Ruff por 12.000 euros; y en Nueva York, un José Guerrero por 66.142 euros
ÓSCAR LÓPEZ-FONSECA
Madrid 7 AGO 2017 - 09:39 CEST
Las autoridades de Berna alegan que los 18 cuadros, cinco fotografías y cuatro esculturas, además de 185 plumas estilográficas de colección, intervenidas a David Marjaliza en un almacén de Ginebra y que la Audiencia Nacional reclama desde febrero de 2016 no están a nombre del constructor. Todas ellas figuran como propiedad de una empresa de Singapur cuyo administrador único es un ciudadano llamado Tan Hian Yew George, testaferro del empresario.
'Furor Penellis', de Miquel Barceló, una de las obras intervenidas a la trama Púnica en Ginebra.
El Ministerio de Justicia, a través de la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos, tiene listo desde hace meses el dispositivo para traerlas a España. Y el Museo Nacional Reina Sofía, para acogerlas y custodiarlas. Sin embargo, ambos tendrán que esperar. Las autoridades suizas tienen bloqueado desde hace más de un año el envío a España de las obras de arte que Marjaliza, ocultaba en un almacén de la ciudad de Ginebra. En febrero de 2016, el entonces titular del Juzgado Central de Instrucción 6, Eloy Velasco, inició los trámites para que esas 27 obras de arte y las cerca de doscientas estilográficas, valorados en 15,6 millones de euros, regresaran a España para que parte de ellos pasaran a formar parte de los fondos del museo madrileño.
Hacienda destapa las trampas hipotecarias de los hermanos Granados
Entonces, el magistrado contaba con el consentimiento del propio Marjaliza, que en junio del año anterior había comenzado a colaborar con la justicia y que había autorizado expresamente el traslado de las obras sin necesidad de esperar a que hubiera sentencia. Sin embargo, la respuesta hasta ahora de la justicia helvética ha sido negativa. Según las fuentes consultadas, Berna alega que los cuadros no figuran oficialmente como propiedad del constructor, sino de una empresa de Singapur, Millenia Trading Pte Ltd, cuyo administrador único es Tan Hian Yew George. Sin su visto bueno, Berna ya ha comunicado a Madrid que los cuadros no saldrán de los almacenes ginebrinos donde fueron ocultados en 2013.
En realidad, Millenia Trading Pt Ltd es propiedad del propio Marjaliza. Una empresa fantasma que ordenó crear para realizar, precisamente, una falsa operación de compraventa de arte con la que blanquear 4,2 millones de euros que tenía ocultos en Suiza y, así, poder repatriarlos a España. Tan Hian Yew George es un empleado de la multinacional asiática Tricor que se encargó de crear dicha sociedad y al que ésta colocó como fiduciario y administrador de la misma, así como titular de la cuenta abierta en un banco local, el Standard Chartered Bank, por la que pasaron los millones de euros blanqueados.
UN PEQUEÑO TESORO EN EL TRASTERO DE CASA
Marjaliza no sólo atesoraba arte y objetos de valor en Suiza. Durante el registro de las oficinas que tenía en Pinto (Madrid) y de un trastero en Valdemoro, la Guardia Civil localizó más plumas, joyas, relojes de lujo —parte de los cuales ya han sido subastados por orden judicial— y otras obras de arte. Para los cuadros y esculturas, la Audiencia Nacional encargó un peritaje sobre su autenticidad y valor de mercado al Museo Reina Sofía. El dictamen valoró sendas esculturas de Nathan Carter, Tony Cragg, Xavier Mascaró, Martín Chirino y Javier Velasco en 555.500 euros. Todas ellas quedaron en manos del propio Marjaliza en depósito ante la ausencia de un lugar adecuado en el juzgado donde custodiarlas.
Sobre el papel, Millenia adquirió las obras a tres sociedades españolas de Marjaliza (Anaid Gestión S. L., Inversiones y Estudios Urbanos S. L. y Aruba Arte y Gestión S. L.) y alquiló dos depósitos en los almacenes que tiene en Ginebra la empresa Fine Art Transports Nature Le Coultre SA, propiedad de Yves Bouvier, uno de los marchantes más importantes del mundo. Por tanto, para las autoridades suizas esta empresa de Singapur es la propietaria formal y su administrador, el único que puede autorizar el envío de cuadros, esculturas y estilográficas a España. Según las fuentes consultadas, la Fiscalía Anticorrupción baraja que sea el propio Marjaliza el que, con autorización judicial, solicite a Tan Hien Yew George que dé los permisos pertinentes que terminen de vencer las últimas reticencias suizas.
El esfuerzo de la justicia española tiene su razón de ser. Más allá de la valoración en 15,6 millones de las obras, la lista de sus autores es de primer nivel. Hay cuadros y esculturas de Eduardo Chillida, Miquel Barceló, Antoni Tàpies, Manolo Valdés, Equipo Crónica, Juan Uslé, Torres García y un largo etcétera. Los investigadores recogen en sus informes su convencimiento en que buena parte de estas obras de arte “fueron adquiridas por David Marjaliza y sus sociedades para invertir y ocultar parte de las ganancias ilícitas procedentes de los delitos de corrupción”. De hecho, algunas de las facturas de adquisición de dichos objetos artísticos fueron encontradas bajo el colchón del dormitorio de la secretaria de Marjaliza, Ana Ramírez. Allí, por ejemplo, se halló el cargo por la compra de un cuadro de Antoni Tàpies por 941.000 euros.
Las facturas también han permitido conocer el periplo que el constructor siguió entre 2008 y 2012 para adquirir algunas de estas obras. Así, figura que compró en la célebre casa de subastas Christie's de Madrid en octubre de 2007 la obra 'Furor Penellis' de Barceló por 663.970 euros. Ese mismo día adquirió también 'Cabeza de Mujer' de Manolo Valdés por 172.770 euros, y 'The Astronaut', del Equipo Crónica, por 92.690 euros. En la capital también figuran obras adquiridas en las galerías Antonio Machón y Leandro Navarro. En Barcelona, las compras las hacía habitualmente en la Galería Carles Tache y en Arte Oriol. En esta última, por ejemplo, adquirió el 27 de diciembre de 2006 una terracota de Eduardo Chillida por 220.000 euros y una obra de Manolo Millares por 300.000 euros.
Otra parte de las adquisiciones las hizo en el extranjero. Desde Toronto a París, pasando por Munich, Lisboa, Nueva York, Zurich y Singapur. Así, en este último país adquirió en julio de 2006 un Tàpies por 250.000 euros a la empresa Marathon Spirit Global Limited. En la ciudad canadiense adquirió una fotografía de José Manuel Ballester por 30.000 euros, mientras que en la localidad suiza desembolsó 9.500 euros por un collage de Douglas Kolk. En la Galería Filomena Soares, de la capital portuguesa, compró obras de Peter Zimmerman y Günter Fog por un total de 97.500 euros. En Munich adquirió una fotografía de Thomas Ruff por 12.000 euros; y en Nueva York, un José Guerrero por 66.142 euros