Su última voluntad fue que se le enterrara en la iglesia de Santa María Magdalena; cerca del Monte de los Olivos en la capital israelì
cerca de su tía Isabel Fiódorovna, una santa de la iglesia ortodoxa rusa—. Cuando su hija Sofía se quejó de que se encontraría demasiado lejos para poder visitar su tumba, Alicia bromeó: «¡Tonterías, hay un excelente servicio de autobuses!». Su deseo fue realizado finalmente el 3 de agosto de 1988, cuando sus restos fueron trasladados al lugar de su descanso final, una cripta situada debajo de la iglesia.
El 31 de octubre de 1994, los dos hijos sobrevivientes de la princesa Alicia, el duque de Edimburgo y la princesa Sofía de Hannover, fueron aYad Vashem —Memorial del Holocausto— en Jerusalén, para ser testigos de una ceremonia donde se la honró como «Justo entre las Naciones» —máxima distinción del estado de Israel para personas no judías—, por haber ocultado a los Cohen en su casa de Atenas durante la Segunda Guerra Mundial.8 60 El príncipe Felipe afirmó acerca de la protección de su madre de judíos perseguidos: «Sospecho que nunca se le ocurrió que su acción fuera de algún modo especial. Era una persona con una profunda fe religiosa y lo habría considerado una reacción natural humana hacia el prójimo en un momento de aflicción».