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Afrodita
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Zita Polo
Fuistes la hermana de Carmen Polo de Franco, es decir, cuñada del dictador que gobernó España sin piedad durante 40 años a su imagen y semejanza, como un Dios...
Tu hermana Carmen se había casado antes que tú con el joven general, de familia más modesta que la vuestra, mientras que tú te casastes lo que entonces se decía "bien", con un apuesto abogado con aire a lo Clark Gable llamado Ramón Serrano Suñer, falangista total, tanto que el propio Jose Antonio Primo de Rivera fué el padrino de vuestra boda en 1932, en Zaragoza, donde os habíais conocido porque él tenía plaza como abogado allí y tu cuñado Franquito era el director de la Academia Militar y tu visitabas mucho a tu hermana, esposa del general... Y en los círculos fachas de la ciudad de la Pilarica te cruzastes con quien siempre sería conocido entre las damas como "Jamón" Serrano Suñer - por razones obvias - .
El fascista este tenía unos ojos maravillosos, hay que reconocerlo, y podemos imaginar lo que le costaba ligar...
De eso te darías cuenta enseguida, Zita, por los cuernos que empezastes a soportar casi desde el principio, tomando el hombro de tu hermana por pañuelo de lágrimas, quien, un poco despechada porque al casarse ella antes con el enano Franquito no te había impresionado su elección, hurgaba en la herida presumiendo que su Paco no sería un latin lover - ¡ya lo creo que no, doña Carmen, que aún es un misterio el tema de que le vió al enano ese! - pero era un esposo escrupulosamente fiel - a la fuerza ahorcan, ni ser Dictador atraía a las señoras en ese aspecto, además de que Franquito tenía a los adúlteros por gente sin moral, porque su padre masón se había ido de casa para vivir con otra mujer y el hermano Ramón había salido a él, enfin, no podía soportar el tema del pecado del adulterio, achacado en su estrecha psique a los rojos, aunque su cuñado el Serrano le rompería esos esquemas, porque a falangista y adúltero no le ganaba nadie-.
Enfin, Zita, tu marido, a quien el asesinato de sus hermanos por los rojos hizo más facha si cabe- empezó a ascender en el gobierno de guerra y postguerra del franquismo, llegando a ser ministro de Asuntos Exteriores y estando a partir un piñón con los nazis alemanes y los fascistas italianos...
Se dice que ver que Hitler y Mussolini iban a perder la guerra, que convenía alejarse de ellos y que la pertinaz fidelidad de Serrano Suñer a la alianza provocó su caida en desgracia... pero la realidad es más prosaica...
Mientras que la Iglesia predicaba en las iglesias llenas de un pueblo que se moría de hambre que el pecado de lujuria era peor que el de morirse de hambre y pobre de la mujer que se "descarriase", la alta sociedad franquista no abogaba por el divorcio porque no le hacía falta, las grandes damas se acostaban con quien querían, encajaban sus bastardos a los maridos y toda la alta sociedad fingía ignorar los secretos a voces...
Y tu marido, Zita, dió el gran escandalazo cuando se lió públicamente con la más glamourosa de las marquesas vuestra época, Sonsoles de Icaza, marquesa de Llanzol... esposa del marqués de idem...
A su lado, este bellezón no hacía sombra ni a la mismísima Caudilla y era tan pagada de sí misma que no temió en absoluto desatar las iras de Doña Carmen haciendo cornuda a su hermana...
"Jamón" Serrano Suñer, flamante ministro de Asuntos Exteriories, y la marquesa se convirtieron en la comidilla de toda la alta sociedad franquista... sobre todo cuando ella dió a luz, en 1942, una hija, Carmen, reconocida como hija legítima del marido, por supuesto ¡pero con los mismos maravillosos ojos de su verdadero padre!
Este nacimiento fué la gota que colmó la paciencia de Doña Carmen, que exigió a su esposo el Dictador que destituyese como ministro al cuñado infiel que había llegado a humillarte hasta ese punto a tí, Zita, su hermana...
En aquella época, sin divorcio, a tí te tocó tragar el romance y el resto, pero no te separastes de tu marido porque eso, teniendo en cuenta que tenías hijos y que eras la cuñada del Caudillo, era impensable, y, encima, que no podías dejar de amar al Clark Gable de tu marido...
Todo se habría quedado en otro cotilleo más si el destino no hubiese querido que, dado que el escándalo no impidió a los Serrano y los Icaza seguir tratándose civilizadamente, los hijos de ambas parejas creciesen y se tratasen y que un dia, la joven Carmen anunciase a su madre la marquesa que estaba perdidamente enamorada del joven Ramón Serrano Polo, tu hijo, Zita... ¡y que era correspondida y querían casarse!
De golpe y porrazo hubo que anunciar a ambos jóvenes la razón por la que su amor y no digamos matrimonio era imposible...
La joven Carmen se marchó de casa, se unió a los progres del exilio, como Felipe Gonzalez y compañia, y acabaría siendo considerada la musa de la Transición... pero siempre dijo que su gran amor había sido ¡tu hijo, Zita, es decir, su medio hermano gracias al adúltero de tu marido y la pendón de su madre, la marquesa! Y Serraño Suñer, en la distancia, llegó a sentirse orgulloso de esa hija que era su vivo retrato, con su don de gentes e instinto político, pero jamás se atrevió a tener una conversación padre-hija con ella, y eso que vivió hasta los 101 años.
Asi que, Zita Polo, a lo tuyo se llama tragar con carros y carretas, de nada te sirvió ser hermana de la Señora todopoderosa para evitar llevar los cuernos más "glamourosos" de la hipócrita alta sociedad franquista, donde las señoras que hacían caridad con los pobres en los rastrillos benéficos y abogaban por el ostracismo de las pobres muchachas o mujeres que tenian un desliz, corrian a acostarse con los amigos de sus maridos...
A tí nadie pudo acusarte de eso, Zita, amabas a ese guapo adúltero con pasión y permanecistes a su lado en su caida en desgracia, pero, lo dicho ¡que tragaderas las tuyas!
¡Y el fascista adúltero siguió insultando a los "rojos" hasta el final, claro! El podía dar lecciones de lo que fuese, claro!
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