NOVIAS DE CINE

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Zita Polo

Fuistes la hermana de Carmen Polo de Franco, es decir, cuñada del dictador que gobernó España sin piedad durante 40 años a su imagen y semejanza, como un Dios...

Tu hermana Carmen se había casado antes que tú con el joven general, de familia más modesta que la vuestra, mientras que tú te casastes lo que entonces se decía "bien", con un apuesto abogado con aire a lo Clark Gable llamado Ramón Serrano Suñer, falangista total, tanto que el propio Jose Antonio Primo de Rivera fué el padrino de vuestra boda en 1932, en Zaragoza, donde os habíais conocido porque él tenía plaza como abogado allí y tu cuñado Franquito era el director de la Academia Militar y tu visitabas mucho a tu hermana, esposa del general... Y en los círculos fachas de la ciudad de la Pilarica te cruzastes con quien siempre sería conocido entre las damas como "Jamón" Serrano Suñer - por razones obvias - .


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El fascista este tenía unos ojos maravillosos, hay que reconocerlo, y podemos imaginar lo que le costaba ligar...

De eso te darías cuenta enseguida, Zita, por los cuernos que empezastes a soportar casi desde el principio, tomando el hombro de tu hermana por pañuelo de lágrimas, quien, un poco despechada porque al casarse ella antes con el enano Franquito no te había impresionado su elección, hurgaba en la herida presumiendo que su Paco no sería un latin lover - ¡ya lo creo que no, doña Carmen, que aún es un misterio el tema de que le vió al enano ese! - pero era un esposo escrupulosamente fiel - a la fuerza ahorcan, ni ser Dictador atraía a las señoras en ese aspecto, además de que Franquito tenía a los adúlteros por gente sin moral, porque su padre masón se había ido de casa para vivir con otra mujer y el hermano Ramón había salido a él, enfin, no podía soportar el tema del pecado del adulterio, achacado en su estrecha psique a los rojos, aunque su cuñado el Serrano le rompería esos esquemas, porque a falangista y adúltero no le ganaba nadie-.

Enfin, Zita, tu marido, a quien el asesinato de sus hermanos por los rojos hizo más facha si cabe- empezó a ascender en el gobierno de guerra y postguerra del franquismo, llegando a ser ministro de Asuntos Exteriores y estando a partir un piñón con los nazis alemanes y los fascistas italianos...

Se dice que ver que Hitler y Mussolini iban a perder la guerra, que convenía alejarse de ellos y que la pertinaz fidelidad de Serrano Suñer a la alianza provocó su caida en desgracia... pero la realidad es más prosaica...

Mientras que la Iglesia predicaba en las iglesias llenas de un pueblo que se moría de hambre que el pecado de lujuria era peor que el de morirse de hambre y pobre de la mujer que se "descarriase", la alta sociedad franquista no abogaba por el divorcio porque no le hacía falta, las grandes damas se acostaban con quien querían, encajaban sus bastardos a los maridos y toda la alta sociedad fingía ignorar los secretos a voces...

Y tu marido, Zita, dió el gran escandalazo cuando se lió públicamente con la más glamourosa de las marquesas vuestra época, Sonsoles de Icaza, marquesa de Llanzol... esposa del marqués de idem...


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A su lado, este bellezón no hacía sombra ni a la mismísima Caudilla y era tan pagada de sí misma que no temió en absoluto desatar las iras de Doña Carmen haciendo cornuda a su hermana...

"Jamón" Serrano Suñer, flamante ministro de Asuntos Exteriories, y la marquesa se convirtieron en la comidilla de toda la alta sociedad franquista... sobre todo cuando ella dió a luz, en 1942, una hija, Carmen, reconocida como hija legítima del marido, por supuesto ¡pero con los mismos maravillosos ojos de su verdadero padre!


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Este nacimiento fué la gota que colmó la paciencia de Doña Carmen, que exigió a su esposo el Dictador que destituyese como ministro al cuñado infiel que había llegado a humillarte hasta ese punto a tí, Zita, su hermana...

En aquella época, sin divorcio, a tí te tocó tragar el romance y el resto, pero no te separastes de tu marido porque eso, teniendo en cuenta que tenías hijos y que eras la cuñada del Caudillo, era impensable, y, encima, que no podías dejar de amar al Clark Gable de tu marido...

Todo se habría quedado en otro cotilleo más si el destino no hubiese querido que, dado que el escándalo no impidió a los Serrano y los Icaza seguir tratándose civilizadamente, los hijos de ambas parejas creciesen y se tratasen y que un dia, la joven Carmen anunciase a su madre la marquesa que estaba perdidamente enamorada del joven Ramón Serrano Polo, tu hijo, Zita... ¡y que era correspondida y querían casarse!

De golpe y porrazo hubo que anunciar a ambos jóvenes la razón por la que su amor y no digamos matrimonio era imposible...

La joven Carmen se marchó de casa, se unió a los progres del exilio, como Felipe Gonzalez y compañia, y acabaría siendo considerada la musa de la Transición... pero siempre dijo que su gran amor había sido ¡tu hijo, Zita, es decir, su medio hermano gracias al adúltero de tu marido y la pendón de su madre, la marquesa! Y Serraño Suñer, en la distancia, llegó a sentirse orgulloso de esa hija que era su vivo retrato, con su don de gentes e instinto político, pero jamás se atrevió a tener una conversación padre-hija con ella, y eso que vivió hasta los 101 años.

Asi que, Zita Polo, a lo tuyo se llama tragar con carros y carretas, de nada te sirvió ser hermana de la Señora todopoderosa para evitar llevar los cuernos más "glamourosos" de la hipócrita alta sociedad franquista, donde las señoras que hacían caridad con los pobres en los rastrillos benéficos y abogaban por el ostracismo de las pobres muchachas o mujeres que tenian un desliz, corrian a acostarse con los amigos de sus maridos...

A tí nadie pudo acusarte de eso, Zita, amabas a ese guapo adúltero con pasión y permanecistes a su lado en su caida en desgracia, pero, lo dicho ¡que tragaderas las tuyas!

¡Y el fascista adúltero siguió insultando a los "rojos" hasta el final, claro! El podía dar lecciones de lo que fuese, claro!



 
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Sí, es increible lo escondido que puede llegar a tener escondido su sex-apell un hombre... De todos modos, yo creo que su pareja con Segolène se rompió principalmente por la convivencia de tantos años y porque empezaron a competir seriamente entre ellos por la presidencia de la República (además de los cuernos públicos con Valerie, claro)...
A Segolene Royal la veo como la Carmen Chacón francesa. Le falta ese "algo", promete más que ofrece. Sin faltar a sus méritos. Una hija que tiene los ovarios de enfrentarse y ganar a su padre, un militar amargado y tacaño. Una militante que va escalando puestos, hasta llegar a ser de la "confianza" del Presidente (Mitterrand).

Todavía me acuerdo, aquel debate de Nicolás Sarkozy contra Segolene, el enano se la devoró, era superior en argumentos, mon dieu. Porque tú (Nicolas) dejaste escapar a una mujer distinguida, que no le hace sombra ni la Seg.R.. Incluso Françoise Mitterrand sabía lo mucho que necesitaba a su Danielle, la Pungeot sólo era su "regeneración" privada y de "temporada" (vacaciones).

Porque a ninguno de vosotros, hombres cegados por el poder, sabéis conservar a vuestro lado, ni respetar, a la mujer que os ayudó a conseguir el puesto. Sin vuestras mujeres e hijos, hoy no seríais nadie. Y cuando os abandonan, os quedáis desamparados, buscáis rápido un mal repuesto
(Cecilia -> Carla Bruni; Ségolène->Trieweiler->Ségolène).
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Sin embargo, ella siempre será la mujer de su vida, no solo por los cuatro hijos que comparten, sino precisamente por sus vivencias e intereses políticos comunes...
Ahora tenemos a Ségolene de ministra y François le ha pedido que le acompañe para recibir a Felipe y Letizia, en plan Primera Dama, en lugar de intentar encajar a la Gayet...
:banghead::banghead::banghead::banghead: a ver si te crees que el Hollande va a cambiar su forma de ver la vida y a Segolène a estas alturas de su vida... Tendrán parejas por su lado, pero siempre serán compañeros...
Las parejas francesas son mucho más prácticas y desafectadas.

Seguramente, hubo cuernos, durante años, por las dos partes, con muchas mujeres y hombres. Sin embargo, seguían juntos, como compañeros de vida y de partido. No la habría cambiado por ninguna otra, porque, sin ella, vale poco o nada. Van juntos en el pack.

A la rotweiler se le cruzó la ambición y la codicia. Ella quería ser la Primera Dama de la República Francesa. "Yo valgo un diamante". No se esperaba que el Partido Socialista, los medios de comunicación y su amado Hollande conspirasen en su contra.

Aquella instantánea, de primeros de año, del truhán Hollande, saliendo del apartamento de la bella Gayet. Y su bello amante no la defendió, en absoluto. El Presidente se lo tomó como una liberación personal, verla salir del Palacio del Elíseo, maleta en mano y con el pañuelo mojado.

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Ahora, es el primer Presidente electo, soltero o divorciado, sin una Primera Dama. Su predecesor, Nicolas Sarkozy, fue el primer Presidente en divorciarse, durante el mandato. Sin embargo, su ex, Ségolène, es su tercera a bordo. Su mano derecha, su cerebro y su cuello sobre los hombros.

En cuanto a la Gayet, no deja de ser el polvete divertido. No desea ejercer como Primera Dama. Sin mayores pretensiones, de la una y la otra parte. Lo que quizá siempre fue Anne P., la segunda mujer del Mitterrand.
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Saludos. Me encanta este hilo. Es precioso.
 
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Gracias por lo del hilo y la parte que me toca...

¿Y que me dices de las consortes españolas dejadas en la cuneta? ¡Lo que tuvo que aguantar Carmen Romero, por ejemplo! Es una señora que se lo llevará a la tumba, no sabe el impresentable de Felipe la suerte que tuvo con esa mujer a su lado...
 
@Afrodita , no conocía ese episodio de la vida de la cuñada de Fraco y su ministro de exteriores. También podrías hablar del pendón de su hermano Ricardo.

Otro tema interesante, por dos motivos. Las consortes y el hecho de ser mujer en otros tiempos. Saludos cordiales.
:)(y):happy:
 
@Afrodita , no conocía ese episodio de la vida de la cuñada de Fraco y su ministro de exteriores. También podrías hablar del pendón de su hermano Ricardo. Saludos cordiales. :)(y):happy:

Creo que te refieres al hermano de Franco, a Ramón, el aviador, que durante la República fué muy famoso por sus hazañas aéreas y fuera de los círculos políticos, el gran público conocía al general por ser hermano del aviador y por ser masacrador de mineros en Asturias... Ramón era extrovertido, jueguista y rebelde como el denostado padre adúltero de la familia, Don Nicolás. Ramón era mujeriego, creo que se casó pero que como se casó por lo civil, su hermano se negó a reconocer dicho matrimonio. Empezó siendo republicano pero con la guerra se pasó al bando de Paco. No así el primo de ambos, el comandante Ricardo de la Puente Bahamonde, que fué fusilado con permiso de Franco porque se negó a entregar a los rebeldes el aeropuerto de Tetuán manteniéndose fiel a la Republica. Y eso que habían sido amigos desde la infancia...

La que fué una auténtica novia de cine fué la "madrastra" de Franco. Ahora no recuerdo su nombre. El padre, Nicolás Franco, abandonó a su mujer e hijos y se fué a vivir con esta mujer a Madrid, con quien tuvo una hija. Solo el joven Ramón tenía contacto con él, el resto de hijos no le hablaba. Cuando murió la madre de Franco, ya viudo, se casó por lo civil con su compañera de tantos años. Para Franco, ese matrimonio, ni aunque hubiese sido bendecido por un cura hubiese sido válido, para ellos, esa mujer era una p... y su hija una bastarda, sin más, pero siendo encima civil... Don Nicolás siempre se mostraba más orgulloso de Ramón y sus hazañas aéreas y hasta de Nicolás que de Francisco, al que, si no tenia otro remedio, se referia como "mi otro hijo". Le menospreciaba por haber salido tan beato y rancio como su madre. Cuando terminó la guerra, Don Nicolás, rojo masón de toda la vida, se ponía enfermo con las medidas represoras clericales del hijo dictador y en las tabernas fué detenido varias veces por insultar al Caudillo (nadie le creía cuando decía que era su padre, claro), claro que cuando en comisaria comprobaban su identidad le soltaban. Franco escuchaba estas cosas de su padre con serenidad, sin comentar nada.

Cuando murió el padre, se presentó la policia en la casa y se llevaron el cadaver sin permitir que la esposa y la hija lo acompañasen. Le pusieron capilla ardiente en el Palacio del Pardo - contra la voluntad del difunto, que había dicho que no quería honores y menos de ese tipo - pero Franco, pese a no tragar a su padre, se pasó por el c... esa voluntad. Terminada la capilla ardiente, se llevó el féretro al cementerio, pero Franco no le acompañó a la fosa, se quedó en el Pardo mientras sus hermanos supervivientes, Nicolás y Pilar, acompañaban el féretro.

La esposa e hija de Don Nicolas cayeron en la miseria más absoluta y jamás recibieron ni una peseta, ni de herencia ni de nada.

Sobre el padre de Franco, aqui teneis más información:

http://es.charla.politica.misc.narkive.com/5P8CcYSo/franco-y-su-padre
 
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Giuseppina Strepponi

(1815-1897)

Más conocida, como todas las "prima donnas" como "la Strepponi"

y en tu caso por haber sido la amante durante 20 años del gran Giuseppe Verdi, antes de convertirte por fín en su esposa.


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Habias debutado con 19 años con "El elixir de amore" de Donizzetti y te enamorastes de un tenor casado con el que tuvistes dos hijos ilegítimos, lo que te convirtió en la machista Italia del siglo XIX en una mujer "marcada", pretendida y adorada como cantante, pero solo para amante...

Ya eras famosa cuando un joven compositor te pidió que fueses su Abigail en su Nabucco... Se llamaba Giuseppe Verdi y pese a su joven edad, había sufrido ya la desgracia de ver la muerte de su esposa Marguerita y sus dos pequeños hijos... Dentro de la élite de la ópera, ningún empresario quería arriesgarse a programar una ópera de un joven compositor con un estilo tan diferente y, sobre todo, desconocido, pero logró que tú le escuchases, que te hiciese cantar algunas de las arias que había pensado para tí.. ¡y tu te enamorastes de su música y presionastes al director de la Scala de Milán para que representase la obra so pena de poner en "huelga" respecto a otros contratos si no accedia... y Nabucco fué representada, con 57 representaciones de clamoroso éxito... contigo cantando la famosa aria con gran orgullo por tu Verdi, como pronto empezastes a llamarle...



Y es que os enamorasteis y te convertistes en su musa, pero pronto tuvistes que renunciar a cantar Nabucco, porque tu voz, muy castigada por el trabajo y poco cuidado desde que habias tenido que empezar a trabajar tan joven para mantener a tu familia, dejó de estar a la altura de las composiciones de tu amado, cada vez más famoso y aplaudido, hasta que aceptastes retirarte para que otras cantasen sus composiciones, en principio pensadas para tí, pero ¡que terrible fue que acabases quedándote sin voz!

Tu, sin embargo, eras su apoyo en sus tareas de composición, a él le gustaba consultarte sus dudas y tu opinión y muchas de sus grandes obras maestras tienen tu sello, Giuseppina...

Tu Verdi estuvo unos años sin decidirse a dar el paso definitivo de presentarte al mundo como su amada, el recuerdo de su Marguerita, el que dirán de su familia, su pueblo, Bussetto, el mundo operístico, pesaban en él, pero un dia compró una finca en Bussetto y te presentó allí como la señora de la casa... y tuvistes que soportar que las marujas del pueblo te dejasen vacio el banco de la iglesia para no sentarse junto a la querida de Verdi...

Aun pasarían unos años más hasta que por fín un dia te llevó a un remoto pueblecito y te dió la sorpresa de pedir al sacerdote de la iglesia que os casara, en presencia del campanero y el cochero como testigos... hacía veinte años que os habíais conocido...

Hubo una ópera muy especial para tí: "La Traviata".





Fué la ópera que te dedicó a tí, la "Traviata", la mujer "perdida" que encontraba el amor verdadero... Tu eres Violetta...




Eso sí, él jamás consintió que tus hijos viviesen con vosotros... una cosa es saber que no había sido el primero, pero de ahí a que esos niños se lo recordasen cada dia... era un hombre italiano del siglo XIX. En compensación, adoptasteis a una niña...

También sufristes bastante el fantasma de los celos cuando se rumoreó que él se había encaprichado de una joven y bella prima donna, cuando hacía mucho que tu belleza y juventud habían pasado...

Pero, cierto o no, porque ella insistió en negártelo - no te atrevistes a preguntarselo a él, tanto le amabas - nunca te abandonó, dedicastes toda tu vida a tu Verdi, como le llamabas, y cuando moristes, la soledad le aplastó y ni vuestra hija adoptiva ni los nietos lo compensaron de tu ausencia... falleció cuatro años después que tú, en el primer año del siglo XX. ¿Como vivir sin tí tras pasar más de cincuenta años juntos? ¿de que servía ser un simbolo en Italia sin tí, que le hacias hombre?






 
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Maria, la gran Maria Callas...

Fuistes la más grande de todas las prima donnas del siglo XX, capaz de cualquier registro operístico, el patito feo que se convirtió en cisne maravilloso, triunfando en todos los escenarios del mundo...



Tu, como Giussepina Strepponi, también te convertistes en la Traviata por excelencia, debido a la incomprensible pasión que te subyugó por el más impresentable de los hombres del planeta, un pirata griego, sin cultura ni educación, sin escrúpulos para hacerse rico y poseer todo lo que quería, y éso fuistes para él, Maria, un gran trofeo para su ego...

Tras muchos años de esfuerzos, de superación, incluso al desprecio de tu madre respecto a tu físico, te casastes con un hombre mucho mayor que tu, que cuidaba de tí y tu carrera más como un padre que como un marido, y que no te había descubierto lo que era la pasión, pero ni él ni otro hombre, porque eras una esposa fiel que vivias para tu pasión: tu arte.

Hasta que, entre todos los hombres del planeta, tuvistes que caer en brazos de semejante pirata, encima feo como el demonio, casado, machista, adúltero, inculto, egocéntrico... Personalmente, me da asco pronunciar su nombre...

Caer en sus brazos y vivir solo para él fué todo uno, dejastes de ser disciplinada en tus compromisos, en tu cuidado de tu voz, tu vida era él y hasta llegastes a tener un hijo suyo que murió al nacer...

Y todo para que te traicionara casándose con la viuda de América, otro trofeo que, a diferencia de tí, no le amaba...

Y cuando él descubrió el error de ese matrimonio, quiso volver a tus brazos, pero tu ya solo le aceptastes como amiga, menos mal que tuvistes ese rasgo de dignidad, Maria... y estuvistes cerca de él cuando murió...

Tu demostrastes, Maria Callas, que el amor no puede ser más ciego...








Es que mi propia madre ha dicho siempre que hubiese preferido morirse de hambre bajo un puente a ponerse en tu lugar y el de la Kennedy... lo tuyo siempre será incomprensible para todas las mujeres, no así lo de la Jackie, que lo de la pasta está claro, pero lo tuyo, Maria, echar por la borda todo, tu arte, tu fama, por semejante engendro de hombre, del que no quiero poner ni foto del asco que me da... ¡que ya hubiese querido ser tan atractivo como quien le encarnó en la pantalla, Raul Juliá!

 
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¡Quien te hubiese dicho a tí, Sonia Manio, joven italiana católica, que tu boda sería en India, enamorada de un joven indio que habías conocido en Cambridge y que resultó ser Rajiv, el hijo de la Primera Ministra Indira Gandhi!

Su cortejo te asustó al principio debido a vuestras diferentes culturas y, sobre todo, la posición familiar de él, nieto nada menos que del gran Nehru, e hijo de la mujer más poderosa y aguerrida de su época, la gran Indira, pero te tranquilizó el hecho de que Rajiv no tenía aspiraciones políticas, que el heredero de su madre era Sanjay, y llevada por el amor, decidistes casarte con él.

No fué facil frente a las familias, pues Rajiv tuvo que jurar ante tu padre que tú podrías seguir siendo católica y tú convencer a Indira que sabrías adaptarte a las costumbres culturales de tu nuevo país... tu suegra no te recibió al principio muy bien, pero el tiempo le demostraría que, tras la muerte de su hijo Sanjay, la viuda de éste, con sus ambiciones, te convertiria en su nuera favorita.


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Y es que, mientras tanto, habías cumplido tu palabra, y eras feliz: te habías adaptado a tu nuevo pais, usabas el sari con orgullo, habías dado dos hermosos hijos a Rajiv, y teníais una vida normal, con un esposo piloto de lineas aéreas comerciales, dulce y cariñoso, que era el amor de tu vida.


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Pero la muerte de tu cuñado Sanjay rompió en cierto modo tu vida: ahora tu esposo Rajiv tenía que convertirse en el heredero de la familia real sin título de India. Asi lo exigió Indira desde el minuto uno, mientras observaba la pira de su amado hijo Sanjay, y no había replica para su voluntad.

Y Rajiv tuvo que explicarte que no podía fallar a su madre y a su linaje, aunque personalmente él no desease tal responsabilidad, y que te necesitaba a su lado para afrontarla... y como buena esposa que fuistes, aceptastes el nuevo destino...

Destino que llegó demasiado pronto de la forma más cruel cuando tu suegra, Indira, fué asesinada por su guardia sij...

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Y Rajiv tuvo que convertirse en el Primer Ministro de la convulsionada India de sus antepasados... y tu vida, Sonia, cambió para siempre...

Maneka, la viuda de Sanjay, reivindicó el legado para su hijo, que era un niño, algo que Rajiv no pudo aceptar porque era inconcebible que semejante responsabilidad recayese en un niño como si fueseis una auténtica familia real y por responsabilidad hacia su pais.

La política invadió vuestra vida, pero no abandonastes a tu esposo frente a los ataques y amenazas que recibía de sus opositores políticos, donde esas cosas se resuelven, no hablando, sino a tiros... y tus peores temores se cumplieron, Sonia...


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¡Que terrible dia, acompañada de tus hijos, despidiendo a tu amado esposo, asesinado igual que su madre siete años antes!

¡Y como en India no concebían que gobernase alguien que no fuese un Gandhi, tú, por dejar a tu hijo Rahul, aún tan joven, lejos de esa política asesina, tuvistes que asumir la herencia del partido llegando a ser primera ministra, y aunque llegastes a dimitir, a dia de hoy sigues siendo la Presidenta del Partido del Congreso, representando a la estirpe Gandhi, con la amenaza constante pensando en tu corazón de que Rahul termine presentándose a las elecciones, e incluso Priyanka, que dicen que es el vivo clon de su abuela en todo...





Tu Rahul se ha casado y la estirpe Gandhi sigue adelante, pero tú, Sonia, sientes que el precio que has pagado por enamorarte de ese joven indio encantador ha sido demasiado caro, sin embargo, precisamente por amor a él, por cumplir tu promesa de que su país sería el tuyo hasta el fín, allí sigues, en su nombre, en el de tu suegra, y sus antepasados, velando por su legado para el país que tanto te ha dado y tanto que ha quitado, pero que ya sientes como tuyo a pesar de todo... Aunque para muchos de esos ingratos, nunca dejarás de ser "la italiana".

A tí te da igual lo que digan, has asumido tu destino desde el instante en que jurastes amar a Rajiv toda la vida...





Naturalmente, tu poder en India está cubierto por la sombra de la corrupción del Partido, tus enemigos políticos te achacan cosas graves que ignoro, dicen que el poder se te ha subido a la cabeza, Sonia, pero seas una buena política o no, lo cierto es que has asumido una vida que jamás quisistes cuando te casastes con Rajiv...
 
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Wilma, Betty, adorais a vuestros maridos...

Pero cuando se van solos en plan amiguetes...

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¡Que paz os dejan! ¡Que mira que teneís que tener paciencia con vuestros maridos, sobre todo, Wilma, y tu Betty, también, por lo que tu Pablo se deja mandar por Pedro!


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Pero, en realidad, siempre juntos, os extrañará que vuestros pequeños Peebles (Wilma, que fuistes la primera señora de dibujos animados que ví con barriguita esperando a la niña...


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... y Bamm Bamm...llegado tan ruidosamente a la vida de los Marmol... acogiéndolo como si fuese suyo de verdad...




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terminen así...







¡para felicidad vuestra!





Y haciéndoos abuelos, Pedro y Wilma Picapiedra y Pablo y Betty Marmol...





 
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Emy Lyon...

(1765 - 1815)

a quien tu extraordinaria vida convirtió en Lady Emma Hamilton

y en el escándalo de tu época...

Siendo hija de un herrero, y siendo tu destino ser una sirvienta en cualquier casa de alcurnia, a través de una de tus compañeras que aspiraba a ser actriz, entrastes en ese mundo como doncella de las verdaderas actrices, de las que aprenderías muchísimo en el arte de seducir a los hombres...

Con solo quince años, te dejastes seducir por Sir Harry Featherstonhaugh, quien te convirtió en su amante y anfitriona de fiestas en su casa y de quien quedastes embarazada. Entre los invitados estaba Charles Greville, de honorable familia, y en cuanto distes a luz, la crianza de tu hija Emma quedó a cargo de un matrimonio.

Tu te despedistes de Sir Harry y te fuistes a vivir con Greville, que te puso casa y te pidió que te hicieses llamar Emma Hart, convirtiéndote en musa del pintor George Rommey, autor del retrato de este post...Sin embargo, Greville se vió en apuros financieros y decidió solventarlos casándose con una joven heredera, pero tu presencia era un obstáculo para tal plan, asi que pidió a su tio, Sir William Hamilton, legado británico en el reino de Nápoles, cuya reina era Maria Carolina, hermana de la decapitada Maria Antonieta. Tu te tragastes la bola de que en realidad tu amado te regalaba unas vacaciones de unos meses con su tio en Nápoles mientras él solventaba ciertos negocios en Escocia y allí, en la Corte de Nápoles, volvistes a brillar con tu belleza e ingenio, y al descubrir que tu amado se iba a casar con otra, te hicistes amante del viejo Sir William...

¡y él se casó contigo convirtiéndote en Lady Hamilton!

Eso te permitió convertirte en amiga íntima de la reina Maria Carolina, furibunda antibonapartista, como es lógico. Los reyes recibieron a Lord Nelson, -que llegó con su hijastro de 18 años, pues estaba casado - que llegaba con su escuadra para enfrentarse a Napoleón y le conocistes así, Emma...


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... vamos, que todavia estaba entero, y te pareció el hombre más fascinante del mundo, el gran héroe que iba a ser capaz de vencer al Gran Corso, la esperanza del mundo absolutista...

Pero tras la batalla del Nilo, volvió así:

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Tu le cuidastes bajo tu techo con el consentimiento de tu esposo y sin brazo o sin ojo, te dió igual, te enamorastes locamente del héroe y él de tí... Organizastes una fiesta de 1800 invitados para celebrar el 40 cumpleaños del Almirante...

Y te hicistes tan amiga de la reina que hasta llegastes a ser su consejera política y junto a Nelson llegastes a convencerla a ella y su marido para que huyesen a Sicilia para no caer en manos de Napoleon.

Tu marido aceptó el ménage a trois sin vacilación, hasta hicisteis un viaje los tres por Europa, mientras Horatio pedía el divorcio a su mujer y toda Inglaterra se echaba las manos a la cabeza por el escándalo por hacer en público lo que en vuestros círculos todo el mundo hacia en privado... Cuando volvisteis a Gran Bretaña, el Almirantazgo mandó al mar a Nelson para apartarlo de tí mientras todo el mundo compadecia a la ultrajada Lady Nelson, que se negaba a darle el divorcio...

Pero tu estabas embarazada y, para escarnio de todo el mundo, en 1801, tras el nacimiento, llamastes a tu hija Horatia. Nelson compró una casa en Londres donde el trio vivía en plácido menage à trois, sin entender que para Sir William, tu felicidad para él fuese la que sentiría por una hija y entendiendo que por muy tullido que estuviese Nelson, por edad no le faltaba el vigor para satisfacerte como a él.

Sir William murió en 1803 dejándote una discreta pensión, pues el principal heredero fue su sobrino, tu ex-amante Greville...

Sin embargo, tu Nelson empezó a cansarse de tu vida social, tus fiestas, a la que la hipócrita sociedad iba porque eras la amante del héroe, y decidió volver al mar, eso sí, dejándote embarazada de vuestra segunda hija, que murió al nacer. Y así llegó la batalla de Trafalgar, 1805, donde Nelson ya perdió todo lo que le quedaba, vida incluida.

Y entonces la hipocresia de la sociedad cayó sobre tí. Tu renta de Sir William se agotó, contrajistes deudas y aunque Nelson te había dejado vuestra casa, la viuda y la sociedad se encargaron de quitartelo todo. Llegastes a estar un año en la cárcel por deudas con tu hija y al salir, para huir de los acreedores, te fuistes a Francia, donde, entregada a la bebida, moristes en 1815 en la más absoluta miseria.

Entonces la hermana de Nelson se hizo cargo de tu huérfana, Horatia... que le dió una buena educación, con idiomas, música, etc.

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Y acabaría casada con el reverendo Philip Ward, con quien tendría siete hijos y tres hijas, al mayor de los cuales llamó Horatio Nelson, a otro Nelson a secas, a otro Edmund Nelson...pero a ninguna de sus hijas puso Emma... ¡y durante toda su vida recibió honores como hija del héroe! Aunque fuese tu hija, Emma, la mujer que habían dejado morir en la miseria por haber amado sin tapujos a su héroe...


Esta fué la última carta - que fué para tí, Emma - que escribió Lord Nelson la víspera de la batalla de Trafalgar...


 
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Emy Lyon...

(1765 - 1815)

a quien tu extraordinaria vida convirtió en Lady Emma Hamilton

y en el escándalo de tu época...

Siendo hija de un herrero, y siendo tu destino ser una sirvienta en cualquier casa de alcurnia, a través de una de tus compañeras que aspiraba a ser actriz, entrastes en ese mundo como doncella de las verdaderas actrices, de las que aprenderías muchísimo en el arte de seducir a los hombres...

Con solo quince años, te dejastes seducir por Sir Harry Featherstonhaugh, quien te convirtió en su amante y anfitriona de fiestas en su casa y de quien quedastes embarazada. Entre los invitados estaba Charles Greville, de honorable familia, y en cuanto distes a luz, la crianza de tu hija Emma quedó a cargo de un matrimonio.

Tu te despedistes de Sir Harry y te fuistes a vivir con Greville, que te puso casa y te pidió que te hicieses llamar Emma Hart, convirtiéndote en musa del pintor George Rommey, autor del retrato de este post...Sin embargo, Greville se vió en apuros financieros y decidió solventarlos casándose con una joven heredera, pero tu presencia era un obstáculo para tal plan, asi que pidió a su tio, Sir William Hamilton, legado británico en el reino de Nápoles, cuya reina era Maria Carolina, hermana de la decapitada Maria Antonieta. Tu te tragastes la bola de que en realidad tu amado te regalaba unas vacaciones de unos meses con su tio en Nápoles mientras él solventaba ciertos negocios en Escocia y allí, en la Corte de Nápoles, volvistes a brillar con tu belleza e ingenio, y al descubrir que tu amado se iba a casar con otra, te hicistes amante del viejo Sir William...

¡y él se casó contigo convirtiéndote en Lady Hamilton!

Eso te permitió convertirte en amiga íntima de la reina Maria Carolina, furibunda antibonapartista, como es lógico. Los reyes recibieron a Lord Nelson, -que llegó con su hijastro de 18 años, pues estaba casado - que llegaba con su escuadra para enfrentarse a Napoleón y le conocistes así, Emma...


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... vamos, que todavia estaba entero, y te pareció el hombre más fascinante del mundo, el gran héroe que iba a ser capaz de vencer al Gran Corso, la esperanza del mundo absolutista...

Pero tras la batalla del Nilo, volvió así:

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Tu le cuidastes bajo tu techo con el consentimiento de tu esposo y sin brazo o sin ojo, te dió igual, te enamorastes locamente del héroe y él de tí... Organizastes una fiesta de 1800 invitados para celebrar el 40 cumpleaños del Almirante...

Y te hicistes tan amiga de la reina que hasta llegastes a ser su consejera política y junto a Nelson llegastes a convencerla a ella y su marido para que huyesen a Sicilia para no caer en manos de Napoleon.

Tu marido aceptó el ménage a trois sin vacilación, hasta hicisteis un viaje los tres por Europa, mientras Horatio pedía el divorcio a su mujer y toda Inglaterra se echaba las manos a la cabeza por el escándalo por hacer en público lo que en vuestros círculos todo el mundo hacia en privado... Cuando volvisteis a Gran Bretaña, el Almirantazgo mandó al mar a Nelson para apartarlo de tí mientras todo el mundo compadecia a la ultrajada Lady Nelson, que se negaba a darle el divorcio...

Pero tu estabas embarazada y, para escarnio de todo el mundo, en 1801, tras el nacimiento, llamastes a tu hija Horatia. Nelson compró una casa en Londres donde el trio vivía en plácido menage à trois, sin entender que para Sir William, tu felicidad para él fuese la que sentiría por una hija y entendiendo que por muy tullido que estuviese Nelson, por edad no le faltaba el vigor para satisfacerte como a él.

Sir William murió en 1803 dejándote una discreta pensión, pues el principal heredero fue su sobrino, tu ex-amante Greville...

Sin embargo, tu Nelson empezó a cansarse de tu vida social, tus fiestas, a la que la hipócrita sociedad iba porque eras la amante del héroe, y decidió volver al mar, eso sí, dejándote embarazada de vuestra segunda hija, que murió al nacer. Y así llegó la batalla de Trafalgar, 1805, donde Nelson ya perdió todo lo que le quedaba, vida incluida.

Y entonces la hipocresia de la sociedad cayó sobre tí. Tu renta de Sir William se agotó, contrajistes deudas y aunque Nelson te había dejado vuestra casa, la viuda y la sociedad se encargaron de quitartelo todo. Llegastes a estar un año en la cárcel por deudas con tu hija y al salir, para huir de los acreedores, te fuistes a Francia, donde, entregada a la bebida, moristes en 1815 en la más absoluta miseria.

Entonces la hermana de Nelson se hizo cargo de tu huérfana, Horatia... que le dió una buena educación, con idiomas, música, etc.

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Y acabaría casada con el reverendo Philip Ward, con quien tendría siete hijos y tres hijas, al mayor de los cuales llamó Horatio Nelson, a otro Nelson a secas, a otro Edmund Nelson...pero a ninguna de sus hijas puso Emma... ¡y durante toda su vida recibió honores como hija del héroe! Aunque fuese tu hija, Emma, la mujer que habían dejado morir en la miseria por haber amado sin tapujos a su héroe...


Esta fué la última carta - que fué para tí, Emma - que escribió Lord Nelson la víspera de la batalla de Trafalgar...




Postdata: me pregunto si Nelson sabría escribir con la mano izquierda, porque derecha no tenía. Es posible, porque si se han dado ustedes cuenta, los anglosajones, en su mayoria, son zurdos, fijénse en sus políticos y actores a la hora de firmar...
 
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