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NOVIAS DE CINE
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Anne, eres una mujer de mundo, pero no de "esas" del gran mundo, en eso eres bastante diferente... En ese ambiente glamouroso de París hasta pasas por moralista mojigata...
Tu no eres de las que tienes amantes, has conseguido crear una empresa, ser una mujer libre e independiente, y no te has casado porque no has encontrado al hombre de tu vida... bueno, en realidad, sí, toda la vida has sabido que no es el hombre adecuado para tí, es todo lo contrario a lo que deseas en un hombre: es liviano, amoral, despreocupado, solo piensa en pasarlo bien y divertirse... es el viudo de tu mejor amiga, que le dejó con una niña muy pequeña que él ha criado en internados... Ahora la niña, Cécile, tiene diecisiete años... y la culpa la atormentará toda la vida...
Su padre la ha sacado del internado y la ha llevado de vacaciones con él y su amante, Elsa, a una casa de verano en la Costa Azul...
Más que padre e hija son amigos de diversión, él la mima sin ponerle límites a nada... y Cécile aprende de él la felicidad de la vida de la cigarra, sol, playa, el primer noviete con el que hace lo que quiere...y a la porra los estudios, aunque le espere un examen en septiembre... Ve normal que su padre tenga amantes, siempre le ha visto cambiarlas...el plaisir es la gran lección que le da su padre...
Pero un dia él anuncia que tu llegas de visita... Cécile te quiere porque siempre has sido una especie de madrina suya, la mejor amiga de su difunta madre, y en Paris le has enseñado a vestirse, a ser una señorita... pero sin más, no eres su madre aunque la quieres como si lo fueras...
Cécile te recibe muy bien, aunque a tí no te gusta nada encontrar ese ambiente en esa casa, con Raymond con su tonta amante y la niña haciendo lo que le da la gana... piensas que es hora de poner cierto orden en la vida de esa familia...
... y lo logras cuando enamoras a Raymond... él ya lleva muchos años viudo, con mujeres livianas muy tontas, tu le impresionas con tu seriedad, tu madura belleza... y tu le aceptas porque en el fondo siempre le has amado y sabes que él ya ha llegado a la edad en que necesita algo de estabilidad y sabe que tu eres la mujer que necesita...
Asi que anunciais boda... y al principio, Cécile se alegra muchísimo... pero por poco tiempo...
Porque, para empezar, le pillas casi haciendo el amor con su noviete y tu no quieres que se quede embarazada tan joven, sobre todo, quieres inculcarle un poco de responsabilidad en su sexualidad, y además le dejas claro que no puede estarse todo el dia en la playa, tiene que estudiar para preparar el examen de septiembre... y Cécile recurre a su padre, pero Raymond, enamorado, decide apoyarte, ha puesto sus vidas en tus manos para que les endereces y como él no sabe criar a su hija... y Cécile te toma manía...
Tu intentas explicarle que la entiendes, que también has tenido su edad, pero que debes saber lo que es la disciplina, que no todo es placer en la vida, que tú solo quieres su bien, que no le prohibes que se divierta pero sí ciertos juegos de adultos que aún no sabe como gestionar... que con algunas cosas tiene que tener cuidado...
Pero Cécile te declara íntimamente la guerra, ella quiere vivir en el más pleno placer, eso es todo, y tu has llegado a "arruinarle" la vida...
Asi que tiene que sacarte de vuestras vidas, y si para ello tiene que conchabarse con la ex-amante despechada y hacer que su padre pique el anzuelo con ella en tu presencia, lo hará...
Y a tí, ver al amor de tu vida, al que has esperado tantos años, traicionándote así...
Será un accidente de coche, pero Cécile siempre sabrá en que estado conducías, y por qué has acabado así... y habrá perdido ya las ganas de divertirse para siempre, se habrá instalado en su alma la tristeza más honda y profunda de su vida...
Bonjour, tristesse, Cécile...
"Sur ce sentiment inconnu dont l'ennui,
la douceur m'obsèdent, j'hésite à apposer
le nom, le beau nom grave de tristesse.
C'est un sentiment si complet, si égoïste
que j'en ai presque honte alors que la tristesse m'a toujours paru honorable.
Je ne la connaissais pas, elle, mas l'ennui,
le regret, plus rarement le remords.
Aujourd'hui, quelque chose se replie sur moi comme une soie, énervante et douce,
et me sépare des autres."
"A ese sentimiento desconocido cuyo tedio, cuya dulzura me obsesionan, dudo en darle
el nombre, el hermoso y grave nombre
de tristeza. Es un sentimiento tan total,
tan egoísta, que casi me produce vergüenza, cuando la tristeza siempre me ha parecido honrosa. No la conocía, tan sólo el tedio,
el pesar, más raramente el remordimiento.
Hoy, algo me envuelve como una seda,
inquietante y dulce, separándome
de los demás."
(Párrafo primero de la novela
Bonjour, tristesse, de Françoise Sagan)
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¡Es el doble de bonita leída en francés original, yo no quiero leerla en castellano, Françoise Sagan era maravillosa! ¡Pensar que solo tenía 20 años cuando la escribió!
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Joven Denise, tu tienes un gran olfato comercial, de negocio, hasta uno escondido que ignoras:
Eres una joven huérfana, a cargo de dos hermanos más jóvenes, que habías aprendido tu oficio de modista en tu pueblo, pero decides ir con tus hermanos a Paris porque teneis un tio que tiene un negocio de telas y en su dia te dijo que fueses a trabajar con él y su familia a su tienda...
En su dia, porque ahora con esa tienda oscura, triste y sin vida, tiene que mantener a mujer, hija, dependiente prometido de la hija, dos dependientes que no cobran... y todo porque enfrente han abierto los primeros grandes almacenes de París, que está arruinando a todos los comercios minoristas, porque las señoras encuentran allí de todo y a mejor precio, y encima, con un diseño de marketing fabuloso, que lleva a las señoras como moscas, con escaparates maravillosos, compras a plazos, enfin... una revolución del comercio... Se llama "El Paraíso de las Damas" y allí se gastan las señoras los sueldos de sus maridos...
Todo ha sido idea de un elegante aventurero, Octave Mouret, guapo y atractivo a más no poder... Se casó con una dama rica que había heredado una tienda de su primer marido, y él, con su visión comercial, la amplió metiendo todo tipo de generos, con un marketing comercial excepcional que ha arruinado a todos los pequeños comerciantes de los alrededores... Ahora es viudo y amante de otra señora muy rica, a su vez amante de otro influyente político que, sin saber que dicha señora le pone los cuernos con Mouret, le da todos los caprichos, y si Mouret le dice a la señora de que convenza al político para que expropie tal edificio - con sus correspondientes negocios - para "ampliar" Paris -es decir, la extensión de sus almacenes-, aceptando los sobornos de Mouret, pues todos contentos... menos los pobres comerciantes... Además, Mouret tiene "glamour" entre las clientas, con su fama de viudo rompecorazones las conquista a todas, jajajaja...
Pero tu, Denise, al ver que tu tio no tiene trabajo para tí, le "traicionas" pidiendo trabajo en "El Paraiso...". Y allí aprendes que, por fuera, será muy bonito, pero por dentro no tanto, los dependientes ganan a comisión, de modo que la competencia es brutal entre ellos, eso incentiva su motivación laboral para Mouret, claro, pero el pobre que no venda... y encima, como no hay derechos laborales, pues cuando pasan las rebajas, pues la mitad de la plantilla a la calle sin indemnización...
En esa jungla entras a trabajar, Denise... al principio de simple modistilla dentro del taller de moda, pero allí no creas que las otras te van a ayudar, solo tienes dos amigos: un pobre empleado nuevo que no vende nada y tiene sus dias contados y una del taller a la que la jefa del taller caé muy mal...
Un dia, el amo y señor, el señor Mouret, visita el taller acompañando a su amante la rica, y como a tí se te ocurre abrir la boca sin permiso sugiriendo algo a la señora, él se fija en tí, aunque la jefa del taller ya te dice que no eres nadie, que tu ver, oir y callar...
(Bueno, en serio que Zola presenta al de la novela mucho más bueno)
Pero, asi, casualmente, el señor Mouret empieza a dejarse caer mas a menudo por el taller... lo que no te libra de que un dia tu entres dentro del cupo de reducción de plantilla... No es casualidad, porque también se acuesta con alguna que otra empleada, y éstas se fijan en que él te pregunta mucho tu opinión sobre tal y cual cosa... Eso basta para que las celosas compañeras se pongan a hacerte la vida imposible y en parte por eso acabas en la calle... El te echa de menos y una vez te encuentra por la calle, sin trabajo... Tu le cuentas que no tienes con qué mantener a tus hermanos, pero sin rogarle nada, sin embargo, ipso facto, hace que te readmitan....¡Y con un ascenso! ¡Ahora eres jefa de las dependientas de moda! Y tu empiezas a influir en sus decisiones comerciales, le dices que es mejor que ponga un sueldo fijo a los empleados, que les haga fijos, que escuche las sugerencias que tengan que hacer para mejorar el negocio, hasta le convences para que se asocie con los pobres tenderos que está arruinando, al menos que les deje algunas migajas...¡y el te hace caso!
¡Vamos! Adivina lo que piensa todo el mundo, Denise, todo el mundo menos tú... Y es que a tí el señor Mouret, claro que te gusta, pero como si fuese un actor de cine, ni se te ha cruzado por la mente nada semejante, de hecho, tú eres feliz ganándote la vida por tus propios medios y has decidido no casarte nunca, no tienes vocación de casada, por eso das calabazas al pobre amigo empleado que está enamorado de tí...
¡Pobre Denise! ¡Todo el mundo pensando lo que no hay...pero no anda desencaminado respecto a él, porque el señor Mouret está muy cambiado... él si te invita a salir, pero tu siempre le dices que no, que no puedes aceptar por el que dirán, jajajajaja, que ingenua eres, Denise, pero si ya dicen de todo y no te enteras! Y más cuando la señora rica que tiene de amante te ponga a caer de un burro delante de todo el taller porque Mouret... ¡la ha abandonado! Con eso ha perdido las infuencias de las altas esferas que tenía ella, pero ya se siente bastante rico para volar solo...
Octave Mouret no quiere casarse, no te engañes, Denise, pero se ha enamorado locamente de tí y como piensa que no le haces caso debido a su fama de casanova, pues para que te lleguen los rumores no solo ha dejado a la señora rica, también está dejando de acostarse con las empleadas... ¡y todas te tienen por una engreída, porque está claro que él está como loco detrás de tí porque tu no le haces caso, y piensan que es por hacerte la interesante, para pescarle de verdad, a nadie se le ocurre pensar que a tí ni se te ocurra la idea, siendo el jefe, tan guapo, tan rico, tan de todo!
Es que se le acaba notando hasta en los negocios, no se concentra, es que ya todo el mundo te metería en su cama para que vuelva a ser el de siempre... pero tu nada, sin entender lo que está pasando a tu alrededor...
Hasta que te acabas enterando de lo que dicen...y tu honor te impide seguir trabajando allí, asi que vas a despedirte... ¡El se queda hecho polvo, te ofrece el oro y el moro, pero nada, tu que no, que jamás serás su amante, que nunca has deseado despertar su amor, que solo quieres trabajar y ganarte la vida...! Entonces él se rinde y te pide que te cases con él... y tu, aunque le amas, sientes que no puedes aceptar porque esta prueba suprema de amor sí que no te la esperabas, pero piensas que si lo aceptas estarás dando la razón a todos en que toda tu indiferencia habría sido una estrategia para pescarle...
Tu Octave, ante tus calabazas, ya asombrado, se desespera de verdad gritándote que te largues, que lo que ocurre es que seguro que tienes a otro... y entonces, Denise, ya no puedes resistirlo más, sientes eso como una injusticia, no puedes resistir su desesperación, y te sale la verdad de tu corazón, porque para tí jamás ha habido más hombre que él, aunque fuese como en un póster... ¡y te arrojas en sus brazos soltándole! :" ¡Ay, señor Mouret, si es de usted de quien estoy enamorada!"
¡Y él se postra a tus pies (¡el sueño de todas las mujeres de Paris!) y, para disimular, te dice que te vayas un mes, porque volverás como su prometida y futura esposa a la vista de todos, cogida de su brazo ¡todopoderosa!
¡Y eres tan buena que no echarás a la calle a todas las envidiosas de tus ex-compañeras ex-amantes suyas! ¡Que rabien, porque sin buscarlo te has convertido en la reina de París en los brazos del más guapo, rico y enamorado de los maridos!
¡Porque que no te quepa duda de que siempre creerán de que lo hicistes aposta, pura estrategia para pescarle, jajajaja! Con tu carita de mosquita muerta...
Esta es la novela de Zola tal y como la escribió, no como la adaptación a la inglesa de la tele...
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Ay, Emma, con que tu no querias casarte ¿eh?
Pues ya ves, corriendo a atrapar a tu señor Knightley en cuanto temes que se vaya a ir con otra...
Eres muy joven y muy mimada, rica y consentida, la hija menor de un caballero viudo, y has decidido no casarte para hacer lo que te la gana, y lo que más te gusta es hacer precisamente de casamentera para los demás. Y eso que te ha sentado a cuernos que tu institutriz se haya casado con un viudo...
Te echas una amiga pobre, hija bastarda, Harriet, con pocas posibilidades de conseguir marido, y le arruinas la posibilidad de casarse con el granjero que además le gusta, para intentar casarla con el señor Elton, el reverendo, sin darte cuenta de que el reverendo siempre se hace el encontradizo con vosotras solo para verte a tí, no a ella, pero tu ilusionas a tu amiga con el Elton y la obligas a dar calabazas a su granjero porque no quieres una amiga que no puedas tratar socialmente al ser la mujer de un granjero, asi es como piensas, Emma, siempre en tí...
El señor Knightley, que es el cuñado de tu hermana mayor casada y te lleva unos años, te adora, pero odia esa manía tuya de casamentera, te dice que dejes en paz a los demás, y, sobre todo, se enfada mucho contigo cuando se entera de que has arruinado las posibilidades de Harriet de casarse con su granjero, que es un honrado arrendatario de él, diciéndote que es el hombre adecuado para una chica sin formación ni fortuna, y eso te crea una gran indisposición contra él... encima porque te permites burlarte de una pobre anciana solterona, esa falta de sensibilidad enfada al señor Knightley...
¡Y ya verás que chasco te llevarás cuando el señor Elton se te declare a tí, no a Harriet, y veas que el señor Knightley tenía razón... al Elton le das calabazas y él se casa con una pedante que encuentra por ahí, pero tu le pides perdón a Harriet por tu equivocación, claro que ahora a ver como recupera al granjero...
Encima conoces a un guapo joven, el hijo del marido de tu institutriz, tu te encaprichas de él...hasta que te enteras que es un seductor ya casado en secreto con otra... es que para presumir de casamentera no das ni una, Emma...
Mientras, sigues preocupada por Harriet, que está muy triste... ves que el señor Knightley empieza a sacarla a bailar... Harriet te dice muy emocionada que está enamorada de él ¡y tu te alarmas por primera vez en tu vida! ¡Te das cuenta de que estás enamorada de él y que, posiblemente, el señor Knightley esté pensando en casarse con ella (jajajajaja, es que no das una, Emma).
Y practicamente te declaras al señor Knightley, y ¡puedes ser feliz, Emma, porque él te confiesa que para él no existe ninguna más que tú!
¡Y menos mal que Harriet consigue que se le declare de nuevo el granjero, porque a tí no te ha importado un comino quitarle la ilusión del señor Knightley, tu señor Knightley, que pacientemente te amaba en secreto, haciéndote de amigo, hasta de padre, al ver lo lianta que eras con los demás, pero siempre tuvo el objetivo de conquistarte... ¡y tu enamorada de él sin darte cuenta de que era tu caballero!
¡Y tienes que prometerle que dejarás tu hobby de casamentera para siempre!
¡Porque está claro que no ves tres en un burro en esas cosas, jajajaja!
¡Que marido, Emma, que marido!
Mi adorada Miss Austen, aquí tiene a una de sus fans a sus pies, allá donde éste ¡con fans doscientos años después! ¡Eso es ser grande!
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Alexis Carrington Colby Dexter Rowan (de soltera, Morell)
En la vida he visto mujeres con tantos apellidos de maridos, que ni Liz Taylor ni Za Za Gabor usaban los de los ex para facilitar la lectura de las tarjetas de visitas y el anuncio de voz alta a los mayordomos a su llegada...
Pero tú no, ala, los usas todos... y solo para dar en los morros al primero de tus ex, el Carrington...
Eres una inglesa guapísima y elegante, que te enamorastes de un tejano petrolero , Blake Carrington, y te casastes con él, empezando a darle hijos, primero uno, Adam, que os lo secuestran, después una hija, Fallon, que es la niña de los ojos de tu marido, después Steven...que es tu favorito.. y aún le esconderás otra, Amanda, porque te repudiará estando embarazada otra vez, sin que él lo sepa, cuando te pille en la cama con uno de sus empleados... Te quitará la custodia de tus hijos -menos Amanda- y te irás, pero Alexis, llegarás a decirle a tu hija Fallon, que adora a su padre, que no le idealice tanto, que no era tan buen marido contigo como lo es ahora con su nueva rubia, la santa Kristel, pues lo ha cogido más viejo y calmado... Al parecer, te hacía bastante la vida imposible con sus celos, hasta que decidistes darle la razón para que se quedase tranquilo, pero te arrepentistes de haberlo hecho...
En todos esos años, no has vuelto a casarte ni a tener hijos con otro, todos son del Carrington ¡que fijación con él, mujer!
Es curioso, Alexis, porque, al parecer, te has pasado divorciada unos veinte años, y has esperado pacientemente el momento de tu venganza, vuelves a Denver para declarar contra tu ex acusado de haber matado al novio de vuestro hijo Steven, del que él se avergüenza por ser gay, pero tu quieres con todo tu corazón tal y como es, y aunque no consigues encarcelarle por ser rico y poderoso, ya decides quedarte para hacerle la vida imposible...
¡Porque sigues enamorada de él, Alexis, y eso que se ha hecho viejo y feo a más no poder! ¿Que le veis, Alexis?... aparte de lo rico que es, porque también tiene en el bote a Kristel...
Y es volver a verle, y casado con la Kristel, para que sientas celos ¡porque es el único que has amado de verdad! Pero como él no te puede ni ver, pues ahora decides hacerle la competencia en los negocios, solo piensas en arruinarle, asi que para tener un inversor te casas con su enemigo, un Colby, que te deja viuda y rica, y a partir de ahí, ya te casas por gusto con otros, como el Dexter, más joven y macizorro, y ya el cuarto ni se quien es...
Pero nada, que el Carrington y Kristel no se divorcian ¡y tu le amas, Alexis! Es que no sabes que hacer para recuperarle! Y como te rechaza, pues le odias aún más...
Y ya no digamos la mania que le tienes a Kristel...
¡Por un tipo tan feo, ni que fuese Paul Newman!
Mientras tanto, os pasa de todo, os reaparece el hijo secuestrado, Adam, tenían que hacerle la cirugia estétiva a tu Steven, y tu le dices al Carrington que teneís otra hija, Amanda ¡que se lía con tu marido el Dexter!
Pero, nada, Alexis, no conseguirás recuperarle ni a tiros, por muchas estrategias que tengas...
¡Yo estaba contigo en todo, porque me caía mal el Carrington, menos en eso, en eso no te entendía en absoluto, tu ligándote macizorros a mansalva y obsesionada con ese viejo!
Eso sí, tu hija Fallon no se ha quien ha salido, es la bomba, porque tenía el marido más guapo del mundo, le ponía los cuernos, le dejaba, luego se enamoraba de él, tras la abducción de los extraterrestres la daban por muerta, se quedaba amnésica y con otra cara, sufre una transformación total, se casaba con el primo de su Jeff, recuperaba la memoria, se divorciaba y, para felicidad de Jeff, se volvia a casar con él, él casi no se lo podía creer, porque la otra Fallon era tremenda... estaba como una cabra... Lo tenía loco de amor al pobre Jeff...
¡Mira que era malo el culebrón, pero tu eras magnífica, Alexis, jajajaja!
Anécdota: mientras echaban el culebrón, una hermana del actor que hacía de Jeff se casó en el santuario de Arantzazu, virgen patrona de Gipuzkoa y de todas las Arantzas y Arantxas, con un pelotari vasco, santuario regentado por los franciscanos... y, bueno, pobres franciscanos, porque esa boda se convirtió en una romería para ver al hermano de la novia, que los frailes no sabían quien era, claro, y con el hermano de la novia intentando no eclipsar la boda con las fans encima, jajajaja...
Y, total, ahora ya nadie sabe nada de él...
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Bellísima Susanna Drake:
Eres sureña y pescastes al hombre de tu vida, el idealista profesor John Wickliff Shawnessy...
Por casarse contigo, él ha dejado a su novia de toda la vida, la rubia y virginal Nell Gaither...
Tu estás enamoradísima de él, le das una hija, y es lógico que te sientas celosa al ver que él a veces sigue pensando en la tal Nell, ahí, como una sombra, en tu matrimonio...
Ya, que ella lo vió primero y tu se lo quitastes... ¡ah, se siente, que hubiese sido más lista, tu lo querias y lo pescastes, tonta habrías sido sino...!
Pero lo malo es que no sabes sentirte segura de él, y empiezas a desarrollar neurosis de celos... ¡y el acabose será cuando él descubra que tu madre murió en un manicomio! Asi que, al sentirse agobiado por tu obsesivo amor - ¡que otros querrían siendo Liz Taylor! - y prefiriendo el amor más sosegado de la Nell, pues... vas a perder a tu marido, Susanna, ya tiene la excusa de creer que estás loca...
¡La rubia se saldrá con la suya, por no haber sabido tener la cabeza más fria, Susanna!
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Daisy, tu sueño se ha hecho realidad, pero va a ser un sueño fugaz, porque él no es como los demás hombres... la gente nace, crece, madura, envejece y muere...es ley de vida, y dentro de esa ley es posible tener una relación de amor larga y duradera...
Pero él nació siendo un bebé viejito, horroroso, lleno de achaques... y su "crecimiento" consistirá en ir rejuveneciendo poco a poco... mientras que tu eres como el resto de los seres humanos...
Pero desde niña, a pesar de verlo tan viejito y feo, tu serás su mejor amiga y le querrás de verdad...
Pero, a medida de que vayaís creciendo, él ira rejuveneciendo y haciéndose cada vez más guapo...
..hasta que llegueís a la treintena y te encuentres con el macizorro de Brad Pitt en todo su esplendor... y haya llegado vuestro momento en vuestras vidas, el momento en que seais iguales en edad, también físicamente, para amaros... ¡y vivirás el gran amor de tu vida con él!
Pero él es consciente de que no podeís seguir juntos, porque él seguirá rejuveneciendo hasta convertirse en un niño mientras tu envejecerás, y cree que él será una carga para tí, asi que decide separarse de tí, a sabiendas de que esperas un hijo suyo, pero más razón para marcharse, porque ¿que clase de padre será él para su hijo siendo cada vez más joven y niño?
Tu tienes que aceptarlo, y tienes que criar a tu hija sola... ahora ya eres profesora de ballet, no bailarina, los años pesan... y un dia aparece un joven adolescente en tu academia... es él, que quiere verte, y ver a su hija, antes de perderse en la infancia para siempre... ¡y a tu hija le parece un chico guapísimo, claro, pero como para decirle quien es...!
Un dia, ya anciana, te llamarán porque él había dejado escrito que te avisaran cuando fuese un niño sin padres... y tú, ya anciana, le verás hecho un niño... y él tendrá en tus brazos el final de su vida...
¡Que mal rollo, Daisy, prefiero el orden natural, que se haga viejo conmigo, no tener que hacerle de niñera estando ya en el Inserso!
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Increible pero cierto, Daisy... ¡no le querías, amabas al libertino de tu marido, no a él, que había construido una fortuna solo para impresionarte y alcanzar tu amor....
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Anne Elliot:
Hace ocho años te enamorastes de un joven oficial de la Marina de Su Majestad, aún sin posición ni fortuna... Tu eres de familia nobiliaria, la menor de tres hermanas. La mayor es la favorita de tu presumido y snob padre - que solo vive para mirarse en el espejo, sin coña -, la otra está casada con hijos que no sabe atender... y tú te quedastes soltera porque tanto a tu padre como a tu madrina - no tienes madre - les pareció que tu capitán Wentworth no tenía ni clase ni fortuna suficiente para casarse contigo, de entrada te pedía que le esperases hasta ascender y hacer fortuna, y tu estabas dispuesta a hacerlo, pero tu madrina que dijo que eso te haría perder oportunidades de conseguir un partido mejor, que eras joven y no podías elegir guiada por tan futil sentimiento y que era mejor que rechazases su propuesta de matrimonio...
Y lo hicistes, Anne, y ocho años después, no solo no has encontrado otro partido, sino que eres practicamente la Cenicienta de tu familia, al servicio de tu padre y hermanas para lo que quieran... Eres la tía solterona que siempre tiene que cuidar de los sobrinos, hacer los recados, aguantar los caprichos de tu padre y hermana mayor...
Y encima tu padre, con su tren de vida, os obliga a alquilar la mansión familiar, y lo haceis a un almirante retirado y su esposa...que es la hermana del ya capitán Frederick Wentworth...
Asi que como hermano de tu amable inquilina vuelves a ver a tu amado... que se muestra muy frio e indiferente hacia tí... sí sabes que no se ha casado, pero que le llueven las candidatas, claro, porque ahora sí tiene una posición económica y social...
Volver a verle no hace más que ahondar en tu arrepentimiento por haberte dejado persuadir de que renunciaras a él, porque nunca has dejado de amarle...pero temes que le has perdido para siempre...Con vuestro circulo de amistades coincidís, pero él se mantiene muy distante a tí, se nota que te tiene resentimiento por haberle rechazado hace tanto tiempo y tú te resignas a la idea de que el pasado será siempre eso, pasado...
Hasta que te oiga defender, en una conversación con otro oficial, que critica a las mujeres por olvidar a sus amores pasados más facilmente que los hombres, que eso no es cierto, que el amor de una mujer es mucho más firme que el de los hombres, lo que pasa es que las novelas las escriben los hombres y no saben reflejar los sentimientos de una mujer....
Tu capitán lo ha escuchado todo en silencio y te deja una carta... ¡maravillosa! En la que te dice que creía que tu nunca le habías amado, que seguías sin amarle y por eso había callado...
Y se presenta a pedir la mano a tu asombrado padre, como si vienen a pedirle la mano de la hija cenicienta fea, y... ¡esta vez no le dirás que no, Anne! Esta vez te irás con él al fin del mundo...
La heroína desengañada que fué Jane Austen al final de su vida, la tia solterona llena de imaginación, solo que Jane no encontró jamás a su gran amor... Quizás gracias a eso escribió tan bellas novelas... ésta, la más madura de todas...
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Ellen:
Aquí estás en el momento cumbre de tu maldad... Claro que tu dirás que es porque tienes derecho a tener a tu marido para tí sola...
También tu padre tenía que ser solo tuyo, por eso tu madre llegó a adoptar a una sobrina, porque tu, su única hija, con un complejo de Elektra enfermizo, la habías dejado, no solo sin tí, su hija, sino hasta sin su marido... que por tí te hubieses casado con tu padre... y llegastes a hundir la unión entre tus padres...
Tienes un novio, pero en realidad no le quieres - esa es su suerte - pero como él no lo sabe, le sienta muy mal que lo dejes por Richard Harland, un escritor que has conocido en un tren... y te enamoras porque te recuerda a tu padre...
Adoras a tu marido, es tuyo, tuyo, tuyo... no eres buena anfitriona para nadie que os moleste, pobre del que se presente sin avisar... ya te ocupas tú de echarlos de mil formas, porque la gente siente que estorba, claro...
¡Te molesta hasta que "pierda el tiempo" haciendo su trabajo, que es escribir! ¿Para qué, si eres rica? Tendría que estar mirándote a todas horas...
Por eso tu madre y tu hermana - tu padre murió y no lo has superado -, que te conocen, procuran no ir a visitaros, pero tu Richard tiene una pega: un hermanito minusválido por la polio del que es tutor y que tiene en una clinica, pero, claro, de vez en cuando, a Richard le gusta sacarlo de allí y llevarlo de vacaciones a la casita del lago...
Tú te resignas a que pase un par de semanas, pero cuando te dicen que la estancia se va a prolongar, entonces ya empiezas a mosquearte, aunque de cara a tu marido eres muy simpática y cariñosa con él y hasta le animas a nadar por el lago... ¡Se pone tozudo el chaval, se empeña en ir con vosotros a todas partes...! Tu piensas: "a ver si hay suerte y le da un calambre..."
¡Escena antológica!
Tu marido se queda hecho polvo... tú no sabes cómo animarlo, que vuelva a ser el de antes, alguien te da la idea de que igual teniendo un hijo él recupere la ilusión, asi que te quedas embarazada... ¡y, bueno, ya lo creo que le hace ilusión! Tanto que te cuida como a una reina, una reina que debe guardar reposo mientras él se va de paseo con tu prima adoptada... y no hay nada entre ellos, - bueno, hay una amistad muy dulce, amor secreto por parte de ella, que tu captas a la primera, y más cuando le dedique su libro a ella y no a tí, eso es el acabose - pero de entrada, para tí el número tres ya es multitud, cuatro añadiendo a tu madre ni digamos, y encima ves la ilusión con que él espera el niño, como si le importase más que tú... esa criatura que te tiene engordando, inmovilizada, con la casa llena de gente, sin soledad junto a tu marido... y piensas que encima, con el niño, tu ya no serás el centro de su vida, también estará el niño en medio de vosotros...
Y no, eso sí que no, él es tuyo, solo tuyo... asi que, a la porra, niño... ¡ha sido un accidente, te has caído por las escaleras!
Pero sin querer tu hermana hace notar que ella había colocado bien la alfombra, vamos, que tu teoria de que tropezastes no se sostiene... y Richard, de repente, te mira con un odio que tu nunca habías visto en él... En cuanto te recuperas, te dice que está convencido de que ni lo de su hermano ni lo del niño fueron accidentes y que te va a dejar...
Ellen... eso se cree él... dejarte a tí, jamás, pero él se va ¿que puedes hacer?
Pues enamorar a tu ex-novio, que es fiscal, e insinuarle que eres desgraciada, que temes que tu marido no te quiere, que sospechas que está liado con tu hermana - le enseñas el libro - y que te empiezas a sentir mal...
¡Y te mueres, Ellen! Y en tu autopsia sale que has muerto envenenada, con un veneno que encuentran en el tocador de tu hermana... Si se creían que se librarían de tí para irse juntos, jajajajaja....
Tu hermana a juicio, con tu ex fusilandola a ella y a tu marido como amantes que te han matado... él ve que todo incrimina a la pobre chica, de la que se ha enamorado, pero sabe inocente... y declara todo lo que sabe sobre tí, que todo es una trampa tuya póstuma para hundirles, porque nadie excepto él y su madre y hermana saben de lo que eras capaz, te acusa de asesina de su hermano y vuestro hijo... Y tu propia madre dará testimonio de tu forma de ser...
¡Y tu hermana es declarada inocente!
En el infierno tienes que estar ardiendo de rabia, Ellen, porque Richard era tuyo, tuyo, tuyo... ¿que derecho tenía a querer a nadie más que a tí, fuese su hermano o su hijo? ¡Y ahora se queda con tu hermana! Tiene que estar dándote un perrenque...
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Eres la gran Leonor, duquesa de Aquitania, reina de Inglaterra y ex-reina de Francia, la mujer más poderosa y fascinante de Europa...
O lo fuistes, porque ahora eres una mera prisionera del marido que tanto amastes, Enrique II Plantagênet, rey de Inglaterra...
Te encerró porque sublevaste a sus hijos contra él cuando él te humilló públicamente presentando a una concubina a su lado como si fuese la reina, y no, la reina eres tú...
Tu nacistes siendo una heredera, la más codiciada de Europa, la nieta del duque Guillermo el Trovador, por eso te casastes con el rey de Francia, que no era ni tan extrovertido, ni tan culto ni tan aventurero como tú, no pudistes congeniar con él, él te amaba pero tu no podías amarle... Le acompañaste a las Cruzadas, se chismó que te habías liado con tu tio... ni siquiera pudistes darle un hijo varón, solo dos hijas, Maria y Alix... y él, aunque te amaba, se decidió a repudiarte...
¡Y tu te alegrastes un montón, porque ya tenías fichado a tu siguiente marido, un joven diez años más joven que tú, Enrique Plantâgenet, futuro rey de Inglaterra... Eso no lo esperaba tu ex, te casastes con un vasallo suyo que era más poderoso que él, jajajaja....El se casó contigo porque eras la dueña de toda la Aquitania, pero aunque ahora lo niegue, también se quedó deslumbrado por tu belleza, la prueba es la forma en que empezó a hacerte hijos: Guillermo, que murió en la cuna, Matilde, Enrique, Ricardo, Godofredo, Leonor, Juana y Juan.
Con tu ex había habido otros, pero para tí, Leonor, Henry fué el único, el amor de tu vida...
Y, tras tantos años, apoyándole, batallando junto a él, te traiciona con una joven... había tenido otras, pero él respetaba tu status de reina, hasta que con ésa dejó de hacerlo... y sublevaste a tus hijos para que le destronaran, primero a Enrique, que murió, y después a tu hijo favorito, tu Ricardo "Corazón de Leon"...
Y tu marido te tiene prisionera desde hace años en una torre...
Y, en una Navidad, tu marido decide reuniros, porque quiere pedirte el divorcio - ¡para casarse con la prometida de Ricardo, la hermana del rey de Francia, hijos de tu ex, Leonor! - y anunciar que piensa hacer heredero al menor, a Juan Sin Tierra, el único que no le ha traicionado, y piensa que tu vas a tener que ceder a cambio de tu libertad y que tus hijos mayores se van a quedar de brazos cruzados...
De izquierda a derecha: Felipe Augusto, rey de Francia, tu rey Enrique, Ricardo, tu, Godofredo, y, abajo, Juan y la joven princesa hermana de Felipe Augusto, la amante de tu marido...
¡Se va a montar el Belén, por culpa del encoño de tu viejo marido y las ambiciones frustradas de tus hijos mayores, que compiten entre ellos por el poder...!
Tu ya solo quieres ser libre y ver a Ricardo como rey, es el primogénito por mucho que le fastidie a tu marido, porque es tu calco en todo, es trovador, es aguerrido, hasta parece que es gay y está enamorado de Felipe Augusto, que quiere sacar partido a su favor, hundir al hombre que humilló a su padre quitándole a la esposa y, de paso, quitarle territorios, gracias a la discordia familiar del enemigo...
Tu marido solo confía en el más joven, el tonto de Juan, y ¡también le traicionará!
Ahí es cuando verás a tu marido derrotado y hasta llegarás a sentir pena por él, a pesar del daño que te ha hecho, a tí y a tus hijos...
Pero acabarás venciendo a tu marido, Leonor, no te liberará, pero comprenderá, en un tête à tête magnífico con él, que jamás consentirás que reniegue de vuestros hijos por niños que ellos podrán matar en cuanto él falte, a menos que los mate antes, y eso no va a poder hacerlo, porque son sus hijos, los hijos del gran amor que os tuvisteis... hijos imperfectos del hogar desgraciado que él destrozó al abandonarte, pero los príncipes legítimos que le distes...
Y tu Henry no podrá evitar reconocer que te amó, y que no puede cambiar ni el destino ni la realidad de que te amó con todo su ser hasta que la edad venció tu belleza... pero no tu espíritu luchador, eso jamás podrá vencer, Leonor... y por eso, tu Ricardo será rey de Inglaterra...y tu la reina madre que gobernará en su lugar mientras luche en las Cruzadas, y que reunirás su rescate, y que sufrirás el dolor de verle morir y tendrás que luchar para que el inutil del único hijo que te queda, Juan, no hunda del todo la herencia del gran reino que construiste con Henry, codo con codo, aunque en vano, no se puede tener todo, Leonor...
Pero tu esposo no te venció, Leonor, le guste o no, tú eras Leonor de Aquitania, la gran mujer y reina y la mujer de su vida...
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