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Bella y desdichada Leonora:
Eres una diva de la ópera, pero has decidido retirarte, harta del vacio de una fama que solo te ha dado sinsabores frente a hombres que decían amarte, pero que no supieron hacerlo de verdad, porque, al fín y al cabo, en tu época, asociaban cantantes y actrices con prost*tutas, y ninguno te tomaba en serio pese a lo bella que eras...
Asi que te han roto el corazón varias veces y has jurado no volver a enamorarte, quieres llevar una vida apartada y tranquila, feliz en tu soledad, sin sufrir...
Y te retiras a tu pueblo valenciano, Alcira, a vivir entre naranjos, en soledad, lejos de los chismes del pueblo, donde eres una celebridad, pero para las mujeres, la p... que les ha llegado como vecina por muy diva de la ópera que seas, que esas provincianas de eso poco saben...
Pero vas a tener la desgracia de que se enamore de tí el joven cacique del pueblo, Rafael Brull...
En principio no tendría por qué haber sido una desgracia: además de joven y muy guapo, es culto, caballeroso, respetuoso, no tiene nada que ver con su padre, que era el típico bruto cacique con derecho de pernada, él ha recibido una buena educación en la ciudad y es todo un caballero...
Tu te resistes mucho, muchísimo, no quieres saber nada de él... porque te has propuesto no tener un hombre más, y encima ese joven tiene una madre posesiva que quiere casarle con una prima... vamos, que ya te conoces el panorama... y no, no quieres liarte con él...
Pero él está enamoradísimo, y es tan guapo, y te jura que te ama con toda su alma, que por tí lo deja todo... y así durante semanas de asedio, Leonora, siempre lo tienes a tus pies...
Y no puedes evitarlo, Leonora, terminas enamorándote de él, es lo más maravilloso que te ha pasado nunca, no creístes que pudieses volver a confiar en un hombre, pero lo has hecho, te entregas a él totalmente enamorada, viviendo juntos noches de pasión inolvidables...
Pero la realidad, que habías olvidado, os alcanza... él tiene que hacer carrera política... y tu, con tu pasado, no eres una esposa presentable para un político... El, al principio, se resiste a las presiones, hasta piensa en irse contigo, pero tú temes que no sea capaz de llevar esa vida fugitiva a tu lado, sin su posición, sin su honor, y encima sabes que su madre le presiona sin cesar para que te deje y se case con su prima... es que no te puede ni ver, Leonora...
Y tus temores se harán realidad, Leonora, él se casará con su prima, hará política, tendrá hijos... pero será infeliz, siempre pensando en tí, a quien ha roto el corazón para siempre... Porque él ha sido el último, pero el gran amor de tu vida...
Cuando os reencontreís, años después, comprobarás que él sigue amándote... pero ya será tarde, tendreís que vivir para siempre con el recuerdo de vuestro amor entre naranjos...
¡Gran Blasco Ibañez!