Yo creo que lo de Charlene fue un matrimonio acordado, ella sabía de antemano que iba a estar a la sombra de sus cuñadas y relegada a algunas funciones con Albert. Los Grimaldi están acostumbrados desde la cuna a los flashes, las portadas, los escándalos, pero también al glamour y a estar presentes en los eventos esenciales para que Mónaco siga siendo principado y no sólo una empresa. Charlene no encaja, no cuadró desde el principio. Quizás pensó que las cosas iban a ser más fáciles. Y esa falta de integración se ve en su comportamiento robótico y sus looks “rebeldes” que no cuadran ni con su edad ni con su rol.