La boda se celebró el 14 de noviembre de 1894, antes de cumplirse un mes desde los funerales del zar.
Alix se adaptaba sin el menor esfuerzo a su nuevo status de soberana de un enorme país, mientras que para Nicolás el poder seguiría siendo una pesada carga. Curiosamente, ella que tanto se había resistido a abandonar su religión, abrazó la nueva con inusitado entusiasmo, fascinada por la solemnidad y los ritos.
Aunque de aspecto delicado, la nueva zarina tenía un carácter dominante, e hizo oídos sordos a las protestas de la gente cuando tuvieron lugar las espléndidas fiestas con las que se celebró la boda.
—La alemana trae mal de ojo —decían.
La madre de Nicolás no quería ni verla. No le perdonaba la precipitación con la que se había celebrado la boda, aún durante el luto oficial. Tampoco agradaba al pueblo su origen germánico ni la poca sensibilidad que encontraban en esas prisas. Decían que los casamientos celebrados inmediatamente después de los funerales traían desgracia.
La alemana llegaba “detrás de un féretro”. No se iría de forma diferente.
Bibliografía:
La Rusia de Rasputín – José Miguel Romaña
FUENTE: BLOG DE REYES, DIOSES Y HÉROES
Alix se adaptaba sin el menor esfuerzo a su nuevo status de soberana de un enorme país, mientras que para Nicolás el poder seguiría siendo una pesada carga. Curiosamente, ella que tanto se había resistido a abandonar su religión, abrazó la nueva con inusitado entusiasmo, fascinada por la solemnidad y los ritos.
Aunque de aspecto delicado, la nueva zarina tenía un carácter dominante, e hizo oídos sordos a las protestas de la gente cuando tuvieron lugar las espléndidas fiestas con las que se celebró la boda.
—La alemana trae mal de ojo —decían.
La madre de Nicolás no quería ni verla. No le perdonaba la precipitación con la que se había celebrado la boda, aún durante el luto oficial. Tampoco agradaba al pueblo su origen germánico ni la poca sensibilidad que encontraban en esas prisas. Decían que los casamientos celebrados inmediatamente después de los funerales traían desgracia.
La alemana llegaba “detrás de un féretro”. No se iría de forma diferente.
Bibliografía:
La Rusia de Rasputín – José Miguel Romaña
FUENTE: BLOG DE REYES, DIOSES Y HÉROES