Las prohibiciones de Doña Letizia a la princesa Leonor y la infanta Sofía

Pues ella (la Reineta) deberia aplicarse sus propias normas. Nada de moviles ni tablets, ni fiestas, a trabajar 24 horas, y estar ocho horas aprendiendo diversos idiomas que para eso te dedicas a ir a diferentes paises. Luego te paseas por hospitales, residencias, casas de la caridad y vuelves a las nueve a casa, a cenar ligerito y a dormir, nada de jueguecitos con el Rey, eso para el Sabado.
 
Acabo de leer éste artículo que ha colgado @Tasmania de Pérez Reverte y ha sido leer éste trocito y acordarme de Toisonita y sister pobretas :ROFLMAO:



Pero la peor fama de Paco en el colegio de su hijo, piratas y parche aparte, viene de la cosa alimentaria: la merienda. No hay una sola madre con hijo allí que no sea una talibán de la alimentación sana; y como el gran enemigo de las madres progres son la harina refinada y las bebidas carbonatadas, cuando acuden a buscar a los niños todas van provistas de fruta ultrasana, zumo de papaya virgen, pan de pipas, pan integral con levadura madre enriquecida con semillas, jamón york ecológico, queso de leche de soja o tortilla de huevos de gallinas salvajes que viven en libertad, igualdad y fraternidad. Los carbohidratos, naturalmente, sólo se consienten en los cumpleaños; y según cuenta Paco, basta pronunciar la palabra Nocilla para ganarte una oleada de miradas asesinas. Al principio, dice, esperaba a su hijo en la puerta del cole con la moto y un donut o un bollicao. «Y como los otros críos miraban al mío con envidia, no puedes imaginarte el odio con el que me trataban algunas madres. Como si fuera un terrorista. Hasta dejaron de invitar a mi hijo a los cumpleaños y fiestas de pijamas». Alguna, incluso, hasta se ha chivado a la del niño: «Deberías vigilar lo que le da de comer tu ex marido».

Así que, en los últimos tiempos, Paco y su vástago han pasado a la clandestinidad en cuestión de meriendas, utilizando entre ellos una jerga en código que los protege de la Gestapo materno-escolar. Cuando el enano sale de clase con los compañeros, ya está adiestrado para preguntar a su padre cosas como «¿Qué hay de lo que tú sabes?», a lo que Paco responde, tras mirar prudente a un lado y a otro: «Tranqui colega, ahora te lo paso». Entonces el zagal le guiña un ojo y pregunta, susurrando esperanzado: «¿Foskito?». Pero Paco mueve la cabeza: «Hoy toca zoológico», responde. Y mientras suben a la moto, clandestinamente, ocultándolo bajo el anorak de su hijo, le pasa la pantera rosa o el tigretón.
 
Los soldados Gus y Epi de la sección operaciones de alto riesgo del Ejército español preparados para ir mañana a Zarzu a supervisar la vestimenta de la princesita y la infantita de cara al solemne acto de pasado mañana. No hay otros más valientes.

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