Julián Fernández Cruz
1 h ·
El odio de estos curas asesinos hacia las mujeres pudiera tacharse de patológico. Veamos dos casos. Hermenegildo de Fustiñana, capuchino y capellán carlista, el 6 de agosto de 1936, junto a otros carlistas, sacó de la cárcel de Jaca a Pilar Vizcarra, que estaba embarazada y que una semana antes había visto como era asesinado su esposo; junto a Pilar fue sacada de la cárcel, Desideria Giménez, de dieciséis años. Las llevaron a campo abierto y las asesinaron vilmente. Fustiñana siempre iba con una escopeta y con una libreta en donde anotaba el nombre de todos los fusilados, y aquellos que se habían confesado antes de morir
Otro ejemplo de este odio hacia el s*x* opuesto lo protagonizó el cura de Sádaba (Zaragoza). Fue el directo causante del asesinato de la joven de 19 años Basilia Casaus, embarazada de gemelos. El médico de Sábada pidió que se demorara su ejecución ya que estaba embarazada y se esperaba diera a luz en apenas dos semanas; tanto la Guardia Civil como los miembros de Falange estuvieron de acuerdo en el aplazamiento. Pero el cura del pueblo, que era primo de la víctima, se negó en rotundo diciendo: Hay que fusilarla, muerto el animal, murta la rabia. Los deseos de este psicópata fueron atendidos.
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El odio de estos curas asesinos hacia las mujeres pudiera tacharse de patológico. Veamos dos casos. Hermenegildo de Fustiñana, capuchino y capellán carlista, el 6 de agosto de 1936, junto a otros carlistas, sacó de la cárcel de Jaca a Pilar Vizcarra, que estaba embarazada y que una semana antes había visto como era asesinado su esposo; junto a Pilar fue sacada de la cárcel, Desideria Giménez, de dieciséis años. Las llevaron a campo abierto y las asesinaron vilmente. Fustiñana siempre iba con una escopeta y con una libreta en donde anotaba el nombre de todos los fusilados, y aquellos que se habían confesado antes de morir
Otro ejemplo de este odio hacia el s*x* opuesto lo protagonizó el cura de Sádaba (Zaragoza). Fue el directo causante del asesinato de la joven de 19 años Basilia Casaus, embarazada de gemelos. El médico de Sábada pidió que se demorara su ejecución ya que estaba embarazada y se esperaba diera a luz en apenas dos semanas; tanto la Guardia Civil como los miembros de Falange estuvieron de acuerdo en el aplazamiento. Pero el cura del pueblo, que era primo de la víctima, se negó en rotundo diciendo: Hay que fusilarla, muerto el animal, murta la rabia. Los deseos de este psicópata fueron atendidos.