ISASAWEIS — Mother Piñones

Gracias por las recomendaciones, @Cielo!!! :love:

He venido mas veces, pero nunca antes tras los pasos de la Piña Madre (que diría la pobre señora aquella de la Ribera Sacra Lucense). Solo quiero posar con los brazos en cruz y como con cistitis en cada esquina, cada paso de peatones, cada monumento...

Os pongo la foto de hoy. Casi me hago pis de la emoción. He pedido a Nuestra Sra de Todos los Templos Egipcios Trasladados por la P* Presa de Asuán, por este nuestro foro y por inspiración para la musa.

Besos! Os voy leyendo :);):love:

Ver el archivo adjunto 825394
¡Qué grande, @Rockette! :ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:
 
Jajajajajaja ha vuelto a quitar la foto de la boda con el pollo!!! La madurez de esa tipa brilla por su ausencia. Carrusel emocional porque han vuelto a tener crisis, y de paso, cuelgo foto de lo estupenda que creo que estoy para el pollo vuelva volando a la jaula.
Imaginaos con 40 años, divorciadas o con una vida de relaciones normal, te echas un nuevo novio y cuando os enfadáis quita sus fotos contigo sistemáticamente. Anda que iba a tardar yo poco en mandarle a la mierda.
Con 40, con 30 y con 20
 
Buenos dias amiga@s.
Aún en shock tras ver la foto de la pavaweiss tras salir de un after...ah que era para dar un paseo...tremendo.El sabado aqui en gijon tardó en despejarse el dia muchísimo...el viento que hacía te cortaba,de hecho yo fui a la playa con mi marido y el heredero y no me puse ni en bikini...tiesa vine.Así que el modelo apropiado no era ni por edad ni por temperatura,a no ser que ella tenga el termostato averiado.Eso si,ni seré yo quien diga como debe vestirse una persona,pero si la susodicha va de it girl y de experta en moda,maquillaje y demás pues digo lo que quiero.
Más delgada si la veo...aunque no la veo sana,mal color,pelo desnutrido...o mucha fiesta o poco pollo.
Piiiiiiii,sirena de fin de descanso.
 
Imaginaos con 40 años, divorciadas o con una vida de relaciones normal, te echas un nuevo novio y cuando os enfadáis quita sus fotos contigo sistemáticamente. Anda que iba a tardar yo poco en mandarle a la mierda.
Con 40, con 30 y con 20

Bueno, está en la línea de la madurez de esta tipeja y de cómo maneja sus relaciones personales. No podemos extrañarnos de su comportamiento infantil y estúpido.

En cualquier caso, tranquilas, que en el momento menos pensado vuelve el pollo volando, le da un poco de alpiste y otra vez volvemos a ver su arrumaco sudoroso (puajjjjjj jajajajajajaja).
 
Como cantaba Karina, ayer estuve "arrebuscando" en el baúl de los recuerdos y encontré esta joya de la literatura.
El 15 de junio de 2016 Catetaweis publicó el famoso video de Separación y Mariposas. Y no contenta con semejante truño,
doce días más tarde lo complementó con esta incalificable bazofia de cuento. No encuentro otra explicación que justifique tanta
estupidez más que pensar que lo hizo por si las piñonas menos avispadas no habían captado el mensaje.
Cómo de delirante ha de ser su narcisismo para que se permita publicar esto que ella ha llamado cuento.
No sirve ni para leer a niños de 3 años.

En azul he añadido la que sería mi versión de la segunda parte del cuento. Disculpad el tochazo de texto y el atrevimiento, pero el aburrimiento es muy malo y total, el nivel del original era tan bajo que resultaba casi imposible hacerlo peor.


Volver a sentir las mariposas
27 junio, 2016
mar1.jpg


Había un valle precioso, en algún sitio de algún lugar. Era realmente bonito. Tupido de hierba de un verde intenso y rodeado de colinas. En primavera se llenaba de margaritas, y de unas pequeñísimas flores amarillas y lilas que hacían que luciera más aún. En invierno no había flores, pero las colinas se cubrían de nieve, y las vistas desde el valle eran hermosas.

En ese valle vivían dos topos, Tip y Top. Tanto Tip como Top habían nacido en el valle. A los dos les encantaba su casita. Los dos tenían un bonito jardín con una valla, y ambos se sentían muy a gusto viviendo allí. Por la mañana, el sol salía por el este y en seguida calentaba el valle. Tip y Top se levantaban, desayunaban, recogían su casita y salían a trabajar al jardín. Se saludaban como buenos vecinos, y cada uno emprendía sus tareas hasta la hora de comer. Hacían un descanso, comían tranquilamente y retomaban su jornada hasta que caía el sol. Cuando comenzaba a oscurecer, se despedían y cada uno se metía de nuevo en su casa. Cenaban, y se acostaban temprano para descansar y reponer energías para comenzar un nuevo día.

Tip y Top no habían salido nunca del valle. Las colinas que lo rodeaban eran altas y tratar de escalarlas supondría seguro un gran esfuerzo. Vivir en el valle era cómodo, sus días eran tranquilos, y la vida lejos de ser emocionante, era fácil.

Pero una mañana Tip pensó que no podía pasar el resto de sus días así. Tip quería sentir emociones, quería saltar, quería volar,… quería “sentir mariposas”. Así que hizo una mochila, metió las cuatro cosas que realmente necesitaba, y se despidió de Top emprendiendo su camino ladera arriba.
Top pensó que su compañero era muy osado, que probablemente moriría congelado y alguien lo encontraría acurrucado junto a alguna roca. Mientras él, permanecería en el valle, seguro, con su rutina, con sus inviernos y sus primaveras.

Y efectivamente la escalada no fue fácil. Tip pasó frío. Soplaba aire y por las noches apenas podía entrar en calor cubriéndose con la manta que llevaba. Echó de menos su casa, su cama y su jardín. También echó de menos el saludo de Top cada mañana. Sólo era un saludo, pero le acompañaba cada día, y formaba parte de esa vida de confort que había decidido, ya no recordaba muy bien por qué, dejar atrás. “Ah, sí… las mariposas”.

Los días fueron pasando y los zapatos y las ropas de Tip se fueron desgastando. Casi no tenía comida ya y las fuerzas empezaban a fallarle. Llegó a pensar que el sueño de una vida más allá del valle, era sólo eso, un sueño.

Pero aquel amanecer Tip llegó a lo alto de la colina, y cuando vio lo que tenía delante, su corazón saltó tanto que casi se le sale del pecho. Había infinidad de valles ante sus ojos. Valles de distintos verdores, con variedad de flores y de colores. Había lagos y árboles frutales. Había ríos llenos de agua cristalina y peces, y pájaros revoloteando. Y cada valle estaba repleto de casitas, y en cada una, un topo afanoso cuidaba su jardín.

Tip lloró de felicidad ante la nueva vida que se le presentaba llena de emociones. Y lloró de tristeza una última vez al pensar en Top. Nunca más se verían, y le iba a echar de menos.
Top nunca conocería aquel mundo. Pero Top era feliz en su valle y viviría allí los años que le quedaran, cuidando su jardín y saludando a sus queridas colinas cada mañana.

Tip necesitó algo más allá del valle. Se aventuró, escaló aquellas montañas y ahora la vida le ofrecía un sinfín de posibilidades. Alguna serían buenas y otras no, pero sólo de imaginarlo… sintió las mariposas.

cuento

cuento


Volver a sentir mariposas (Parte II)

En el valle llamado Pasión, Tip conoció a otros animalitos con los que paseó en moto y en teleférico. Incluso gracias a esas mariposas que se hacían sentir tan fuerte, se aficionó a salir por las mañanas a correr, como si no hubiera un mañana, por los caminos que acababa de descubrir.

Las noches en Pasión eran mucho más animadas que en el antiguo valle, las nubes se teñían de naranja, no había que poner lavadoras ni sacar el polvo y los madrugones eran menos duros gracias a la ducha “eróticosesuá” que se daba cada mañana acompañada de un topo conejo motero que había conocido en el teleférico.

Ya si eso, después, cuando habían sucumbido a la pasión, tostaban pan, rallaban tomate y se ponían ciegos a café.
Dicen las malas lenguas que el topo motero, un poco harto de los recitales de prosa poética que le brindaba Tip cada amanecer, se subió a su caballo loco una mañana de primavera diciendo que iba a por tabaco a El Corte Inglés y Tip nunca más volvió a saber de él.

De ahí en adelante, fue conocido como Corte Conejo.

Pero ese pequeño disgusto le duró a Tip lo que tardó en grabar un par de vídeos explicativos para que sus paisanos del viejo valle supieran que no es que la hubieran abandonado. Nada más lejos de la realidad. El conejo tenía algún problemita con la mochila que llevaba a las espaldas y eso fue lo que le obligó a volverse invisible a los ojos de Tip.

Al poco tiempo, estando Tip corre que te corre alrededor de un pozuelo, conoció al topo maese cocinero. En ese momento justo estaba preparando un tataki de atún tan bueno que en cuanto Tip lo probó, dejó de declamar versos en honor a Corte Conejo y en su interior se alborotaron de nuevo las mariposas. El problema fue que maese cocinero estaba comprometido de antiguo y el vuelo de mariposas duró menos que peo en canasto.

Ni Conejo ni maese cocinero dieron respuesta nunca jamás a los incontables mensajes que Tip envió por cualquier medio imaginable. Les envió mensajes por todos los medios conocidos, rrss en general, burofax y paloma mensajera.

De vez en cuando visitaba el valle Pasión su amigo con derecho a roce, el topo I, que vivía en un valle más al norte. Era un topo majo que vendía carromatos y de vez en cuando pasaban una noche buena juntos.
Navidades no compartieron ninguna, pero noches buenas si, varias.

A Tip no le pasó desapercibida la cobarde actitud de TopoConejo y TopoChef , y como no podía ser de otra manera, se vio obligada a escribir no uno sino dos libros donde verter toda la poesía que su ser acumulaba después de semejantes desprecios, poesía que luchaba por salir de su fuero interno mezclada con las mariposas que ya estaban un poco hartas de no ver la luz del sol.

Lo triste fue ver que por dos días no llegó a tiempo para que la incluyeran en la lista de candidatos al Nobel de literatura. Una pena.

El caso es que a Tip, según avanzaban las estaciones, se le acababan las tareas pendientes en el valle Pasión.
Las nubes pasaban de gris perla a gris marengo, el alquiler de las casitas se puso por las nubes, la polución, la soledad… el sinfín de posibilidades que se le había abierto al llegar estaba llegando a su fin :(


Y tocó volver al viejo valle, donde Top seguía cuidando su jardín, saludando a sus queridas colinas cada mañana, disfrutando de las flores y el aire puro. Ella volvió a su vida de antes, a poner lavadoras, a tender la colada… todas esas cosas que hacían su vida tan aburrida.

Cuando más aburrida estaba, una tarde se acercó a la Cuesta del Cholo y allí conoció al topo Pollo (mitad topo mitad pollo, que parece que se os tiene que explicar todo, leche).

Pollo era conocido por su afición a la sidra y a la juerga . Su hábitat natural era la sidrería con bien de cáscaras de cacahuete y cabezas de gamba en el suelo. Y Tip, con esa facilidad pasmosa que tiene para adaptarse a nuevos escenarios, fue la reina de las fiestas de prao, convirtiéndose a la vez en la sombra del Pollo.

La única forma que le funciona para arrancarlo de la sidrería es meterlo en un avión y llevarlo de fin de semana largo (de unos 8 días de media) donde se ponen ciegos a comer y beber.
Tip completa su álbum de fotos posando con los brazos en cruz y las piernas muy juntas porque ha descubierto que eso estiliza.


Y en esas estamos, esperando a ver si la relación fructifica :chicken: o el Pollo sigue el camino de sus antecesores pasionarios, Conejo y Chef. Si así fuera, se avecina más poesía de la buena y quién sabe? igual Tip vuelve a salir corriendo del valle verde dirección valle de la Pasión.
 
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Como cantaba Karina, ayer estuve "arrebuscando" en el baúl de los recuerdos y encontré esta joya de la literatura.
El 15 de junio de 2016 Catetaweis publicó el famoso video de Separación y Mariposas. Y no contenta con semejante truño,
doce días más tarde lo complementó con esta incalificable bazofia de cuento. No encuentro otra explicación que justifique tanta
estupidez más que pensar que lo hizo por si las piñonas menos avispadas no habían captado el mensaje.
Cómo de delirante ha de ser su narcisismo para que se permita publicar esto que ella ha llamado cuento.
No sirve ni para leer a niños de 3 años.

En azul he añadido la que sería mi versión de la segunda parte del cuento. Disculpad el tochazo de texto y el atrevimiento, pero el aburrimiento es muy malo y total, el nivel del original era tan bajo que resultaba casi imposible hacerlo peor.


Volver a sentir las mariposas
27 junio, 2016
mar1.jpg


Había un valle precioso, en algún sitio de algún lugar. Era realmente bonito. Tupido de hierba de un verde intenso y rodeado de colinas. En primavera se llenaba de margaritas, y de unas pequeñísimas flores amarillas y lilas que hacían que luciera más aún. En invierno no había flores, pero las colinas se cubrían de nieve, y las vistas desde el valle eran hermosas.

En ese valle vivían dos topos, Tip y Top. Tanto Tip como Top habían nacido en el valle. A los dos les encantaba su casita. Los dos tenían un bonito jardín con una valla, y ambos se sentían muy a gusto viviendo allí. Por la mañana, el sol salía por el este y en seguida calentaba el valle. Tip y Top se levantaban, desayunaban, recogían su casita y salían a trabajar al jardín. Se saludaban como buenos vecinos, y cada uno emprendía sus tareas hasta la hora de comer. Hacían un descanso, comían tranquilamente y retomaban su jornada hasta que caía el sol. Cuando comenzaba a oscurecer, se despedían y cada uno se metía de nuevo en su casa. Cenaban, y se acostaban temprano para descansar y reponer energías para comenzar un nuevo día.

Tip y Top no habían salido nunca del valle. Las colinas que lo rodeaban eran altas y tratar de escalarlas supondría seguro un gran esfuerzo. Vivir en el valle era cómodo, sus días eran tranquilos, y la vida lejos de ser emocionante, era fácil.

Pero una mañana Tip pensó que no podía pasar el resto de sus días así. Tip quería sentir emociones, quería saltar, quería volar,… quería “sentir mariposas”. Así que hizo una mochila, metió las cuatro cosas que realmente necesitaba, y se despidió de Top emprendiendo su camino ladera arriba.
Top pensó que su compañero era muy osado, que probablemente moriría congelado y alguien lo encontraría acurrucado junto a alguna roca. Mientras él, permanecería en el valle, seguro, con su rutina, con sus inviernos y sus primaveras.

Y efectivamente la escalada no fue fácil. Tip pasó frío. Soplaba aire y por las noches apenas podía entrar en calor cubriéndose con la manta que llevaba. Echó de menos su casa, su cama y su jardín. También echó de menos el saludo de Top cada mañana. Sólo era un saludo, pero le acompañaba cada día, y formaba parte de esa vida de confort que había decidido, ya no recordaba muy bien por qué, dejar atrás. “Ah, sí… las mariposas”.

Los días fueron pasando y los zapatos y las ropas de Tip se fueron desgastando. Casi no tenía comida ya y las fuerzas empezaban a fallarle. Llegó a pensar que el sueño de una vida más allá del valle, era sólo eso, un sueño.

Pero aquel amanecer Tip llegó a lo alto de la colina, y cuando vio lo que tenía delante, su corazón saltó tanto que casi se le sale del pecho. Había infinidad de valles ante sus ojos. Valles de distintos verdores, con variedad de flores y de colores. Había lagos y árboles frutales. Había ríos llenos de agua cristalina y peces, y pájaros revoloteando. Y cada valle estaba repleto de casitas, y en cada una, un topo afanoso cuidaba su jardín.

Tip lloró de felicidad ante la nueva vida que se le presentaba llena de emociones. Y lloró de tristeza una última vez al pensar en Top. Nunca más se verían, y le iba a echar de menos.
Top nunca conocería aquel mundo. Pero Top era feliz en su valle y viviría allí los años que le quedaran, cuidando su jardín y saludando a sus queridas colinas cada mañana.

Tip necesitó algo más allá del valle. Se aventuró, escaló aquellas montañas y ahora la vida le ofrecía un sinfín de posibilidades. Alguna serían buenas y otras no, pero sólo de imaginarlo… sintió las mariposas.

cuento

cuento


Volver a sentir mariposas (Parte II)

En el valle llamado Pasión, Tip conoció a otros animalitos con los que paseó en moto y en teleférico. Incluso gracias a esas mariposas que se hacían sentir tan fuerte, se aficionó a salir por las mañanas a correr, como si no hubiera un mañana, por los caminos que acababa de descubrir.

Las noches en Pasión eran mucho más animadas que en el antiguo valle, las nubes se teñían de naranja, no había que poner lavadoras ni sacar el polvo y los madrugones eran menos duros gracias a la ducha “eróticosesuá” que se daba cada mañana acompañada de un topo conejo motero que había conocido en el teleférico.

Ya si eso, después, cuando habían sucumbido a la pasión, tostaban pan, rallaban tomate y se ponían ciegos a café.
Dicen las malas lenguas que el topo motero, un poco harto de los recitales de prosa poética que le brindaba Tip cada amanecer, se subió a su caballo loco una mañana de primavera diciendo que iba a por tabaco a El Corte Inglés y Tip nunca más volvió a saber de él.

De ahí en adelante, fue conocido como Corte Conejo.

Pero ese pequeño disgusto le duró a Tip lo que tardó en grabar un par de vídeos explicativos para que sus paisanos del viejo valle supieran que no es que la hubieran abandonado. Nada más lejos de la realidad. El conejo tenía algún problemita con la mochila que llevaba a las espaldas y eso fue lo que le obligó a volverse invisible a los ojos de Tip.

Al poco tiempo, estando Tip corre que te corre alrededor de un pozuelo, conoció al topo maese cocinero. En ese momento justo estaba preparando un tataki de atún tan bueno que en cuanto Tip lo probó, dejó de declamar versos en honor a Corte Conejo y en su interior se alborotaron de nuevo las mariposas. El problema fue que maese cocinero estaba comprometido de antiguo y el vuelo de mariposas duró menos que peo en canasto.

Ni Conejo ni maese cocinero dieron respuesta nunca jamás a los incontables mensajes que Tip envió por cualquier medio imaginable. Les envió mensajes por todos los medios conocidos, rrss en general, burofax y paloma mensajera.

De vez en cuando visitaba el valle Pasión su amigo con derecho a roce, el topo I, que vivía en un valle más al norte. Era un topo majo que vendía carromatos y de vez en cuando pasaban una noche buena juntos.
Navidades no compartieron ninguna, pero noches buenas si, varias.

A Tip no le pasó desapercibida la cobarde actitud de TopoConejo y TopoChef , y como no podía ser de otra manera, se vio obligada a escribir no uno sino dos libros donde verter toda la poesía que su ser acumulaba después de semejantes desprecios, poesía que luchaba por salir de su fuero interno mezclada con las mariposas que ya estaban un poco hartas de no ver la luz del sol.

Lo triste fue ver que por dos días no llegó a tiempo para que la incluyeran en la lista de candidatos al Nobel de literatura. Una pena.

El caso es que a Tip, según avanzaban las estaciones, se le acababan las tareas pendientes en el valle Pasión.
Las nubes pasaban de gris perla a gris marengo, el alquiler de las casitas se puso por las nubes, la polución, la soledad… el sinfín de posibilidades que se le había abierto al llegar estaba llegando a su fin :(


Y tocó volver al viejo valle, donde Top seguía cuidando su jardín, saludando a sus queridas colinas cada mañana, disfrutando de las flores y el aire puro. Ella volvió a su vida de antes, a poner lavadoras, a tender la colada… todas esas cosas que hacían su vida tan aburrida.

Cuando más aburrida estaba, una tarde se acercó a la Cuesta del Cholo y allí conoció al topo Pollo (mitad topo mitad pollo, que parece que se os tiene que explicar todo, leche).

Pollo era conocido por su afición a la sidra y a la juerga . Su hábitat natural era la sidrería con bien de cáscaras de cacahuete y cabezas de gamba en el suelo. Y Tip, con esa facilidad pasmosa que tiene para adaptarse a nuevos escenarios, fue la reina de las fiestas de prao, convirtiéndose a la vez en la sombra del Pollo.

La única forma que le funciona para arrancarlo de la sidrería es meterlo en un avión y llevarlo de fin de semana largo (de unos 8 días de media) donde se ponen ciegos a comer y beber.
Tip completa su álbum de fotos posando con los brazos en cruz y las piernas muy juntas porque ha descubierto que eso estiliza.


Y en esas estamos, esperando a ver si la relación fructifica :chicken: o el Pollo sigue el camino de sus antecesores pasionarios, Conejo y Chef. Si así fuera, se avecina más poesía de la buena y quién sabe? igual Tip vuelve a salir corriendo del valle verde dirección valle de la Pasión.

Jajajjajajajajajajajajaa... :hilarious::hilarious::hilarious::hilarious::hilarious::hilarious::hilarious::hilarious::hilarious::hilarious::hilarious::hilarious::hilarious::hilarious: me parto... ¡Qué bueno @Acheyeme!

No conocía el cuento original, no tuvo lo que hay que tener para en vez de llamar a los personajes Tip y Top, ponerles Chip y Chop, que habría sido mucho más apropiado...:sneaky:
 
ACHEYEME jajajajajajaAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA ME QUITO EL SOMBRERO CONTIGO, PLAS PLAS PLAS

¿ En serio escribió el cuento de Tip y Top ??? no doy crédito y no sé de qué me extraño. Ayyyy el premio nobel de literatura y el princesa de asturias de las artes, ya tienen nombre . Sobre todo este último ... no sé a que esperan para dárselo a la asturiana más guapa, más lista, con el moño mejor hecho y el novio más guapo de todo el principado. Qué prosa, qué contenido, qué interesante todo, qué moraleja tan profunda. No tengo palabras
 
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