A mí me ha dejado traumatizada la cosa esa fea del recibidor, eso no va nada con el estilo francés que quiere dar a su casa. O es regalado, que tampoco es descabellado pensarlo, lo tiene un tiempo a cambio de pasta, o es un ataque loco de querer ser más carameluchi que la carameluchi que ya sabemos que tiene obsesión por la madera. O también puede ser que su obsesión por el ecologismo la esté llevando a estos extremos también en decoración. O simplemente es reflejo de su mal gusto para absolutamente todo. No sé, pero esa cosa me ha dejado descolocada, con lo bonito que hubiera quedado ahí una consola con sus puertas de ratán.