Faltas de respeto de Letizia y Leonor a la Reina Sofia - Malas relaciones entre Letizia y Sofia.

Hoy sin ir más lejos han contado que Letizia las ha hecho vegetarianas, hombre qué son niñas... que conozcan y decidan por si mismas.

Serán niñas locas.... que no extrañe que salgan raritas cuando tengan 18 y vean la vida.... cuando escapen de la madre. Hay un límite, puedes educar, ceder y negociar pero los niños son niños. No pasa nada que cenen de cuando en cuando salchichas con arroz.... a mi me encantaban y ahora las odio. Es normal.
 
Este video pertenece a la toma de posesión de Rajoy. Letizia no sonrió en todo el acto ni una sola vez. Al día siguiente la prensa abrió con la noticia. Se dijo que Letizia no iría a más actos salvo en los que hubiera gente. Esto fue literal.
Creo que alguien sabrá poner el vídeo. Yo no sé y lo siento.
Y entonces,me pregunto,¿para qué le sirve Letizia a Felipe cómo consorte si hasta le molesta ser Reina?
 
Yo también veo por su lenguaje corporal a una niña muy introvertida, sabedora de su poder y parece marisavidilla pero es una percepción ojala me equivoque. Y Sofia hay momentos que, si no fuese lo pequeña que es, hasta parece que se ría de lo que le toca a su hermana.

Sofia tendrá lo mejor de dos mundos.... Mira Cristina que antes de cagarla tenía la mejor vida de los tres en Barcelona.
 
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Otra más pala colección. Si es que hay nitecuento. Aquí Lady Protocolo (la que afea a doña Sofía que camine a su misma altura) mira que respeto guarda ella al rey que un poquito más y le dice que se vaya a la barra a traerle una caña.

Qué gesto más feo pordior, le pesa el culo o qué :dead:
 
Doña Letizia y el protocolo: agua y aceite
En una institución como es la monarquía en la que las tradiciones y el protocolo forman parte de sus cimientos, la aparición de Letizia Ortiz Rocasolano se vio como una amenaza
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La reina Letizia en una imagen de archivo. (Limited Pictures)
Autor
Núria Tiburcio

Tiempo de lectura6 min
06.04.2018 – 05:00 H.VANITATIS

Son las cinco de la tarde de un día cualquiera de no hace mucho.
La
Reina Letizia se encuentra a bordo del Falcón de Casa Real a punto de llegar a su destino en América. Pero llegan tarde, una tormenta ha hecho que el vuelo se retrase y está preocupada porque no tiene casi tiempo para vestirse y maquillarse en el hotel.
Siempre pendiente de su look, la situación la desquicia. El
rey Felipe, fiel conocedor de su esposa, le advierte que tiene que saludar y guardar los tiempos cuando aterricen. La experiodista no lo cumple y el monarca la hace volver para seguir el protocolo. "Siempre igual", espeta casi sin vocalizar. Ella sale en las fotos, impecable, esbozando su mejor sonrisa. No es la primera vez que Letizia se salta el protocolo, ni que Felipe VI tiene que recordárselo, sin perder la compostura y en público.

En una institución como es la monarquía, en la que las tradiciones y el protocolo forman parte de sus cimientos, la aparición de Letizia Ortiz Rocasolano se vio como una amenaza. Desde el principio, la esposa de Felipe VI ya demostró que le iba a ser difícil adaptarse a esas normas -muchas de ellas no escritas- que marcan el día a día de los miembros de la familia real.
En la mente de la mayoría de españoles todavía resuena aquel "déjame terminar" que le espetó al entonces Príncipe de Asturias el día de su compromiso en El Pardo y ante toda la familia y periodistas.

Aquel fallo hizo que la actitud de Letizia cambiara por completo. Las críticas que se vertieron sobre ella provocaron que diese un paso atrás y perdiera, al menos en sus primeros años de casada, esa naturalidad que desprendía como periodista. Sin embargo, con el paso de los años, la Reina fue cogiendo fuerza dentro de la institución y empezó a aplicar su propio protocolo. Un ejemplo de ello es el Día de la Hispanidad de 2010 cuando, haciendo caso omiso a la etiqueta, que pide vestido corto para las damas, se presentó con un pantalón gris acampanado y una camisa rosa.

Letizia y la etiqueta militar

En lo que se refiere a su vestuario, y más allá de opiniones personales de si abusa de los minivestidos, una temporada estuvo en el ojo del huracán por sus elecciones para asistir a los despachos militares. La entonces Princesa recibió sonadas críticas por ir vestida de forma demasiado informal a algunos compromisos militares.

Incluso miembros del Ejército la han llegado a criticar en público por lo inadecuado de sus atuendos.

Otra norma de protocolo con la que terminó fue la de lucir peineta y mantilla en el amadrinamiento de banderas. Cuando doña Sofía se convirtió en reina, recuperó la vieja tradición de estos complementos y vestir de riguroso negro en los actos relacionados con la Guardia Civil. Desde entonces, tanto ella como sus hijas, las infantas Elena y Cristina, siguieron esta etiqueta en estos eventos. En sus primeros años, Letizia siguió la reglas y en 2005 la vimos en Logroño de negro y con peineta y mantilla.
Sin embargo, cuando accedió al trono decidió imponer su propio criterio y ahora luce en este tipo de actos vestido corto y la cabeza despejada.


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Más allá de estos hechos puntuales, en los actos diarios Letizia suele tener una actitud que no siempre se adapta al regio protocolo.
En ocasiones la hemos visto caminar por delante de su marido; consultar el móvil en pleno acto oficial; maquillarse mientras está hablando con el presidente del Gobierno; no aplaudir cuando toca; verla desconcertada sin saber dónde colocarse en las fotografías de grupo o con otros mandatarios, teniendo Felipe que indicarle cuál es su lugar; o saludar corriendo a la gente para después desaparecer. Así lo hizo este pasado agosto en Mallorca .





Los desplantes 'royal'

De ejemplos de Letizia haciendo caso omiso del protocolo hay decenas, incluso cuando no se encuentra en nuestro país y las reglas las marca otra Casa Real.
Muy reveladora fue una situación que se vivió en la
boda de Victoria de Suecia y Daniel Westling.
Tal como estaba establecido, las damas debían entrar al comedor de gala con caballeros que no fueran sus parejas
Rania pasó con el rey Constantino de Grecia, Mette-Marit con Guillermo de Luxemburgo, etc–, pero a Letizia no le pareció bien y decidió entrar con su marido dejando 'plantados' a quienes tenían asignados.

Pero no siempre las decisiones de la Reina son cuestionables. En una ocasión decidió también saltarse el protocolo, aunque esta vez lo hizo para ir a conversar con una mujer que la esperaba a las puertas del acto al que asistía y que le pidió ayuda porque iba a ser desahuciada. Letizia atendió las peticiones de la ciudadana que le contó su situación y, aunque poco puede hacer ella en este asunto, le brindó su apoyo y su atención.

A pesar de que Letizia parece que no se toma demasiado en serio todo lo relacionado con el protocolo, cuando son otros los que no lo cumplen se molesta.
Así lo vimos en 2010 en una visita oficial que realizaron los entonces Príncipes a Perú. Cuando llegaron al Palacio del Gobierno de Lima, Felipe se puso a pasar revista a la Guardia de Honor junto al presidente, Alan García, mientras ella se quedó en un rincón sin saber qué hacer.
Algo molesta acudió donde se encontraban los dos hombres y cuando el presidente se dio cuenta del error, pidió disculpas a Letizia, a la que besó en la mano.



Dicen los que han trabajado con ella que Letizia crea con sus empleados "una falsa familiaridad".

Sabe los nombres de pila de todos, los tutea, enseguida busca el contacto físico, el apretón de manos, la palmada cómplice y alabar objetos personales, pero que esta cercanía no sabe cómo administrarla. "Tan pronto te pide que le cuentes tu situación familiar como te reprocha un comportamiento y lo liga a una situación personal. No sabe bien dónde está el límite, quiere ser cercana como plebeya que es de cuna y a veces actúa de manera despótica. Su marido, y todos los que hemos trabajado con ella, la llama al orden. Siempre con mucho respeto, pero el rey Felipe VI no se calla", sentencia una persona que trabajó para la familia real casi quince años.
 
Y a su propia familia, quienes, te recuerdo, también han estado en un banquillo, incluso la tierna abuelita.
Vaya por delante que soy republicana convencida y que la familia real me parece un atraso y que cuanto antes los pongan de camino al exilio, mejor.
Dicho esto, a mi juicio, no hay proporcionalidad en la mayoría de las valoraciones que se hacen con letizia y su familia comparando sus fallos con los de la familia real y la clase política que nos gobierna que se han forrado a manos llenas de los contribuyentes.
 
Sofia tendrá lo mejor de dos mundos.... Mira Cristina que antes de cagarla tenía la mejor vida de los tres en Barcelona.

No creo que se pueda comparar la posición social de Sofía con la de Cristina, en tanto en cuanto Cristina siempre se relacionó con sus primos y el entorno familiar de sus padres. Si mal no recuerdo, Alexia y ella compartieron vivienda de recién llegadas a Barna.

Sofía seguro que siempre tendrá muy buena relación con Amanda y Carla, eso sí. Y es bueno, pero mejor sería que el círculo fuera más amplio.
 
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