El crimen de Sandra Palo

Yo a este tipo de gente, como a los que mataron a la pareja de ancianos en Bilbao, no me molestaría en reinsertarlos, es demasiado el daño que han causado. Cadena perpetua y realizando una jornada laboral de 8 horas dentro de cárcel para mantenerse, nada de trabajos forzados claro, pero pueden trabajar igual que lo hago yo. Que esa es otra, los meten en la cárcel y se dedican al gym, a estar en el patio y a actividades varias mientras los demás estamos doblando el espinazo.
 
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María del Mar Bermúdez sostiene un retrato de su hija, violada en grupo y asesinada en 2003 - GUILLERMO NAVARRO
El drama de los padres de Sandra Palo: «Los políticos son los que más daño nos han hecho»
La familia de la menor getafense violada y asesinada en 2003 convoca el sábado una concentración en Sol
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Carlos Hidalgo
@carloshidalgo_Seguir
Actualizado:15/05/2018 01:53hFamiliares de Diana Quer, Marta del Castillo, Mari Luz Cortés y Sandra Palo asisten al debate sobre la prisión permanente en el Congreso
«Llevamos quince años de lucha y el resultado no ha sido ninguno. Este tiempo solo ha servido para enfermarnos. Tenemos mucho odio y rabia acumulados. Las piedras de la mochila ya pesan demasiado. Mi marido, Paco, tiene 60 años y cuatro infartos a sus espaldas. Yo tengo 57 y tomo 14 pastillas diarias. Seguimos adelante por nuestros dos nietos, para que no sientan el odio que sentimos nosotros y nunca olviden quién fue su tía». María del Mar Bermúdez y su esposo, Francisco, revivirán este jueves la fecha más terrible de su calendario: el 17 de mayo de 2003, hace ahora 15 años, cuando una manada de cuatro jóvenes, tres de ellos menores, raptaron, violaron, atropellaron y quemaron viva, hasta la muerte, a su hija Sandra Palo, de 22 años, vecina de Getafe y con una cierta discapacidad intelectual.

Ley del Menor en los delitos más graves, fechada apenas tres años antes del terrible suceso. A la familia Palo Bermúdez, los políticos («son los que más daño nos han hecho», exclama Paco), de todos los colores, les han prometido el cielo y la tierra estos años. Incluso los llevaron a Estrasburgo para lo que, al final, resultó apenas una foto en los periódicos de la que ya nadie se acuerda.

«Lo único que se hizo fue, en 2006, rebajar de 23 a 21 años la edad a la que un menor condenado pasa a seguir cumpliendo su pena a una prisión. Ni se ha rebajado la edad penal ni han subido las condenas», denuncia María del Mar, quien esta semana pasada se reunió con el vocal del PP en la comisión de Justicia en el Congreso, Carlos Rojas: «Nos ha dicho que se van a hacer cosas sobre la Ley del Menor y también sobre los abusos sexuales, a raíz de la sentencia de la Manada. Pero también Rajoy, en 2008, dijo que si ganaba con mayoría absoluta cambiaría la legislación, y no se ha hecho nada. Las víctimas como mi hija y otras no han tenido justicia».

más joven de todos, Rafael García Fernández, el «Rafita», tenía 14 y apenas estuvo cuatro años internado. Estos tres sujetos campan a sus anchas desde hace ya mucho tiempo, sin parar de delinquir. Es el enorme fracaso de una ley que, para las víctimas, «es una vergüenza, un suma y sigue».

«Cada vez hay más miedo»
Cuando recientemente los Palo y otras familias como las de Marta del Castillo y la de Diana Quer acudieron al Congreso para el debate sobre la prisión permanente revisable, que algunos partidos quieren derogar, los padres de Sandra sufrieron «la poca empatía que tuvieron los políticos». «La ciudadanía cada día tiene más miedo de salir a la calle. Es indignante, no veo salida por ningún sitio», insiste María del Mar, quien reclama que se les reconozca como «víctimas del terrorismo callejero»: «Habría preferido que nuestra hija hubiera muerto en el 11-M, porque ella habría sufrido menos, estaríamos más protegidos y no desplazados».
 
Sociedad

15 años sin Sandra Palo: La indefensión de no tener #hashtag
El crimen de Sandra Palo hoy hubiera dinamitado todos los medidores de indignación pública. Brutalmente violada, quemada y asesinada por cuatro jóvenes, tres de ellos menores cuyas penas no superaron los ocho años, su caso apenas logró una mínima modificación de la controvertida Ley del Menor.
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Su crimen habría roto todos los medidores de indignación pública y no habría «hashtag» solidario posible que estuviera a la altura del caso. Pero entonces nadie podía lamentarse a través de las redes sociales. No se recuerda en Madrid suceso más brutal ni sentencia más indignante que la de Sandra Palo. El jueves se cumplen 15 años del macabro crimen pero la semana pasada bajo el famoso hashtag #Cuéntalo
–desde el que personajes famosos y anónimos (la mayoría) denunciaron casos de abusos sexuales–, se quiso recordar a la joven madrileña brutalmente asesinada.

«Tengo 22 años y una leve discapacidad psíquica. Cuatro hombres me raptan y me violan repetidamente. No contentos, me atropellan siete veces. Aún con vida me rocían con gasolina y me prenden fuego. Tres de mis asesinos están en la calle. Lo cuento yo porque Sandra Palo no puede», firmó en Twitter @martolius el pasado 28 de abril.

Sandra bien podría haber abanderado los #HermanaYoSíTeCreo pero su testimonio ni siquiera pudo ponerse en entredicho porque ya no estaba en este mundo cuando sus cuatro agresores –tres de ellos menores en el momento de cometer el crimen– fueron juzgados y condenados. Ella fue víctima de otra manada, peor si cabe que la de los sevillanos, porque no sólo la violaron en un descampado cercano a la A-42 sino que, cuando ella intentaba escapar a la carrera tras la agresión sexual, la atropellaron con un Citroen ZX robado pocas horas antes en Alcorcón y, después de ir a comprar gasolina a propósito, la quemaron cuando aún se movía un poco.

La sentencia del Juzgado de Menores número 5 de Madrid del 13 de octubre de 2005, (proc. 258/2003) fue, de nuevo, desoladora «con la ley en la mano». Y eso que en su caso no solo hubo «agresión» sexual, luego la asesinaron. ¿La condena? Para el mayor de edad 64 años de cárcel pero, para los dos que tenían 16 años ocho años de privación de libertad y cinco de libertad vigilada. Y para el que tenía solo 14 años en aquel momento, cuatro años de «prisión» y cinco de libertad «vigilada», en los que estuvo delinquiendo desde el minuto uno. Una sentencia a todas luces indignante y que sacó a la luz las vergüenzas de la Ley del Menor.

Luchando por su modificación sigue, 15 años después, Marimar Bermúdez, madre de la víctima. Ella fue pionera en reclamar una reforma urgente de la Ley del Menor y, a pesar de todas las cosas que le han pasado por el camino, no ha sucumbido al cansancio en todos estos años. «¿Por qué no lo he dejado? Por mi hija, por supuesto, y también por todas las víctimas. Pero no es algo que yo haya decidido, esta lucha me vino impuesta el día que mataron a Sandra».

No tira la toalla a pesar de que no ha conseguido prácticamente nada de lo que pedía y, a estas alturas, no es que tengan muchas esperanzas. «En mi caso no han legislado en caliente, ni en frío, ni en templado», zanja. Lo «bueno» de que su crimen fuera hace ya tanto tiempo es que Marimar ya ha visto desfilar a muchos políticos y alguno ha tenido que sostenerle la mirada sin argumento posible porque han tenido muchos años para cambiar las cosas, si es que hubieran querido. «Logramos que se cambiara un punto de la ley y ahora nos podríamos personar en un juicio como acusación particular. También que los menores condenados pasen a una cárcel de adultos al cumplir los 21 y no los 25 años, como ocurría cuando mataron a Sandra». Pero las penas de privación de libertad en centros de menores siguen sin cambiar. Y eso que, a día de hoy, continúan reuniéndose con políticos (la última, hace unos días, con Carlos Rojas, vocal del PP en la Comisión de Justicia del Congreso) y acudiendo a apoyar a todas las víctimas. «Llega un momento en que te cansas de repetir lo mismo, pero no vamos a parar», dice.

El aniversario más duro

Es cierto que cada aniversario es duro para Marimar pero este año se le ha juntado con la reciente pérdida de su padre y el caso de «la Manada», que también le ha removido. «Eso sí que fue una manada cruel», apunta Francisco Palo, padre de la asesinada y apoyo vital para Marimar.

Cuando pasó todo, ella se quedó hasta sin habla. Ahora sus dos nietos, de 12 y cuatro años y sus perritas (la última, Asia, de sólo cuatro meses) le consiguen arrancar alguna sonrisa. Pero «las piedras que llevo en mi mochila», como ella dice, «cada vez pesan más» y «mi psiquiatra me dice que ya no hay más medicación para darme. Tomo 14 pastillas al día y mi marido lleva cuatro infartos».

Por si no fuera bastante pesadilla el crimen de Sandra, han tenido que lidiar con otros añadidos. Pocos años después del crimen de su hija, su teléfono apareció en una web de contactos y durante una temporada le llegaban mensajes al móvil proponiéndola encuentros sexuales y llamadas de madrugada. Algún «gracioso» le había metido en ese brete. También sintieron el rechazo de los políticos: en 2012 dejaron de ingresar la escasa subvención que percibían para su asociación, destinada a ayudar a otras víctimas, porque solo mantuvieron las subvenciones a las víctimas del terrorismo.

«Hubiera preferido dos tiros»

«Yo he dicho muchas veces que hubiera preferido que a mi hija la pegaran dos tiros o hubiera muerto en los trenes de Atocha. Hubiera sufrido menos y ahora tendría otro tratamiento», dice. «Al final son los políticos los que nos dividen porque parece que hay clases de víctimas. Es indignante. ¿Qué interés hay en quitarnos de en medio?».

Pero el gran mazazo fue la estafa que habrían sufrido por parte de su primer abogado, José María Garzón, conocido como el «abogado de los famosos», que se hizo conocido precisamente por llevar el caso de Sandra Palo y de Rocío Wanninkhof. Le acusan de estafa, falsedad documental y apropiación indebida. No solo a ellos, al parecer hay muchas víctimas y hubo hasta denuncia conjunta hace un par de años. El asunto aún está en los tribunales pero lamentan haberse dado cuenta «tan tarde», en 2008. Esperan que algo de ese caso llegue a buen puerto porque dicen que de la única indemnización de la que vieron «un duro» de todas las que dictaba el fallo de la sentencia solo fue la parte correspondiente a «El Rafita», porque estaba tutelado por la Comunidad de Madrid y sí podía hacer frente al pago. «De ese 80% que nos indemnizaron, prácticamente todo se lo quedó el abogado», denuncian.

A pesar de todo, esta familia de Getafe (Madrid), que sigue esperando que el Ayuntamiento ponga una calle a Sandra, como prometieron, el próximo sábado 19 ha convoncado una concentración a las 12:00 horas en la Puerta del Sol. «No es sólo para recordar a Sandra, desgraciadamente hay muchas víctimas», dice esta madre que siempre recalca su agradecimiento con la sociedad aunque ella sólo quiere «ser una abuela normal».

¿Hubo reinserción? Los asesinos suman 47 detenciones en menos de 10 años

Solo uno de los cuatro asesinos de Sandra Palo era mayor de edad cuando les condenaron. Su pena alcanzó los 64 años; las de los menores no superaron los ocho años en un centro de internamiento. En la actualidad tres están en libertad, pero lejos de haberse reinsertado, todos han iniciado una nueva carrera delictiva que comenzó durante su etapa en libertad vigilada. «El Rafita», «Ramón» y «Ramoncín» suman a día de hoy 47 detenciones policiales. Solo «El Rafita» tiene 24 reseñas en su historial policial.


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¿Hubo reinserción? Los asesinos suman 47 detenciones en menos de 10 años

Solo uno de los cuatro asesinos de Sandra Palo era mayor de edad cuando les condenaron. Su pena alcanzó los 64 años; las de los menores no superaron los ocho años en un centro de internamiento. En la actualidad tres están en libertad, pero lejos de haberse reinsertado, todos han iniciado una nueva carrera delictiva que comenzó durante su etapa en libertad vigilada. «El Rafita», «Ramón» y «Ramoncín» suman a día de hoy 47 detenciones policiales. Solo «El Rafita» tiene 24 reseñas en su historial policial.


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«El Malaguita»

Edad al condenarlo: 18

Condena:

64 años de prisión

Situación actual:

Francisco Javier Astorga Luque es el único de los cuatro que continúa en prisión. Está en Herrera de la Mancha y comparte patio con Tony King (asesino de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes), José Bretón (niños de Córdoba) y Antonio Ortiz, pederasta de Ciudad Lineal.

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«Ramón»

Edad al condenarlo: 16

Condena:

8 años de privación de libertad en un centro de menores y 5 de libertad vigilada.

Situación actual:

Entra y sale de la cárcel con cierta asiduidad por robo con violencia, contra la seguridad vial y desobediencia.

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«El Rafita»

Edad al condenarlo: 14

Condena:

Cuatro años de privación de libertad en un centro de menores y tres años de libertad vigilada

Situación actual:

Es el mejor ejemplo de condenado que no se ha reinsertado. Desde que salió del centro de menores, en 2007, no ha dejado de delinquir. Se dedica al negocio familiar: robar coches, desguazarlos y revenderlos por piezas.


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«Ramoncín»

Edad al condenarlo: 16

Condena:

8 años de privación de libertad en un centro de menores y 5 de libertad vigilada.

Situación actual:

Lejos de haberse reinsertado ha sido detenido por robo con fuerza en varias ocasiones.

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Sociedad

15 años sin Sandra Palo: La indefensión de no tener #hashtag
El crimen de Sandra Palo hoy hubiera dinamitado todos los medidores de indignación pública. Brutalmente violada, quemada y asesinada por cuatro jóvenes, tres de ellos menores cuyas penas no superaron los ocho años, su caso apenas logró una mínima modificación de la controvertida Ley del Menor.
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Su crimen habría roto todos los medidores de indignación pública y no habría «hashtag» solidario posible que estuviera a la altura del caso. Pero entonces nadie podía lamentarse a través de las redes sociales. No se recuerda en Madrid suceso más brutal ni sentencia más indignante que la de Sandra Palo. El jueves se cumplen 15 años del macabro crimen pero la semana pasada bajo el famoso hashtag #Cuéntalo
–desde el que personajes famosos y anónimos (la mayoría) denunciaron casos de abusos sexuales–, se quiso recordar a la joven madrileña brutalmente asesinada.

«Tengo 22 años y una leve discapacidad psíquica. Cuatro hombres me raptan y me violan repetidamente. No contentos, me atropellan siete veces. Aún con vida me rocían con gasolina y me prenden fuego. Tres de mis asesinos están en la calle. Lo cuento yo porque Sandra Palo no puede», firmó en Twitter @martolius el pasado 28 de abril.

Sandra bien podría haber abanderado los #HermanaYoSíTeCreo pero su testimonio ni siquiera pudo ponerse en entredicho porque ya no estaba en este mundo cuando sus cuatro agresores –tres de ellos menores en el momento de cometer el crimen– fueron juzgados y condenados. Ella fue víctima de otra manada, peor si cabe que la de los sevillanos, porque no sólo la violaron en un descampado cercano a la A-42 sino que, cuando ella intentaba escapar a la carrera tras la agresión sexual, la atropellaron con un Citroen ZX robado pocas horas antes en Alcorcón y, después de ir a comprar gasolina a propósito, la quemaron cuando aún se movía un poco.

La sentencia del Juzgado de Menores número 5 de Madrid del 13 de octubre de 2005, (proc. 258/2003) fue, de nuevo, desoladora «con la ley en la mano». Y eso que en su caso no solo hubo «agresión» sexual, luego la asesinaron. ¿La condena? Para el mayor de edad 64 años de cárcel pero, para los dos que tenían 16 años ocho años de privación de libertad y cinco de libertad vigilada. Y para el que tenía solo 14 años en aquel momento, cuatro años de «prisión» y cinco de libertad «vigilada», en los que estuvo delinquiendo desde el minuto uno. Una sentencia a todas luces indignante y que sacó a la luz las vergüenzas de la Ley del Menor.

Luchando por su modificación sigue, 15 años después, Marimar Bermúdez, madre de la víctima. Ella fue pionera en reclamar una reforma urgente de la Ley del Menor y, a pesar de todas las cosas que le han pasado por el camino, no ha sucumbido al cansancio en todos estos años. «¿Por qué no lo he dejado? Por mi hija, por supuesto, y también por todas las víctimas. Pero no es algo que yo haya decidido, esta lucha me vino impuesta el día que mataron a Sandra».

No tira la toalla a pesar de que no ha conseguido prácticamente nada de lo que pedía y, a estas alturas, no es que tengan muchas esperanzas. «En mi caso no han legislado en caliente, ni en frío, ni en templado», zanja. Lo «bueno» de que su crimen fuera hace ya tanto tiempo es que Marimar ya ha visto desfilar a muchos políticos y alguno ha tenido que sostenerle la mirada sin argumento posible porque han tenido muchos años para cambiar las cosas, si es que hubieran querido. «Logramos que se cambiara un punto de la ley y ahora nos podríamos personar en un juicio como acusación particular. También que los menores condenados pasen a una cárcel de adultos al cumplir los 21 y no los 25 años, como ocurría cuando mataron a Sandra». Pero las penas de privación de libertad en centros de menores siguen sin cambiar. Y eso que, a día de hoy, continúan reuniéndose con políticos (la última, hace unos días, con Carlos Rojas, vocal del PP en la Comisión de Justicia del Congreso) y acudiendo a apoyar a todas las víctimas. «Llega un momento en que te cansas de repetir lo mismo, pero no vamos a parar», dice.

El aniversario más duro

Es cierto que cada aniversario es duro para Marimar pero este año se le ha juntado con la reciente pérdida de su padre y el caso de «la Manada», que también le ha removido. «Eso sí que fue una manada cruel», apunta Francisco Palo, padre de la asesinada y apoyo vital para Marimar.

Cuando pasó todo, ella se quedó hasta sin habla. Ahora sus dos nietos, de 12 y cuatro años y sus perritas (la última, Asia, de sólo cuatro meses) le consiguen arrancar alguna sonrisa. Pero «las piedras que llevo en mi mochila», como ella dice, «cada vez pesan más» y «mi psiquiatra me dice que ya no hay más medicación para darme. Tomo 14 pastillas al día y mi marido lleva cuatro infartos».

Por si no fuera bastante pesadilla el crimen de Sandra, han tenido que lidiar con otros añadidos. Pocos años después del crimen de su hija, su teléfono apareció en una web de contactos y durante una temporada le llegaban mensajes al móvil proponiéndola encuentros sexuales y llamadas de madrugada. Algún «gracioso» le había metido en ese brete. También sintieron el rechazo de los políticos: en 2012 dejaron de ingresar la escasa subvención que percibían para su asociación, destinada a ayudar a otras víctimas, porque solo mantuvieron las subvenciones a las víctimas del terrorismo.

«Hubiera preferido dos tiros»

«Yo he dicho muchas veces que hubiera preferido que a mi hija la pegaran dos tiros o hubiera muerto en los trenes de Atocha. Hubiera sufrido menos y ahora tendría otro tratamiento», dice. «Al final son los políticos los que nos dividen porque parece que hay clases de víctimas. Es indignante. ¿Qué interés hay en quitarnos de en medio?».

Pero el gran mazazo fue la estafa que habrían sufrido por parte de su primer abogado, José María Garzón, conocido como el «abogado de los famosos», que se hizo conocido precisamente por llevar el caso de Sandra Palo y de Rocío Wanninkhof. Le acusan de estafa, falsedad documental y apropiación indebida. No solo a ellos, al parecer hay muchas víctimas y hubo hasta denuncia conjunta hace un par de años. El asunto aún está en los tribunales pero lamentan haberse dado cuenta «tan tarde», en 2008. Esperan que algo de ese caso llegue a buen puerto porque dicen que de la única indemnización de la que vieron «un duro» de todas las que dictaba el fallo de la sentencia solo fue la parte correspondiente a «El Rafita», porque estaba tutelado por la Comunidad de Madrid y sí podía hacer frente al pago. «De ese 80% que nos indemnizaron, prácticamente todo se lo quedó el abogado», denuncian.

A pesar de todo, esta familia de Getafe (Madrid), que sigue esperando que el Ayuntamiento ponga una calle a Sandra, como prometieron, el próximo sábado 19 ha convoncado una concentración a las 12:00 horas en la Puerta del Sol. «No es sólo para recordar a Sandra, desgraciadamente hay muchas víctimas», dice esta madre que siempre recalca su agradecimiento con la sociedad aunque ella sólo quiere «ser una abuela normal».

¿Hubo reinserción? Los asesinos suman 47 detenciones en menos de 10 años

Solo uno de los cuatro asesinos de Sandra Palo era mayor de edad cuando les condenaron. Su pena alcanzó los 64 años; las de los menores no superaron los ocho años en un centro de internamiento. En la actualidad tres están en libertad, pero lejos de haberse reinsertado, todos han iniciado una nueva carrera delictiva que comenzó durante su etapa en libertad vigilada. «El Rafita», «Ramón» y «Ramoncín» suman a día de hoy 47 detenciones policiales. Solo «El Rafita» tiene 24 reseñas en su historial policial.


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¿Hubo reinserción? Los asesinos suman 47 detenciones en menos de 10 años

Solo uno de los cuatro asesinos de Sandra Palo era mayor de edad cuando les condenaron. Su pena alcanzó los 64 años; las de los menores no superaron los ocho años en un centro de internamiento. En la actualidad tres están en libertad, pero lejos de haberse reinsertado, todos han iniciado una nueva carrera delictiva que comenzó durante su etapa en libertad vigilada. «El Rafita», «Ramón» y «Ramoncín» suman a día de hoy 47 detenciones policiales. Solo «El Rafita» tiene 24 reseñas en su historial policial.


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«El Malaguita»

Edad al condenarlo: 18

Condena:

64 años de prisión

Situación actual:

Francisco Javier Astorga Luque es el único de los cuatro que continúa en prisión. Está en Herrera de la Mancha y comparte patio con Tony King (asesino de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes), José Bretón (niños de Córdoba) y Antonio Ortiz, pederasta de Ciudad Lineal.

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«Ramón»

Edad al condenarlo: 16

Condena:

8 años de privación de libertad en un centro de menores y 5 de libertad vigilada.

Situación actual:

Entra y sale de la cárcel con cierta asiduidad por robo con violencia, contra la seguridad vial y desobediencia.

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«El Rafita»

Edad al condenarlo: 14

Condena:

Cuatro años de privación de libertad en un centro de menores y tres años de libertad vigilada

Situación actual:

Es el mejor ejemplo de condenado que no se ha reinsertado. Desde que salió del centro de menores, en 2007, no ha dejado de delinquir. Se dedica al negocio familiar: robar coches, desguazarlos y revenderlos por piezas.


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«Ramoncín»

Edad al condenarlo: 16

Condena:

8 años de privación de libertad en un centro de menores y 5 de libertad vigilada.

Situación actual:

Lejos de haberse reinsertado ha sido detenido por robo con fuerza en varias ocasiones.

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Madre de mi vida qué mal cuerpo se me ha quedado.
De verdad que me quito el sombrero con estos padres, todo mi cariño y solidaridad. Son buenas personas, sin duda.
Cualquier otra, yo misma, contrato a un sicario para hacerle 3 favores a la sociedad y para vengar la muerte de mi hija ya que la justicia que pago con mis impuestos se limpia el culo con mi pena
 
Este ha sido con creces el acto mas abominable, lo que hicieron con esta criatura.... alimañas, yo a estos ni reinsercion ni ostias. Es que no puedo imaginar lo que debió de sufrir. Yo sabría perfectamente que hacer con los asesinos estos.
 
Sociedad

15 años sin Sandra Palo: La indefensión de no tener #hashtag
El crimen de Sandra Palo hoy hubiera dinamitado todos los medidores de indignación pública. Brutalmente violada, quemada y asesinada por cuatro jóvenes, tres de ellos menores cuyas penas no superaron los ocho años, su caso apenas logró una mínima modificación de la controvertida Ley del Menor.
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Su crimen habría roto todos los medidores de indignación pública y no habría «hashtag» solidario posible que estuviera a la altura del caso. Pero entonces nadie podía lamentarse a través de las redes sociales. No se recuerda en Madrid suceso más brutal ni sentencia más indignante que la de Sandra Palo. El jueves se cumplen 15 años del macabro crimen pero la semana pasada bajo el famoso hashtag #Cuéntalo
–desde el que personajes famosos y anónimos (la mayoría) denunciaron casos de abusos sexuales–, se quiso recordar a la joven madrileña brutalmente asesinada.

«Tengo 22 años y una leve discapacidad psíquica. Cuatro hombres me raptan y me violan repetidamente. No contentos, me atropellan siete veces. Aún con vida me rocían con gasolina y me prenden fuego. Tres de mis asesinos están en la calle. Lo cuento yo porque Sandra Palo no puede», firmó en Twitter @martolius el pasado 28 de abril.

Sandra bien podría haber abanderado los #HermanaYoSíTeCreo pero su testimonio ni siquiera pudo ponerse en entredicho porque ya no estaba en este mundo cuando sus cuatro agresores –tres de ellos menores en el momento de cometer el crimen– fueron juzgados y condenados. Ella fue víctima de otra manada, peor si cabe que la de los sevillanos, porque no sólo la violaron en un descampado cercano a la A-42 sino que, cuando ella intentaba escapar a la carrera tras la agresión sexual, la atropellaron con un Citroen ZX robado pocas horas antes en Alcorcón y, después de ir a comprar gasolina a propósito, la quemaron cuando aún se movía un poco.

La sentencia del Juzgado de Menores número 5 de Madrid del 13 de octubre de 2005, (proc. 258/2003) fue, de nuevo, desoladora «con la ley en la mano». Y eso que en su caso no solo hubo «agresión» sexual, luego la asesinaron. ¿La condena? Para el mayor de edad 64 años de cárcel pero, para los dos que tenían 16 años ocho años de privación de libertad y cinco de libertad vigilada. Y para el que tenía solo 14 años en aquel momento, cuatro años de «prisión» y cinco de libertad «vigilada», en los que estuvo delinquiendo desde el minuto uno. Una sentencia a todas luces indignante y que sacó a la luz las vergüenzas de la Ley del Menor.

Luchando por su modificación sigue, 15 años después, Marimar Bermúdez, madre de la víctima. Ella fue pionera en reclamar una reforma urgente de la Ley del Menor y, a pesar de todas las cosas que le han pasado por el camino, no ha sucumbido al cansancio en todos estos años. «¿Por qué no lo he dejado? Por mi hija, por supuesto, y también por todas las víctimas. Pero no es algo que yo haya decidido, esta lucha me vino impuesta el día que mataron a Sandra».

No tira la toalla a pesar de que no ha conseguido prácticamente nada de lo que pedía y, a estas alturas, no es que tengan muchas esperanzas. «En mi caso no han legislado en caliente, ni en frío, ni en templado», zanja. Lo «bueno» de que su crimen fuera hace ya tanto tiempo es que Marimar ya ha visto desfilar a muchos políticos y alguno ha tenido que sostenerle la mirada sin argumento posible porque han tenido muchos años para cambiar las cosas, si es que hubieran querido. «Logramos que se cambiara un punto de la ley y ahora nos podríamos personar en un juicio como acusación particular. También que los menores condenados pasen a una cárcel de adultos al cumplir los 21 y no los 25 años, como ocurría cuando mataron a Sandra». Pero las penas de privación de libertad en centros de menores siguen sin cambiar. Y eso que, a día de hoy, continúan reuniéndose con políticos (la última, hace unos días, con Carlos Rojas, vocal del PP en la Comisión de Justicia del Congreso) y acudiendo a apoyar a todas las víctimas. «Llega un momento en que te cansas de repetir lo mismo, pero no vamos a parar», dice.

El aniversario más duro

Es cierto que cada aniversario es duro para Marimar pero este año se le ha juntado con la reciente pérdida de su padre y el caso de «la Manada», que también le ha removido. «Eso sí que fue una manada cruel», apunta Francisco Palo, padre de la asesinada y apoyo vital para Marimar.

Cuando pasó todo, ella se quedó hasta sin habla. Ahora sus dos nietos, de 12 y cuatro años y sus perritas (la última, Asia, de sólo cuatro meses) le consiguen arrancar alguna sonrisa. Pero «las piedras que llevo en mi mochila», como ella dice, «cada vez pesan más» y «mi psiquiatra me dice que ya no hay más medicación para darme. Tomo 14 pastillas al día y mi marido lleva cuatro infartos».

Por si no fuera bastante pesadilla el crimen de Sandra, han tenido que lidiar con otros añadidos. Pocos años después del crimen de su hija, su teléfono apareció en una web de contactos y durante una temporada le llegaban mensajes al móvil proponiéndola encuentros sexuales y llamadas de madrugada. Algún «gracioso» le había metido en ese brete. También sintieron el rechazo de los políticos: en 2012 dejaron de ingresar la escasa subvención que percibían para su asociación, destinada a ayudar a otras víctimas, porque solo mantuvieron las subvenciones a las víctimas del terrorismo.

«Hubiera preferido dos tiros»

«Yo he dicho muchas veces que hubiera preferido que a mi hija la pegaran dos tiros o hubiera muerto en los trenes de Atocha. Hubiera sufrido menos y ahora tendría otro tratamiento», dice. «Al final son los políticos los que nos dividen porque parece que hay clases de víctimas. Es indignante. ¿Qué interés hay en quitarnos de en medio?».

Pero el gran mazazo fue la estafa que habrían sufrido por parte de su primer abogado, José María Garzón, conocido como el «abogado de los famosos», que se hizo conocido precisamente por llevar el caso de Sandra Palo y de Rocío Wanninkhof. Le acusan de estafa, falsedad documental y apropiación indebida. No solo a ellos, al parecer hay muchas víctimas y hubo hasta denuncia conjunta hace un par de años. El asunto aún está en los tribunales pero lamentan haberse dado cuenta «tan tarde», en 2008. Esperan que algo de ese caso llegue a buen puerto porque dicen que de la única indemnización de la que vieron «un duro» de todas las que dictaba el fallo de la sentencia solo fue la parte correspondiente a «El Rafita», porque estaba tutelado por la Comunidad de Madrid y sí podía hacer frente al pago. «De ese 80% que nos indemnizaron, prácticamente todo se lo quedó el abogado», denuncian.

A pesar de todo, esta familia de Getafe (Madrid), que sigue esperando que el Ayuntamiento ponga una calle a Sandra, como prometieron, el próximo sábado 19 ha convoncado una concentración a las 12:00 horas en la Puerta del Sol. «No es sólo para recordar a Sandra, desgraciadamente hay muchas víctimas», dice esta madre que siempre recalca su agradecimiento con la sociedad aunque ella sólo quiere «ser una abuela normal».

¿Hubo reinserción? Los asesinos suman 47 detenciones en menos de 10 años

Solo uno de los cuatro asesinos de Sandra Palo era mayor de edad cuando les condenaron. Su pena alcanzó los 64 años; las de los menores no superaron los ocho años en un centro de internamiento. En la actualidad tres están en libertad, pero lejos de haberse reinsertado, todos han iniciado una nueva carrera delictiva que comenzó durante su etapa en libertad vigilada. «El Rafita», «Ramón» y «Ramoncín» suman a día de hoy 47 detenciones policiales. Solo «El Rafita» tiene 24 reseñas en su historial policial.


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¿Hubo reinserción? Los asesinos suman 47 detenciones en menos de 10 años

Solo uno de los cuatro asesinos de Sandra Palo era mayor de edad cuando les condenaron. Su pena alcanzó los 64 años; las de los menores no superaron los ocho años en un centro de internamiento. En la actualidad tres están en libertad, pero lejos de haberse reinsertado, todos han iniciado una nueva carrera delictiva que comenzó durante su etapa en libertad vigilada. «El Rafita», «Ramón» y «Ramoncín» suman a día de hoy 47 detenciones policiales. Solo «El Rafita» tiene 24 reseñas en su historial policial.


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«El Malaguita»

Edad al condenarlo: 18

Condena:

64 años de prisión

Situación actual:

Francisco Javier Astorga Luque es el único de los cuatro que continúa en prisión. Está en Herrera de la Mancha y comparte patio con Tony King (asesino de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes), José Bretón (niños de Córdoba) y Antonio Ortiz, pederasta de Ciudad Lineal.

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«Ramón»

Edad al condenarlo: 16

Condena:

8 años de privación de libertad en un centro de menores y 5 de libertad vigilada.

Situación actual:

Entra y sale de la cárcel con cierta asiduidad por robo con violencia, contra la seguridad vial y desobediencia.

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«El Rafita»

Edad al condenarlo: 14

Condena:

Cuatro años de privación de libertad en un centro de menores y tres años de libertad vigilada

Situación actual:

Es el mejor ejemplo de condenado que no se ha reinsertado. Desde que salió del centro de menores, en 2007, no ha dejado de delinquir. Se dedica al negocio familiar: robar coches, desguazarlos y revenderlos por piezas.


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«Ramoncín»

Edad al condenarlo: 16

Condena:

8 años de privación de libertad en un centro de menores y 5 de libertad vigilada.

Situación actual:

Lejos de haberse reinsertado ha sido detenido por robo con fuerza en varias ocasiones.

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Bueno, por no hablar de la camarilla que acompaña al que está en la cárcel. Horribles todos. Sangrientos y sin escrúpulos.
Y encima manteniendo a esta gentuza y sabiendo a ciencia cierta que no se van a reinsertar
Esto es para bajarse del mundo
 
Ahora se dedica a vender cosas por Wallapop de dudosa procedencia.
Le han detenido hace unos días otra vez, pero lo han vuelto a soltar (que novedad).
Acumula 22 antecedentes este despojo



Detenido de nuevo 'El Rafita', asesino de Sandra Palo, por una estafa en la venta de un radiocasete


El Rafita tenía una orden de detención e ingreso en prisión por una estafa en Málaga y acumula hasta 22 antecedentes. Ha sido puesto en libertad tras pagar una multa.

Rafael Fernández García tiene ahora 33 años y cuenta con 22 antecedentes por multitud de delitos como robos con fuerza o violencia, según estas mismas fuentes.

Según fuentes policiales, El Rafita se dedica a ahora a vender objetos en wallapop y se sospecha que alguno de los artículos que ofrece podrían ser de dudosa procedencia.


La Policía Nacional ha detenido en el distrito madrileño de Puente de Vallecas a Rafael Fernández García, alias El Rafita, uno de los condenados por el asesinato de la joven Sandra Palo en 2003, que tenía una orden de detención e ingreso en prisión por una estafa en Málaga y que acumula hasta 22 antecedentes. Este viernes por la mañana ha sido puesto en libertad, ya que su hermana ya ha pagado la multa de 650 euros que tenía pendiente por el delito.

Según las investigaciones policiales, El Rafita vendió por wallapop un viejo radiocasette por 80 euros. El aparato no funcionaba por lo que fue denunciado por una presunta estafa por el comprador.

Como consecuencia de la denuncia El Rafita fue condenado por un delito leve de estafa a una multa que tenía que abonar mensualmente. La indemnización total que tiene que pagar es de 900 euros.El Rafita cumple durante tres meses, pero deja de hacerlo en septiembre. El juzgado decreta su busca y captura para ingreso en prisión hasta que es detenido el jueves por la mañana en la calle de Concejo de Teverga de Vallecas tras ser identificado por dos agentes. La tarde del jueves su hermana abonó los 650 euros que quedaban y ha sido puesto esta mañana en libertad.

El Rafita tiene a sus espaldas numerosas detenciones. La última de junio de este año cuando la Guardia Civil le arrestó, junto a los miembros de su banda, como presuntos responsables de una veintena de robos en establecimientos de la Comunidad de Madrid mediante el procedimiento del alunizaje y de la maza.

Este hombre, cuando tenía 14 años, fue uno de los autores del asesinato de Sandra Palo; cumplió cuatro de condena en un centro de internamiento y desde entonces ha sido detenido en múltiples ocasiones por diversos delitos de robo o pertenencia a una banda dedicada al tráfico de vehículos.

Este jueves fue reconocido físicamente por unos agentes que patrullaban el distrito de Puente de Vallecas (Madrid), según han informado fuentes policiales.

El Rafita se encontraba en la calle Concejo de Teverga a las once de la mañana y fue detenido por los policías sin oponer resistencia.

Este individuo tenía una orden de detención e ingreso en prisión por un Juzgado de Málaga.

 
Este caso me dejo muy marcada, me impacto todo mucho y siempre me han dado mucha mucha pena sus padres, no les han dado la justicia que se merecen. siempre recuerdo una imagen de la madre, aporreando un esta mujer la hubieran dejado sola o hubiera tenido oportunidad, estoy segurisima, que hubiera hecho su propia justicia y eso es lo que se merece, cargarse a esos cabrones con sus propias manos. El rafita, ese parasito merece morir cruelmente.
 
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