El problema con las personas tóxicas es que no saben que lo son; al contrario: se piensan que son muy buenas y que los malos son los demás, y se niegan a hacer autocrítica ni a contemplar que, quizá, su situación es fruto de sí mismas, que si nadie quiere relacionarse con ellas a lo mejor, y solo a lo mejor, es porque no aportan nada o aportan cosas malas. No, la culpa siempre es de los demás, que son muy malos y las tratan mal.