Benito Pérez Galdós (1843 - 1920)

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En 1843, uno en Nueva York en abril y el otro en Las Palmas de Gran Canaria, nacían dos grandes de sus lenguas respectivas, Henry James y Benito Pérez Galdós. Ambos, magos de la penetración en el alma humana, James fue retratista de las clases altas anglosajonas y Galdós el delas clases medias y bajas,sin el tremendismo de Zola, que tanto practicaría su gran admiradora y amante, la Condesa Emilia Pardo Bazán.



En 1904​

La biografia de Galdós merece de fondo la hermosa banda sonora de Antón Garcia Abril para la serie de TV "Fortunata y Jacinta".



Benito fue el décimo hijo del coronel Sebastián Pérez y de Dolores Galdós, dama de origen vasco. Unos padres que le inculcaron el amor por la historia y la literatura con una pedagogia avanzada que defendía el evolucionismo de Darwin. Podemos imaginar al joven Galdós como el Pepe Rey de su obra "Doña Perfecta".

Desde niño y joven empezó a escribir y publicar en la prensa local y la llegada de la prima Sisita, que causó un arrobado impacto en el joven, empujó a su madre a mandarle a estudiar Derecho a Madrid. Allí, el joven Galdós se dedicó a faltar a clase para callejear por Madrid mientras conocia a Francisco Ginés de los Rios, fundador de la Institución Libre de Enseñanza, quele descubrió el kraussismo, y a leer novelas de los autores europeos en inglés y francés en el Ateneo. También seria asiduo de las tertulias literarias y se harìa gran amigo de Leopoldo Alas "Clarín". Como alumno diría:


Entré en la Universidad, donde me distinguí por los frecuentes novillos que hacía, como he referido en otro lugar. Escapándome de las cátedras, ganduleaba por las calles, plazas y callejuelas, gozando en observar la vida bulliciosa de esta ingente y abigarrada capital. Mi vocación literaria se iniciaba con el prurito dramático, y si mis días se me iban en “flanear” por las calles, invertía parte de las noches en emborronar dramas y comedias. Frecuentaba el Teatro Real y un café de la Puerta del Sol, donde se reunía buen golpe de mis paisanos.

B. Pérez Galdós, Memorias de un desmemoriado, cap. II.

Asi que le echaron de la Universidad.


El joven empezaría a trabajar como periodista en "La Nación", "El Debate" y la "Revista del movimiento intelectual de Europa". Tras la caida de Isabel II, que le pilla de regreso deParis, hace periodismo politico, mientras lee a Balzac y, con la ayuda económica de su cuñada escribe su primera novela, "La Fontana de Oro".

Tras la publicación de "La sombra" y una serie de mujeres ilustres de la historia de España en 1873 emprende la redacción de "Los episodios nacionales", en cuatro series desde la guerra de la Independencia, abarcando casi todo el siglo XIX.

Desde su llegada a Madrid, una de las mayores aficiones de Galdós eran las visitas al viejo Ateneo de la calle de la Montera,18 donde tuvo oportunidad de hacer amistad con intelectuales y políticos de todas las tendencias, incluidos personajes tan ajenos a su ideología y sensibilidad como Marcelino Menéndez Pelayo, Antonio Cánovas del Castillo o Francisco Silvela. También frecuentaba las tertulias del Café de la Iberia, la Cervecería Inglesa y del viejo Café de Levante. A partir de 1872, Galdós se aficionó a pasar los tórridos veranos madrileños en Santander (Cantabria), entorno con el que llegaría a identificarse hasta el punto de comprar una casa en El Sardinero, la animada "finca de San Quintín".19 Pero el auge del naturalismo en Francia y sus lecturas del mismo empezaron a afectar sus ideas narrativas y en 1881 dio un notable giro a su producción novelística al publicar La desheredada, como observaría su amigo y crítico literario Leopoldo Alas, Clarín:

Galdós se ha echado en la corriente; ha publicado un programa de literatura incendiaria, su programa de naturalista: ha escrito en 507 páginas la historia de una prost*t*ta.

Con La desheredada abandona el género de la novela de tesis y abre el ciclo de las Novelas españolas contemporáneas (1881-1889) que —en su mayoría— describen la sociedad madrileña en la segunda mitad del siglo XIX. A partir de entonces comparecen ampliamente bajo perspectivas naturalistas los elementos novelescos más caros a Galdós: la locura generosa y abnegada, la debilidad sentimental femenina, el egoísmo masculino, la exploración de la inquietud romántica y, a su lado, el análisis de la dureza pragmática. Los personajes ya no serán de una pieza y sus sueños o las contradicciones de su pensamiento ocuparán largo trecho, como sucede en El amigo Manso (1882), intensa novelización de una renuncia amorosa narrada por un personaje cuya crisis de existencia parece anticipar a los muy posteriores de Miguel de Unamuno. Asimismo, como en La comedia humana de Balzac, los personajes de unas novelas empiezan a aparecer en otras.

Galdós diputado[editar]
La carrera parlamentaria de Galdós comienza, de un modo un tanto rocambolesco, cuando en 1886 y habiéndose aproximado el escritor al Partido Liberal, su amistad con Sagasta le llevó a ingresar en el Congreso como diputado por Guayama (Puerto Rico).2223 El escritor nunca llegaría a visitar su circunscripción antillana, pero su obligada asistencia a las Cortes —donde, tímido por naturaleza, apenas despegaría los labios— le sirvió de nuevo e insólito observatorio desde el que analizar lo que luego titularía como «la sociedad española como materia novelable».24c

Más tarde en las elecciones generales de España de 1910 se presentaría como líder de Conjunción Republicano-Socialista, formada por partidos republicanos y el PSOE, en que dicha coalición obtendría un 10,3 % de votos.

En su producción novelística, todavía dentro del ciclo de las Novelas españolas contemporáneas, inicia una segunda fase en que tras publicar Realidad en 1889, la lectura de León Tolstoy le hace abandonar el influjo del naturalismo e inclinarse por el espiritualismo, publicando entre 1891 y 1897 diez novelas en esta nueva estética: Ángel Guerra (1891), Tristana (1892), La loca de la casa (1892), Torquemada en la cruz (1893), Torquemada en el Purgatorio (1894), Torquemada y San Pedro (1895), Nazarín (1895), Halma (1895), Misericordia (1897) y El abuelo (1897)


Galdós también escribió obras de teatro, al principio históricas o alta comedia como "Un joven de provecho". También "Realidad" representada por la actriz Maria Guerrero, que tuvo un gran éxito, como "La loca de la casa" y "La de San Quintín".

Sin embargo, su obra"Elektra", atacando a la Iglesia, le costó, no solo grandes ataques,sino también que sus enemigos evitasen la concesión del Premio Nobel en 1904. Dichos sectores conservadores no habian podido evitar su ingreso en la Real Academia en 1897

En cuanto a su vida sentimental, Galdós se mantuvo soltero toda su vida pero tuvo bastantes amantes de todo tipo y una hija natural, Maria Galdos Cobián, que reconoció, hija de una modelo de pintores, bella pero analfabeta, Lorenza Cobián,que fue amante de Galdos entre 1879 y 1891. Dicen que es el modelo de "Fortunata", la hembra inculta, poderosa y fuerte de dramático final. Lorenza se suicidó en un calabozo en 1906 tras intentarlo en el Viaducto. Cuando murió, su hija pasó a formar parte de la corte de cuñada y sobrinas que vivian con el escritor. Maria se casaria dando continuidad a la estirpe de Galdós.

Es posible que Galdós tuviese otros hijos pero no se les conoce.

Fué el gran amor de Doña Emilia Pardo Bazán, que le dedicó poemas y permanecieron como amigos tras el fin de la pasión.

Universo femenino

Numerosos estudios críticos han destacado la habilidad de Galdós en su construcción de personajes femeninos;en este sentido y además de los títulos citados, cabría añadir las mujeres protagonistas de Gloria (Gloria Lantigua); La de Bringas (Rosalía Pipaón); Tormento (Amparo); La desheredada (Isidora Rufete); La familia de León Roch (María Egipcíaca); Marianela; o la Benina de Misericordia.58



Obra literaria

Mis obras favoritas son "Doña Perfecta","Fortunata y Jacinta", "Miau" y "Marianela".

De "Doña Perfecta" adoro este fragmento del capitulo XII

"Amor,amistad, luz para el alma, aire sano para la respiración moral, libre intercambio de ideas y sensaciones era lo que Pepe Rey necesitaba imperiosamente. No hallándolo, aumentaban las sombras que rodeaban su espíritu y la lobreguez interior daba a su alma disciplencia y amargura"

También adoro la descripción del pequeño Luisito, huérfano de madre que vive con sus abuelos y tia maternos, tan inteligente dentro de su inocencia, en "Miau", convertido en objeto de tira y afloja y chantaje entre los adultos, con la preclara impresión de que su padre no es un buen tipo.

Y todas sus obras en general son joyas maravillosas que no te cansas de leer, gran Don Benito.

Gran documental​





 

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