Yo tampoco me lo creo. A estas alturas ya debería haberse dado cuenta que los hijos no hacer renacer el amor entre los padres... O peor aún, que no hay nada que amarre definitivamente al cachetes de marrana flaca, o perdón Quico. No, William.Bueno, yo no me creo lo del cuarto hijo, pero está claro que los Cambridge venden y la prensa mete cualquier cosa para ponerlos en portada.
Quizás ella nunca pedirá el divorcio, pero ¿quién ha dicho que él nunca lo hará?