La policía, que era inspectora de Scotland Yard y encargada de la seguridad de MM, apareció -a juicio de MM- demasiado elegante para acompañarles y ésta le mandó a cambiarse de ropa. Esta fue a cambiarse, pero a los 10 minutos llego una llamada de BP que ya sabía que no habían salido (iban también en la caravana los Cambriges que pacientemente esperaban) y les dieron orden de salir aún sin la inspectora.
El retraso fue sonado, porque además de estropearse el suflé (se derritió el helado que iba dentro) desbarató las medidas de la policía en organizar el tráfico usuales en estos casos. Y la inspectora fue otra de las que renunciaron estar al servicio de la chuchex.
