La Princesa Presiosa nos ha salido con muy poquita sangre, probablemente por una sobreprotección de sus padres. Yo nunca comprenderé que si quieren que sea jefa de un Estado, desde pequeña no la educasen en la naturalidad ante las cámaras, posando, contestando, en viajes oficiales, actos públicos, como hacen los Cambridge, estos quieren todos los beneficios y cero sacrificios. La reina por sorpresa no acepta críticas, y no soporta la idea de que la prensa opinase de sus tezoros, el resultado una niña apocada, tímida, paradita,m. Una desconocida que en cuatro años, si ocurre un suceso dramático e indeseable, sería nuestra Reina y no sabemos más que cuatro chorradas de extraescolares y sus increíbles gustos cinematográficos, que parece Carlos Boyero. No me extraña que el CIS ya no nos consulte del “tema”, no les gustaría nada nuestra opinión.