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Cuando yo era pequeña, unos 12 años, iba a la iglesia por una calle céntrica, creo que iba a catequesis y recuerdo muy claramente cómo a plena luz del día un hombre se acercó a mí y me tocó "mis partes" , pero luego se alejó de mí gracias a Dios, fueron solo unos segundos pero fijaos lo traumatico que es todo esto que más de 30 años después aún lo recuerdo...
Si no me hizo más sería porque había gente por la calle, si la calle hubiese estado desierta quién sabe qué podría haberme pasado.
Cuando yo tenía 6 años vivía en el noveno y último piso de un edificio y bajé al sexto piso para enseñarle un periquito a una vecina que me tenía mucho cariño. El periquito lo llevaba en la mano porque estaba "domesticado" y no se escapaba. Después que estuve con la vecina y comencé a subir las escaleras desde el sexto piso a mi casa, comencé a escuchar unos pasos que subían las escaleras detrás de mi, y de repente recuerdo que sentí miedo y comencé a subir más rápido, pero el tipo que venía detrás me alcanzo y me agarró por la cintura y me tocó mis partes debajo del vestido. Cuando intentaba zafarme de él, mi periquito lo mordió en la nariz y yo le di un golpe con la mano (bueno con mis manos de niña dudo que le hiciera daño el golpe), el tipo se echó las manos a la nariz y bajó corriendo y desapareció. Cuando mis padres vieron que llegué llorando y asustada y les conté lo que me había pasado, mi padre bajó las escaleras como alma que lleva el diablo, pero el tipo había desaparecido. Por lo visto, era un chico de unos 20 años, que no vivía en el edificio y "supuestamente" estaba vendiendo luces de bengala puerta a puerta. Eran fechas de Navidad. Gracias a Dios no me quedó un trauma, y son muy pocas las veces que he recordado este incidente.
Uno no se puede fiar de nadie.