Yo la verdad es que no le veo la elegancia supercalifragilística por ningun lado, por ejemplo los vestidos de floripondios rancios que gasta con frecuencia son feísimos. A veces, bastantes, acierta, otras no, y a su favor, indiscutiblemente, tiene una facha espléndida que hace que muchas prendas medio feas la favorezcan muchísimo. Y un saber estar que es lo que verdaderamente importa en estas mujeres que representan al sistema monárquico de sus países de adopción. Lo mismo Máxima, María Teresa, Silvia y alguna otra consorte del Gotha europeo.
Ejemplo de vestido feísimo:
y como este tiene decenas.
No es Carolina de Mónaco, la verdad, ni falta que le hace.