Juicio al 'procés' - Referéndum en Cataluña — El conflicto catalán

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Bueno lo voy a escribir con una perspectiva desde fuera. Esto es preocupante, preocupante en serio. Muchas gracias por quienes contestaron a mi pregunta acerca del plan post independentista. Saco mis propias conclusiones a partir de las respuestas. NO HAY, no existe plan o proyecto alguno, no algo como esto (que también dejaba mucho que desear en cuestiones importantes): http://www.gov.scot/resource/0043/00439021.pdf

Los independentistas no sé a qué le tiran, esto además de ilegal (que lo es por mucho que algunos catalanes lo busquen) está completamente hecho al vapor y eso va a tener fuertes repercusiones en caso de lograrse. por ejemplo, el hecho de que ya se decidirá quién será el banco central... no es como decidir qué calcetines se pone uno en la mañana. Para empezar y de realizarse la independencia en ese marco el BCE no será aval ni respaldo de las políticas económicas de la República Catalana a menos a corto plazo, y qué me dicen de la carga tributaria que de seguro tendría que aumentar para mantener el funcionamiento de los sectores más necesarios como transporte público, sanidad, escuelas, etc. Ni hablar del sistema bancario que al parecer ya está tomando providencias, al igual que muchas personas de a pie, haciendo transferencias a otros bancos con sede en Madrid. Eso repercutirá en el bolsillo del catalán promedio sí o sí, para empezar habrá una falta de liquidez. Y estos son ejemplo de política económica, pero atrás hay más mucho más y al parecer los que dirigen esto no se han detenido a pensar en eso con seriedad.


¿Qué pasaría con los bancos en una Catalunya independiente?
Con una declaración de independencia unilateral, España seguiría reclamando la nacionalidad de estas entidades financieras y el BCE debería atenderlos para cumplir la ley

El mayor lío vendría con las hipotecas, ya que los activos se quedarían en una Catalunya independiente que puede reconocer o no a los acreedores españoles y esto provoca mayor inseguridad jurídica

Catalunya puede usar el euro como hace Montenegro pero no tendría ningún control sobre la moneda
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Junqueras y Puigdemont en una reunión del Gobierno catalán. EFE

Después de las declaraciones del presidente de la Generalitat Carles Puigdemont y su vicepresidente Oriol Junqueras la noche del 1 de octubre, no es descabellado pensar que se pueda producir una declaración unilateral de independencia de Cataluña. ¿Qué consecuencias puede tener esto para los clientes de los bancos, tanto particulares como empresas, residentes en Cataluña o que tengan negocio con bancos radicados en Cataluña? Sorprendentemente, las dificultades resultan ser más imaginarias que reales.

El factor más importante en este asunto es el legal, ya que todos los activos financieros, desde un humilde depósito hasta un derivado exótico, son en el fondo contratos. La cuestión esencial es cómo se cumplen y hacen cumplir los contratos. Esto da lugar a ciertas paradojas, porque en un escenario de independencia unilateral España seguiría afirmando su soberanía sobre Cataluña y la vigencia de su ordenamiento legal.

Tomemos por ejemplo la cuestión del acceso a la liquidez del Banco Central Europeo por parte de los bancos catalanes. La idea es que, si se independiza Cataluña, los bancos con sede en la región dejarían de ser bancos españoles y se encontrarían fuera de la Unión Monetaria, perdiendo el acceso a esta liquidez. Y no sólo a esta liquidez, también al sistema de compensación de pagos conocido como 'Target2' que permite hacer pagos dentro de la Unión Monetaria de forma transparente. Una solución posible es mover la sede social de los bancos catalanes a localidades del resto de España, y según parece tanto Sabadell como Caixabank ya han puesto los medios para esta contingencia.

Ahora bien, esto sería necesario solo si la Unión Europea reconoce la independencia. Si la independencia no se produce de acuerdo con la Constitución española, el resto de la UE con toda seguridad no la reconocería. Entonces, a efectos legales para el BCE un banco domiciliado en Cataluña seguiría siendo un banco domiciliado en la zona del euro. Y mientras el Estado español no reconozca la independencia de Cataluña, el Banco de España no puede negar el acceso a un banco catalán. Estaría violando las leyes españolas.

¿Y los depósitos? Supongamos que Cataluña se independiza y un banco catalán mueve su sede al resto de España. ¿En qué posición queda un ahorrador catalán? Pues no demasiado mala, sería un cliente no residente de un banco español. Estaría protegido por el fondo de garantía de depósitos español, y su banco tendría acceso a la liquidez del Banco Central Europeo. Si, además, la independencia es unilateral y no reconocida por España, el cliente catalán seguiría siendo, a efectos de ley española, un cliente residente de un banco español.

De hecho, cualquiera de estas dos posiciones sería más ventajosa que la de ser cliente residente de un banco catalán con una cuenta en euros en una Cataluña independiente. En este último caso su banco no tendría necesariamente acceso a la liquidez del Banco Central Europeo, y su cuenta en euros estaría sujeta al riesgo de que la Generalitat redenominase el contrato en otra moneda no-euro. Pero una cuenta no residente, en euros, en un banco español, está a salvo de redenominación, esto es, de cambiar el valor a otra divisa.

A la paradoja de que es más ventajosa la independencia unilateral que la independencia pactada (esto en un primer momento y presuponiendo que un hipotético proceso de adhesión a la UE o al euro llevaría su tiempo) se une la paradoja de que es más ventajoso ser cliente no residente de un banco que mueva su sede a España, que cliente residente de un banco que mantenga su sede en Cataluña.

El problema es simbólico. Si un banco catalán saca su sede de una Cataluña independiente, los independentistas podrían castigar la falta del patriotismo del banco retirando su dinero. Pero el banco estaría de hecho protegiendo los intereses de esos clientes.

Dificultades con las hipotecas
La posición de quien tenga una hipoteca puede ser más complicada, pero la razón no tiene nada que ver con el banco, sino con la vivienda que hace de garantía del préstamo. En un escenario de independencia unilateral de Cataluña, la incertidumbre sobre la posibilidad de recuperar el valor de la vivienda en caso de impago se multiplica. Puede haber conflictos de competencias, problemas para reconocer y hacer cumplir sentencias, etcétera.

En este caso sí que hay más incertidumbre en el caso de una independencia unilateral. En caso de independencia pactada, presumiblemente el acuerdo de separación contemplaría el reconocimiento mutuo de los registros de propiedad, los contratos y las sentencias judiciales. En este sentido, la independencia de Cataluña se parece mucho al Brexit.

El miedo no está justificado
Nada de esto excluye un pánico entre los depositantes o los acreedores de corto plazo de los bancos catalanes. Pero, mirado fríamente, en realidad hay pocos escenarios en los que esté justificado tal pánico.

Generalizando este argumento, se entiende que cuanto más expuesto esté un banco a activos en Cataluña, más incertidumbre hay sobre su futura liquidez y solvencia. Por eso han caído más en bolsa los bancos que tienen no ya mayor cuota de mercado en Cataluña, sino una mayor proporción de sus exposición a activos catalanes. Pero esto no tiene nada que ver con la liquidez del Banco Central Europeo, con el euro o con la sede social del banco. Es un problema de seguridad jurídica.

Por eso es tan importante que la famosa ley de transitoriedad jurídica de la Generalitat insista por activa y por pasiva en que las leyes españolas y europeas continuarán estando vigentes en tanto no afecten a la soberanía de Cataluña.

El precio de seguir usando el euro
Miremos ahora con algo más de detalle el riesgo de redenominación. El independentismo catalán es firme en su determinación de seguir usando el euro incluso si, como resultado de su independencia, Cataluña quedase fuera de la Unión Monetaria. ¿Es eso realista?

Sí lo es. Es perfectamente posible para un Estado no miembro de la Unión Monetaria usar el euro en lugar de su propia moneda. La República exyugoslava de Montenegro usa el euro unilateralmente. Nadie puede –ni quiere– impedir que los billetes de euro circulen fuera de la Unión Monetaria. Y nadie puede impedir que Montenegro –o Cataluña– decida no emitir su propia moneda y dejar circular euros libremente, aceptar pagos al gobierno en euros, cerrar contratos públicos en euros o permitir contratos privados en euros (tales como depósitos bancarios).

El único problema es que, al usar una moneda ajena, el gobierno de Montenegro -–o de Cataluña– no puede emitirla a voluntad. Pero es que los estados miembros de la Unión Monetaria tampoco pueden emitir euros a voluntad. Esta potestad la tiene el Banco Central Europeo en exclusiva. La restricción que esto impone a Montenegro es la necesidad de mantener un superávit de cuenta corriente para que haya un flujo neto de euros del extranjero hacia el interior. Y esto tiene efectos negativos sobre el empleo y el ahorro. Los países miembros de la Unión Monetaria sufren la misma restricción. En promedio, a largo plazo, España está obligada a mantener un superávit exterior. De otro modo se expone a repetir una crisis como la de 2012.

Pero si Cataluña –como Montenegro– puede continuar usando el euro, entonces el riesgo de redenominación no es tal. Y este argumento despeja también la duda del corralito. Si una Cataluña independiente no introduce su propia moneda, y suponiendo que la economía catalana se reorganizase para tener el superávit exterior necesario para funcionar con una moneda ajena, no habría ningún incentivo para una salida masiva de capitales de la economía catalana. Y, por tanto, no habría necesidad de corralito.

La única ironía de todo esto es, de nuevo, simbólica. Cataluña quiere ser Dinamarca y puede acabar siendo Montenegro.

http://www.eldiario.es/economia/bancos-Catalunya-independiente_0_693281542.html
 
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SALVADOR SOSTRES Barcelona04/10/2017 04:19h - Actualizado: 04/10/2017 08:21h.Guardado en: España


El 9N. El 1 de octubre. La huelga política de ayer. Los independentistas siempre han sabido que tenían a los Mossos y al Govern a su lado y están envalentonados porque se sienten protegidos por las instituciones que consideran propias.

En cambio, los que se sienten también españoles en Cataluña despiertan de cada promesa del Gobierno aún más arrinconados y estupefactos y si están callados es porque no saben si alguien va a estar ahí para defenderles cuando llegue el momento -que no tardará- de tener que arriesgar cosas que no tienen repuesto para sostener los discursos con la vida. Son los que en 2014 quedaron en ridículo tras meses de presumir ante sus amigos independentistas de que la votación del 9 de noviembre no iba a producirse porque el Estado es más fuerte y más listo. Son los que el domingo asistieron con la misma sensación de humillación y abandono a otra votación que, contra las repetidas declaraciones del Gobierno, también se produjo, por mucho que no pueda ser considerada un referendo. Y son los que, además, han tenido que asumir como casi propias unas cargas policiales que, si bien es falso que fueran brutales y desproporcionadas, es innegable que llegaron tarde y mal y fruto de unas órdenes improvisadas ante el estrepitoso fracaso de que los colegios electorales pudieran abrir con urnas y papeletas.

Incluso los que sintiéndose mucho más catalanes que españoles decidieron decantarse por la Ley creyendo que era su deber, y lo que les permitiría vivir bajo su protección y en paz, están hoy pensando si se equivocaron de cálculo. ¿Qué protección de España para los catalanes que no han renunciado ella?


Hace décadas que es residual la presencia del Estado en Cataluña y da la sensación de que tiene mucho más asumido que somos una colonia -y que como tal nos trata, con todo el complejo y toda la distancia- que la mayoría de la sociedad catalana. Estos días, en el extremo, se pone extremadamente de manifiesto lo que lleva tiempo sucediendo: que el Estado no tiene ningún arraigo, ninguna credibilidad, ninguna estrategia en Cataluña: y que cuando promete algo, no cumple; y que cuando asegura que actuará con determinación es burlado y pierde cualquier posible relato, aunque perder tal vez sea un verbo excesivo porque sólo se pierde lo que alguna vez se tuvo. Ser español hoy en Cataluña es tener la razón, la Ley y la fuerza e igualmente perder el partido. Veremos si el valiente discurso de ayer del Rey cambia algo. Pero hasta hoy España ha dejado sistemáticamente tirados a los millones de catalanes que todavía creen que pertenecen a ella


http://www.abc.es/espana/abci-perde...-1-o&ns_linkname=4.perder-el-partido&ns_fee=0
 
Dios, Santo...el colmo del esperpento, Puigdemont hablando castellano. Y pidiendo ahora mediación joder qué fuerte!!
Este no adelanta que va a declarar la DUI el lunes como se ha dicho...sabe que va de cabeza a la cárcel.
puede que consideren esto mal menor y gran inversion en medio-largo plazo...para Cataluña, se entiende. su pueblo y dirigentes.
Echar a los grandes bancos de Catalunya sería una magnífica inversión, a cualquier plazo. Otra cosa es que sea posible, jajaja
 
la caja de Pandora de los nacionalismos europeos:

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¿tienen todos estos pueblos el derecho a decidir? pregunto.

Pienso que en esto aplica el ojo por ojo y el mundo quedará ciego. Si cada causa independentista se lograra el concepto de nación iría menguando y con ello su fuerza. No es lo mismo una Alemania reunificada, que una RDA y RFA, ni una RDA y RFA que un montón de pequeños reinos o electorados cada cual con su propia política. Desde mi punto de vista la unión hace la fuerza, no por nada se dieron importante movimientos unificadores en el S XIX, la división suele traer más división y en realidad los problemas de raíz siguen estando presentes.
 
A mi todo me da una pena tremenda. Y la pobre gente a la que pillan en medio con su vida, su dia a dia...me da todavia mas pena.

Tanta bandera, tanta manifestacion, tanto mandar a mossos, policia, guardia civil, tantas canciones, sloganes, medias verdades...luego nadie se acuerda de como empiezan los conflictos, todo empieza con "y tu mas". Y mientras politicos a los que SE VOTA y SE PAGA para que negocien...que de eso se trata todo, estan con su "a ver quien la tiene mas larga" y yo de mi esquina no me muevo....pero que sea la gente la que salga a la calle a dar la cara.

Que dejen de llamar a mediadores, coxx, que tiene un Parlament catalan con una oposicion y un Congreso español...para dialogar y negociar y dejar de hacer subnormalidades por ambas partes.
 
¿Qué pasaría con los bancos en una Catalunya independiente?
Con una declaración de independencia unilateral, España seguiría reclamando la nacionalidad de estas entidades financieras y el BCE debería atenderlos para cumplir la ley

El mayor lío vendría con las hipotecas, ya que los activos se quedarían en una Catalunya independiente que puede reconocer o no a los acreedores españoles y esto provoca mayor inseguridad jurídica

Catalunya puede usar el euro como hace Montenegro pero no tendría ningún control sobre la moneda
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Junqueras y Puigdemont en una reunión del Gobierno catalán. EFE

Después de las declaraciones del presidente de la Generalitat Carles Puigdemont y su vicepresidente Oriol Junqueras la noche del 1 de octubre, no es descabellado pensar que se pueda producir una declaración unilateral de independencia de Cataluña. ¿Qué consecuencias puede tener esto para los clientes de los bancos, tanto particulares como empresas, residentes en Cataluña o que tengan negocio con bancos radicados en Cataluña? Sorprendentemente, las dificultades resultan ser más imaginarias que reales.

El factor más importante en este asunto es el legal, ya que todos los activos financieros, desde un humilde depósito hasta un derivado exótico, son en el fondo contratos. La cuestión esencial es cómo se cumplen y hacen cumplir los contratos. Esto da lugar a ciertas paradojas, porque en un escenario de independencia unilateral España seguiría afirmando su soberanía sobre Cataluña y la vigencia de su ordenamiento legal.

Tomemos por ejemplo la cuestión del acceso a la liquidez del Banco Central Europeo por parte de los bancos catalanes. La idea es que, si se independiza Cataluña, los bancos con sede en la región dejarían de ser bancos españoles y se encontrarían fuera de la Unión Monetaria, perdiendo el acceso a esta liquidez. Y no sólo a esta liquidez, también al sistema de compensación de pagos conocido como 'Target2' que permite hacer pagos dentro de la Unión Monetaria de forma transparente. Una solución posible es mover la sede social de los bancos catalanes a localidades del resto de España, y según parece tanto Sabadell como Caixabank ya han puesto los medios para esta contingencia.

Ahora bien, esto sería necesario solo si la Unión Europea reconoce la independencia. Si la independencia no se produce de acuerdo con la Constitución española, el resto de la UE con toda seguridad no la reconocería. Entonces, a efectos legales para el BCE un banco domiciliado en Cataluña seguiría siendo un banco domiciliado en la zona del euro. Y mientras el Estado español no reconozca la independencia de Cataluña, el Banco de España no puede negar el acceso a un banco catalán. Estaría violando las leyes españolas.

¿Y los depósitos? Supongamos que Cataluña se independiza y un banco catalán mueve su sede al resto de España. ¿En qué posición queda un ahorrador catalán? Pues no demasiado mala, sería un cliente no residente de un banco español. Estaría protegido por el fondo de garantía de depósitos español, y su banco tendría acceso a la liquidez del Banco Central Europeo. Si, además, la independencia es unilateral y no reconocida por España, el cliente catalán seguiría siendo, a efectos de ley española, un cliente residente de un banco español.

De hecho, cualquiera de estas dos posiciones sería más ventajosa que la de ser cliente residente de un banco catalán con una cuenta en euros en una Cataluña independiente. En este último caso su banco no tendría necesariamente acceso a la liquidez del Banco Central Europeo, y su cuenta en euros estaría sujeta al riesgo de que la Generalitat redenominase el contrato en otra moneda no-euro. Pero una cuenta no residente, en euros, en un banco español, está a salvo de redenominación, esto es, de cambiar el valor a otra divisa.

A la paradoja de que es más ventajosa la independencia unilateral que la independencia pactada (esto en un primer momento y presuponiendo que un hipotético proceso de adhesión a la UE o al euro llevaría su tiempo) se une la paradoja de que es más ventajoso ser cliente no residente de un banco que mueva su sede a España, que cliente residente de un banco que mantenga su sede en Cataluña.

El problema es simbólico. Si un banco catalán saca su sede de una Cataluña independiente, los independentistas podrían castigar la falta del patriotismo del banco retirando su dinero. Pero el banco estaría de hecho protegiendo los intereses de esos clientes.

Dificultades con las hipotecas
La posición de quien tenga una hipoteca puede ser más complicada, pero la razón no tiene nada que ver con el banco, sino con la vivienda que hace de garantía del préstamo. En un escenario de independencia unilateral de Cataluña, la incertidumbre sobre la posibilidad de recuperar el valor de la vivienda en caso de impago se multiplica. Puede haber conflictos de competencias, problemas para reconocer y hacer cumplir sentencias, etcétera.

En este caso sí que hay más incertidumbre en el caso de una independencia unilateral. En caso de independencia pactada, presumiblemente el acuerdo de separación contemplaría el reconocimiento mutuo de los registros de propiedad, los contratos y las sentencias judiciales. En este sentido, la independencia de Cataluña se parece mucho al Brexit.

El miedo no está justificado
Nada de esto excluye un pánico entre los depositantes o los acreedores de corto plazo de los bancos catalanes. Pero, mirado fríamente, en realidad hay pocos escenarios en los que esté justificado tal pánico.

Generalizando este argumento, se entiende que cuanto más expuesto esté un banco a activos en Cataluña, más incertidumbre hay sobre su futura liquidez y solvencia. Por eso han caído más en bolsa los bancos que tienen no ya mayor cuota de mercado en Cataluña, sino una mayor proporción de sus exposición a activos catalanes. Pero esto no tiene nada que ver con la liquidez del Banco Central Europeo, con el euro o con la sede social del banco. Es un problema de seguridad jurídica.

Por eso es tan importante que la famosa ley de transitoriedad jurídica de la Generalitat insista por activa y por pasiva en que las leyes españolas y europeas continuarán estando vigentes en tanto no afecten a la soberanía de Cataluña.

El precio de seguir usando el euro
Miremos ahora con algo más de detalle el riesgo de redenominación. El independentismo catalán es firme en su determinación de seguir usando el euro incluso si, como resultado de su independencia, Cataluña quedase fuera de la Unión Monetaria. ¿Es eso realista?

Sí lo es. Es perfectamente posible para un Estado no miembro de la Unión Monetaria usar el euro en lugar de su propia moneda. La República exyugoslava de Montenegro usa el euro unilateralmente. Nadie puede –ni quiere– impedir que los billetes de euro circulen fuera de la Unión Monetaria. Y nadie puede impedir que Montenegro –o Cataluña– decida no emitir su propia moneda y dejar circular euros libremente, aceptar pagos al gobierno en euros, cerrar contratos públicos en euros o permitir contratos privados en euros (tales como depósitos bancarios).

El único problema es que, al usar una moneda ajena, el gobierno de Montenegro -–o de Cataluña– no puede emitirla a voluntad. Pero es que los estados miembros de la Unión Monetaria tampoco pueden emitir euros a voluntad. Esta potestad la tiene el Banco Central Europeo en exclusiva. La restricción que esto impone a Montenegro es la necesidad de mantener un superávit de cuenta corriente para que haya un flujo neto de euros del extranjero hacia el interior. Y esto tiene efectos negativos sobre el empleo y el ahorro. Los países miembros de la Unión Monetaria sufren la misma restricción. En promedio, a largo plazo, España está obligada a mantener un superávit exterior. De otro modo se expone a repetir una crisis como la de 2012.

Pero si Cataluña –como Montenegro– puede continuar usando el euro, entonces el riesgo de redenominación no es tal. Y este argumento despeja también la duda del corralito. Si una Cataluña independiente no introduce su propia moneda, y suponiendo que la economía catalana se reorganizase para tener el superávit exterior necesario para funcionar con una moneda ajena, no habría ningún incentivo para una salida masiva de capitales de la economía catalana. Y, por tanto, no habría necesidad de corralito.

La única ironía de todo esto es, de nuevo, simbólica. Cataluña quiere ser Dinamarca y puede acabar siendo Montenegro.

http://www.eldiario.es/economia/bancos-Catalunya-independiente_0_693281542.html

Gracias Idolo, personalmente a esta perspectiva le encuentro un vicio de origen desde el primer párrafo. Cito: "Con una declaración de independencia unilateral, España seguiría reclamando la nacionalidad de estas entidades financieras y el BCE debería atenderlos para cumplir la ley"

Entonces la unilateral e ilegalmente proclamada República catalana buscaría que España y el BCE cumplan la ley y de facto mantenga sus responsabilidades sobre Cataluña pero no su derecho?. Esto es como lo de Escocia, que querían que Londres siguiera expidéndoles libras y hasta mantener la monarquía y la Reina. Pues entonces de qué clase de independencia hablamos? Un sin sentido en mi opinión.
 
De un censo (cojo datos de las últimas municipales) de 1697 votantes 1334 fueron a votar, un 78'60% del total. No esta mal.

De estos 1334 votos "SI" fueron 1293, es decir un 96'9% de los votantes. Números a la bulgará, desde luego. Pues son los que son. Así es el pueblo en el que vivo. Imaginarse si fuera así en toda Cataluña...
ke kuki tu pueblo
 
Concede la independencia, de esta forma tan opaca y pecuniaria (dinero), quítate tú para ponerme yo, y veremos a cada región de todo rincón de Europa exigiendo el mismo trato privilegiado y agraviante.

Dentro de Cataluña y País Vasco, tienen comarcas con fuerte sentimiento independentista con respecto a Cataluña y PV.. El Valle de Arán y algunas zonas de Alava.

A veces, desde fuera y como un don nadie, parece que esta gente está deseando regresar al 36 y tomarse la revancha como los ganadores. Prefieren vivir anclados en el pasado, si así pueden sacar una mayor tajada :greedy::greedy: del huésped (el resto de España).
 
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