Juicio al 'procés' - Referéndum en Cataluña — El conflicto catalán

Estado
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Todo el hilo es un fuera de contexto de no acabar. Si te parece ético o no la verdad es cosa tuya.Hay cosas en la vida bastante subjetivas

Es verdad, la ética es subjetiva y personal, que suerte tener la mía. Venga os dejo con "vuestro foro". Un saludo.
 

Tampoco difiere mucho de cómo están las Rondas de Barcelona cualquier hora del día. Me parece bien que la gente se manifieste como quiera.Y si llegan los mega-bulldozers,ya se apartarán o apechugaran con las consecuencias

Sí, así sucede en el mundo de los adultos, o se apartan o les cae la del pulpo.
 
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puesto.Vaya disgusto,a ver si lo arreglas
Es un poco de diversion
La verdad visto lo visto lo de la corrupcion politica no me extraña
 

Cuando mandes la huella en silicona, que sea de un dedo con anillo....y el anillo de verdad, nada de siliconas ahí...:sneaky: Es, puramente, a efectos de autenticación...

El "dedo con anillo" lleva cinco anillos puestos juntos. Los mando todos?

:):):)
 
Gracias por la explicación.

Me sirve igual si es en Lérida. Lo que yo quería decir y ya dije es lo que se considera sedición : impedir a los agentes del Estado que cumplan sus funciones.

Esperemos que no se llegue a eso.


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Esa foto es de la ciudad de Lérida. El domingo amenazan con paralizar la ciudad, acudir a Barcelona a apoyar el referendum.

Qué atrevida es la ignorancia. No protestaron así, por ejemplo, por la destrucción del sector, como requisito draconiano exigido al ingresar en la UE.. Esos a quienes piden ayuda contra los españoles. O cuando los franceses tiran y tiraban la producción en las fronteras.
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Cuando he visto la foto, de verdad que creía que eran catalanes huyendo paa pedir asilo político.
 
Gracias por la explicación.
Me sirve igual si es en Lérida. Lo que yo quería decir y ya dije es lo que se considera sedición : impedir a los agentes del Estado que cumplan sus funciones.
Esperemos que no se llegue a eso.
Esperemos que no. La catalunya rural es profundamente independentista.

Son los borregos que hacen el trabajo sucio, lo que les marcan los caciques, y balan que son lliures (libres). Mucha democracia vemos, intimidando con sus tractores y paralizando la circulación de la ciudad.
 
...
(segun @Ondina a Don Dinero le importa un pepino lo que ocurre en Espana...y no es así, ya lo creo que no...)

esto es lo que tenia en la mente cuando hice la pregunta:

Niños de la inmersión, fábrica de patriotas
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Un niño durante un acto de la ANC en Lérida. SANTI IGLESIAS
Durante tres décadas, el nacionalismo construyó su escuela mientras Madrid miraba hacia otro lado. Su fin de «impulsar el sentimiento nacional catalán de los profesores, padres y estudiantes» se ha cumplido con creces.

John H. Elliott contaba estupefacto que en una ocasión se puso a conversar con un universitario catalán y el chico se mostró empeñado en convencerlo de que la Guerra Civil había sido un conflicto de España contra Cataluña. Según el hispanista británico, toda una generación «ha aprendido una Historia deformada». Son los jóvenes que han crecido dentro de la llamada inmersión lingüística, un sistema que el nacionalismo -con el argumento de que hay que priorizar el catalán en las aulas porque está en desventaja frente al castellano- ha conducido hasta el extremo y ha retorcido hasta convertirlo en un modelo de exclusión y adoctrinamiento.

El separatismo lleva desde los 80 utilizando la escuela para propagar su sentido de patria. Detrás de los niños de Olot, de los adolescentes que estos días faltan a clase para ir a pegar carteles por el 1-O, de esos críos que se manifiestan con esteladas anudadas al cuello, existe todo un proyecto que ha ido expandiéndose mientras los sucesivos gobiernos de la nación -también los del PP- hacían como que no se enteraban.

Son muchas las voces que coinciden en que la escuela catalana es un fértil campo de cultivo en el que buena parte de los profesores simpatiza con el nacionalismo. Los directores son nombrados prácticamente a dedo por la Generalitat (fue la Lomce la que dio más poder a la Administración autonómica en las designaciones) y conforman su «guardia pretoriana». Las plazas de inspectores suelen cubrirse por docentes catalanes en comisión de servicio porque hace años que no se convocan oposiciones. La Alta Inspección del Estado tiene un margen limitado de actuación porque no puede entrar en un colegio sin el permiso del Govern. Ni siquiera puede acceder a los proyectos lingüísticos.

Por eso, no se garantizan ni el uso del castellano como lengua vehicular de la enseñanza ni la neutralidad política e ideológica en los centros públicos, tal y como denuncia el informeDéficits de calidad democrática en Cataluña, publicado en mayo por Sociedad Civil Catalana.

Los libros
Basta con recorrer cualquier biblioteca escolar para hacerse una idea de lo que pasa. La de un colegio del centro de Barcelona -de esos que dicen que educan «para que los niños sean felices»- es muy reveladora: en la estantería de Historia de España apenas descansan tres escuálidos libros; hay, en cambio, decenas de volúmenes dedicados a la cuestión catalana.

Los libros de texto llevan contenidos irreales que dan a entender que Cataluña es otro país de la UE, sostienen que el Estatut está por encima de todas las leyes y hablan de una inexistente «Corona catalanoaragonesa», como ocurre con manuales de Vicens Vives, Barcanova o Santillana. Las fachadas de algunos colegios lucen con orgullo banderas independentistas y en los patios se ha dado una contundente orden: «Aquí juguem en català». ¿Qué diríamos si en el recreo de una escuela de Lavapiés apareciera un cartel que dijera: «Aquí se juega en español»?

Para entender cómo hemos llegado a esto hay que remontarse a 1983, cuando la Ley de Normalización Lingüística de Cataluña puso los cimientos de un modelo que supuestamente tenía como fin preservar una lengua minoritaria, el catalán, que durante la Dictadura había sido perseguida y silenciada. Había que protegerla y darle prioridad porque, si no, podía perecer aplastada por el castellano.

La reivindicación del uso del catalán como lengua vehicular de la enseñanza se fraguó en una serie de escuelas que durante el franquismo habían sido privadas. Las cooperativas de padres o profesores integradas en el CEPEPCeran catalanistas, laicas y mixtas, y utilizaban pedagogías innovadoras, frente a los colegios católicos, castellanos y tradicionales que entonces imperaban en toda España. Desde 1979, la Generalitat fue integrando estas escuelas progresistas en la red pública y convirtió en funcionarios a sus profesores.

La esencia
En una de ellas, la mítica Costa i Llobera de Barcelona, estudiaron varios alumnos que luego se convertirían en altos cargos educativos del Govern, impulsores de una política que hizo de la lengua su columna vertebral. También influyó la Escola Thau, fundada en Pedralbes por el histórico pedagogo Joan Triadú, uno de los referentes intelectuales de Jordi Pujol y de Artur Mas. A partir de ahí fue tomando consistencia esa idea de la lengua como elemento articulador de una nación. «La lengua catalana es el ADN de Cataluña», dejó dicho Pasqual Maragall.

En 1990, El País y El Periódico sacaron a la luz el borrador del que iba a ser el programa ideológico de Convergència. Algunos de sus objetivos eran «impulsar el sentimiento nacional catalán de los profesores, padres y estudiantes», «garantizar el perfecto conocimiento de la geografía, historia y otros hechos socioculturales de Catalunya» y «potenciar el uso de la lengua catalana por parte de profesores, maestros y alumnos». Para ello planteaban la «catalanización de los programas de enseñanza», «editar y emplear libros de texto sobre la historia [...] de los Països Catalans», «reorganizar el cuerpo de inspectores» e «incidir en las asociaciones de padres, aportando gente y dirigentes que tengan criterios nacionalistas».

Como ni el PSOE ni el PP pusieron demasiado empeño en frenar estas pretensiones, el proyecto fue avanzando. Uno de los decretos autonómicos de 1992 que desarrollaba la Logse estableció que el catalán «se utilizará normalmente como lengua vehicular y de aprendizaje». Seis años después, la Ley de Política Lingüística salió adelante sin que José María Aznar, entonces en sintonía con los nacionalistas, hiciera nada por recurrirla ante el Constitucional. En 2010, el TC sentenció que el castellano debía «disfrutar de la condición de lengua vehicular» junto al catalán, pero dejando claro que las competencias eran autonómicas.

Los frenos
Después de anunciar su intención de «españolizar a los niños catalanes», el malogrado Wert puso casi todos sus esfuerzos en recuperar el honor perdido del castellano. Por primera vez, la Lomce (2013) reconoció «el derecho de los alumnos y alumnas a recibir la enseñanza en castellano, lengua oficial del Estado, y en las demás lenguas cooficiales».

Pero el ministro más impopular de Rajoy se dejó aconsejar mal y estableció un extravagante mecanismo por el que, si la Generalitat se negaba, los alumnos podían escolarizarse en colegios privados. Luego el Estado les abonaría el dinero de la matrícula y se lo descontaría al Govern. El sistema, poco práctico, no ha funcionado. Las familias que lo han pedido han sido muy pocas (apenas un centenar en cinco años) y ni siquiera en todas las provincias hay centros privados que cumplan los requisitos.

Los padres también pueden recurrir a la vía judicial, ya que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña les garantiza desde 2014 su derecho a aprender el 25% de las horas lectivas en castellano. Esto significa que, además de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura -que es la única que suele impartirse en castellano-, las aulas de sus hijos deben recibir una materia más, normalmente Matemáticas.

Según la Generalitat, 12 centros en toda Cataluña han comenzado este curso con una asignatura más en castellano, en aplicación de estas resoluciones. En total, se han dictado unos 90 fallos, siempre favorables a los recurrentes, según Convivencia Cívica Catalana y Asamblea por una Escuela Bilingüe, colectivos que defienden los derechos de estos padres.

El 'apartheid lingüístico'
Pero estas familias se ven señaladas y sometidas a una suerte de apartheid lingüístico por parte del resto de la escuela y la mayoría ni lo intenta, para evitar conflictos con los profesores y los otros padres, que interpretan la reclamación como un ataque directo al catalán y se oponen rotundamente a que sus hijos tengan una asignatura más (son tres horas semanales) en el idioma invasor.

Tienen de su lado a la Generalitat, que sistemáticamente recurre todas las resoluciones judiciales y asegura que no hace falta más castellano porque los niños ya lo hablan en su «entorno social» y terminan la enseñanza obligatoria con el mismo nivel de competencias en ambas lenguas.

El margen para sortear todos estos obstáculos es, al final, limitado. Los libros de texto no se pueden controlar porque la ley no permite la supervisión previa. Tampoco se puede inspeccionar lo que cada día sucede dentro del aula. Y no hay forma de hacer que la Generalitat deje de incumplir la legislación estatal. El Ministerio de Educación ha llevado a Ensenyament ante la Justicia en una decena de ocasiones, pero, para cuando se resuelvan los procedimientos, la Lomce ya ni existirá.

Por otro lado, el sentir mayoritario de padres, profesores y alumnos es favorable a toda esta política. La entidad Somescola.cat, cuyo lema es Per un país de tots, decidim escola catalana, ha sido capaz de agrupar a casi medio centenar de grupos, desde los más independentistas hasta la Fundació Escola Cristiana, y se ha hecho fuerte dentro y fuera de las aulas. Ha quedado patente que el tejido educativo es un pilar relevante de las recientes protestas, que ya tienen su icono en las imágenes de los escolares concentrados en la tarea de colorear las pancartas y de los jóvenes ocupando el histórico claustro de la Universidad de Barcelona.

En realidad, todo lo que iba a ocurrir lo vaticinó una célebre alto cargo convergente de Educación, que, durante una reunión celebrada hace ya muchos años, proclamó: «Los niños de la inmersión lingüística de hoy serán los nacionalistas del mañana».

http://www.elmundo.es/espana/2017/09/26/59c91dbf468aebe2658b4590.html

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Querida @LlunaPruna & ademas coti-compis pro-independentistas, espero que antes de que descalifiqueis la fuente (que podeis hacer, o no, no lo se), me digas, si hay algo y que en este articulo que refleja de manera distorsionada la realidad que habéis conocido creciendo/viviendo en Cataluna post '78.

Por alusiones:

No he dicho que al Dinero le importa un pepino lo que ocurre en España. He dicho (llevo como tropecientos posts diciendo lo mismo porque me encanta repetirme y aun así no se me entiende) que España es IMPORTANTE en la medida que es un país clave para la estabilidad del EURO y también por su posición geoestratégica (Rota, Morón, Gibraltar), pero que el debate interno sobre el modelo de Estado español (que si republica federal, jacobina, reino confederal simétrico o asimétrico, plurinacional o centralizado o pepinillos en vinagre) le tiene sin cuidado a "don dinero" , siempre que no la liemos parda al sur de los Pirineos.

Al dinero lo que le importa es una España estable y unificada (y para que eso ocurra va a haber que reformar la Constitución, pues el status quo es insostenible).

Eso es lo que he dicho, que no coincide con lo que dices tú que he dicho :).

PS

Esta tarde en la capital del imperio:

Trump: "me gustaría una España unida".

Rajoy: bla bla bla "diálogo" (post 1-O) bla bla bla

más claro, agua.
 
Última edición por un moderador:
Esperemos que no. La catalunya rural es profundamente independentista.

Son los borregos que hacen el trabajo sucio, lo que les marcan los caciques, y balan que son lliures (libres) y la paraula democràcia. Se les olvida quien compra la mayor parte de su producción y quien ha fojado un precio mínimo para su producto, a pesar de lo mal que está el sector.
Estás describiendo al 99% de la población mundial
 
El problema del voto de independencia, visto desde la perspectiva del resto de España, radica en la pérdida del primer generador económico, en cuanto a importancia y tamaño, de los cuatro que sostienen a la economía nacional (Madrid, Cataluña, Euskadi y Valencia), una reducción de la recaudación tributaria anual del 24% y una pérdida de población y recursos educativos, culturales y sanitarios más que considerable. Es normal que España quiera evitar dicha pérdida y creo que es razonable entender la posición del gobierno central respecto a estos hechos - que no sus acciones o la ideología que las impulsa. Porque una cosa es innegable: Cataluña es la joya del Eje Mediterráneo que, le pese a quien le pese, es el área más rica de todo el Estado, así como la que tiene uno de los dos puertos más importantes del mismo (Barcelona y Valencia), las infrastructuras de comunicación con el resto de Europa más accesibles, fáciles de mantener y bien desarrolladas, así como vínculos geográficos, históricos y económicos con el Lionés y la Lombardía, otros de los motores industriales y económicos de Europa junto a Baden-Württemberg (que, por cierto, tiene mejores redes de comunicación con Cataluña que con cualquier otra parta de España). La partida de Cataluña representa el colapso económico del Estado y el peligro de que Baleares y Valencia, áreas lingüística y culturalmente afines del Principado, quieran unirse a la causa si las cosas van bien para los catalanes. Por demás, también se corre el peligro de que Euskadi quiera ir por el mismo camino, lo cual dejaría al país en un estado más que ruinoso, con niveles de industrialización penosos y la imposibilidad de mantener los servicios más básicos. Es por todo esto que no podemos criticar el hecho de que mucha gente quiera que Cataluña siga siendo España, puesto que nadie quiere una crisis política y económica sin precedentes... Claro que ese no es el enfoque que se le está dando a la situación, por desgracia, ya que somos un país de charanga y pandereta.

Por otro lado, si bien Cataluña es muy próspera, es innegable que el 64% de lo que se produce allí es comprado por el resto de España y un mercado NO puede afrontar una pérdida tan grave sin colapsarse (como sucede con el Reino Unido, donde la bárbara estupidez del Brexit pretende substituir el mercado Europeo, que absorbe el 62% de todo lo que se produce en el país, por otros países con los que ni siquiera se han negociado tratados comerciales, todo ello en dos años y sin tener en cuenta que una economía tarda DÉCADAS de negociaciones y establecimiento de vínculos comerciales y políticos, para poder consolidarse), y no parece que nadie haya entendido que el manto protector de la Unión Europea dejaría de cubrir a Cataluña si se escinde del resto del Estado. En esas condiciones, España recibiría una herida mortal, pero también la recibiría Cataluña. Los que creen que Cataluña empezaría a nadar en oro se engañan a sí mismos y, si bien es entendible que ciertos grupos como al CUP quieren implementar un gobierno socialista, lo cual es muy loable, no se dan cuenta de que sometidos a presiones económicas y políticas extremas por parte de la UE y los EE.UU. (que quieren una España unida para que ejerza presión acatando las órdenes del entente industrial-militar que controla a todo Occidente), un Estado catalán está condenado al fracaso. Significativo es que Artur Mas fuera el primer artífice del Procés, cuando el antiguo CiU era la versión catalana del PP al servicio de los poderes fácticos que dominan la economía global y sólo lo echaron todo a rodar a regañadientes, con el fin de evitar su aniquilación política y rezando porque el Procés fuera un fracaso. Es por todo esto que la negociación del Estatut es INDISPENSABLE, así como el establecimiento de un nuevo sistema federalista en el que CIERTAS regiones tengan poderes adicionales y un mayor control sobre sus recursos, es necesario para todos. Desafortunadamente, ninguno de los dos bandos está ya dispuesto a esto, pero dicha opción debería haber sido la primera que tendrían que haber puesto en la mesa.

Y es así que llegamos al principal problema que yo veo en el modo en que esto se ha planteado. Primero, es que es que nada de lo que he escrito arriba se dice, sino que los argumentos que se esgrimen son propios de la chulería marrullera de Don Juan Tenorio o Félix de Montemar por parte de España, y una soberbia muy poco adecuada por parte de Cataluña.

En vez de hablar de las terribles consecuencias que una separación tendría para ambos bandos utilizando datos objetivos y pronosticando de modo REALISTA el impacto que el proceso de secesión tendría, en España se recurre al discurso incendiario e iletrado de Intereconomía para hablar de "loh putoh catalaneh", "España fue er mayó imperio de la hijtoria y lo zigue ziendo poque lo dezimoh nozotroh, que la tenemoh mú grande y mú gorda", supuestos egoísmos, "tú no zabe ná poque lo digo yo, que zó má shulo que tú" y el tan desafortunadamente castizo "por mih cojoneh". Y luego no debemos olvidarnos de "en Cataluña te linchan si hablas castellano y de todas las ramas cuelga un pobre español que murió por implorar, de rodillas, que le dejaran emplear la lengua de Cervantes", que ya es el colmo. Con una actitud tan baja, chulesca, infantil y estúpida, sin recurrir a datos objetivos y mostrando una buena disposición a la negociación y a un debate profesional y serio, no es de extrañar que las cosas hayan llegado a este punto. Sobre todo porque mandando a la Guardia Civil a irrumpir en imprentas y rotativos, lo único que han logrado es aumentar el apoyo al proceso independentista. Es decir, que nos gobiernan chulos navajeros y fulanetes de bar de barrio que, además de ladrones, son unos ineptos y nos están arrastrando a una catástrofe gigantesca, por mucho que el subnormal de Rajoy se vaya a Estados Unidos a pedir instrucciones acerca de como debe actuar... Como si los americanos, que han promovido el fundamentalismo islámico, las guerras de Afghanistán, Irak, Siria y Yemen (aparde de muchas otras), y están haciendo lo imposible por causar una tercera Guerra Mundial con Irán, Rusia, Venezuela y Corea del Norte, fueran los más adecuados para aconsejar a nadie acerca de como encaminar un proceso de reintegración justo y pacífico. :rolleyes:

Por otro lado, el gobierno catalán democráticamente elegido por MAYORÍA, alimenta sueños que tandarán muchísimo en cumplirse, y sólo se conseguirían tras un coste humano y económico enormísimo; un coste que nadie debería estar dispuesto a pagar cuando hay soluciones mucho mejores que, si bien no llegarán nunca a satisfacer los afanes soberanistas de ciertos grupos, por lo menos evitarán una hecatombe. También hay que entender que la gente está desesperada y quiere cambios que es muy improbable que ocurran, y alguien debería recordarles que un gobierno catalán independiente no actuaría de un modo particularmente distinto a los gobiernos pro-capitalistas neo-conservadores que han arrasado Europa y buena parte del resto del mundo desarrollado en los últimos veinte años. Una independencia costosísima debería ofrecer mejoras, no más de lo mismo disfrazado de "soberanía", que es a lo que se está encaminando Cataluña, que seguiría bajo el férreo puño de los mercados, puesto que es imposiuble que nadie crea que Occidente va a permitir que uno de los motores económicos de Europa se vuelva socialista en el corazón de la UE. La bajeza mostrada por el gobierno central es vergonzosa, pero las falacias utópicas no llevan a nada bueno en el clima político actual, por bonitas que puedan ser.

Yo me imagino que habrá una represión terrible y, al contrario de lo que sucede con los países que tienen "dictadores", tanto EE.UU. como la UE se callarán como putas, pero España sólo ha ganado un conflicto cada vez más grave que sólo podrán contener con violencia y proselitismo barato. Pero bueno, todo será "por suh cojoneh", que es lo que cuenta, ¿verdad?
 
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