La Reina Sofía y la Reina Letizia en el 30 aniversario de FAD 22.06.2016

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¿De que va vestida la Sra. Cifuentes?...Siempre es bastante "personal" pero hoy se lleva el premio mayor.
 
Pues mira, Paleti.
Has estado mal, de aspecto fisico y mental.
Mal.
La peor de entre todas las mujeres que estaban alli. Tu, la peor.
Muy mal.
Mal vestida. Ridicula. Eso que llevas puesto, es vestido para muñeca chochona de las Ferias de los pueblos en epocas del plan de desarrolllo.
Mal peinada.
Ese peinado AnaBotella, es ridiculo y cateto.
Y luego tu actitud.
Partes iguales de descaro, desverguenza y propaganda de justificación de ti y tu papel, a saber ante quien quieres justificarte. Me importa un bledo, es tu problema.

Un cero. Total.
Por suerte, esta vez, este ridiculo tan absoluto, queda en casa.

Tu, aupando a la reina Sofía, la degradas.
¿Como es que hoy no te has referido a ella, como "mi suegra"?.

Y quieren hacerla pasar por moderna. Por favor.
Eres antigua y vieja, porque crees que engañas.
Crees estar en la época del plan de desarrollo. Y ya la gente abre mejor los ojos. Ahora ya es dificil engañar.
Si fueras intelente lo sabrias.
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Por cierto, @SuperCotilla, no está el hilo de Sir Petter Lilly (al menos al buscarlo me sale error).

Traigo este texto de Sir Petter que ha escrito para el último vídeo que ha subido a Youtube. Aunque no es de esta última salida, viene muy a colación:

EL PROTOCOLO REGIO PARA ATUENDO ES LA LEY DE LA PROPORCION, LA ARMONÍA Y LA REGULARIDAD CORPORALES SIN DESNUDO.

Deshombrada, desmangada, deschaquetada, semidesnuda en definitiva, así se presentaba la funcionaria royal Letizia La Fiztizia en una visita al estado regional de La Mancha, en España. Preferimos el término deshombrada porque es la manga la que da sentido al concepto de hombro. Para comprender el desdoro hacia la función royalesca de semejante rebeldía en el atuendo, podemos tomar como término de comparación al propio Felipe El Preparao, que va con traje de chaqueta, de modo correcto, aunque siempre con ese aspecto de pijo superficial que siempre muestra, pero lo cierto es que cumple y no se le ocurriría presentarse en un acto oficial desmangado con un polo o con una mera camisa.

Es una verdadera pena que La Fiztizia no explote el generoso universo de la chaqueta femenina, que tanto porvenir confiere al futuro de las señoritas y de las mujeres esbeltas, como ella, aunque posean busto prominente. Desde la chaqueta ajustada por detrás y semiajustada por delante, a la chaqueta de costadillo semiajustado, no digamos la americana de toda la vida, adaptada al contorno femenino, o incluso el chaleco con o sin fígaro o cruzado, la chaqueta levitada (que iría muy bien con ese espíritu rebelde de La Fiztizia), la amazona, una chaqueta María Estuardo, o incluso una semicapa de medio vuelo ajustada al hombro, que permitiría libertad de brazos sin manga, pero cobijados discretamente frente al mundo, harían de nuestra adorada funcionaria royal una pirula de excelsitud, alabada por toda la nubecilla de cotillas ignorantes de la prensa española. El colmo de la contraestética es llevar pantalones ceñidos y brazos desmangados, pues si proteges las extremidades inferiores de la vista ajena, debes hacer lo propio con las extemidades superiores. Llevar los brazos completamente desnudos sugiere en el subsconsciente colectivo señal de pobreza o carencia, que siempre se asocia culturalmente con la desnudez y este significante en un royal es atroz para la imagen de la monarquía. Saber vestirse conforme a la regla protocolaria de más honda raigambre, es saber respetar el valor de la proporción en el cuerpo humano que, si no ha sido objeto del voto por la Naturaleza, ha de lograrse a través del correcto atuendo en el vestir, que es el logro de la belleza como cánon estético, del modelo de la denominada beldad física, que está en las artes y en la tradición del buen gusto como ley de la proporción, de la armonía y de la regularidad. La Fiztizia desafía a todo este acerbo transmitido de tradición y, con ello, desafía a la monarquía misma, lo que no podemos consentir.

Qué tiempos de esplendor aquellos en los que el rey Alfonso XIII tenía como sastre al insigne maestro cortador y del punto de Barcelona, José Guitart y Besangé, caballero de la real y distinguida Orden de Isabel la Católica. Actualmente carece la Real Casa y Hacienda española de sastre propio, una grave carencia que nos ha conducido a la vulgaridad e improvisación más absoluta, sobre todo en la sastrería civil, que es una forma de socavar los cimientos de la monarquía.
 
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