Olvidar a un ex, tan difícil como dejar de fumar
Estudios científicos demuestran que las rupturas sentimentales provocan efectos similares a los que se producen cuando se abandona una droga
Como si se tratara de una película de mutantes, el ejército de tiernas mariposas, que parece revolotear dentro de nosotros cuando nos enamoramos, se transforma en una fiera tropa que ataca en el momento en el que la relación se termina.
No consigue dormir, pierde el apetito, le duele todo el cuerpo y, aunque lo intenta, no logra pensar en otra cosa.
Le han roto el corazón.
La explicación es tan simple como dolorosa: el amor es como una droga y usted está pasando el mono porque le privan de su dosis.
Cuando estamos enamorados, el organismo genera sustancias como la dopamina (la hormona del placer) y la oxitocina (la hormona del apego).
Ambas actúan en regiones cerebrales asociadas con el placer (el denominado sistema neuronal del reforzamiento).
El efecto del amor es similar al de algunos analgésicos, ya que activa zonas cerebrales que reducen el dolor
Con la ruptura sentimental se dejan de segregar estas hormonas y el cerebro reacciona generando un estado de tristeza y síntomas de abstinencia (ansiedad, obsesión e incluso dolor físico) que también sufren los drogodependientes.
Y la pregunta del millón para el alma en pena: ¿cuánto tiempo tarda en pasar el dolor?
“Ese deficiente funcionamiento vuelve a la normalidad pasado un tiempo, que es variable según la persona que ha sufrido el desamor”.
Las investigaciones al respecto hablan desde 3 meses necesarios ,hasta 18 meses
"¿Quedamos como amigos?" Mejor no
La neuróloga Lucy Brown y la antropóloga Helen Fisher dan una serie de consejos para superar estas rupturas, que parece que ni el cerebro ni el corazón quieren aceptar.
- Elimine los emails, las cartas y los mensajes de esa persona, y guarde todos los recuerdos en una caja al fondo de un armario (lo ideal sería deshacerse de ellos).
- Nada de llamadas ni cartas. Evite cualquier tipo de contacto. Hasta que no lo olvide no podrá ser su amigo.
- Piense un aforismo, una frase corta optimista a la que recurrir cuando recuerde a esa persona, para desviar la mente. Puede ayudar pensar en alguien nuevo, y si aun así vuelve a evocar a su expareja, no se aferre a lo positivo. Recuerde que también hubo momentos grises.
- Manténgase ocupado. Salir y estar activo es fundamental para el cerebro.
- Pruebe nuevas experiencias. La novedad estimula la liberación de dopamina, lo que le hará sentirse más optimista.
- Haga ejercicio. La actividad aeróbica también libera dopamina y serotonina, que le ayudarán a calmarse.
- El tiempo es su aliado. Imágenes de resonancia magnética han demostrado que cuanto más tiempo pasa tras la ruptura, la región del cerebro vinculada con los sentimientos de apego muestra una menor actividad. Con el tiempo, el apego se desvanece.
- Sonría y no se rinda. Si pasa el tiempo y sigue en este estado de duelo, puede que necesite la ayuda de un psicólogo, pero no tire la toalla. Un día se dará cuenta en que ya no piensa en esa persona y se sentirá liberado.
Estudios científicos demuestran que las rupturas sentimentales provocan efectos similares a los que se producen cuando se abandona una droga
Como si se tratara de una película de mutantes, el ejército de tiernas mariposas, que parece revolotear dentro de nosotros cuando nos enamoramos, se transforma en una fiera tropa que ataca en el momento en el que la relación se termina.
No consigue dormir, pierde el apetito, le duele todo el cuerpo y, aunque lo intenta, no logra pensar en otra cosa.
Le han roto el corazón.
La explicación es tan simple como dolorosa: el amor es como una droga y usted está pasando el mono porque le privan de su dosis.
Cuando estamos enamorados, el organismo genera sustancias como la dopamina (la hormona del placer) y la oxitocina (la hormona del apego).
Ambas actúan en regiones cerebrales asociadas con el placer (el denominado sistema neuronal del reforzamiento).
El efecto del amor es similar al de algunos analgésicos, ya que activa zonas cerebrales que reducen el dolor
Con la ruptura sentimental se dejan de segregar estas hormonas y el cerebro reacciona generando un estado de tristeza y síntomas de abstinencia (ansiedad, obsesión e incluso dolor físico) que también sufren los drogodependientes.
Y la pregunta del millón para el alma en pena: ¿cuánto tiempo tarda en pasar el dolor?
“Ese deficiente funcionamiento vuelve a la normalidad pasado un tiempo, que es variable según la persona que ha sufrido el desamor”.
Las investigaciones al respecto hablan desde 3 meses necesarios ,hasta 18 meses
"¿Quedamos como amigos?" Mejor no
La neuróloga Lucy Brown y la antropóloga Helen Fisher dan una serie de consejos para superar estas rupturas, que parece que ni el cerebro ni el corazón quieren aceptar.
- Elimine los emails, las cartas y los mensajes de esa persona, y guarde todos los recuerdos en una caja al fondo de un armario (lo ideal sería deshacerse de ellos).
- Nada de llamadas ni cartas. Evite cualquier tipo de contacto. Hasta que no lo olvide no podrá ser su amigo.
- Piense un aforismo, una frase corta optimista a la que recurrir cuando recuerde a esa persona, para desviar la mente. Puede ayudar pensar en alguien nuevo, y si aun así vuelve a evocar a su expareja, no se aferre a lo positivo. Recuerde que también hubo momentos grises.
- Manténgase ocupado. Salir y estar activo es fundamental para el cerebro.
- Pruebe nuevas experiencias. La novedad estimula la liberación de dopamina, lo que le hará sentirse más optimista.
- Haga ejercicio. La actividad aeróbica también libera dopamina y serotonina, que le ayudarán a calmarse.
- El tiempo es su aliado. Imágenes de resonancia magnética han demostrado que cuanto más tiempo pasa tras la ruptura, la región del cerebro vinculada con los sentimientos de apego muestra una menor actividad. Con el tiempo, el apego se desvanece.
- Sonría y no se rinda. Si pasa el tiempo y sigue en este estado de duelo, puede que necesite la ayuda de un psicólogo, pero no tire la toalla. Un día se dará cuenta en que ya no piensa en esa persona y se sentirá liberado.