¡Traición! ¡Traición!
Has llamado a Guillermo de Orange un hombre fiel, cuando era seguro que en su mente ya anidaba el resentimiento y la ambición, que esas cosas se incuban con tiempo. Y has dicho que se debía a su patria, que era España, que Holanda no existía.
Creo que, entre copa y copa, voy a tener que hacer unos cuantos Consejos de Guerra, Autos de Fe y Juicios por Alta Traición. Ya me reservaré cuales serán las etílicas penas.
Y ya sé que a Fede os lo tomáis como lo que es, un extraño ser de Mordor, pero de verdad que veo que a veces inventa polémicas absurdas que tomáis en serio y le seguiís la corriente.
Bueno, bueno, a España tampoco se debía, en todo caso a los Habsburgo. Pero por encima de esa lealtad se ve que prevalecieron unos intereses políticos y económicos: un principado, unos estados holandeses si quieres (que no una patria, es una manera de hablar desde su punto de vista versus a la de Papá Oso), una fe luterana. La obligación de Felipe II era preservar el Imperio heredado de su padre pero no pudo detener la Historia y el implacable avance del ideario liberal. Era una causa perdida, pero tu actuación fue impresionante Farnesio, me duele que me llames traidora, sabes bien de que lado está mi corazón.
A Fede le seguimos la corriente de vez en cuando porque cansa repartir estopa. Es un polemista entretenido, nada más. No nos subestimes, que no estamos abducidas, somos plenamente conscientes de que miente como un bellaco aunque a veces se nos escapan algunos detalles técnicos.