Yo una vez pensé que habia perdido un esmalte de uñas que usaba muchísimo y siempre lo dejaba en el mismo sitio. Un día que iba a pintarme las uñas lo busqué por todos lados, por toda la casa, por sitios que jamás se me ocurriría guardarlo, le pregunté a mi sobrina, que suele pillar mis cosas, no lo tenía. Perdí la esperanza de encontrarlo y me compré otro. Al cabo de un tiempo, largo, apareció detrás del marco de una foto que tenía en el sinfonier de la habitación. Ni yo ni mi madre lo pusimos ahí. Simplemente apareció.