Las mascarillas de usar y tirar protegen tanto al que la lleva como a tu interlocutor. De tu boca y nariz salen dos tipos de partículas: gotitas que pesan y caen por su peso y gotitas que son mucho más pequeñas y que, una vez fuera, pueden viajar más lejos de tu boca y nariz porque no pesan nada y además, como empiezan a evaporarse, al hacerse más pequeñas y ligeras, viajan incluso más lejos. Para evitar esto, las mascarillas de usar y tirar crean un ambiente húmedo alrededor de tu nariz y boca que evita esa evaporación. Por eso dar tanto calor y son tan incómodas. En primer lugar atrapan las gotitas grandes ( como un pañuelo lo haría). En segundo lugar, al crear un ambiento húmedo, evitan que las mini gotas se evaporen, evita que se hagan más pequeñas y ligeras y la mascarillas las atrapa.
Esto funciona, claro está, si todos usan la mascarilla. Porque, si tú la llevas puesta pero los demás no, las mini gotitas viajan alegremente mucha distancia.
Las de tela no son efectivas a no ser que estén cosidas de la manera correcta. Si te fijas, en muchas se ve un borde blanco porque han sido cosidas encima de una mascarilla normal. Si tú coges una camisa en casa y te haces una mascarilla de una o dos capas, es como si no llevaras nada, puedes infectar a otros.
Las mascarillas que solo filtran lo que se inhala pero no lo que se exhala son mascarillas específicas para ciertas profesiones y en el caso del Covid, algunos médicos las llaman mascarillas egoístas.
