Entiendo perfectamente a lo que te refieres, no en vano yo aborrezco a la segunda mujer de mi padre, pero no porque “se metiera por medio”, pues con mi madre era imposible vivir, sino por cómo hodió a mis hermanos. Pero hubiera hecho feliz a mi padre, en lugar de manipularlo y arruinarlo, y yo no habría tenido ningún problema. De hecho no extiendo la animadversión a mis medio hermanos, cada cosa en su sitio.
Ahora, Camila no se casó con Carlos en su juventud por sólo ellos saben las razones (se dice que porque aunque noble, no lo era lo suficiente; o porque ella no quería una vida de cara al público, feliz con sus caballos y su campo) hasta el punto que se casó con otro para quitar ese empeño de en medio. Carlos, siguiendo las tradiciones de entonces (que no las de ahora como ejemplifican, y mal, Haakon o Felipondio) se casó con la damita virgen requerida, y eso fue mal desde antes de la pedida.
Carlos y Camila tienen una relación muy sólida, psicológica, emocional y sexual. Inquebrantable desde la adolescencia, y ya les dura más de medio siglo. Yo me quito el sombero pues no es el capricho de un día ni un calentón de juventud.
Y de ésto debió darse cuenta la reina Isabel, y quizá lamentar el haberse opuesto a ese matrimonio con las consecuencias a la imagen de la Corona que todas presenciamos después, o de lo contrario no habría apoyado a Camila ni específicamente requerido que fuera considerada reina consorte.
