El misterio de la consuegra favorita de Carolina de Mónaco: así es Vera Rechulski, la madre viuda, millonaria y muy discreta de Tatiana Santo Domingo
Ha hecho falta que Vera Santo Domingo Rechulski llegara a Mónaco para demostrar que se puede hablar de tú a tú a Carolina de Mónaco y seguir siendo invisible.
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Ha hecho falta que Vera Santo Domingo Rechulski llegara a Mónaco para demostrar que se puede hablar de tú a tú a Carolina de Mónaco y seguir siendo invisible.
Vera Santo Domingo Rechulski, madre de Tatiana Santo Domingo, junto a Christian Louboutin en 2015 en una exposición. / GETTY IMAGES
SILVIA VIVASMartes, 14 junio 2022, 13:40
El próximo 31 de agosto se cumplen 10 años de una boda civil que unió a una desconocida millonaria de larga melena, Tatiana Santo Domingo, y al hijo (ex)fiestero de Carolina de Mónaco, Andrea Casiraghi. Una ceremonia blindada en la que se pudo entrever en la lejanía a Charlène vestida por Lagerfeld y a la princesa Estefanía de Mónaco con un look rosa palo. Pero ni rastro fotográfico de la madre de la novia: la siempre invisible y discreta Vera Santo Domingo Rechulski.
Para cuando se produjo aquella ceremonia civil Andrea Casiraghi era conocido en toda Europa (e Ibiza) muy a su pesar: efectos colaterales de formar parte de la rama más trágica de los Grimaldi, los Casiraghi. La novia, en cambio, a pesar de haber estado unida a Mónaco desde el 2004 y de ser la madre del primer nieto de Carolina de Mónaco, Sasha, seguía siendo una completa desconocida para el común de los mortales aunque no tanto para la alta sociedad.
Hija y heredera de uno de los hombres más ricos del planeta, Julio Mario Santo Domingo, Tatiana Santo Domingo se codeaba desde la infancia con los Niarchos y el resto de los beneficiarios de esas grandes fortunas que disfrutan en el front row de los desfiles de alta costura y celebrando fiestas tan suntuosas como blindadas.
Pero la chica que Carolina de Mónaco definió en abril de 2009 con la frase « es rica, guapa y educada», tenía a quién parecerse en su perfil de invisibilidad y discreción: su propia madre Vera Santo Domingo.
La mujer que comparte nietos con Carolina de Mónaco es un completo misterio. De la extremadamente misteriosa señora Rechulski se conocen apenas unos detalles, los que verdaderamente importan. Catalogada por los medios como una socialité brasileña, hay quien afirma que en su juventud fue modelo. Eso tendría sentido en el currículum amoroso del padre de Tatiana Santo Domingo, al que se le conocieron en vida varios affaires con las más guapas de las pasarelas (incluyendo una fuga a París con la ex esposa de un músico).
En las pocas fotos que han trascendido de la señora Santo Domingo no se aprecia un físico espectacular, pero sí una capacidad para pasar inadvertida digna de elogio. No es sencillo que alguien de su posición y fortuna consiga deslizarse bajo el radar de los paparazzis mientras vive entre París, Nueva York y una casa impresionante en la avenida Vieira Souto en Río de Janeiro.
En algún punto del camino (y con fecha imposible de descubrir googleando) la soltera Vera Rechulski se casó con Julio Mario Santo Domingo Braga y tuvo dos hijos con él, la cuasi princesa Tatiana y su hermano Julio Mario Santo Domingo III. También en algún punto del camino la vida en pareja con el hijo del hombre más rico de Colombia no debió de ser sencilla y la pareja se acabó distanciando.
No sabemos si hubo fecha de divorcio oficial o si Vera y Julio optaron por el modelo de separación al estilo Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover, lo que sí se puede comprobar es que en el año 2000 (y durante un par de años más) Julio Mario Santo Domingo con quien paseaba de la mano por las calles de Nueva York y Cartagena de Indias era con la modelo Karen Mulder.
Mientras, Vera, junto a sus dos hijos, ya sólo visitaban Estados Unidos en temporada baja y había abandonado Nueva York por la mucho más civilizada y elitista Ginebra donde Tatiana fue matriculada en el colegio más caro del mundo: el Instituto Le Rosey, el mismo en el que compartió pupitre con Carlota Casiraghi.
En 2009 Julio Mario Santo Domingo Braga falleció como consecuencia de un cáncer convirtiendo a su viuda oficial, Vera, en una mujer millonaria. Según Forbes Vera Santo Domingo Rechulski controla el 11% del holding familiar, mientras que sus hijos poseen un 5% cada uno de ellos. Además de las empresas del holding Vera posee acciones en varias multinacionales y una participación en la finca vinícola francesa que produce algunos de los vinos más caros del planeta.
Por todos estos motivos Vera Santo Domingo está incluida en el listado de las cien mujeres más ricas de latinoamérica y de las 1000 personas más ricas del mundo. Pero es casi imposible ponerle cara y rellenar los huecos de su agenda social.
Hace años se sabía que era la propietaria de una boutique parisina en la que vendía antigüedades de la India, el país favorito de su hija. Pero con la llegada al mundo de sus nietos Vera decidió cerrar esa línea de negocio de cara al público y dedicarse a lo que de verdad le apetecía: cuidar de su familia y asistir a fiestas de alto standing en las que pasa desapercibida.
Con fama de madraza y volcada en apoyar las iniciativas empresariales de su hija (se sabe que siempre ha querido darle la mejor formación para que pudiese ganarse la vida por sus propios medios) estuvo a punto de huir sin posar en la fiesta de aniversario de Muzungu Sisters, la marca de ropa sostenible que su hija Tatiana creó junto a Dana Alikhani.
También se la pudo ver en un discreto segundo plano en el cóctel neoyorkino en honor de Andrea Dellal, Presidenta de la Gala Anual de la Fundación Brasil. O tratando de pasar inadvertida en una cena benéfica en el Maxim 's parisino. A esa misma velada también acudió Carolina de Mónaco. A Carolina la pillaron los fotógrafos, a Vera, no.
Para cuando se produjo aquella ceremonia civil Andrea Casiraghi era conocido en toda Europa (e Ibiza) muy a su pesar: efectos colaterales de formar parte de la rama más trágica de los Grimaldi, los Casiraghi. La novia, en cambio, a pesar de haber estado unida a Mónaco desde el 2004 y de ser la madre del primer nieto de Carolina de Mónaco, Sasha, seguía siendo una completa desconocida para el común de los mortales aunque no tanto para la alta sociedad.
Hija y heredera de uno de los hombres más ricos del planeta, Julio Mario Santo Domingo, Tatiana Santo Domingo se codeaba desde la infancia con los Niarchos y el resto de los beneficiarios de esas grandes fortunas que disfrutan en el front row de los desfiles de alta costura y celebrando fiestas tan suntuosas como blindadas.
Pero la chica que Carolina de Mónaco definió en abril de 2009 con la frase « es rica, guapa y educada», tenía a quién parecerse en su perfil de invisibilidad y discreción: su propia madre Vera Santo Domingo.
Los padres de Tatiana Santo Domingo con Carolina de Mónaco en una fiesta. / GETTY IMAGES
La mujer que comparte nietos con Carolina de Mónaco es un completo misterio. De la extremadamente misteriosa señora Rechulski se conocen apenas unos detalles, los que verdaderamente importan. Catalogada por los medios como una socialité brasileña, hay quien afirma que en su juventud fue modelo. Eso tendría sentido en el currículum amoroso del padre de Tatiana Santo Domingo, al que se le conocieron en vida varios affaires con las más guapas de las pasarelas (incluyendo una fuga a París con la ex esposa de un músico).
En las pocas fotos que han trascendido de la señora Santo Domingo no se aprecia un físico espectacular, pero sí una capacidad para pasar inadvertida digna de elogio. No es sencillo que alguien de su posición y fortuna consiga deslizarse bajo el radar de los paparazzis mientras vive entre París, Nueva York y una casa impresionante en la avenida Vieira Souto en Río de Janeiro.
En algún punto del camino (y con fecha imposible de descubrir googleando) la soltera Vera Rechulski se casó con Julio Mario Santo Domingo Braga y tuvo dos hijos con él, la cuasi princesa Tatiana y su hermano Julio Mario Santo Domingo III. También en algún punto del camino la vida en pareja con el hijo del hombre más rico de Colombia no debió de ser sencilla y la pareja se acabó distanciando.
No sabemos si hubo fecha de divorcio oficial o si Vera y Julio optaron por el modelo de separación al estilo Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover, lo que sí se puede comprobar es que en el año 2000 (y durante un par de años más) Julio Mario Santo Domingo con quien paseaba de la mano por las calles de Nueva York y Cartagena de Indias era con la modelo Karen Mulder.
Carolina de Mónaco, Mathilde Agostinelli y Vera Santo Domingo en 2007 / GETTYIMAGES
Mientras, Vera, junto a sus dos hijos, ya sólo visitaban Estados Unidos en temporada baja y había abandonado Nueva York por la mucho más civilizada y elitista Ginebra donde Tatiana fue matriculada en el colegio más caro del mundo: el Instituto Le Rosey, el mismo en el que compartió pupitre con Carlota Casiraghi.
En 2009 Julio Mario Santo Domingo Braga falleció como consecuencia de un cáncer convirtiendo a su viuda oficial, Vera, en una mujer millonaria. Según Forbes Vera Santo Domingo Rechulski controla el 11% del holding familiar, mientras que sus hijos poseen un 5% cada uno de ellos. Además de las empresas del holding Vera posee acciones en varias multinacionales y una participación en la finca vinícola francesa que produce algunos de los vinos más caros del planeta.
Por todos estos motivos Vera Santo Domingo está incluida en el listado de las cien mujeres más ricas de latinoamérica y de las 1000 personas más ricas del mundo. Pero es casi imposible ponerle cara y rellenar los huecos de su agenda social.
Hace años se sabía que era la propietaria de una boutique parisina en la que vendía antigüedades de la India, el país favorito de su hija. Pero con la llegada al mundo de sus nietos Vera decidió cerrar esa línea de negocio de cara al público y dedicarse a lo que de verdad le apetecía: cuidar de su familia y asistir a fiestas de alto standing en las que pasa desapercibida.
Con fama de madraza y volcada en apoyar las iniciativas empresariales de su hija (se sabe que siempre ha querido darle la mejor formación para que pudiese ganarse la vida por sus propios medios) estuvo a punto de huir sin posar en la fiesta de aniversario de Muzungu Sisters, la marca de ropa sostenible que su hija Tatiana creó junto a Dana Alikhani.
También se la pudo ver en un discreto segundo plano en el cóctel neoyorkino en honor de Andrea Dellal, Presidenta de la Gala Anual de la Fundación Brasil. O tratando de pasar inadvertida en una cena benéfica en el Maxim 's parisino. A esa misma velada también acudió Carolina de Mónaco. A Carolina la pillaron los fotógrafos, a Vera, no.
