De Silvia sólo quiero decir una cosa: junto con Isabel II de Gran Bretaña fue (y sigue siendo) la mejor reina después de la Segunda Guerra Mundial.
Elegante, refinada, impecable: no nació en una familia real pero desempeñó muy bien el papel.
Y ella es la única reina que puede usar tiaras enormes sin parecer la reina de un concurso de belleza.