Recordando

Gracias por la información. O sea que "el naranjo no recuerda cuando fue naranjito". A mí siempre Michiko me ha parecido una mujer con mucha clase, lo que no puedo decir de la emperatriz Nagako.

Bueno... "Se dice" que Michiko no ha sido comprensiva del todo con la depresión de Masako, cuando ella las tuvo también. Parece que la memoria es fragil.
 
Sobre esta última foto del emperador Akihito y la emperatriz Nagako podría decirte que su matrimonio fue atípico en aquellos tiempos. Se casaron por amor. La familia del emperador no se la quería, ya que la familia de ella no era bien vista en la corte.
Curiosamente años después ella se opuso al matrimonio de su hijo Akihito con Michiko y le hizo la vida imposible a su nuera, que llegó a enfermar en varias ocasiones debido al estrés emocional que le supuso todo esto.

¡Gracias a tí @aruba por estar! Saludos
 
Bueno... "Se dice" que Michiko no ha sido comprensiva del todo con la depresión de Masako, cuando ella las tuvo también. Parece que la memoria es fragil.
Qué familia! Las mujeres conspirando unas contra otras. o_Oo_Oo_Oo_O. En mi opinión, Masako es más que su suegra porque además de "percha" tiene estudios como ninguna emperatriz los ha tenido antes que ella.

Ella, quién es?
1a1ePrincess-Kako-5.jpg

Yo veo a Masako espectacular, una emperatriz como nunca antes ha tenido el trono del crisantemo. Y se nota que su marido es muy feliz con ella.
1a1vH.I.M. Empress Masako of Japan.png
 
https://www.larepublica.ec/blog/gen...asako-la-mariposa-que-se-transformo-en-oruga/
Interesante artículo. Penoso también.

La princesa Masako: la mariposa que se transformó en oruga
sábado 27 de abril de 2019 Gente


Foto de archivo del príncipe heredero de Japón Naruhito y su esposa, la princesa Masako, durante el desfile de su boda en Tokio (Japón) el 9 de junio de 1993. Nació con el nombre de Masako Owada pero al incorporarse a la familia imperial nipona perdió su apellido y muchas cosas más: la próxima emperatriz de Japón optó por dejar de lado su independencia y su incipiente carrera profesional para sacrificarse totalmente por el trono. EFE/ Jiji Press

Tokio, 26 abr.- Nació con el nombre de Masako Owada pero al incorporarse a la familia imperial nipona perdió su apellido y muchas cosas más: la próxima emperatriz de Japón optó por dejar de lado su independencia y su incipiente carrera profesional para sacrificarse totalmente por el trono.

Masako, de 55 años, la esposa de Naruhito, ha tenido varios sobrenombres, aunque el que más ha calado es el de «La princesa triste». Lejos está la época en la que en la escuela o en la universidad llegaron a llamarla «cerebrito».

Y es que quien se convertirá el 1 de mayo en la próxima emperatriz de Japón ha roto varios moldes y superado muchos desafíos, aunque, finalmente, fue devorada por el rígido protocolo imperial nipón, que terminó consumiéndole el espíritu.

Masako es hija de Hisashi Owada, que llegó a ser secretario general del Ministerio de Exteriores de Japón, como parte de una carrera en la diplomacia, en el mundo universitario y en los tribunales internacionales que le forzó arrastrar consigo a su esposa Yumiko y a sus tres hijas.
Es por eso que Masako habla seis idiomas, dos de ellos con gran fluidez (inglés y francés), además del japonés. Pero la vida de expatriada llevó consigo la desconexión con su país, un defecto que ha sido muy utilizado por sus críticos.

A los 18 meses de vida se fue a vivir a Moscú con su familia. Luego pasó por Nueva York, regresó a Tokio, se desplazó a Boston y llegó a cursar estudios en Oxford. Si hay algo que ha definido el pasado de Masako es su constante movilidad.
«Es como el agua en movimiento», llegó a calificarla su compañera universitaria Yukie Kudo.

Esa vida le permitió a Masako forjar su educación y su cultura en varios países. De niña se imaginó como veterinaria, pero con el tiempo se inclinó por la diplomacia, siguiendo la senda de su padre, y para eso se preparó a fondo.

Se graduó con honores en el Departamento de Economía de Harvard y trabajó en la división de Norteamérica del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde ingresó tras aprobar un examen al que se presentaron 800 personas y que aprobaron 28, sólo tres de ellas mujeres.
Con todo ello, Masako Owada estaba lista para comerse el mundo, pero cuando fue invitada en 1987 a una recepción en honor de la infanta Elena de España, de visita en Tokio, su vida comenzó a dar un giro radical, porque allí conoció a Naruhito.

«Usted debe ser la señorita Owada. Me alegro de que haya venido», dicen las crónicas que le dijo Naruhito a Masako en el intercambio de uno o dos minutos que tuvieron en esa recepción.
Siguieron siete años de cortejo de parte de Naruhito, con largas interrupciones, porque Masako se negaba en principio a abandonar su carrera para incorporarse a la familia imperial nipona.

Al igual que su suegra, la emperatriz Michiko, Masako no tiene sangre real. Comenzó a destacar en un mundo profesional dominado por hombres, y, por si fueran pocos moldes rotos, tardó tiempo en aceptar convertirse en emperatriz.

No fue hasta el 12 de diciembre de 1992 cuando, finalmente, Masako le dijo «sí» a Naruhito, y la boda llegó el 9 de junio de 1993.
Pero ahí no comenzó un cuento de hadas. Ahí se acabó Masako Owada y empezó «la princesa triste». Porque la futura emperatriz cayó en las redes del rígido protocolo y de las presiones para que diera pronto un heredero imperial.

Esas presiones llevaron a su progresivo aislamiento en 2003. Primero por una afección cutánea de la que tardó en recuperarse y luego por lo que llegó a calificarse oficialmente como un «desorden de ajuste», aunque los expertos lo llaman directamente depresión.
Naruhito, que como parte del cortejo había prometido a Masako protegerla del rígido sistema de la Casa Imperial, estalló en una rueda de prensa que dio el 10 de mayo de 2004.

«La princesa Masako ha trabajado duro para adaptarse al entorno de la casa imperial durante los últimos diez años. Pero, por lo que veo, creo que ha quedado completamente exhausta intentándolo», dijo el futuro emperador.

De mariposa a crisálida, y de crisálida a oruga: poco a poco Masako está apareciendo en público cada vez más, aunque lejos de la intensidad que sus funciones requieren. Los numerosos actos para conmemorar la coronación a partir del 1 de mayo, representarán un nuevo desafío para la futura emperatriz.

Ya lo había anticipado en una tarjeta navideña de despedida que escribió a sus padres antes de que se anunciara oficialmente su compromiso: «Nos esperan tiempos duros, pero espero superarlo».
Agustín de Gracia, EFE
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La princesa Aiko de Japón junto a sus padres Naruhito y
Masako en la ceremonia de graduación de su escuela primaria. AP / Toru Hanai

lunes 6 de enero de 2020
 
Qué familia! Las mujeres conspirando unas contra otras. o_Oo_Oo_Oo_O. En mi opinión, Masako es más que su suegra porque además de "percha" tiene estudios como ninguna emperatriz los ha tenido antes que ella.

Ella, quién es?
Ver el archivo adjunto 1281858

Yo veo a Masako espectacular, una emperatriz como nunca antes ha tenido el trono del crisantemo. Y se nota que su marido es muy feliz con ella.
Ver el archivo adjunto 1281860

La joven de arriba es la princesa Kako. Es la segunda de las hijas del hermano del emperador y actual heredero. Kako tiene 25 años, es una joven moderna fuera del rígido protocolo japonés y ha practicado patinaje sobre hielo.
 
https://www.larepublica.ec/blog/gen...asako-la-mariposa-que-se-transformo-en-oruga/
Interesante artículo. Penoso también.

La princesa Masako: la mariposa que se transformó en oruga
sábado 27 de abril de 2019 Gente


Foto de archivo del príncipe heredero de Japón Naruhito y su esposa, la princesa Masako, durante el desfile de su boda en Tokio (Japón) el 9 de junio de 1993. Nació con el nombre de Masako Owada pero al incorporarse a la familia imperial nipona perdió su apellido y muchas cosas más: la próxima emperatriz de Japón optó por dejar de lado su independencia y su incipiente carrera profesional para sacrificarse totalmente por el trono. EFE/ Jiji Press

Tokio, 26 abr.- Nació con el nombre de Masako Owada pero al incorporarse a la familia imperial nipona perdió su apellido y muchas cosas más: la próxima emperatriz de Japón optó por dejar de lado su independencia y su incipiente carrera profesional para sacrificarse totalmente por el trono.

Masako, de 55 años, la esposa de Naruhito, ha tenido varios sobrenombres, aunque el que más ha calado es el de «La princesa triste». Lejos está la época en la que en la escuela o en la universidad llegaron a llamarla «cerebrito».

Y es que quien se convertirá el 1 de mayo en la próxima emperatriz de Japón ha roto varios moldes y superado muchos desafíos, aunque, finalmente, fue devorada por el rígido protocolo imperial nipón, que terminó consumiéndole el espíritu.

Masako es hija de Hisashi Owada, que llegó a ser secretario general del Ministerio de Exteriores de Japón, como parte de una carrera en la diplomacia, en el mundo universitario y en los tribunales internacionales que le forzó arrastrar consigo a su esposa Yumiko y a sus tres hijas.
Es por eso que Masako habla seis idiomas, dos de ellos con gran fluidez (inglés y francés), además del japonés. Pero la vida de expatriada llevó consigo la desconexión con su país, un defecto que ha sido muy utilizado por sus críticos.

A los 18 meses de vida se fue a vivir a Moscú con su familia. Luego pasó por Nueva York, regresó a Tokio, se desplazó a Boston y llegó a cursar estudios en Oxford. Si hay algo que ha definido el pasado de Masako es su constante movilidad.
«Es como el agua en movimiento», llegó a calificarla su compañera universitaria Yukie Kudo.

Esa vida le permitió a Masako forjar su educación y su cultura en varios países. De niña se imaginó como veterinaria, pero con el tiempo se inclinó por la diplomacia, siguiendo la senda de su padre, y para eso se preparó a fondo.

Se graduó con honores en el Departamento de Economía de Harvard y trabajó en la división de Norteamérica del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde ingresó tras aprobar un examen al que se presentaron 800 personas y que aprobaron 28, sólo tres de ellas mujeres.
Con todo ello, Masako Owada estaba lista para comerse el mundo, pero cuando fue invitada en 1987 a una recepción en honor de la infanta Elena de España, de visita en Tokio, su vida comenzó a dar un giro radical, porque allí conoció a Naruhito.

«Usted debe ser la señorita Owada. Me alegro de que haya venido», dicen las crónicas que le dijo Naruhito a Masako en el intercambio de uno o dos minutos que tuvieron en esa recepción.
Siguieron siete años de cortejo de parte de Naruhito, con largas interrupciones, porque Masako se negaba en principio a abandonar su carrera para incorporarse a la familia imperial nipona.

Al igual que su suegra, la emperatriz Michiko, Masako no tiene sangre real. Comenzó a destacar en un mundo profesional dominado por hombres, y, por si fueran pocos moldes rotos, tardó tiempo en aceptar convertirse en emperatriz.

No fue hasta el 12 de diciembre de 1992 cuando, finalmente, Masako le dijo «sí» a Naruhito, y la boda llegó el 9 de junio de 1993.
Pero ahí no comenzó un cuento de hadas. Ahí se acabó Masako Owada y empezó «la princesa triste». Porque la futura emperatriz cayó en las redes del rígido protocolo y de las presiones para que diera pronto un heredero imperial.

Esas presiones llevaron a su progresivo aislamiento en 2003. Primero por una afección cutánea de la que tardó en recuperarse y luego por lo que llegó a calificarse oficialmente como un «desorden de ajuste», aunque los expertos lo llaman directamente depresión.
Naruhito, que como parte del cortejo había prometido a Masako protegerla del rígido sistema de la Casa Imperial, estalló en una rueda de prensa que dio el 10 de mayo de 2004.

«La princesa Masako ha trabajado duro para adaptarse al entorno de la casa imperial durante los últimos diez años. Pero, por lo que veo, creo que ha quedado completamente exhausta intentándolo», dijo el futuro emperador.

De mariposa a crisálida, y de crisálida a oruga: poco a poco Masako está apareciendo en público cada vez más, aunque lejos de la intensidad que sus funciones requieren. Los numerosos actos para conmemorar la coronación a partir del 1 de mayo, representarán un nuevo desafío para la futura emperatriz.


Ya lo había anticipado en una tarjeta navideña de despedida que escribió a sus padres antes de que se anunciara oficialmente su compromiso: «Nos esperan tiempos duros, pero espero superarlo».
Agustín de Gracia, EFE
aiko.jpg

La princesa Aiko de Japón junto a sus padres Naruhito y
Masako en la ceremonia de graduación de su escuela primaria. AP / Toru Hanai

lunes 6 de enero de 2020
Se puede decir que fue el príncipe más "friendzoneado" de toda la realeza, varios rechazos por parte de su amada musa nipona y tardó siete años en recibir un "si" de ella....estará ella tan enamorada como él lo está de ella (bueno el la ama a su manera al parecer, pero ella???), no los veo con tanta complicidad como a los emperadores eméritos...
 
Se puede decir que fue el príncipe más "friendzoneado" de toda la realeza, varios rechazos por parte de su amada musa nipona y tardó siete años en recibir un "si" de ella....estará ella tan enamorada como él lo está de ella (bueno el la ama a su manera al parecer, pero ella???), no los veo con tanta complicidad como a los emperadores eméritos...
Las mujeres japonesas deben hacer todo lo posible para que "ni siquiera se la vea ni se la escuche". A quien debe dársele toda la atención es al marido y se considera falta de respeto si la esposa hace algo para llamar la atención hacia ella. Por ejemplo, a una mujer que haga las cosas como las que hacia Diana es dign de...de...de no tengo idea pero a esa mujer no se le ve la cara nunca jamás y su nombre es prohibido de mencionar tanto en palacio como fuera de él. Más aún entre las clases nobles y altas. Un poco más de libertad tienen las mujeres en el campo o pueblos ya que se necesita de ellas y de su trabajo para poder vivir la vida sin pasar necesidades básicas dentro del círculo familiar.

Además, tiene poco tiempo de ser emperatriz. Necesita de mayor tiempo para hacer la transición de princesa a emperatriz de Japón.

Mucho más "cerrados" son los chinos. Saludos.
 
Última edición:
Se puede decir que fue el príncipe más "friendzoneado" de toda la realeza, varios rechazos por parte de su amada musa nipona y tardó siete años en recibir un "si" de ella....estará ella tan enamorada como él lo está de ella (bueno el la ama a su manera al parecer, pero ella???), no los veo con tanta complicidad como a los emperadores eméritos...

Masako fue "obligada" por la ambición de su padre a casarse con Naruhito. Solo hay que recordar las caras de su madre y hermanas el día de la boda y aquello parecía un funeral.
Ella tenía un perro "Chocolat" al que adoraba y el kunaicho le obligó a dejarlo atrás. Él la ha protegido en estos años y ha estado a su lado en la enfermedad pero... Es lo menos que puede hacer con ella después de haberle destrozado (sin querer) la vida. Fuera de la casa imperial Masako era improbable que enfermase
 
Las mujeres japonesas deben hacer todo lo posible para que "ni siquiera se la vea ni se la escuche". A quien debe dársele toda la atención es al marido y se considera falta de respeto si la esposa hace algo para llamar la atención hacia ella. Por ejemplo, a una mujer que haga las cosas como las que hacia Diana es dign de...de...de no tengo idea pero a esa mujer no se le ve la cara nunca jamás y su nombre es prohibido de mencionar tanto en palacio como fuera de él. Más aún entre las clases nobles y altas. Un poco más de libertad tienen las mujeres en el campo o pueblos ya que se necesita de ellas y de su trabajo para poder vivir la vida sin pasar necesidades básicas dentro del círculo familiar.

Además, tiene poco tiempo de ser emperatriz. Necesita de mayor tiempo para hacer la transición de princesa a emperatriz de Japón.

Mucho más "cerrados" son los chinos. Saludos.

No se puede comparar a Masako con otras emperatrices, aunque su suegra estuvo mal en algunas ocasiones, lo de Masako es muy serio. Se le permitió algo inaudito en la familia imperial japonesa. Volver a convivir con su familia por un tiempo. Eso nos da una idea de como pudo estar. Cuando fue nombrada emperatriz los médicos que la llevan dijeron que está mejor pero que no podrá realizar su papel al 100%. De momento, no ha hecho ningún acto oficial ella sola. El único al que acudió iba acompañada de todas las mujeres de la familia imperial.
 
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