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Phyllis Lee Isley, es el nombre real de Jennifer Jones, la inolvidable protagonista de “Duelo al sol”. Nació en Tulsa, Oklahoma (U.S.A), el 2 de marzo de 1919.
Sus padres eran actores de teatro ambulante, y con ellos recorrió gran parte del Medio Oeste americano.
Realizó sus estudios asistiendo al instituto Monte Cassino, y participó en obras teatrales que allí se organizaban. Posteriormente se matriculó en la Universidad del noroeste, pero a los 17 años decidió inscribirse en la American Academy of Dramatic Arts de Nueva York. Actúo en teatro y en radio en ese tiempo.
En la academia conoció a otro aspirante actor, llamado Robert Walker, (quien en 1951 protagonizaría la película de Alfred Hitchcock, “Extraños en un tren”) con el que contrajo matrimonio el 2 de enero de 1939.
Decidieron trasladarse a Hollywood para probar suerte en el mundo del cine. Allí Jennifer Jones trabajó en un western dirigido por George Sherman (“New Frontier”), y protagonizado por Jhon Wayne, pero su papel fue de poca importancia. Lo mismo que ocurrió en la serie televisiva “Dick Tracy’s G-Men”; su interpretación tampoco tuvo trascendencia.
La pareja se presentó a unas pruebas de pantalla para la Paramount, pero ninguno de ellos las superó, por lo que decidieron regresar a Nueva York.
Walker comenzó a colaborar en programas de radio, y ella se inició como modelo, aunque seguía intentando conseguir trabajo como actriz. En 1940 se presentó a una prueba organizada por el productor David O. Selznick, que quedó prendado de ella y le ofreció un contrato en exclusiva.
La preparó concienzudamente durante tres años para el estrellato, y acabada su formación, y con una gran campaña publicitaria que anticipaba su aparición en la pantalla, mostró al mundo del celuloide su nuevo descubrimiento en “La canción de Bernadette” (1943), dirigida por Henry King. Por su interpretación ganó el Oscar a la mejor actriz de la edición del año 1944, en donde también figuraba como candidata aquel año, Ingrid Bergman, por “Casablanca”.
Durante los años siguientes, y casi siempre bajo la tutela de O. Selznick, trabajó en títulos importantes dirigidos por afamados directores.
En 1944 rodó a las órdenes de John Cromwell, “Desde que te fuiste”, en donde compartió cartel con afamadas estrellas clásicas. Claudette Colbert, Joseph Cotten, Shirley Temple, y Lionel Barrymore fueron sus compañeros. En este film también participó Robert Walker. Jennifer Jones obtuvo otra candidatura al Oscar por su papel en la película.
Al año siguiente protagonizó “Cartas a mi amada”, de William Dieterle, en donde volvió a coincidir con Joseph Cotten. También fue nominada a los Oscar por su papel en el film.
En 1946 trabajó en tres películas, pero fue con “Duelo al sol”, de King Vidor, en donde fue nuevamente nominada al premio Oscar, por su interpretación de la carismática y asilvestrada Perla Chavez, en un western dramático en donde volvió a compartir cartel con Cotten y Barrymore, además de con Gregory Peck, Lillian Gish, Walter Huston (padre del director Jhon Huston), Herbert Marshall y Charles Bickford.
Sus interpretaciones de mujeres de caracteres peculiares, le valieron el favor de los espectadores y de la crítica, y en 1949 dio vida a la apasionada e inmadura Emma Bovary, en el film “Madame Vovary”, basado en la novela del clásico Gustave Flaubert y dirigido por Vicente Minnelli. Fue otro de sus papeles aclamados.
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Films posteriores la confirmaron como actriz. Rodó en aquellos años películas como: “Carrie”, de 1952, junto a Laurence Olivier, y dirigida por William Wyler, “Stazioni Termini”, de Vittorio De Sica, y con Montgomery Clift como compañero de cartel, “La colina del adiós” (1956), de Henry King, al lado de William Holden, y por la que obtuvo su última nominación al Oscar, y “Adios a las armas”, basada en la novela de Ernest Hemingway, en donde trabajó con Rock Hudson y Vittorio De Sica (esta vez delante de la cámara).
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En las dos siguientes décadas sus trabajos fueron esporádicos. No se puede hablar de un declive, porque simplemente dejó de trabajar en el cine. Su última aparición en la pantalla fue en “El coloso en llamas” (1974).
Vida personal:
De su matrimonio ya comentado con Robert Walker, tuvo dos hijos: Robert, nacido en 1940, y Michael, que nació al año siguiente.
Divorciada de Walker en 1944, se casó con su mentor David O. Selzknick en 1949, con el cual ya mantenía una relación amorosa desde tiempo antes de su divorcio.
Con Selznick tuvo una hija, Mary Jennifer, que vino al mundo en 1954, y falleció en 1976.
Selznick murió en 1965, (su muerte produjo la paulatina retirada de la Jones de las pantallas) y seis años más tarde volvió a casarse, esta vez con Norton Simon, un magnate coleccionista de obras de arte, y fundador de un famoso museo en Pasadena (U.S.A.), que Jennifer Jones continúa gestionando desde la muerte de su marido, acaecida el año 1993.
Para ver su filmografía completa, pinchad aquí
http://tierradecinefagos.com/2008/05/29/jennifer-jones/
Dejando a un lado "Duelo al Sol", la verdad es que Jennifer Jones siempre me ha reventado, ni siquiera la veía guapa. Hace ya muchos años echaron un ciclo suyo en la tele y no comprendía cómo había conseguido tantos papeles, hasta que me enteré que fué su segundo marido, el todopoderoso productor David O´Selnick, quien hacía películas para que ella brillase como estrella...
No era tonta la Jones, no, la única vez que se había casado por amor era con su entonces marido, Robert Walker, un actor en alza, que hizo el gran papel de malo en "Extraños en un tren" de Hichtcock, pero tras conocer a O´Selnick, a Jennifer ya le pareció que perdia el tiempo con él, que el estrellato pasaba por la cama del magnate, quien estaba casado con la hija de Louis B. Meyer, pero la Jones le comió el coco hasta el punto de no importarle indisponerse con su poderoso suegro, porque para entonces él ya era rico con su propia productora, asi que tras doble divorcio, la pareja se casó y Jennifer Jones, de repente, se convirtió en la estrella prota de todas las pelis de su marido, las hacía solo para ella, increible, de no haber sido por O´Selnick, esta Jones no pasa de actriz secundaria de segunda, seguro...
El que se quedó hecho puré fue Robert Walker, no superó el divorcio. La depresión le llevó al consumo de drogas y murió con 32 años. Eso no hizo perder el sueño a la Jones, ella siguió casada con el O´Selnick fielmente, claro, por la cuenta que le traía, y cuando murió su marido, ya acostumbrada al nivel de vida de millonaria y con su carrera en declive por la edad y no tener ya el respaldo del magnate, pues se casó con otro magnate y asunto resuelto. También la dejó viuda y rica, viuda y heredera de dos millonarios, vamos, se reíria de la idea de lo que habría sido de su vida de haberse quedado con el pobre Robert...
Por eso no la puedo ni ver como heroína romántica, ja ja ja....
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