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Querida amiga:
Aquí estás, apoyando a tu marido en el juicio que han abierto contra él acusado de haber matado a su amante, la mujer con quien tanto daño te hizo...
Tu habías dejado tus estudios y tu futuro profesional por él, el amor de tu vida, el centro de tu vida junto a tu hijo, tu Rusty, para tí no existe más hombre que él, apoyándole en su carrera como abogado y fiscal, le has dado un hijo, te dedicas a la casa y a retomar los estudios para llenar un poco más tu vida, pero apareció una trepa de mucho cuidado en su oficina, que por ascender, utiliza a todos los tipos de la oficina, incluido a tu guapísimo marido, que se encoña con ella como un loco...
Y tu te enteras y sufres como una cosaca, primero por el affaire y después porque la trepa le ha dejado porque no es lo bastante ambicioso para ella y se ha liado con otro, y tu marido está en un sinvivir delante de tí...
Y, claro, alguno de los muchos a los que ha hecho lo mismo pierde los estribos y se la carga pero los enemigos de tu marido en la oficina le endiñan la muerta a él...
Pero, por un milagro, tu marido consigue ser declarado inocente... y tu decides que ya está, todo se ha solucionado, que el sufrimiento valió la pena... pero él cargará con esa culpa toda la vida cuando descubra la verdad...
Sue Ellen Shepard:
Este es el día en que la cagastes bien... Sí, heredero petrolero potentado, todo lo que soñabas, para eso te habías presentado al concurso de Miss Dallas, para ver si pescabas a alguno de esos potentados que estaban de mirones en el jurado y él, John Ross Ewing II, más conocido como J.R. Ewing, pues te fichó y decidió arruinarte la vida casándose contigo...
Tu creías haber encontrado un príncipe azul...sí, sí, desde el principio te empezó a poner más cuernos que llevan todas las vacas de su rancho juntas... y teniendo que vivir en el rancho familiar con tus suegros, tus cuñados, su sobrina... vamos, serían millonarios, pero no había familia más unida, todos juntos en habitaciones como en un hotel...
Y tu, Sue Ellen, encima enamorada del c... de tu marido, el tipo más retorcido del mundo, que disfruta arruinando la vida y negocios de los demás para enriquecerse pero también como hobby, se lo pasa de cine cuando ve a uno de sus victimas tirándose por una ventana... Y, claro, tu empiezas a darle a la botella porque lo de los cuernos públicos es algo que no puedes soportar y eso de divorciarte te cuesta porque no sabes si conseguirás arruinarle en el divorcio, que es lo que se merece, y para darle celos empiezas a liarte con otros, cosa que a él, aunque lo disimule, le sienta mal, porque eres suya, y se dedica a arruinar a todos tus amantes, no te deja ni consolarte con otros ¡que tormento de marido!
Porque en el fondo, aunque no haceís más que acostaros con otros, estaís obsesionados el uno con el otro, siempre pendientes de lo que hace el otro, lo vuestro es la relación más tóxica y mortal que se ha visto nunca, claro que él no sufre como tu, ya te digo que él se venga arruinando a tus ligues y se queda tan ancho, pero tu te quedas toda rabiosa dándole a la botella... y si os peleais ¡siempre acabaís en la cama, porque teneís un rollo sexual sadomasoquista digno del Marqués de Sade!
Y, en una de esas, Sue Ellen, te quedas embarazada... claro, como te acuestas con tantos, el miserable de J.R. cree que el niño no es suyo, pero sí, esta vez las cuentas te salen con él, y cuando nace el niño ¡se hace las pruebas de paternidad y, nada, le das en los morros, ya tiene ahí a su heredero, John Ross III....
Y empiezas a criar a tu hijo, y piensas que quizás que ahora que sois una familia él siente la cabeza, pero nada, él sigue igual, ¡hasta se lía con tu hermana! Que se toma tan a mal que no quiere divorciarse de tí para casarse con ella que acaba siendo ella la que le pega un tiro! Pero no tienes la suerte de quedarte viuda, Sue Ellen, no...
Pero tu ya estás harta y por fín te decides a divorciarte y tienes la suerte de que el juez te da la custodia del niño, y te mudas de casa con él, y empiezas a salir con hombres buenos que no te hacen sufrir... pero ahí tienes rondando al padre de tu hijo, que con eso de que tiene derecho a visitas, lo tienes presente más que cuando estabais casados...
Y él empieza a ponerse romántico como en vuestro noviazgo, diciéndote que te echa de menos, que nunca ha querido a otra mujer, que te necesita... y flores, y cenas...y cama otra vez y...
¡Sue Ellen! Es que eres para matarte...
¡El lo que quería era tener a su hijo en casa otra vez, y además, que se ponía enfermo viendote libre haciendo lo que querias, y no, tu eres suya para hacerte todas las perrerias que quiera! Y, claro, otra vez a las andadas, a los cuernos, el alcohol...
¡Tu te lo has buscado, por idiota! Pero ¿como es posible que quieras a un hombre así?
Ni siquiera el ejemplo de tus cuñados perfectos te hacen ver que no se puede querer a un hombre así...
Bueno, Sarah, a tí no te va a tocar como a Trinity ennoviarte con el Elegido... a tí te va a tocar parirlo y defender a tu hijo de los Terminators que llegan del futuro para cargarse al futuro Lider de la Resistencia humana que les está fastidiando en su guerra por el dominio del planeta, te va a tocar ser la madre de John Connor...
Tu solo eras una camarera normal y corriente, una chica sin destino de heroína, cuando te llegó un tipo guapísimo, que dice venir del futuro para salvarte...
Claro, al principio crees que es un chalado que intenta ligarte con una historia extrafalaria sobre que eres la madre del Lider de la Resistencia del futuro y que le envía tu futuro hijo para salvarte, para que un Terminator, un cyborg del futuro, no te mate antes de que él nazca...
Y, claro, intentas dar esquinazo a ese chalado en cuanto puedes, la de gente rara que hay en este mundo, hasta que tienes que ver con tus propios ojos lo que es un Terminator...
Un tipo monstruoso que arrasa la cafeteria donde estás y te salva él...
Pero por poco tiempo, porque también tiene que salvarte en la comisaria donde estais detenidos, el cyborg la hace saltar en pedazos, las balas le rebotan, y ahora ya no te cabe duda de que Reese, Kyle Reese, que así se llama tu protector, no está chalado, que dice cosas de fundamento...
Y os toca huir continuamente del espantoso Terminator, y en la huida empezais a conoceros, y él te cuenta que allí de donde viene no tiene a nadie, es un soldado sin familia, simplemente admira a John Connor porque es el gran lider y él le dió una foto tuya, confesándote que siempre ha estado enamorado de tí pero que jamás pensó que podría llegar a conocerte y que cuando Connor pidió un voluntario para la misión de salvarte, él se presentó sin pensarlo dos veces...
¡Sarah, menuda historia, cómo para no enamorarte de un tipo así, y encima tan macizorro!
Tu le preguntas si por casualidad sabe quien es el padre de John Connor, no vaya a ser que por despistada le des calabazas y ya no nazca el lider del futuro, pero él te dice que lo ignora...
Da igual, no le das muchas vueltas al asunto, porque tú no tienes ojos más que para él... y una noche... bueno, que cumples el sueño del chico de amarte intensamente y tu te vuelves loquita por él...
Pero no os descuideis, que el Terminator está sobre vuestra pista y os va a alcanzar...
Y tu Kyle te defenderá a muerte, pero serás tú quien, con tu ingenio, logres terminar con semejante maquina infernal... Pero no podrás salvar a Kyle, mortalmente herido, que se muere en tus brazos...
Pero tu no le olvidarás jamás... porque ya llevas en tu seno a su hijo, el lider John Connor y le dejarás grabado a tu hijo el recuerdo de su padre para que lo reconozca cuando, un dia, lo encuentre en el futuro como un joven muchacho que le admira...
Claro que el trabajo de conseguir que tu hijo alcance la edad adulta frente a los otros Terminators va a ser solo tuyo, Sarah... pues, aparte de tu hijo, ya no habrá otro hombre para tí que Kyle...