El ambiente en el hermoso jardín del patio es exuberante. Los jugadores de petanca retozan, los paseantes disfrutan del sol de la tarde, los corredores sudan a 23 grados. Un buen día en Munich ...
Lo que nadie sabe: justo en el medio, en la terraza del elegante bar de cócteles “Schumann's Bar”, una visita real, la princesa heredera de Noruega, Mette-Marit Tjessem Høiby (48). Muy relajada, con blusa blanca, jeans, lentes de sol y zapatillas Adidas, toma una copa y charla.
Una chaqueta de mezclilla azul cuelga casualmente sobre sus hombros. Un enfriador de botellas con burbujas está al lado de la mesa.
Con ella están dos amigos, un hombre y una mujer. El hombre revela que es noruego pero que vive en Alemania desde hace más de 20 años. Él a BILD: "Mette-Marit está de vacaciones y para una ocasión privada en Munich." ¿Te gusta en la capital del estado? "Ella ha estado aquí antes", dice, sonriendo y caminando de regreso a la mesa.
Die Stimmung im Hofgarten ist ausgelassen. Boule-Spieler tummeln sich, Spaziergänger genießen die Sonne. Mittendrin: Norwegens Kronprinzessin Mette-Marit.
Mira que no me cae nada mal y lo de la enfermedad está claro que es real, pero yo creo que le ha echado un morro que flipas. A esquiar pero muy enferma para tener agenda, de vacaciones con la familia haciendo lo mismo que todos pero sigue sin hacer nada. No sé, o a mí se me escapa algo o lo que digo, mucho morro.
Die Stimmung im Hofgarten ist ausgelassen. Boule-Spieler tummeln sich, Spaziergänger genießen die Sonne. Mittendrin: Norwegens Kronprinzessin Mette-Marit.
A mí es que lo de la enfermedad de ésta me huele a chamusquina.
No digo que no tenga algo de pulmones, pero que lo exageraron mucho para poder librarla de "trabajar".