C
chica
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Espera, que empieza la competencia.
http://www.revistavanityfair.es/rea...nda-vestido-estilismo-inspiracion-copia/22030
Matillde de Bélgica es, probablemente, el sostén de la casa real que gobierna en el país que acoge la sede la Unión Europea. Es una mujer de apariencia firme, segura e hiperactiva, que si bien no ha sido educada para reinar; ha forjado su personalidad siguiendo a rajatabla las estrictas normas de la moral y educación aristocrática y católica de los d'Udekem d'Acoz y Komorowska. Por eso Matilde es una reina como las de antes: una que hace bien su trabajo.
Allá donde va Matilde siempre tiene un aspecto dulce y luce la sonrisa oportuna. Da caricias a los niños que se le acercan y se implica en todo tipo de actividades políticas, económicas, sociales y culturales que requieren su presencia. Todo sin dejar de ser una madre ejemplar que lleva a los niños al cole y que va educando a la heredera en sus quehaceres futuros. Matilde es un dechado de virtudes regias. Sin embargo, Matilde tiene una debilidad que llama especialmente la atención: la inseguridad en sus estilismos.
Así ha ocurrido durante la visita de Estado del Presidente de la República Federal de Alemania, Joachim Gauck, y su compañera, Daniela Schadt, a Bélgica. Matilde les recibió en el aeropuerto con un aire Jackie, un atuendo muy lady con pill-box–ese casquete pastillero que la mujer de Kennedy convirtió en un icono– incluido. Aunque lo mejor vino cuando se desprendió del abrigo. ¡Ese vestido!

Los reyes de Bélgica, junto al Presidente de la República Federal de Alemania.© Gtresonline
Un traje celeste igual que el utilizado por Máxima de Holanda cuando visitó Madrid junto a su marido en septiembre de 2013 para presentarse como reina de los Países Bajos y comer con los reyes Juan Carlos y Sofía y los entonces príncipes Felipe y Letizia. Sí, el vestido celeste con ligero recogido en el costado ¿sería el mismo? ¿Sería posible que Máxima, ya más delgadita, ahora que puede ajustarse como Letizia o Mary, le pase los vestidos que ya no usa?
Pero no quedó ahí la anécdota. Se celebró la consabida cena oficial en el palacio de Leaken para homenajear a los invitados. Una de esas cenas de gala en la que las reina y princesas se ponen sus tiaras. Allí Matilde volvió a sorprender con un vestido con falda de satén y cuerpo empedrado bien similar al diseño que Mary de Dinamarca ya ha paseado ante la realeza, concretamente, en la gala de la coronación de Guillermo y Máxima y en la cena de gala para festejar el 75 cumpleaños de su suegra. Para la última cita con los alemanes Matilde se vistió de rojo con un traje de diseño muy discreto que, sin embargo, contrastaba con el atrevido tocado del estilo al que lució Beatrice Borromeo en la última Fiesta Nacional de Mónaco. Competir con la italiana es una derrota anunciada.
LA REINA IMITADORA
Mirar al entorno es ya una tradición para Matilde. El momento más sorprendente fue la elección de atuendos para su coronación. Cierto que su llegada al trono fue de perfil discreto, nada que ver con el dispendio de los Orange. Pero ella se fijó mucho en Máxima, y en las fotos oficiales vistió de azul Klein, como la argentina en la entronización de su marido. Para los actos de la mañana eligió la misma firma que su colega, Natán; no hay más que ver las similitudes en su atuendo y el de Máxima durante la firma de renuncia de su suegra en la Sala de Moisés del Palacio Real de Ámsterdam. Aunque hay que reconocer que ambas son grandes aficionadas a las lazadas en el hombro izquierdo, ninguna otra se ha atrevido con tal exceso estilístico que ambas combinaciones con casquete pill-box: Matilde en su visita a París, Máxima a Bélgica.

Matilde y Máxima, unidas por Natán.© Gtresonline
Otra similitud memorable es el vestido de guipur con fondo color crema del diseñador Marc Philippe Coudeyre que Matilde vistió en su aniversario como reina, tal cual el que la reina Letizia eligió para posar por sus 40 años, un guipur negro de Varela. El de la belga más recatado de escote. Sorprendente también la elección del tocado de antena, un estilo complicado que solo pueden llevar algunas como Beatriz Borromeo en la boda de Félix de Luxemburgo y Claire Lademacher en la Provenza. Máxima también osó con ese tocado en un viaje oficial a Polonia. El triunfo de la italiana volvió a ser por goleada.
Cuando ambas eran herederas, Máxima y Matilde coincidieron con un abrigo de pata gallo blanco y negro en una aparición conjunta para la promoción deEl arte pictórico de los Países Bajos en el Museo Municipal de La Haya. Coincidencia también en los posados veraniegos con pantalón floreado y chaqueta roja. Es lo que tiene ser muy buenas amigas y forofas de Natán.
En fin, que la reina Matilde es siempre una sorpresa, de repente utiliza grandes accesorios al cuello como su amiga. O pamelones estilo Orange. O botas de ante hasta cubrir los muslos, como Charlène de Mónaco. Sin embargo, hay veces que ni siquiera compite. Así ocurrió el pasado enero en el encuentro con Rania de Jordania. La estilosa reina hachemita, aficionada a las grandes firmas de lujo, utilizó para la ocasión un abrigo en color beige con tres grandes botones y ribetes en rosa en los bajos y mangas firmado por Balenciaga y zapatos de Louboutin. En el palacio de Bruselas, sin embargo, se encontró con una reina vestida de azul y gris, recatada, antigua, que no había hecho ningún esfuerzo al abrir su armario esa mañana. Tenía sentido, la cita era para hablar sobre el tema de los refugiados.

http://www.revistavanityfair.es/rea...nda-vestido-estilismo-inspiracion-copia/22030
Matillde de Bélgica es, probablemente, el sostén de la casa real que gobierna en el país que acoge la sede la Unión Europea. Es una mujer de apariencia firme, segura e hiperactiva, que si bien no ha sido educada para reinar; ha forjado su personalidad siguiendo a rajatabla las estrictas normas de la moral y educación aristocrática y católica de los d'Udekem d'Acoz y Komorowska. Por eso Matilde es una reina como las de antes: una que hace bien su trabajo.
Allá donde va Matilde siempre tiene un aspecto dulce y luce la sonrisa oportuna. Da caricias a los niños que se le acercan y se implica en todo tipo de actividades políticas, económicas, sociales y culturales que requieren su presencia. Todo sin dejar de ser una madre ejemplar que lleva a los niños al cole y que va educando a la heredera en sus quehaceres futuros. Matilde es un dechado de virtudes regias. Sin embargo, Matilde tiene una debilidad que llama especialmente la atención: la inseguridad en sus estilismos.
Así ha ocurrido durante la visita de Estado del Presidente de la República Federal de Alemania, Joachim Gauck, y su compañera, Daniela Schadt, a Bélgica. Matilde les recibió en el aeropuerto con un aire Jackie, un atuendo muy lady con pill-box–ese casquete pastillero que la mujer de Kennedy convirtió en un icono– incluido. Aunque lo mejor vino cuando se desprendió del abrigo. ¡Ese vestido!

Los reyes de Bélgica, junto al Presidente de la República Federal de Alemania.© Gtresonline
Un traje celeste igual que el utilizado por Máxima de Holanda cuando visitó Madrid junto a su marido en septiembre de 2013 para presentarse como reina de los Países Bajos y comer con los reyes Juan Carlos y Sofía y los entonces príncipes Felipe y Letizia. Sí, el vestido celeste con ligero recogido en el costado ¿sería el mismo? ¿Sería posible que Máxima, ya más delgadita, ahora que puede ajustarse como Letizia o Mary, le pase los vestidos que ya no usa?
Pero no quedó ahí la anécdota. Se celebró la consabida cena oficial en el palacio de Leaken para homenajear a los invitados. Una de esas cenas de gala en la que las reina y princesas se ponen sus tiaras. Allí Matilde volvió a sorprender con un vestido con falda de satén y cuerpo empedrado bien similar al diseño que Mary de Dinamarca ya ha paseado ante la realeza, concretamente, en la gala de la coronación de Guillermo y Máxima y en la cena de gala para festejar el 75 cumpleaños de su suegra. Para la última cita con los alemanes Matilde se vistió de rojo con un traje de diseño muy discreto que, sin embargo, contrastaba con el atrevido tocado del estilo al que lució Beatrice Borromeo en la última Fiesta Nacional de Mónaco. Competir con la italiana es una derrota anunciada.
LA REINA IMITADORA
Mirar al entorno es ya una tradición para Matilde. El momento más sorprendente fue la elección de atuendos para su coronación. Cierto que su llegada al trono fue de perfil discreto, nada que ver con el dispendio de los Orange. Pero ella se fijó mucho en Máxima, y en las fotos oficiales vistió de azul Klein, como la argentina en la entronización de su marido. Para los actos de la mañana eligió la misma firma que su colega, Natán; no hay más que ver las similitudes en su atuendo y el de Máxima durante la firma de renuncia de su suegra en la Sala de Moisés del Palacio Real de Ámsterdam. Aunque hay que reconocer que ambas son grandes aficionadas a las lazadas en el hombro izquierdo, ninguna otra se ha atrevido con tal exceso estilístico que ambas combinaciones con casquete pill-box: Matilde en su visita a París, Máxima a Bélgica.

Matilde y Máxima, unidas por Natán.© Gtresonline
Otra similitud memorable es el vestido de guipur con fondo color crema del diseñador Marc Philippe Coudeyre que Matilde vistió en su aniversario como reina, tal cual el que la reina Letizia eligió para posar por sus 40 años, un guipur negro de Varela. El de la belga más recatado de escote. Sorprendente también la elección del tocado de antena, un estilo complicado que solo pueden llevar algunas como Beatriz Borromeo en la boda de Félix de Luxemburgo y Claire Lademacher en la Provenza. Máxima también osó con ese tocado en un viaje oficial a Polonia. El triunfo de la italiana volvió a ser por goleada.
Cuando ambas eran herederas, Máxima y Matilde coincidieron con un abrigo de pata gallo blanco y negro en una aparición conjunta para la promoción deEl arte pictórico de los Países Bajos en el Museo Municipal de La Haya. Coincidencia también en los posados veraniegos con pantalón floreado y chaqueta roja. Es lo que tiene ser muy buenas amigas y forofas de Natán.
En fin, que la reina Matilde es siempre una sorpresa, de repente utiliza grandes accesorios al cuello como su amiga. O pamelones estilo Orange. O botas de ante hasta cubrir los muslos, como Charlène de Mónaco. Sin embargo, hay veces que ni siquiera compite. Así ocurrió el pasado enero en el encuentro con Rania de Jordania. La estilosa reina hachemita, aficionada a las grandes firmas de lujo, utilizó para la ocasión un abrigo en color beige con tres grandes botones y ribetes en rosa en los bajos y mangas firmado por Balenciaga y zapatos de Louboutin. En el palacio de Bruselas, sin embargo, se encontró con una reina vestida de azul y gris, recatada, antigua, que no había hecho ningún esfuerzo al abrir su armario esa mañana. Tenía sentido, la cita era para hablar sobre el tema de los refugiados.
