Yo sigo a una blogger inglesa que se compró unas sandalias de Chanel que al estrenarlas se dio cuenta de que le iban pequeñas y ya no pudo conseguir un número más en la tienda.
Explicó que al final se decidió a contratar a una shopper para que se las encontrara de su talla donde fuera, que no fue un servicio especialmente barato pero que fue efectivo, le encontró unas de segunda mano en muy buen estado y se las envió, luego ya revendió las suyas.
Con esto quiero decir que hay gente profesional que se dedica a conseguir objetos de lujo. Como los que en las películas americanas van por las galerías de arte buscando cuadros para sus clientes.
Yo sí me creo que el bolso sea original y vaya a dormir con él un mes.
Ha podido encargar que le busquen un Birkin en marrón nuevo en su caja con lacito y se lo han encontrado, no le ha hecho falta apuntarse en la lista de ningún sitio ni pasar por la tienda de Hermes. O comprarlo ella directamente de segunda mano nuevo.
Pero claro, es menos glam que que te inviten personalmente a comprarte uno en la tienda, cosa que si hubiera pasado ya sabríamos hasta la saciedad.
Aunque en su defensa diré que me parece muy bien que se lo haya conseguido por otros medios, a mí estos snobismos me cuesta digerirlos... ¿Que no queréis venderme un Birkin? ¿A mí, que vengo a dejarme 20.000 pavos en vuestra tienda? No os preocupéis que ya me lo busco yo por otro lado (aunque yo no me gastaría ese pastón en un bolso ni loca).
Explicó que al final se decidió a contratar a una shopper para que se las encontrara de su talla donde fuera, que no fue un servicio especialmente barato pero que fue efectivo, le encontró unas de segunda mano en muy buen estado y se las envió, luego ya revendió las suyas.
Con esto quiero decir que hay gente profesional que se dedica a conseguir objetos de lujo. Como los que en las películas americanas van por las galerías de arte buscando cuadros para sus clientes.
Yo sí me creo que el bolso sea original y vaya a dormir con él un mes.
Ha podido encargar que le busquen un Birkin en marrón nuevo en su caja con lacito y se lo han encontrado, no le ha hecho falta apuntarse en la lista de ningún sitio ni pasar por la tienda de Hermes. O comprarlo ella directamente de segunda mano nuevo.
Pero claro, es menos glam que que te inviten personalmente a comprarte uno en la tienda, cosa que si hubiera pasado ya sabríamos hasta la saciedad.
Aunque en su defensa diré que me parece muy bien que se lo haya conseguido por otros medios, a mí estos snobismos me cuesta digerirlos... ¿Que no queréis venderme un Birkin? ¿A mí, que vengo a dejarme 20.000 pavos en vuestra tienda? No os preocupéis que ya me lo busco yo por otro lado (aunque yo no me gastaría ese pastón en un bolso ni loca).