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Los Duques de Sussex dejan de ser SAR's pero mantienen el Ducado. Devolverán dinero invertido en Frogmore. La nueva vida en Canadá
- AutorMihrimah
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El solo fue un dia.. regresa para la reunion mañana
.para mi el que se va a gritar de todo con harry va a ser william.. ojala hubiera estado el duque de edimburgo presente.. ese le tira hasta el baston?
Yo creo que él no lo hará y se mantendrá firme junto a ella.
repito...y si fuera de eso nos salen con esa bomba!!!!.....con razón ella tan segura
Gracias!
Creo lo mismo. William va a estallar mal!! Ay, ruego que participe el Duque ?
Unos años antes y el duque de edimburgo les arranca la cabeza a la parejita sin despeinarse.
De su viaje a Australia dijo una periodista que no parecían recién casados que parecía un pareja que llevaba 40 años juntos y que tras las cámaras había un rollo malísimo, ambiente intoxicado. Ahí es cuando lanzó la taza de té a alguien de su personal, a la vuelta de ese viaje 4 personas de su equipo renunciaron. Harry lleva viéndose triste y enfermo casi desde el principio, efectos de vivir con una narc. El divorcio iba a ser de todas formas, para mi esto es un plan de MM para sacar toda la pasta posible, un paso, ella planifica todo. Quién creéis que va a manejar las empresas, las marcas, la sussexroyal, la fundación, etc? Harry? Lo dudo, sabe atarse los cordones de los zapatos de milagro.
Ella logrará un mejor acuerdo de divorcio en USA, mirar Tessy que sacó unas míseras 8000 libras anuales, pero antes tiene que sacar a Harry de su familia y de UK con los bolsillos cuanto más llenos mejor.
Última edición:
Yo creo que ahora, cuando empiecen a convivir fuera del ambiente de la realeza, MeMa mostrará su verdadera cara. Mientras tanto ha estado actuando, haciéndose la víctima con H, quejándose de lo injustos que son los Windsor y la prensa británica, que es frágil, que no tiene familia, etc. Una vez instalados en Norteamérica, ella va a poder al fin dejar de fingir, incluso se sacará la peluca ante H y ahí él recién va a entender la magnitud de lo que hizo, se va a desencantar, va a comprender que cometió el error de su vida 
. Y ahí empezará el show del divorcio, pobre Archie
. Y ahí empezará el show del divorcio, pobre Archie Yo pienso exactamente lo mismo, su embarazo fue subrogado. La barriga mutante era de verdad muy rara, además de su puesta en escena tocándosela todo el día también fue absurda y sobreactuada. Yo también creo que se inyectó cosas para verse hinchada, se le pasó la mano, pero ese fue el papel de su vida, llegó muy lejos. Y además en los certificados de los nacimientos reales siempre firman el documento varios médicos que testifican el nacimiento, y en este caso no fue así, muy raro.
El artículo del Telegraph. Va en dos partes, es largo.
Why the stability of the Crown now rests on the shoulders of Camilla and Kate 1
Aunque escribí hace quince días en este periódico que los cortesanos temían que el duque y la duquesa de Sussex estuvieran a punto de separarse de la familia real y, en gran parte por insistencia de la duquesa, pasar más tiempo en el extranjero, ni siquiera mis fuentes más confiables predijeron que la ruptura viniera tan rápido o unilateralmente como lo hizo la semana pasada.
Se han utilizado bosques de papel de periódico para describir las diferencias, reales y supuestas, entre los miembros de la familia real. Es un logro significativo de los Sussex que, en su anuncio sobre "retirarse" de los deberes reales, que sorprendieron a todos, desde Su Majestad la Reina hacia abajo, han traído una rara unidad a la familia y sus tribunales. Parece que todos están horrorizados.
En el Palacio de Buckingham, la violación del protocolo al no seguir los deseos del Soberano, o al consultarla adecuadamente, causó indignación por su falta de modales y respeto. En Clarence House, había desconcierto entre la familia del Príncipe de Gales, sabiendo, al igual que ellos, la dependencia casi total que los Sussex tienen de los fondos del Ducado de Cornualles. Y en el Palacio de Kensington, el duque y la duquesa de Cambridge de repente se dieron cuenta de que solo ellos de su generación en "The Firm", ahora tendrán que soportar una carga que debería haber sido compartida con los Sussex.
Lo que une a estas casas, sobre todo, es la certeza que el estilo de vida que los Sussex parecen imaginar: irse a vivir a Canadá, pero luego aparecer en Inglaterra y optar por la familia real cuando lo deseen. No es factible. Los cortesanos también están desconcertados por la forma en que esta pareja con un estilo de vida atlántico (tanto por la huella de carbono y sus intenciones "progresivas") logrará la "independencia financiera" mencionada en su declaración, y seguirá viviendo en el estilo al que el Duque se ha acostumbrado y a lo que la duquesa se ha convertido recientemente.
También deben asegurarse, al ganar dinero, de no hacer que la monarquía parezca sucia confiando en su vínculo para promocionar los negocios. Los próximos meses proporcionarán una verificación contundente de la realidad, y puede haber lágrimas a la hora de dormir.
También deben tener cuidado de no terminar con la paciencia del público británico, que ya está cerca de sus límites. Como cualquier niño de 12 años debería merecer, el Príncipe Harry provocó una gran simpatía cuando su madre murió en un accidente automovilístico en París en 1997 con su novio delincuente. Pero ya no es un niño de 12 años, incluso si, a los ojos de algunos que han tenido que manejarlo, ocasionalmente se comporta como tal. A diferencia del resto de su familia, que maneja alegremente sus circunstancias de nacimiento, se niega a hacerlo, excepto cuando le conviene: una mentalidad que su esposa fomenta activamente. Es útil, por ejemplo, tener una familia que pueda proporcionar un hogar conyugal en medio de algunas de las mejores propiedades inmobiliarias de Inglaterra, un padre que con sus considerables ingresos puede proporcionar los medios para unas largas vacaciones en Canadá y amigos generosos que le prestarán el jet privado.
Las ventajas que vienen con el status real son, como en cualquier trabajo, presiones.
Incluyen el escrutinio por parte de la prensa, que los Sussex encuentran objetable a menos que lo hagan en sus términos, como cuando los medios de comunicación destacan una de las excelentes empresas caritativas que patrocinan. El duque dice que cada vez que se enciende una bombilla piensa en la muerte de su madre.
Eso es desafortunado; pero él olvida, o no sabe, hasta dónde llegó ella para cultivar y manipular a la prensa después de que su matrimonio fracasara, al intentar castigar a su marido adúltero y, por cierto, a su familia, al contrastar su pública imagen de santa con con la imagen empañada de él. Los flashes que se dispararon y que el Duque encuentra tan angustiantes, a menudo lo hicieron por invitación de su difunta madre o con su connivencia. Al igual que su hijo menor, era mejor tramando trucos que comprendiendo sus consecuencias.
El duque, cuya ética de servicio como soldado fue bien alabado, pero a quien nadie acusó de ser material de Oxbridge, parece no haber pensado en lo que este cambio propuesto en su vida significará para él, su esposa e hijo, su padre. y abuela, o a la monarquía a la que, en su declaración del miércoles, prometió lealtad tres veces. Los problemas son, como observó un cortesano, "complejos", y las complejidades han sido manifiestamente demasiadas para que los Sussex las calculen y posiblemente las manejen.
El duque no tuvo voz en su accidente de nacimiento. Es correcto que se le permita elegir, ahora tiene más de treinta años, continuar haciendo el trabajo o vivir la vida asociada con él. Sin embargo, debe reconocer que los dos están tan vinculados que si uno se va, también lo hará el otro.
Además, debe darse cuenta de que uno está entre aquellos que realizan deberes reales, y todo lo que eso implica (y una cosa que implica es la atención de los medios) o uno no lo está; si quiere el efectivo de su padre, parece que tiene que decidir hacer el trabajo que ese dinero subsidia. Fue evidente después del anuncio que el público -en cuyo consentimiento se apoya la monarquía- estaba profundamente dividido sobre si el comportamiento de los Sussex era justificable. Necesitan prepararse para una hemorragia de apoyo de un público que tiende a disgustarse por aquellos que quieren tener su pastel y comérselo.
Why the stability of the Crown now rests on the shoulders of Camilla and Kate 1
Aunque escribí hace quince días en este periódico que los cortesanos temían que el duque y la duquesa de Sussex estuvieran a punto de separarse de la familia real y, en gran parte por insistencia de la duquesa, pasar más tiempo en el extranjero, ni siquiera mis fuentes más confiables predijeron que la ruptura viniera tan rápido o unilateralmente como lo hizo la semana pasada.
Se han utilizado bosques de papel de periódico para describir las diferencias, reales y supuestas, entre los miembros de la familia real. Es un logro significativo de los Sussex que, en su anuncio sobre "retirarse" de los deberes reales, que sorprendieron a todos, desde Su Majestad la Reina hacia abajo, han traído una rara unidad a la familia y sus tribunales. Parece que todos están horrorizados.
En el Palacio de Buckingham, la violación del protocolo al no seguir los deseos del Soberano, o al consultarla adecuadamente, causó indignación por su falta de modales y respeto. En Clarence House, había desconcierto entre la familia del Príncipe de Gales, sabiendo, al igual que ellos, la dependencia casi total que los Sussex tienen de los fondos del Ducado de Cornualles. Y en el Palacio de Kensington, el duque y la duquesa de Cambridge de repente se dieron cuenta de que solo ellos de su generación en "The Firm", ahora tendrán que soportar una carga que debería haber sido compartida con los Sussex.
Lo que une a estas casas, sobre todo, es la certeza que el estilo de vida que los Sussex parecen imaginar: irse a vivir a Canadá, pero luego aparecer en Inglaterra y optar por la familia real cuando lo deseen. No es factible. Los cortesanos también están desconcertados por la forma en que esta pareja con un estilo de vida atlántico (tanto por la huella de carbono y sus intenciones "progresivas") logrará la "independencia financiera" mencionada en su declaración, y seguirá viviendo en el estilo al que el Duque se ha acostumbrado y a lo que la duquesa se ha convertido recientemente.
También deben asegurarse, al ganar dinero, de no hacer que la monarquía parezca sucia confiando en su vínculo para promocionar los negocios. Los próximos meses proporcionarán una verificación contundente de la realidad, y puede haber lágrimas a la hora de dormir.
También deben tener cuidado de no terminar con la paciencia del público británico, que ya está cerca de sus límites. Como cualquier niño de 12 años debería merecer, el Príncipe Harry provocó una gran simpatía cuando su madre murió en un accidente automovilístico en París en 1997 con su novio delincuente. Pero ya no es un niño de 12 años, incluso si, a los ojos de algunos que han tenido que manejarlo, ocasionalmente se comporta como tal. A diferencia del resto de su familia, que maneja alegremente sus circunstancias de nacimiento, se niega a hacerlo, excepto cuando le conviene: una mentalidad que su esposa fomenta activamente. Es útil, por ejemplo, tener una familia que pueda proporcionar un hogar conyugal en medio de algunas de las mejores propiedades inmobiliarias de Inglaterra, un padre que con sus considerables ingresos puede proporcionar los medios para unas largas vacaciones en Canadá y amigos generosos que le prestarán el jet privado.
Las ventajas que vienen con el status real son, como en cualquier trabajo, presiones.
Incluyen el escrutinio por parte de la prensa, que los Sussex encuentran objetable a menos que lo hagan en sus términos, como cuando los medios de comunicación destacan una de las excelentes empresas caritativas que patrocinan. El duque dice que cada vez que se enciende una bombilla piensa en la muerte de su madre.
Eso es desafortunado; pero él olvida, o no sabe, hasta dónde llegó ella para cultivar y manipular a la prensa después de que su matrimonio fracasara, al intentar castigar a su marido adúltero y, por cierto, a su familia, al contrastar su pública imagen de santa con con la imagen empañada de él. Los flashes que se dispararon y que el Duque encuentra tan angustiantes, a menudo lo hicieron por invitación de su difunta madre o con su connivencia. Al igual que su hijo menor, era mejor tramando trucos que comprendiendo sus consecuencias.
El duque, cuya ética de servicio como soldado fue bien alabado, pero a quien nadie acusó de ser material de Oxbridge, parece no haber pensado en lo que este cambio propuesto en su vida significará para él, su esposa e hijo, su padre. y abuela, o a la monarquía a la que, en su declaración del miércoles, prometió lealtad tres veces. Los problemas son, como observó un cortesano, "complejos", y las complejidades han sido manifiestamente demasiadas para que los Sussex las calculen y posiblemente las manejen.
El duque no tuvo voz en su accidente de nacimiento. Es correcto que se le permita elegir, ahora tiene más de treinta años, continuar haciendo el trabajo o vivir la vida asociada con él. Sin embargo, debe reconocer que los dos están tan vinculados que si uno se va, también lo hará el otro.
Además, debe darse cuenta de que uno está entre aquellos que realizan deberes reales, y todo lo que eso implica (y una cosa que implica es la atención de los medios) o uno no lo está; si quiere el efectivo de su padre, parece que tiene que decidir hacer el trabajo que ese dinero subsidia. Fue evidente después del anuncio que el público -en cuyo consentimiento se apoya la monarquía- estaba profundamente dividido sobre si el comportamiento de los Sussex era justificable. Necesitan prepararse para una hemorragia de apoyo de un público que tiende a disgustarse por aquellos que quieren tener su pastel y comérselo.