La reina Sirikit de Thaïlandia, 86 años ingresada en el Hospital

¿Sabes de lo que me enteré hace poco? Que ella se enamoró en su día de un piloto (no consta que tuviese contacto físico con él) y Bhumibol la tuvo castigada durante unos años sin aparecer en público.
A mí me da pena Chularborn por como se está deteriorando y antes me caía bien Maha Chakri porque me parece trabajadora, pero cuando me enteré de todos sus caprichos y excentricidades para viajar pues ya...

Pobre mujer si fue así, pero era de esperar en esa cultura machista y esclavista. Yo creo que hay mas decencia y consecuencia en el "modus vivendi" de algunos dictadores, que el de ésta familia. Es una inmoralidad!
 
el 12 de Agosto celebraron el cumpleaños
0O2qzmR6HKS1e2D-g5KkXYAa9rY.jpg
mpwtKZMPAXqypCD16dAtoeDnM3c.jpg
 
LA FASCINANTE HISTORIA DE SIRIKIT, MADRE DEL POLÉMICO REY DE TAILANDIA: LA REINA MÁS BELLA DEL MUNDO QUE VESTÍA DE ALTA COSTURA

Hubo un tiempo en el que desde el antiguo reino de Siam nos llegaban historias de ensueño en lugar de noticias sobre las extravagancias protagonizadas por el rey Maha Vajiralongkorn.

POR PALOMA SIMÓN
14 DE ABRIL DE 2020




La reina Sirikit retratada para Vogue en 1965.


La reina Sirikit retratada para Vogue en 1965.HENRY CLARKE/CONDÉ NAST VIA GETTY IMAGES)



"A propósito de la reina de Tailandia: Creo que es la cosa más bonita del mundo, como una florecilla, vestida con las ropas más exquisitas, y como sabrás Alexandre le hace todos sus peinados y ornamentos". En febrero de 1965 la edición estadounidense de Vogue publicó un amplio reportaje sobre Bhumibol y Sirikit de Tailandia (Bangkok, 1932) y así es como describía la directora de la publicación, la legendaria Diana Vreeland, a la madre del actual soberano del país asiático. Porque sí, hubo un tiempo en el que desde el antiguo reino de Siam nos llegaban historias de ensueño como ésta, fotografiada por Henry Clarke, en lugar de noticias sobre prost*tutas, caniches ascendidos a generales del ejército y demás extravagancias protagonizadas por el rey Maha Vajiralongkorn Bodindradebayavarangkun, Rama X.



La reina Sirikit y el rey Bhumibol llegan a la abadía de Westminster durante su visita oficial a Londres en 1960.


La reina Sirikit y el rey Bhumibol llegan a la abadía de Westminster durante su visita oficial a Londres en 1960.© CORDON PRESS



En 1962 los reyes de Tailandia visitaron Australia. Sirikit bajó del avión envuelta en un abrigo de visón blanco y fue aclamada por una multitud de 12.000 personas. Aquel fue uno de los múltiples viajes que la pareja emprendió entre 1959 y 1967 para promocionar la imagen del país. Un periplo del que Sirikit, que por entonces encargaba su vestuario a la casa de alta costura parisina de Pierre Balmain, salió coronada como una de las mujeres más bellas y elegantes del planeta. De hecho, en 1965 entró en la Lista de los Mejor Vestidos de Vanity Fair. "Se ha convertido en un símbolo de la moda no solo en Tailandia, sino en todo el mundo", dijo la precursora del ránking, la especialista en moda Eleanor Lambert. Por aquel entonces la reina Sirikit compartía espacio en las revistas de moda y de sociedad con Jackeline Kennedy o la princesa Grace de Mónaco. Por cierto, Sirikit guardó fidelidad a la maison Balmain hasta principios de los 90 cuando el asistente del modista y su sucesor, Erik Mortensen, con quien la reina trabó una estrecha amistad, falleció. Desde entonces se viste en Dior, Givenchy y Valentino, entre otras, y ha intensificado su apoyo a marcas locales.


Además de los peinados de Alexandre –responsable por cierto del moño kabuki de la Vreeland– y de los vestidos de Balmain, Sirikit se hizo muy popular por las joyas que solía lucir en público. Por ejemplo, en marzo de 1964 en la boda de los reyes Constantino y Ana María de Grecia, para la que encargó un collar de diamantes a Van Cleef&Arpels que lució en el baile que la familia real griega ofreció el día antes del enlace en el Palacio Real de Atenas. Una alhaja que podía usarse también como tiara y para la que Sirikit puso una veintena de diamantes de su colección. En los años siguientes se sucedieron sus pedidos a Van Cleef&Arpels y otras casas de joyería europeas, pero su gusto cambió: empezó a preferir las piedras preciosas de colores.



La reina Sirikit en 1968.


La reina Sirikit en 1968.© CORDON PRESS


En las décadas de los 80 y 90 Sirikit se volcó en su faceta filantrópica, ya que preside o auspicia varias organizaciones benéficas, entre ellas la Fundación contra el Cáncer de Mama que lleva su nombre. La revista Tatler, que cuenta con su edición tailandesa, describía así su actividad benéfica en un artículo publicado con motivo del 27º aniversario de su lanzamiento. "Lo que la sociedad moderna no experimentará jamás, a diferencia de quienes vivieron en los años 80 y 90, fue la presencia constante de Su Majestad la reina Sirikit, que ofreció numerosas galas benéficas, de cenas a conciertos y desfiles de moda. Ella era el epítome de la elegancia, impecablemente vestida y peinada, y con su sonrisa lo hacía todo fácil. Los eventos a los que asistía Su Majestad por entonces estaban realmente tocados por la clase. Pocos podían competir con los que ella organizaba".



La reina Sirikit con Edward Hallstrom en Australia, 1962.


La reina Sirikit con Edward Hallstrom en Australia, 1962.© CORDON PRESS


Su afición a la moda y a las causas encomiables la llevó a fundar en 2012 el Museo del Textil Reina Sirikit, que acoge hoy una treintena de vestidos de Balmain confeccionados con seda local y bordados por la Casa Lesage de París, además de las maletas de Louis Vuitton con los que Sirikit y Bhumibol viajaron por todo el mundo, entre otros enseres. La reina más bella del mundo ha sido una gran defensora de la industria de la seda, en la que vio además un modo –que por supuesto apoyó– de que las mujeres tailandesas se ganasen la vida. The Spectator describió en su día la institución, en el que los vestidos que lució en la Casa Blanca o para recibir a la princesa Margarita de Inglaterra en Bangkok como "una pequeña joya en medio del caos húmedo de la ciudad". Una descripción que, en perspectiva, bien podría referirse perfectamente al papel que ha desempeñado la denominada Madre de Tailandia.



Los reyes de Tailandia en su palacio, Bangkok.


Los reyes de Tailandia en su palacio, Bangkok.



Y es que durante su reinado, Sirikit y Bhumibol, un monarca aficionado al jazz y a la vela que pcontaba con el aprecio y el respeto de sus súbditos, insuflaron una imagen de modernidad y concordia de su país con el fin de establecer relaciones comerciales y de atraer el turismo. Además de por su belleza y elegancia, Sirikit fue una importante figura política. Hija de un embajador, conoció al que se convertiría en su esposo en París. "Fue odio a primera vista", declaró sobre su primer encuentro, al que Bumhibol llegó tres horas tarde. Una impresión que cambió radicalmente en el segundo, en Suiza, donde el joven príncipe se recuperaba de las secuelas de un accidente de tráfico. Sirikit contaba entonces con 15 años de edad y aspiraba a convertirse en pianista profesional. Surgió el amor, se comprometieron. El enlace se celebró en el Palacio de Sra Phatum de la capital del reino en 1950.



La reina Sirikit con su hijo Vajiralongkorn durante un concurso de cometas en beneficio de la Cruz Roja.


La reina Sirikit con su hijo Vajiralongkorn durante un concurso de cometas en beneficio de la Cruz Roja.JOHN DOMINIS/THE LIFE PICTURE COLLECTION VIA GETTY IMAGES



Los reyes Surikit y  Bhumibol con su hijo Maha Vajiralongkorn en su residencia privada de Sunninghill, Berkshire, julio de 1966.


Los reyes Surikit y Bhumibol con su hijo Maha Vajiralongkorn en su residencia privada de Sunninghill, Berkshire, julio de 1966.KEYSTONE/HULTON ARCHIVE/CENTRAL PRESS/GETTY IMAGES



Los cables de Wikileaks retratan a Sirkit como un personaje de enorme influencia en la Corte, especialmente entre la crisis política del país de 2008 y el fallecimiento de su marido en 2016. Tal y como han publicado diversos medios, entre ellos el diario El Mundo, Sirikit siempre ha sido consciente de las debilidades de su primogénito y de su "enfermiza" afición a las mujeres, de la que ha dado muestras desde su infancia. Hoy, en la corte dorada donde la fotografió Henry Clarke, parece que el único eco de la grandeza de tiempos pasados lo encarnaría la princesa Maha Chakri Sirindhorn, la única de los cuatro hijos de Sirikit y Bhumibol que parece haber heredado las habilidades políticas de sus progenitores, aunque la ley de su país le impide acceder al trono por ser mujer. El glamour y los vestidos de alta costura –además de una afición a las mascotas que comparte con su "adorado padre"– lo pone la nieta de Sirikit, la princesa Sirivannavari Nariratana, que es amazona y diseñadora de moda, además de dueña de ocho yorkshires que duermen con ella, un golden retriever, un labrador y un husky siberiano.




La reina Sirikit de Tailandia con doña Sofía en Bangkok, febrero de 2006.


La reina Sirikit de Tailandia con doña Sofía en Bangkok, febrero de 2006.



 
MADRE EJEMPLAR VS. HIJO PROBLEMÁTICO
El esplendor de Sirikit, la reina madre de Tailandia, que ha apagado su hijo Rama X
La esposa de Bhumibol Adulyadej se convirtió en la mejor embajadora del país asiático. Hoy, el escándalo y la irresponsabilidad acompañan a su hijo en cada paso que da.


Foto: La reina Sirikit, en una imagen de archivo, en 1960. (Cordon Press)


La reina Sirikit, en una imagen de archivo, en 1960. (Cordon Press)


AUTOR
R. RIAÑO
Contacta al autor
TAGS
TAILANDIA
MAHA VAJIRALONGKORN
FAMILIA REAL DE TAILANDIA

11/05/2020


Desde que en 2019 fue ascendido al trono el actual rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, Rama X, su ostentación y excentricidad han llamado la atención constante de los medios. Las polémicas protagonizadas por el monarca a partir de entonces no han cesado de sucederse. La última, su viaje y estancia en un hotel de lujo en Alemania, en plena pandemia por coronavirus, junto a un harén de 20 mujeres.

Al contrario que él, su padre, el rey Bhumibol Adulyadej, fue muy querido y admirado en su país, no solo por su rectitud y su pragmatismo político, sino también por decidir que una sola mujer ocuparía su corazón, la reina Sirikit.




La reina madre, Sirikit, con su hijo Rama X. (EFE)




Fue precisamente ella quien en una ocasión trató de advertir de cómo se las gastaba su hijo, sabedora, quizás, de que cuando ascendiera al trono daría mucho de qué hablar. En una rueda de prensa en Texas, la reina Sirikit dijo, tal y como apuntó Paul M. Handley en 'El rey nunca sonríe', que "mi hijo, el príncipe heredero, es un poco donjuán. Es un buen estudiante, buen chico, pero las mujeres le encuentran interesante y él las encuentra a ellas aún más interesantes. Si la gente de Tailandia no aprueba su comportamiento, entonces tendrá que cambiarlo o abandonar la familia real".
Rama X representa la antítesis de lo que fueron sus padres, dos personalidades respetadas y admiradas en su país y en el resto del mundo.
Hija de un diplomático, Sirikit ha destacado siempre por su amor a las artes (fue aspirante a pianista), su carácter filantrópico y su empeño por preservar y mostrar al mundo las costumbres de su país. Se convirtió en la mejor embajadora de Tailandia.



La reina Sirikit en 1962. (Cordon Press)




En los años 60, Sirikit fascinaba por su belleza, elegancia y diplomacia. El mundo de la moda se rindió a sus pies. La directora de la revista 'Vogue' en aquella época le dedicó un amplio reportaje y la describió como “la cosa más bonita del mundo, como una florecilla, vestida con las ropas más exquisitas”.
Balmain, Dior, Givenchy y Valentino han sido las firmas que la han acompañado siempre y que la convirtieron desde muy joven en un icono de la moda que le hizo estar a la altura de Jacqueline Kennedy o la princesa Grace de Mónaco.



La reina Sirikit de Tailandia, en la presentación de las creaciones de la diseñadora británica Vivienne Westwood durante la Semana de la Moda de Bangkok en 2010. (EFE)




En los años siguientes, la reina Sirikit encabezó numerosas iniciativas benéficas. Así la describió la edición tailandesa de la revista 'Tatler', especializada en realeza: "Lo que la sociedad moderna no experimentará jamás, a diferencia de quienes vivieron en los años 80 y 90, fue la presencia constante de Su Majestad la reina Sirikit, que ofreció numerosas galas benéficas, de cenas a conciertos y desfiles de moda. Ella era el epítome de la elegancia, impecablemente vestida y peinada, y con su sonrisa lo hacía todo fácil. Los eventos a los que asistía Su Majestad por entonces estaban realmente tocados por la clase. Pocos podían competir con los que ella organizaba".

Sirikit ha representado el esplendor de una monarquía que hoy se apaga con cada acto protagonizado por su hijo Rama X. Derroche, misoginia, abuso de poder, poligamia y un desinterés por su pueblo son achacados al actual monarca sin cesar.

 
MADRE EJEMPLAR VS. HIJO PROBLEMÁTICO
El esplendor de Sirikit, la reina madre de Tailandia, que ha apagado su hijo Rama X
La esposa de Bhumibol Adulyadej se convirtió en la mejor embajadora del país asiático. Hoy, el escándalo y la irresponsabilidad acompañan a su hijo en cada paso que da.


Foto: La reina Sirikit, en una imagen de archivo, en 1960. (Cordon Press)


La reina Sirikit, en una imagen de archivo, en 1960. (Cordon Press)


AUTOR
R. RIAÑO
Contacta al autor
TAGS
TAILANDIA
MAHA VAJIRALONGKORN
FAMILIA REAL DE TAILANDIA

11/05/2020


Desde que en 2019 fue ascendido al trono el actual rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, Rama X, su ostentación y excentricidad han llamado la atención constante de los medios. Las polémicas protagonizadas por el monarca a partir de entonces no han cesado de sucederse. La última, su viaje y estancia en un hotel de lujo en Alemania, en plena pandemia por coronavirus, junto a un harén de 20 mujeres.

Al contrario que él, su padre, el rey Bhumibol Adulyadej, fue muy querido y admirado en su país, no solo por su rectitud y su pragmatismo político, sino también por decidir que una sola mujer ocuparía su corazón, la reina Sirikit.




La reina madre, Sirikit, con su hijo Rama X. (EFE)




Fue precisamente ella quien en una ocasión trató de advertir de cómo se las gastaba su hijo, sabedora, quizás, de que cuando ascendiera al trono daría mucho de qué hablar. En una rueda de prensa en Texas, la reina Sirikit dijo, tal y como apuntó Paul M. Handley en 'El rey nunca sonríe', que "mi hijo, el príncipe heredero, es un poco donjuán. Es un buen estudiante, buen chico, pero las mujeres le encuentran interesante y él las encuentra a ellas aún más interesantes. Si la gente de Tailandia no aprueba su comportamiento, entonces tendrá que cambiarlo o abandonar la familia real".
Rama X representa la antítesis de lo que fueron sus padres, dos personalidades respetadas y admiradas en su país y en el resto del mundo.
Hija de un diplomático, Sirikit ha destacado siempre por su amor a las artes (fue aspirante a pianista), su carácter filantrópico y su empeño por preservar y mostrar al mundo las costumbres de su país. Se convirtió en la mejor embajadora de Tailandia.



La reina Sirikit en 1962. (Cordon Press)




En los años 60, Sirikit fascinaba por su belleza, elegancia y diplomacia. El mundo de la moda se rindió a sus pies. La directora de la revista 'Vogue' en aquella época le dedicó un amplio reportaje y la describió como “la cosa más bonita del mundo, como una florecilla, vestida con las ropas más exquisitas”.
Balmain, Dior, Givenchy y Valentino han sido las firmas que la han acompañado siempre y que la convirtieron desde muy joven en un icono de la moda que le hizo estar a la altura de Jacqueline Kennedy o la princesa Grace de Mónaco.



La reina Sirikit de Tailandia, en la presentación de las creaciones de la diseñadora británica Vivienne Westwood durante la Semana de la Moda de Bangkok en 2010. (EFE)




En los años siguientes, la reina Sirikit encabezó numerosas iniciativas benéficas. Así la describió la edición tailandesa de la revista 'Tatler', especializada en realeza: "Lo que la sociedad moderna no experimentará jamás, a diferencia de quienes vivieron en los años 80 y 90, fue la presencia constante de Su Majestad la reina Sirikit, que ofreció numerosas galas benéficas, de cenas a conciertos y desfiles de moda. Ella era el epítome de la elegancia, impecablemente vestida y peinada, y con su sonrisa lo hacía todo fácil. Los eventos a los que asistía Su Majestad por entonces estaban realmente tocados por la clase. Pocos podían competir con los que ella organizaba".

Sirikit ha representado el esplendor de una monarquía que hoy se apaga con cada acto protagonizado por su hijo Rama X. Derroche, misoginia, abuso de poder, poligamia y un desinterés por su pueblo son achacados al actual monarca sin cesar.

no lo pongáis aquí abrir otro hilo para otra , cada vez que lo veo creo que ha sido ingresada en el hospital.
 
Back