Te entiendo primi.Que duro tiene que ser tener una enfermedad así y verte obligada a compartirlo con todo el mundo y no poder vivir tu enfermedad en tu intimidad, con tus seres queridos (o cada uno como quiera, pero vamos...)
Sumar a la enfermedad todo el circo este...
Pero es lo que tiene pertenecer a la corona. Tú vida pasa a ser pública. Las alegrias y las penas. Los nacimientos y los divorcios. Todo. Sin excepción. Tu propia vida se convierte casi en un Gran Hermano. Se analizan tus gestos, tus sonrisas, tus muecas.
Por desgracia, pocas cosas de tu vida privada puedes alejar del foco público siendo la esposa del heredero.
Por eso muchas novias de príncipes acaban renunciando al amor, no soportan esa presión mediática.