Joaquín Sabina se cae del escenario

(La Voz de Galicia)


Serrat visita a Sabina en la UCI: «Solo queda esperar»
El cantante deberá continuar bajo vigilancia en la UCI entre 24 y 48 más
EP

AGENCIAS
15/02/2020 17:32 H

Joan Manuel Serrat ha visitado a su amigo Joaquín Sabina en la clínica Ruber Internacional de Madrid. El intérprete ha acudido junto a la hija de Sabina, Carmela Sabina, tras el accidente que sufrió el cantante en pleno concierto el Wizink Center. A su salida, el catalán aclara ante los medios que Sabina sigue en la UCI: «Nadie está en positivo en la UCI, sé que ustedes quieren respuesta y sobre todo quieren cosas excitantes, pero no hay nada excitante, solo queda esperar, muchas gracias».
También el periodista Jesús Maraña atendía a los medios para explicar la última hora sobre su estado de salud: «La evolución es muy favorable desde la operación, que ha pasado una buena noche que no ha habido más novedades destacables en su estado, sino que está evolucionando bien, no ha surgido ninguna complicación y el equipo médico estima que seguirá no sabemos si hasta mañana o pasado en la UCI pero el pronóstico es favorable y positivo».

La hija de Sabina no puede llamarse Carmela Sabina porque el primer apellido de Sabina es Martínez.
 
Recuerdo que Juan Grabriel también se pego una buena torta cayendo del escenario, estuvo bastante mal, no entiendo porque no hacen algo de seguridad para que esto no pase en los escenarios ya que pasa bastante por lo visto
 
La hija de Sabina no puede llamarse Carmela Sabina porque el primer apellido de Sabina es Martínez.

patinazo del periódico.
He buscado y es Carmela Juliana Martínez Oliart. Tiene dos hijas de la primera mujer.


 
Es al revés. Ahí estaría a un metro del escrutinio del público. Sin alharacas, voz en directo.
Me recuerda esto a los músicos de jazz y de Bossa Nova.
Bingo!!! en un local más íntimo quedan más en evidencia las carencias. Sabina está muy cascado, no tiene casi voz. Tiene 70 tacos. Muchos problemas de salud, comprensibles cuando te has pasado toda tu vida viviendo "al límite" (espero que se me entienda)... No da para más... No se puede forzar la máquina tanto...
A mi Sabina me encanta. Pero hay que saber retirarse.. Entiendo que es difícil porque, como dijo una forera, el aplauso del público engancha, porque durante muchos años eso fue para Sabina lo que alimentaba su ego... Pero es cuestión de madurez y sentido común .En la vida todo son etapas....
 
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patinazo del periódico.
He buscado y es Carmela Juliana Martínez Oliart. Tiene dos hijas de la primera mujer.



La primera esposa fue una chica con la que se casó durante la mili , creo que se llamaba Lucia , se separaron y le perdio la pista. Alguna vez lei que intentó buscarla (¿Sería la de la aventura con Manolo Tena?, no sé).
Con Isabel Oliart no llegó a casarse.
Pobre Sabina, espero que salga todo bien. Montoro le pisaba los talones. Obviamente estos conciertos son por dinero
 
Joaquín Sabina, en una de sus últimas apariciones públicas.



Joaquín Sabina, en una de sus últimas apariciones públicas. Gtres
Famosos HISTORIAL AMOROSO
Sabina, las cinco mujeres (que se sepa) a las que enamoró y su fidelidad por Jimena durante 20 años
Las musas siempre han sido esenciales para la trayectoria profesional y personal del cantautor. Dos matrimonios, dos hijas y muchos amores han formado parte de su recorrido vital.
13 febrero, 2020 14:11
  1. Joaquín Sabina
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Lorena Álvarez @lorenalfer
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"Merendábamos besos y porros, y las horas pasaban de prisa entre el humo y la risa". Las letras de las canciones de Joaquín Sabina (71 años) siempre han reflejado la zarandeada vida que acostumbraba llevar. Entre excesos y musas de carne y hueso, la salud del poeta ha sido noticia en los últimos años. La caída de anoche en el concierto del Wizink se suma a un cúmulo de incidentes que ha ido sorteando el cantautor con maestría y fortaleza. Baches que también ha superado gracias al amor confeso hacia las mujeres.
Aunque ahora su corazón tan solo lo ocupa su futura mujer, Jimena Coronado. El cantautor y su novia tienen previsto pasar por el altar este año. Con ella, Sabina ha encontrado la estabilidad y la paz en su vida. De hecho, Rosa de Lima es una de las pocas canciones de amor con nombres y apellidos que el cantante ha dedicado. Jimena Coronado es su musa y le complementa en todos los sentidos.



En muchos de sus temas y versos del catalán, como en su vida íntima, la mujer siempre ha tenido un papel imprescindible. En su biografía En carne viva, el intérprete de Jaén señala a cinco mujeres como las responsables de marcar su trayectoria vital: Chispa, Sonia, Isabel Oliart, Cristina y Jimena.








Aparatosa caída de Sabina durante un concierto
Victoria Antero, su primera novia
Virtudes Antero "chispa", catedrática de literatura, fue la primera novia de Joaquín Sabina. Desde sus inicios fue una relación frustrada. "Sus padres se oponían radical y frontalmente, los míos estaban encantados, porque era subir de nivel, ella era la hija del notario del pueblo", comentó Joaquín Sabina en una entrevista. La obsesión de Sabina por la joven hizo que se llegara a instalar en el jardín de su casa como protesta porque para los padres de Virtudes el cantautor no era el candidato perfecto. Finalmente, el noviazgo concluyó cuando el padre de la joven envió a la chica a vivir a cientos de kilómetros, concretamente a Granollers. A Chispa, a Virtudes, le dedicó la canción Una de romanos.

Cayetano Martínez de Irujo, ingresado de urgencia en el hospital La LuzLorena ÁlvarezEl hijo menor de la duquesa de Alba fue operado de urgencia el pasado mes de septiembre por las mismas dolencias.





Sonia, un amor enfermizo
Más "sabinera" fue la relación que mantuvo con Sonia, uno de los "amores incendiarios" de su vida. Se conocieron en Londres y entre noches de pasión acabaron enamorándose perdidamente. Según ha manifestado el propio artista entre ellos existía una relación amor-odio por culpa de los celos compulsivos de ella. "Ella pensaba que vivía con un hijo de p*ta que le ponía los cuernos con todo el mundo", contó Sabina para describir la historia de amor que vivió con la joven. Una relación un tanto enfermiza.

Isabel Oliart y Cristina Zubilaga, dos historias paralelas
Una de las mujeres más importantes en la vida de Joaquín Sabina fue Isabel Oliart, la madre de sus hijas. A pesar de las diferencias irreconciliables -es hija del político Alberto Oliart (91), exministro del gobierno del UCD- el cantautor siempre ha señalado que "de haber sido una elección premeditada, nunca habría podido escoger una madre mejor".

Joaquín Sabina y su hija Carmela.



Joaquín Sabina y su hija Carmela. Gtres

Mientras estaba con Isabel, Joaquín Sabina vivió un apasionante idilio de amor con CristinaZubillaga. Empezaron a salir en el año 1992, cuando él aún estaba con la madre de sus hijas y, aunque sigue apareciendo en sus sueños, el final de esa historia fue totalmente desolador. Se trataba de una bella modelo mallorquina, que le hizo vivir al artista un amor alocado y "devastador", tal y como se explica en las páginas de uno de los libros dedicados a la biografía vital de Sabina, Pongamos que hablo de Joaquín de Joaquín Carbonell.
Según ha contado el propio Sabina, ambos estaban pasando unos días en Menorca y, de repente, durante una cena, ella cambió: "La chica que yo conocía desapareció pero desapareció entre la sopa y el postre". Al cabo de dos años, dejaron de verse definitivamente pero él aún reconoce que fue uno de los grandes amores de su vida.

"Yo me iba diez días de casa y no decía dónde, aunque Isabel lo sabía muy bien, yo me iba con Cristina. El caso es que cuando yo volvía, no tenía ni una mala palabra ni un mal modo conmigo", comentaba el cantautor. Del mismo modo, siempre ha destacado la caballerosidad de la familia Oliart al completo, y, en especial, de su "ex-suegro".

Paula Seminara, una fan
Coincidiendo con la grabación del disco Enemigos Íntimos con Fito Páez (1998) en Argentina, Joaquín comenzó una relación sentimental con Paula Seminara. Ella tenía apenas 19 años y había sacado entradas para ir a ver a Joaquín Sabina con su novio en Buenos Aires.Justo antes del espectáculo, la joven decidió ir con una amiga.
Encantada con el show, se dirigió al hotel donde se alojaba el artista para conseguir su autógrafo y, al no encontrarlo, le dejó una carta en la que manifestó su deseo de conocerlo. Conmovido por sus palabras, Sabina decidió invitarla a otro recital, después fueron a cenar y surgió el amor.

Joaquín, en una de sus últimas apariciones públicas.



Joaquín, en una de sus últimas apariciones públicas. Gtres

Cuando iniciaron su relación, él estaba instalado en Buenos Aires pero al finalizar el disco, volvió a Madrid. La distancia entre la pareja hizo que ella acabara enamorándose de un joven que conoció en la cantera de Boca, su equipo favorito. Una historia que quedó plasmada en la canción Dieguitos y Mafaldas.

Arianne, su amante adicta a la heroína
Arianne Sved nació en 1963 en Harrogate, en el condado de Yorkshire (Inglaterra). Es la musa de carne y hueso en la que Sabina se inspiró para escribir su Princesa. La letra habla de una chica enferma y adicta a las drogas de la que Sabina ya se había desencantado un par de años antes.
Fue un amor de juventud. Corría principios de la década de los 80. En aquella época Joaquín Sabina era un treintañero, 14 años mayor que la chica. "Era una belleza pintada por Botticelli (...) con la que me acostaba cuando iba a Logroño, y con la que alguna vez me fui a un pueblecito perdido a pasar un fin de semana. Luego se vino a Madrid y fue cayendo en picado. Eso llevó a la heroína y en ese momento hice la canción”, cuenta el artista en su libro. "Afortunadamente, esa chica, que vivió momentos muy malos, tengo entendido que ya está bien y me alegro mucho por ella", sentencia Sabina.

Jimena Coronado, su "salvadora"
En la actualidad, además de sus hijas Rocío y Carmela, la mujer que se ha vuelto imprescindible y que ha logrado encauzar su vida es la fotógrafa peruana Jimena Coronado. La "Rosa de Lima" y Joaquín Sabina se conocieron en Perú, cuando él fue a presentar un disco y ella acudió enviada por el periódico El Comercio para hacer unas fotos en su hotel, el Sheraton de Lima.

Joaquín Sabina y Jimena, por las calles de Madrid.

Joaquín Sabina y Jimena, por las calles de Madrid. Gtres

Jimena y el cantante jienense son pareja desde 1999. Coronado es hija del expresidente del Banco Central de Reserva del Perú y ambos comparten vida y casa en Madrid desde hace dos décadas. En el mes de noviembre, el cantautor se comprometía con la mujer que ha rescatado de los infiernos, la que ha sido su pareja desde hace más de 20 años. Para Sabina este ha sido su segundo matrimonio después de casarse con Isabel Oliart.
Su futura esposa es su apoyo fundamental, fuera y dentro del escenario: es la que responde las llamadas, la que restringe las visitas y autoriza las entrevistas a Sabina. Coronado también fue clave en la recuperación del cantante tras el infarto cerebral que sufrió en 2001.
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La primera esposa fue una chica con la que se casó durante la mili , creo que se llamaba Lucia , se separaron y le perdio la pista. Alguna vez lei que intentó buscarla (¿Sería la de la aventura con Manolo Tena?, no sé).
Con Isabel Oliart no llegó a casarse.
Pobre Sabina, espero que salga todo bien. Montoro le pisaba los talones. Obviamente estos conciertos son por dinero

Qué lío me estoy armando entre mujeres, esposas y amantes. Son muchas, pri!
Despertò mi curiosidad el artículo que trajo @Katiuska sobre la amante en la que se inspirò para Princesa, encontré esta entrevista a ella de 2019.
No tengo ni idea de lo de Montoro, pero su actual mujer viene de familia con pasta, el papá la tiene al menos.
Lucía una Argentina?. Pensé que era Oliart.
Si sale de esta, aunque sea atado con una cuerda te aseguro que vuelve a un escenario.

ARIANNE (EL Español)

Arianne, la verdadera ‘Princesa’ de Sabina que no sufrió una sobredosis de heroína ni atracó una farmacia


Arianne, la verdadera ‘Princesa’ de Sabina que no sufrió una sobredosis de heroína ni atracó una farmacia Álbum personal de Arianne Sved
REPORTAJES LA CANCIÓN SE PUBLICÓ EN 1985
La 'Princesa' de Sabina existe: su amante con 17 años se llama Arianne, dejó la heroína y enseña inglés
  • Casi cuatro décadas después de componer la canción, EL ESPAÑOL reconstruye la vida de la joven que inspiró al cantautor de Úbeda.
  • La chica, hija de un húngaro que huyó de Stalin y de una española que abandonó el régimen de Franco, nació en Inglaterra.
  • Se mudó a España de adolescente. Conoció a Sabina en Logroño. Era 14 años más joven que él. "Nunca sufrí una sobredosis ni robé una farmacia".
12 enero, 2019 03:23
  1. JOAQUÍN SABINA
  2. CANTAUTORES
  3. NAZISMO
  4. FRANQUISMO
Andros Lozano @AndrosLozano
En realidad, aquel fue un amor de juventud. Unos cuernos ocasionales. Corría principios de la década de los 80. Por aquel entonces Joaquín Sabina, ya un treintañero, era 14 años mayor que aquella chica “hippiosa, extraordinariamente joven y extraordinariamente hermosa” que desde niña imitaba a Edith Piaf y soñaba con ser cantante.
“Vi algo en el tío que me cautivó; era ingenioso e irreverente, tanto en sus letras como en la vida real, y muy cariñoso al mismo tiempo. Estaba casado, pero eso no impidió que tuviéramos un amorío. Sus otras relaciones no eran asunto mío, pensaba yo. Duró un año más o menos, de forma intermitente porque él vivía en Madrid y yo en Logroño. Un par de años más tarde sacó el tema Princesa...”, dice la mujer que inspiró la mítica canción del cantautor jiennense. De aquello hace ya casi 40 años.



Se llama Arianne Sved. Nació en 1963 en Harrogate, en el condado de Yorkshire (Inglaterra). Hija de emigrantes -él húngaro y ella española-, es la musa de carne y hueso en la que Sabina se inspiró para escribir su Princesa. Incluyó el tema en su cuarto disco, Juez y Parte (1985). La letra habla de una chica enferma y adicta a las drogas de la que Sabina ya se había desencantado un par de años antes.
Ahora, casi cuatro décadas después de aquel romance, EL ESPAÑOL narra la historia de esa mujer a través de su propio testimonio. Hasta el momento no se sabía apenas nada de ella. Unos decían que se llamaba Fabiola. Otros, que había muerto. Sólo se conocía lo que el cantante explica en su libro de memorias, Sabina en carne viva.


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En realidad, era una belleza pintada por Botticelli (...) con la que me acostaba cuando iba a Logroño, y con la que alguna vez me fui a un pueblecito perdido a pasar un fin de semana. Luego se vino a Madrid y fue cayendo en picado. Eso llevó a la heroína y en ese momento hice la canción”, cuenta en su libro. “Afortunadamente, esa chica, que vivió momentos muy malos, tengo entendido que ya está bien y me alegro mucho por ella.”
Sí, la princesa ya salió de la heroína. Fue al poco de dejar verse con el cantautor. Es Arianne Sved, la hija de un empleado de hotel y de una trabajadora de una bodega. En la actualidad tiene 55 años y reside en Barcelona junto a su marido, Michael, un americano con el que vivió en Los Ángeles y Miami algunos años. Durante su juventud, la mujer también residió en Londres o en Berlín. Ahora trabaja como profesora particular de inglés y como traductora.
Arianne Sved es la mujer que hace casi cuatro décadas inspiró a Joaquín Sabina a escribir 'Princesa', una de sus canciones más conocidas. La mujer, 14 años más joven que el cantautor, reside en Barcelona.

Feminista y de izquierdas, Arianne es una mujer de ideología próxima a Podemos que participó en los inicios de Barcelona En Comú, la plataforma ciudadana que llevó a Ada Colau a la alcaldía de la capital catalana. Pero, antes de todo esto, ¿cómo llegó a cruzarse en la vida de Joaquín Sabina y acabar siendo el germen inspirador de Princesa?
Ella misma es quien desvela su vida en el blog Outside the blogs. Blogueando fuera del tiesto. “La canción habla de mí, básicamente, aunque [Sabina] se permitió mucha licencia artística en la letra. Por suerte, nunca sufrí una sobredosis ni robé una farmacia como la protagonista de la canción. Conseguí desengancharme a tiempo”.

Entre la cirrosis
y la sobredosis
andas siempre, muñeca.
Con tu sucia camisa
y, en lugar de sonrisa,
una especie de mueca.

¿Cómo no imaginarte,
cómo no recordarte
hace apenas dos años?
Cuando eras la princesa de la boca de fresa,
cuando tenías aún esa forma
de hacerme daño.

Ahora es demasiado tarde, princesa.
Búscate otro perro que te ladre, princesa.


Sus padres emigraron a Londres
Pese a nacer en Harrogate, Arrianne Sved nunca ha vuelto allí. La trajeron al mundo en Inglaterra por casualidad. Sus padres habían emigrado por separado a Londres y se conocieron allí. El padre, que vivía en Hungría, huyó de Stalin durante la revuelta de 1956. La madre había dejado la España de Franco.
“En el caso de mi madre, creo que simplemente quería alejarse del atraso represivo de su país para aprender idiomas y ampliar su cosmovisión. En cuanto a mi padre, que no era especialmente anticomunista, dice que se montó en el tren de refugiados porque era gratis. No es broma”, confiesa Arianne Sved.
La musa de Sabina es la mayor de tres hermanos. Al poco de nacer, su familia se instaló en Oxford, donde su padre trabajaba como director adjunto en el Randolph Hotel. Allí, aquella niña de piel nívea que casi siempre llevaba trenzas en el pelo conoció a los actores Liz Taylor y Richard Burton.
Todavía guarda la foto que se hizo con ellos en la habitación en la que se hospedaban. Cuenta que, en la instantánea, a Burton “se le asoman los pelos del pecho de la americana porque les pillamos arreglándose para ir a cenar”.

Arianne Sved junto a los actores Liz Taylor y Richard Burton. La niña consiguió hacerse esa foto porque los intérpretes se hospedaron en el hotel en el que trabajaba su padre.

Arianne Sved junto a los actores Liz Taylor y Richard Burton. La niña consiguió hacerse esa foto porque los intérpretes se hospedaron en el hotel en el que trabajaba su padre. Álbum personal Arianne Sved

La familia de Arianne dejó Oxford y se mudó a Grantham, la ciudad natal de Margaret Thatcher, a quien el padre de la chica también tuvo “el infortunio” de conocer. Arianne la recuerda como una ciudad sin vida, aburrida. Allí su madre comenzó a sentir morriña por su país y ella sufrió su “primera crisis existencial”. Tenía nueve años. “Decidí escaparme de casa luciendo ropa de mayor que me tenían prohibido ponerme. Volví después de un rato, pero me acuerdo de la momentánea sensación de libertad de portarme mal”.
Más tarde, los Sved se instalaron en Lincoln, al noreste del país. Allí, Arianne vivió su “fase Glam rock”. En las paredes de su habitación colgaba pósters de David Bowie y T-Rex. Vestía pantalones de campana y calzaba zapatos de plataforma. Todo era nuevo y divertido para ella. En Lincoln fumó su primer pitillo, aprendió sus primeros acordes de guitarra y se dio su primer beso con lengua con un chico que no le gustaba. “Me resultó bastante repugnante, a decir verdad”.
Nieta de un “fascista machista”
Por ese tiempo, Arianne no sabía, según reconoce, que pronto iba a regresar al blanco y negro de la España franquista. A su padre lo despidieron del hotel en el que trabajaba por “ser un bocazas izquierdoso” que se negó a apoyar al dueño del negocio durante una huelga.
Fue entonces cuando su madre, deseosa de volver a España, encontró la excusa perfecta para hacer las maletas y volver a su país natal. “Consiguió arrastrarnos a todos pese a que Franco, ya más endeble, seguía en el poder”.
Los Sved se instalaron en Logroño, donde vivía la familia de su madre. Fue la época “más infeliz” en la corta vida de la joven Arianne. En la ciudad riojana se sintió inadaptada. Dejó un país moderno en el que escuchaba rock y estudiaba en colegios mixtos para instalarse en otro donde sonaba “flamenco pop”, "reinaba el machismo" y en el que la matricularon en un colegio de monjas.
La chica pasó de “aprender a memorizar”, de vivir con sus padres a vivir con sus abuelos porque su madre había encontrado un empleo de secretaria en Madrid y los niños no podían mudarse hasta que acabara el curso escolar. Arianne nunca olvidará el consejo que le dio su abuela materna: “No fumes, que a los chicos no les gusta”.
Durante un tiempo, Arianne tuvo que convivir con su abuelo, “un fascista machista”. En realidad, era el segundo marido de su abuela. El abuelo biológico de la joven era un anarquista que había muerto durante la Guerra Civil española. Enviudada y con una hija pequeña, la abuela cometió “la insensatez” de casarse "con uno del bando enemigo”, dice su nieta.
Una vez acabó el curso, Arianne y sus dos hermanos pequeños se mudaron a Madrid junto a sus padres. Allí, a su juicio, todo mejoró. Estudiaron en un colegio mixto y tuvieron profesores modernos. “Y, sobre todo, Franco la palmó por fin”, escribe.

Maldito sea el gurú
que levantó entre tú y yo
un silencio oscuro,
del que ya sólo sales
para decirme
“vale, déjame veinte duros”.

Ya no te tengo miedo
nena, pero no puedo
seguirte en tu viaje.
Cúantas veces hubiera dado la vida entera
por que tú me pidieras
llevarte el equipaje.

Ahora es demasiado tarde, princesa…


La familia Sved en Oxford, donde nacieron los dos hermanos pequeños de Arianne.


La familia Sved en Oxford, donde nacieron los dos hermanos pequeños de Arianne. Álbum personal de Arianne Sved

De vuelta a Logroño, donde conocerá a Sabina

Pero cuando la chica tenía 13 años, los Sved retornaron a Logroño. Vuelta a la ciudad que a Arianne le resultaba claustrofóbica. Su padre había encontrado allí un empleo como director adjunto de un hotel. Atrás dejaba Madrid, que por entonces empezaba a modernizarse. Era 1980. España salía de un régimen de 40 años.
Pese a la decepción, Arianne nunca imaginó que aquel hecho haría que, poco después, conociese a un joven canijo y de voz rota nacido en Úbeda. Se llamaba Joaquín y ya daba conciertos por toda España.
En Logroño, su padre tuvo algún traspié laboral por culpa de la política. El progenitor de Arianne criticó al PSOE en presencia de su nuevo jefe. No entendía que los socialistas, quienes por aquel tiempo querían abrirse a los postulados de una izquierda europeísta y moderna, abandonara el marxismo para abrazar la socialdemocracia.
Tras el despido, el padre de Arianne empezó a dar clases particulares de inglés. Su madre encontró un empleo en una bodega, lo que a la familia le permitía tener siempre en casa una “buena botella de Rioja”.
En aquel año, Ariane Sved se reconoce como una adolescente “un tanto confusa a la que le tiraba más la rebelión cultural que la política”. Empezó a saltarse clases del instituto para ir a un bar cercano llamado Merlín. Era, dice, “el único local enrollado de la ciudad”.

'Princesa', de Sabina, en directo desde el Luna Park.
“El decadente placer de consumir drogas”
En el Merlín descubrió “el decadente placer de consumir drogas” al son de Lou Reed o de Patti Smith. Fue entonces cuando decidió dejar los estudios. Se pagaba las drogas dando clases de inglés. Arianne se adentró en el mundillo de las bandas de música locales, aunque su miedo escénico era más fuerte que ella.
La chica quería cantar. Cuenta que en una ocasión tuvo que sustituir al vocalista de un grupo de jazz. Todo salió mal. “Bebí tanto whisky para calmar los nervios que, en el momento de salir al escenario, estaba demasiado pedo para enfrentarme al público, obligando a los pobres músicos a improvisar un concierto instrumental”.
“Fue en ese mundillo donde conocí al cantautor Joaquín Sabina, antes de que se hiciera internacionalmente famoso. Tenía 14 años más que yo, que era casi el doble de mi edad en aquel entonces”.
Aquel flechazo duró “un año más o menos”. Sabina iba y venía a Logroño desde Madrid, donde convivía con la que por aquel entonces era su mujer, Lucía Inés Correa, una argentina que había conocido en Londres durante su exilio.
“Un par de años más tarde”, cuenta Arianne, “sacó el tema Princesa, en el que habla de una chica que le había embelesado pero que, al engancharse a la heroína, había perdido todo su encanto. La canción habla de mí, básicamente, aunque se permitió mucha licencia artística en la letra. Por suerte, nunca sufrí una sobredosis ni robé una farmacia como la protagonista de la canción. Conseguí desengancharme a tiempo, a diferencia de algunos amigos yonkis que perdí por el camino. La relación amorosa con Sabina terminó pero nuestra amistad continuó cuando me mudé a Madrid, por mi cuenta esta vez”.

La musa de Sabina delante del muro de Berlín, donde vivió durante su juventud.
La musa de Sabina delante del muro de Berlín, donde vivió durante su juventud. Álbum personal de Arianne Sved

“Después de escrita, tardé mucho en cantarla y grabarla porque pensé que se me había ido la mano en el tono agresivo contra la chica”, reconoció años después el propio Sabina. “Fue el público quien la impuso. Hoy es insustituible en mis conciertos”, dijo el cantante que se escapaba algunos fines de semana junto a su joven amante para acostarse con ella en camas de hoteles perdidos.
Cuando Sabina escribe 'Princesa' tampoco intuye que, muchos años después, cenará con otra princesa que hoy es reina, doña Leticia. Leti, le llama él en sus memorias. En Sabina en carne viva explica que una noche, a las cuatro de la madrugada, mientras bailan un vals, la por entonces consorte le cuenta un chiste subido de tono al jiennense. "¿En que se parece la princesa de Mónaco a Leti? En que Estefanía folla con un funambulista y Leti es una fulana muy lista".
Hija de judío y nieta de una víctima del nazismo

Al poco de conocerse Sabina y Arianne, la joven cumplió la mayoría de edad. Él tenía ya 32 años. Pero aquella chica pasó a ser una página más en la vida del cantautor. La princesa de la letra de la canción vivió después en Berlín, en Nueva York, en el Cadaqués de Dalí y volvió a Londres para estudiar cine. Participó en el rodaje de una road movie estadounidense de bajo presupuesto ambientada en el desierto de Nevada. No tuvo ningún éxito.
En Berlín, Arianne conoció a su actual marido, un estadounidense llamado Michael. La pareja se mudó a Los Ángeles, donde la chica trabajó en un showroom de moda que prestaba ropa de diseño italiano a estrellas de cine para sesiones de fotos y galas.
Mientras vivía en Los Ángeles, Arianne descubrió un detalle de la vida de su padre que ella y sus hermanos desconocían hasta el momento: era judío y un superviviente del holocausto nazi. Cuando se enteró, Arianne ya tenía "treinta y pico años".
"Él temía que sufriésemos discriminación antisemita de niños. No es que nos hubiera mentido exactamente, pero había sido impreciso respecto a ciertos hechos como la muerte de su padre [el abuelo de la chica] en la II Guerra Mundial. Siempre supuse que había muerto en un bombardeo, pero no, fue asesinado a tiros por los nazis y lanzado posteriormente al río Danubio. Esto ocurrió mientras mi padre, que tenía solo 11 años, y su madre estaban encerrados en el guetto de Budapest. Afortunadamente, no les enviaron a un campo de concentración".
Pero volvamos a Los Ángeles. Arianne necesitaba casarse para conseguir el permiso de residencia en EEUU. Ella, que siempre le había tenido un miedo atávico al compromiso, pasó por el juzgado en Santa Ana, California.
“¡¡¿Casarme yo?!! Eso no había entrado nunca en mis planes vitales. A Michael, que es un romántico, no le desagradaba la idea. Pero yo tuve que autoconvencerme pensando que no era más que un documento con fines meramente prácticos”. La suya fue una boda sin invitados, fiesta ni fotógrafo. La pareja recién casada se hizo las fotos de boda en un fotomatón.
El paso del matrimonio por EEUU, de donde procedía Michael, tuvo altibajos para la pareja, principalmente económicos. Arianne y Michael decidieron mudarse a Barcelona. Sin embargo, volvieron poco después a Miami, donde él encontró un nuevo empleo.
En Miami vivían a pie de playa. Como su marido ganaba un sueldo considerable, Arianne se dedicó a escribir guiones de cine, leer libros, asistir a talleres e ir a festivales. Corría el año 2011. En España estallaba el movimiento 15M y a ella, una firme defensora de la protesta callejera, le pillaba a 7.000 kilómetros de distancia. Sentía envidia de no poder unirse a aquella irrupción social.
Pero internet le ayudó a reducir las distancias. Se sumó al equipo internacional (online) de Democracia Real Ya, la principal plataforma ciudadana que impulsaba el nuevo movimiento. Según cuenta, luego contactó con varios españoles residentes en EEUU que simpatizaban con la causa. Entre ellos, dice, unos chicos de Nueva York que pronto pondrían en marcha Occupy Wall Street.
“Durante los tres años anteriores a ese punto de inflexión, yo había pasado del ingenuo entusiasmo por la elección de Obama a la indignación absoluta por el poder de Wall Street en su gobierno y, más en general, por la influencia de los bancos y las grandes empresas en la política”, recuerda Arianne.
Pero Michael perdió aquel empleo. La pareja, que ya no podía ni pagar el alquiler, volvió a Barcelona, donde Arianne tiene familia. El matrimonio reside en la ciudad condal desde hace unos años. Ella ha vuelto a dar clases de inglés y ejerce de traductora. Su marido se dedica al marketing online y al diseño web.

Tú que sembraste en todas
las islas de la moda
las flores de tu gracia,
¿cómo no ibas a verte
envuelta en una muerte
con asalto a farmacia?

¿Con qué ley condenarte
si somos juez y parte
todos de tus andanzas?
Sigue con tus movidas,
pero no pidas que me pase la vida
pagándote fianzas.

Ahora es demasiado tarde, princesa
Búscate otro perro que te ladre, princesa.


Arianne Sved, en 2010, en el festival de cine de Bahamas.
Arianne Sved, en 2010, en el festival de cine de Bahamas. Álbum personal de Arianne Sved


Desengañada con Podemos
Al instalarse de nuevo en España, Arianne Sved explica que participó “en Podemos al principio”, pero que pronto se desilusionó debido “a la deriva” que expresó en un artículo publicado en la web Democracia Abierta. Fue en diciembre de 2015.
“Empezó como un partido desde abajo poco convencional. Cualquier persona, literalmente, podía ser candidato en sus primarias (...) y cualquiera podía votar a esos ciudadanos por internet (...) Aunque Podemos ha mantenido ciertos aspectos de participación online, así como una considerable transparencia en cuanto a su financiación, se ha convertido lamentablemente en un partido vertical y centralizado (...) La sensación de desempoderamiento, e incluso de engaño, que esto ha causado en muchos activistas nos ha llevado a dar un paso atrás”.
Arianne Sved se reconoce mujer de izquierdas, feminista y cercana a Ada Colau. Llegó a participar en la plataforma ciudadana de Barcelona en Comú. Sin embargo, apenas tiene ya contacto con sus integrantes. “Hoy por hoy, me siento más motivada a protestar en la calle o por escrito”, dice la musa de Sabina, aquella chica que no atracó una farmacia, que logró dejar la heroína y que enamoró durante un tiempo al cantautor de Jaén. “Ahora es demasiado tarde, princesa. Búscate otro perro que te ladre, princesa…”
 
Última edición:
lLa primera esposa fue una chica con la que se casó durante la mili , creo que se llamaba Lucia , se separaron y le perdio la pista. Alguna vez lei que intentó buscarla (¿Sería la de la aventura con Manolo Tena?, no sé).Con Isabel Oliart no llegó a casarse.Pobre Sabina, espero que salga todo bien. Montoro le pisaba los talones. Obviamente estos conciertos son por dinero


tienes razón @ulisesdevisita , por fin encontré una referencia a la boda durante la mili.Debe ser top secret esa boda, porque no encuentro nada sobre ella.Me estoy quedando a cuadros con la vida de Sabina, no conocía tanto, no me extraña que no quiera retirarse, si no ha parado quieto!En esta entrevista a Resines y Bonilla en el programa La Resistencia de Movistar cuenta el segundo que hizo la mili con él, y cómo se casó Sabina para librarse de ella.¿Cuál es la de la aventura con Manolo Tena? mare mía, más mujeres que Julio Iglesias.



Así es como Sabina se libró de la mili... Hasta coincidir con Jesús Bonilla 6 años después
El reencuentro de Resines y Bonilla ('Los Serrano') en La Resistencia dio para mucho.

POR RAFAEL SÁNCHEZ CASADEMONT
22/01/2020
joaquin sabina mili


Ayer visitó La resistencia Jesús Bonilla junto a Antonio Resines.
Podríamos decir que, tras el perreo de Broncano con María Teresa Campos, esto era de nuevo historia de la televisión. Al menos si es verdad lo que aseguran de que era su primera aparición televisiva tras el final de Los Serrano, la mítica serie de Telecinco que contenía más incesto queJuego de tronos y The Witcher juntos.
Lo que hace especial las entrevistas en el programa de Movistar + es que la ausencia de guion lleva a los presentes a acabar hablando de temas completamente inesperados. Así, mientras Resines intentaba ocultar lo que gana por acudir al programa y Bonilla asegura que le prometió 200 euros por asistir, llega el tema de la mili y de Sabina. Todo sucede porque, además de esos 200 euros, Resines paga a Bonilla en especies, pero tan buenas como ir después del show al concierto de Sabina y Serrat.
Ya que estamos en la semana de la tercera edad del programa, la llamada yaya's week, ambos se apresuraron a asegurar que los dos iconos de la música nacional eran bastante mayores que ellos. Sin embargo, demostraron que ser yayo es algo que se lleva dentro porque, para apoyar su argumento acabaron hablando de algo tan jubileta como del servicio militar. Y resulta, casualidades de la vida, que Jesús Bonilla coincidió en la mili con Sabina ¿Hablaría de ello con unas copas tras el concierto?






?A pesar de los seis años de diferencia, Bonilla cuenta que Sabina fue pidiendo prórrogas hasta que finalmente se la denegaron: "Yo alegué una costilla flotante y él que se le estropeaban los dedos, a él le hicieron caso y a mí no."
A Bonilla no le funcionó nada para librarse de la mili. Tras la costilla, alegó pies planos pero no tenía el grado suficiente y, para rematar, en el examen psicotécnico para Cabo lo hizo tan mal que "me salió que era subnormal".
La anécdota, casual, nos ha recordado el libro Yo hice la mili, de Melquiades Pietro (Editoril EDAF) en donde se recogen muchas anécdotas de célebres en el servicio militar. Gracias a él nos enteramos, entre otras cosas, de que Sabina se casó únicamente para poder dormir fuera del cuartel. Entre eso y los seis años de prórroga no dudamos que el bueno del ubetense no era precisamente fan del servicio militar obligatorio.Han pasado los años, mucho más de 19 días y algo más de 500 noches de esa foto del recluta Sabina que encabeza esta entrada, pero los años y las décadas no pasan por que sí. No sabemos si a Sabina le traerá más dolores de cabeza recordar sus años de servicio o a la famosa María de la canción. Nosotros, sin duda, nos quedamos con la preciosa canción respuesta de la susodicha en 19 días y 500 noches después.


 
Qué lío me estoy armando entre mujeres, esposas y amantes. Son muchas, pri!
Despertò mi curiosidad el artículo que trajo @Katiuska sobre la amante en la que se inspirò para Princesa, encontré esta entrevista a ella de 2019.
No tengo ni idea de lo de Montoro, pero su actual mujer viene de familia con pasta, el papá la tiene al menos.
Lucía una Argentina?. Pensé que era Oliart.
Si sale de esta, aunque sea atado con una cuerda te aseguro que vuelve a un escenario.

ARIANNE (EL Español)

Arianne, la verdadera ‘Princesa’ de Sabina que no sufrió una sobredosis de heroína ni atracó una farmacia


Arianne, la verdadera ‘Princesa’ de Sabina que no sufrió una sobredosis de heroína ni atracó una farmacia Álbum personal de Arianne Sved
REPORTAJES LA CANCIÓN SE PUBLICÓ EN 1985
La 'Princesa' de Sabina existe: su amante con 17 años se llama Arianne, dejó la heroína y enseña inglés
  • Casi cuatro décadas después de componer la canción, EL ESPAÑOL reconstruye la vida de la joven que inspiró al cantautor de Úbeda.
  • La chica, hija de un húngaro que huyó de Stalin y de una española que abandonó el régimen de Franco, nació en Inglaterra.
  • Se mudó a España de adolescente. Conoció a Sabina en Logroño. Era 14 años más joven que él. "Nunca sufrí una sobredosis ni robé una farmacia".
12 enero, 2019 03:23
  1. JOAQUÍN SABINA
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Andros Lozano @AndrosLozano
En realidad, aquel fue un amor de juventud. Unos cuernos ocasionales. Corría principios de la década de los 80. Por aquel entonces Joaquín Sabina, ya un treintañero, era 14 años mayor que aquella chica “hippiosa, extraordinariamente joven y extraordinariamente hermosa” que desde niña imitaba a Edith Piaf y soñaba con ser cantante.
“Vi algo en el tío que me cautivó; era ingenioso e irreverente, tanto en sus letras como en la vida real, y muy cariñoso al mismo tiempo. Estaba casado, pero eso no impidió que tuviéramos un amorío. Sus otras relaciones no eran asunto mío, pensaba yo. Duró un año más o menos, de forma intermitente porque él vivía en Madrid y yo en Logroño. Un par de años más tarde sacó el tema Princesa...”, dice la mujer que inspiró la mítica canción del cantautor jiennense. De aquello hace ya casi 40 años.



Se llama Arianne Sved. Nació en 1963 en Harrogate, en el condado de Yorkshire (Inglaterra). Hija de emigrantes -él húngaro y ella española-, es la musa de carne y hueso en la que Sabina se inspiró para escribir su Princesa. Incluyó el tema en su cuarto disco, Juez y Parte (1985). La letra habla de una chica enferma y adicta a las drogas de la que Sabina ya se había desencantado un par de años antes.
Ahora, casi cuatro décadas después de aquel romance, EL ESPAÑOL narra la historia de esa mujer a través de su propio testimonio. Hasta el momento no se sabía apenas nada de ella. Unos decían que se llamaba Fabiola. Otros, que había muerto. Sólo se conocía lo que el cantante explica en su libro de memorias, Sabina en carne viva.

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En realidad, era una belleza pintada por Botticelli (...) con la que me acostaba cuando iba a Logroño, y con la que alguna vez me fui a un pueblecito perdido a pasar un fin de semana. Luego se vino a Madrid y fue cayendo en picado. Eso llevó a la heroína y en ese momento hice la canción”, cuenta en su libro. “Afortunadamente, esa chica, que vivió momentos muy malos, tengo entendido que ya está bien y me alegro mucho por ella.”
Sí, la princesa ya salió de la heroína. Fue al poco de dejar verse con el cantautor. Es Arianne Sved, la hija de un empleado de hotel y de una trabajadora de una bodega. En la actualidad tiene 55 años y reside en Barcelona junto a su marido, Michael, un americano con el que vivió en Los Ángeles y Miami algunos años. Durante su juventud, la mujer también residió en Londres o en Berlín. Ahora trabaja como profesora particular de inglés y como traductora.
Arianne Sved es la mujer que hace casi cuatro décadas inspiró a Joaquín Sabina a escribir 'Princesa', una de sus canciones más conocidas. La mujer, 14 años más joven que el cantautor, reside en Barcelona.'Princesa', una de sus canciones más conocidas. La mujer, 14 años más joven que el cantautor, reside en Barcelona.

Feminista y de izquierdas, Arianne es una mujer de ideología próxima a Podemos que participó en los inicios de Barcelona En Comú, la plataforma ciudadana que llevó a Ada Colau a la alcaldía de la capital catalana. Pero, antes de todo esto, ¿cómo llegó a cruzarse en la vida de Joaquín Sabina y acabar siendo el germen inspirador de Princesa?
Ella misma es quien desvela su vida en el blog Outside the blogs. Blogueando fuera del tiesto. “La canción habla de mí, básicamente, aunque [Sabina] se permitió mucha licencia artística en la letra. Por suerte, nunca sufrí una sobredosis ni robé una farmacia como la protagonista de la canción. Conseguí desengancharme a tiempo”.

Entre la cirrosis
y la sobredosis
andas siempre, muñeca.
Con tu sucia camisa
y, en lugar de sonrisa,
una especie de mueca.

¿Cómo no imaginarte,
cómo no recordarte
hace apenas dos años?
Cuando eras la princesa de la boca de fresa,
cuando tenías aún esa forma
de hacerme daño.

Ahora es demasiado tarde, princesa.
Búscate otro perro que te ladre, princesa.


Sus padres emigraron a Londres
Pese a nacer en Harrogate, Arrianne Sved nunca ha vuelto allí. La trajeron al mundo en Inglaterra por casualidad. Sus padres habían emigrado por separado a Londres y se conocieron allí. El padre, que vivía en Hungría, huyó de Stalin durante la revuelta de 1956. La madre había dejado la España de Franco.
“En el caso de mi madre, creo que simplemente quería alejarse del atraso represivo de su país para aprender idiomas y ampliar su cosmovisión. En cuanto a mi padre, que no era especialmente anticomunista, dice que se montó en el tren de refugiados porque era gratis. No es broma”, confiesa Arianne Sved.
La musa de Sabina es la mayor de tres hermanos. Al poco de nacer, su familia se instaló en Oxford, donde su padre trabajaba como director adjunto en el Randolph Hotel. Allí, aquella niña de piel nívea que casi siempre llevaba trenzas en el pelo conoció a los actores Liz Taylor y Richard Burton.
Todavía guarda la foto que se hizo con ellos en la habitación en la que se hospedaban. Cuenta que, en la instantánea, a Burton “se le asoman los pelos del pecho de la americana porque les pillamos arreglándose para ir a cenar”.

Arianne Sved junto a los actores Liz Taylor y Richard Burton. La niña consiguió hacerse esa foto porque los intérpretes se hospedaron en el hotel en el que trabajaba su padre.
Arianne Sved junto a los actores Liz Taylor y Richard Burton. La niña consiguió hacerse esa foto porque los intérpretes se hospedaron en el hotel en el que trabajaba su padre. Álbum personal Arianne Sved

La familia de Arianne dejó Oxford y se mudó a Grantham, la ciudad natal de Margaret Thatcher, a quien el padre de la chica también tuvo “el infortunio” de conocer. Arianne la recuerda como una ciudad sin vida, aburrida. Allí su madre comenzó a sentir morriña por su país y ella sufrió su “primera crisis existencial”. Tenía nueve años. “Decidí escaparme de casa luciendo ropa de mayor que me tenían prohibido ponerme. Volví después de un rato, pero me acuerdo de la momentánea sensación de libertad de portarme mal”.
Más tarde, los Sved se instalaron en Lincoln, al noreste del país. Allí, Arianne vivió su “fase Glam rock”. En las paredes de su habitación colgaba pósters de David Bowie y T-Rex. Vestía pantalones de campana y calzaba zapatos de plataforma. Todo era nuevo y divertido para ella. En Lincoln fumó su primer pitillo, aprendió sus primeros acordes de guitarra y se dio su primer beso con lengua con un chico que no le gustaba. “Me resultó bastante repugnante, a decir verdad”.
Nieta de un “fascista machista”
Por ese tiempo, Arianne no sabía, según reconoce, que pronto iba a regresar al blanco y negro de la España franquista. A su padre lo despidieron del hotel en el que trabajaba por “ser un bocazas izquierdoso” que se negó a apoyar al dueño del negocio durante una huelga.
Fue entonces cuando su madre, deseosa de volver a España, encontró la excusa perfecta para hacer las maletas y volver a su país natal. “Consiguió arrastrarnos a todos pese a que Franco, ya más endeble, seguía en el poder”.
Los Sved se instalaron en Logroño, donde vivía la familia de su madre. Fue la época “más infeliz” en la corta vida de la joven Arianne. En la ciudad riojana se sintió inadaptada. Dejó un país moderno en el que escuchaba rock y estudiaba en colegios mixtos para instalarse en otro donde sonaba “flamenco pop”, "reinaba el machismo" y en el que la matricularon en un colegio de monjas.
La chica pasó de “aprender a memorizar”, de vivir con sus padres a vivir con sus abuelos porque su madre había encontrado un empleo de secretaria en Madrid y los niños no podían mudarse hasta que acabara el curso escolar. Arianne nunca olvidará el consejo que le dio su abuela materna: “No fumes, que a los chicos no les gusta”.
Durante un tiempo, Arianne tuvo que convivir con su abuelo, “un fascista machista”. En realidad, era el segundo marido de su abuela. El abuelo biológico de la joven era un anarquista que había muerto durante la Guerra Civil española. Enviudada y con una hija pequeña, la abuela cometió “la insensatez” de casarse "con uno del bando enemigo”, dice su nieta.
Una vez acabó el curso, Arianne y sus dos hermanos pequeños se mudaron a Madrid junto a sus padres. Allí, a su juicio, todo mejoró. Estudiaron en un colegio mixto y tuvieron profesores modernos. “Y, sobre todo, Franco la palmó por fin”, escribe.

Maldito sea el gurú
que levantó entre tú y yo
un silencio oscuro,
del que ya sólo sales
para decirme
“vale, déjame veinte duros”.

Ya no te tengo miedo
nena, pero no puedo
seguirte en tu viaje.
Cúantas veces hubiera dado la vida entera
por que tú me pidieras
llevarte el equipaje.

Ahora es demasiado tarde, princesa…


La familia Sved en Oxford, donde nacieron los dos hermanos pequeños de Arianne.
La familia Sved en Oxford, donde nacieron los dos hermanos pequeños de Arianne. Álbum personal de Arianne Sved

De vuelta a Logroño, donde conocerá a Sabina

Pero cuando la chica tenía 13 años, los Sved retornaron a Logroño. Vuelta a la ciudad que a Arianne le resultaba claustrofóbica. Su padre había encontrado allí un empleo como director adjunto de un hotel. Atrás dejaba Madrid, que por entonces empezaba a modernizarse. Era 1980. España salía de un régimen de 40 años.
Pese a la decepción, Arianne nunca imaginó que aquel hecho haría que, poco después, conociese a un joven canijo y de voz rota nacido en Úbeda. Se llamaba Joaquín y ya daba conciertos por toda España.
En Logroño, su padre tuvo algún traspié laboral por culpa de la política. El progenitor de Arianne criticó al PSOE en presencia de su nuevo jefe. No entendía que los socialistas, quienes por aquel tiempo querían abrirse a los postulados de una izquierda europeísta y moderna, abandonara el marxismo para abrazar la socialdemocracia.
Tras el despido, el padre de Arianne empezó a dar clases particulares de inglés. Su madre encontró un empleo en una bodega, lo que a la familia le permitía tener siempre en casa una “buena botella de Rioja”.
En aquel año, Ariane Sved se reconoce como una adolescente “un tanto confusa a la que le tiraba más la rebelión cultural que la política”. Empezó a saltarse clases del instituto para ir a un bar cercano llamado Merlín. Era, dice, “el único local enrollado de la ciudad”.

'Princesa', de Sabina, en directo desde el Luna Park.
“El decadente placer de consumir drogas”
En el Merlín descubrió “el decadente placer de consumir drogas” al son de Lou Reed o de Patti Smith. Fue entonces cuando decidió dejar los estudios. Se pagaba las drogas dando clases de inglés. Arianne se adentró en el mundillo de las bandas de música locales, aunque su miedo escénico era más fuerte que ella.
La chica quería cantar. Cuenta que en una ocasión tuvo que sustituir al vocalista de un grupo de jazz. Todo salió mal. “Bebí tanto whisky para calmar los nervios que, en el momento de salir al escenario, estaba demasiado pedo para enfrentarme al público, obligando a los pobres músicos a improvisar un concierto instrumental”.
“Fue en ese mundillo donde conocí al cantautor Joaquín Sabina, antes de que se hiciera internacionalmente famoso. Tenía 14 años más que yo, que era casi el doble de mi edad en aquel entonces”.
Aquel flechazo duró “un año más o menos”. Sabina iba y venía a Logroño desde Madrid, donde convivía con la que por aquel entonces era su mujer, Lucía Inés Correa, una argentina que había conocido en Londres durante su exilio.
“Un par de años más tarde”, cuenta Arianne, “sacó el tema Princesa, en el que habla de una chica que le había embelesado pero que, al engancharse a la heroína, había perdido todo su encanto. La canción habla de mí, básicamente, aunque se permitió mucha licencia artística en la letra. Por suerte, nunca sufrí una sobredosis ni robé una farmacia como la protagonista de la canción. Conseguí desengancharme a tiempo, a diferencia de algunos amigos yonkis que perdí por el camino. La relación amorosa con Sabina terminó pero nuestra amistad continuó cuando me mudé a Madrid, por mi cuenta esta vez”.

La musa de Sabina delante del muro de Berlín, donde vivió durante su juventud.
La musa de Sabina delante del muro de Berlín, donde vivió durante su juventud. Álbum personal de Arianne Sved

“Después de escrita, tardé mucho en cantarla y grabarla porque pensé que se me había ido la mano en el tono agresivo contra la chica”, reconoció años después el propio Sabina. “Fue el público quien la impuso. Hoy es insustituible en mis conciertos”, dijo el cantante que se escapaba algunos fines de semana junto a su joven amante para acostarse con ella en camas de hoteles perdidos.
Cuando Sabina escribe 'Princesa' tampoco intuye que, muchos años después, cenará con otra princesa que hoy es reina, doña Leticia. Leti, le llama él en sus memorias. En Sabina en carne viva explica que una noche, a las cuatro de la madrugada, mientras bailan un vals, la por entonces consorte le cuenta un chiste subido de tono al jiennense. "¿En que se parece la princesa de Mónaco a Leti? En que Estefanía folla con un funambulista y Leti es una fulana muy lista".
Hija de judío y nieta de una víctima del nazismo

Al poco de conocerse Sabina y Arianne, la joven cumplió la mayoría de edad. Él tenía ya 32 años. Pero aquella chica pasó a ser una página más en la vida del cantautor. La princesa de la letra de la canción vivió después en Berlín, en Nueva York, en el Cadaqués de Dalí y volvió a Londres para estudiar cine. Participó en el rodaje de una road movie estadounidense de bajo presupuesto ambientada en el desierto de Nevada. No tuvo ningún éxito.
En Berlín, Arianne conoció a su actual marido, un estadounidense llamado Michael. La pareja se mudó a Los Ángeles, donde la chica trabajó en un showroom de moda que prestaba ropa de diseño italiano a estrellas de cine para sesiones de fotos y galas.
Mientras vivía en Los Ángeles, Arianne descubrió un detalle de la vida de su padre que ella y sus hermanos desconocían hasta el momento: era judío y un superviviente del holocausto nazi. Cuando se enteró, Arianne ya tenía "treinta y pico años".
"Él temía que sufriésemos discriminación antisemita de niños. No es que nos hubiera mentido exactamente, pero había sido impreciso respecto a ciertos hechos como la muerte de su padre [el abuelo de la chica] en la II Guerra Mundial. Siempre supuse que había muerto en un bombardeo, pero no, fue asesinado a tiros por los nazis y lanzado posteriormente al río Danubio. Esto ocurrió mientras mi padre, que tenía solo 11 años, y su madre estaban encerrados en el guetto de Budapest. Afortunadamente, no les enviaron a un campo de concentración".
Pero volvamos a Los Ángeles. Arianne necesitaba casarse para conseguir el permiso de residencia en EEUU. Ella, que siempre le había tenido un miedo atávico al compromiso, pasó por el juzgado en Santa Ana, California.
“¡¡¿Casarme yo?!! Eso no había entrado nunca en mis planes vitales. A Michael, que es un romántico, no le desagradaba la idea. Pero yo tuve que autoconvencerme pensando que no era más que un documento con fines meramente prácticos”. La suya fue una boda sin invitados, fiesta ni fotógrafo. La pareja recién casada se hizo las fotos de boda en un fotomatón.
El paso del matrimonio por EEUU, de donde procedía Michael, tuvo altibajos para la pareja, principalmente económicos. Arianne y Michael decidieron mudarse a Barcelona. Sin embargo, volvieron poco después a Miami, donde él encontró un nuevo empleo.
En Miami vivían a pie de playa. Como su marido ganaba un sueldo considerable, Arianne se dedicó a escribir guiones de cine, leer libros, asistir a talleres e ir a festivales. Corría el año 2011. En España estallaba el movimiento 15M y a ella, una firme defensora de la protesta callejera, le pillaba a 7.000 kilómetros de distancia. Sentía envidia de no poder unirse a aquella irrupción social.
Pero internet le ayudó a reducir las distancias. Se sumó al equipo internacional (online) de Democracia Real Ya, la principal plataforma ciudadana que impulsaba el nuevo movimiento. Según cuenta, luego contactó con varios españoles residentes en EEUU que simpatizaban con la causa. Entre ellos, dice, unos chicos de Nueva York que pronto pondrían en marcha Occupy Wall Street.
“Durante los tres años anteriores a ese punto de inflexión, yo había pasado del ingenuo entusiasmo por la elección de Obama a la indignación absoluta por el poder de Wall Street en su gobierno y, más en general, por la influencia de los bancos y las grandes empresas en la política”, recuerda Arianne.
Pero Michael perdió aquel empleo. La pareja, que ya no podía ni pagar el alquiler, volvió a Barcelona, donde Arianne tiene familia. El matrimonio reside en la ciudad condal desde hace unos años. Ella ha vuelto a dar clases de inglés y ejerce de traductora. Su marido se dedica al marketing online y al diseño web.

Tú que sembraste en todas
las islas de la moda
las flores de tu gracia,
¿cómo no ibas a verte
envuelta en una muerte
con asalto a farmacia?

¿Con qué ley condenarte
si somos juez y parte
todos de tus andanzas?
Sigue con tus movidas,
pero no pidas que me pase la vida
pagándote fianzas.

Ahora es demasiado tarde, princesa
Búscate otro perro que te ladre, princesa.


Arianne Sved, en 2010, en el festival de cine de Bahamas.
Arianne Sved, en 2010, en el festival de cine de Bahamas. Álbum personal de Arianne Sved


Desengañada con Podemos
Al instalarse de nuevo en España, Arianne Sved explica que participó “en Podemos al principio”, pero que pronto se desilusionó debido “a la deriva” que expresó en un artículo publicado en la web Democracia Abierta. Fue en diciembre de 2015.
“Empezó como un partido desde abajo poco convencional. Cualquier persona, literalmente, podía ser candidato en sus primarias (...) y cualquiera podía votar a esos ciudadanos por internet (...) Aunque Podemos ha mantenido ciertos aspectos de participación online, así como una considerable transparencia en cuanto a su financiación, se ha convertido lamentablemente en un partido vertical y centralizado (...) La sensación de desempoderamiento, e incluso de engaño, que esto ha causado en muchos activistas nos ha llevado a dar un paso atrás”.
Arianne Sved se reconoce mujer de izquierdas, feminista y cercana a Ada Colau. Llegó a participar en la plataforma ciudadana de Barcelona en Comú. Sin embargo, apenas tiene ya contacto con sus integrantes. “Hoy por hoy, me siento más motivada a protestar en la calle o por escrito”, dice la musa de Sabina, aquella chica que no atracó una farmacia, que logró dejar la heroína y que enamoró durante un tiempo al cantautor de Jaén. “Ahora es demasiado tarde, princesa. Búscate otro perro que te ladre, princesa…”
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no nooooo error estuvo aca hace poquitos meses y se canto todo el recitalllllllllllllllllllllllll con Serrat. la edad claro que se nota pero doy fe desde la tercera fila pude escuchar perfecto que todavia tiene fuerzas. esta caida ya saldra de ella. es un grosso. para mi obvioooo
Traducción por favor
 
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