No olvidéis que dijo que llevaría cuñas con el tipo de vestido que se ha comprado y eso no tiene precio Jajajaja vamos que es como si llevas chándal y tacones.Sinceramente pienso, que una de las movidas más “gordas” que pudo existir en estos días es que el vestido al recogerlo y hacer la última prueba, por arte de magia le faltara tela, se lo dejaran más “pequeño” es decir, una talla 48 ó 46 si me apuráis, y que al llegar a Pamplona, buscará desesperadamente una modista con las tres b para darle solución al “estropicio” que le han hecho a ese cuerpo de sílfide, y que se lo han jodido aún más.