Pues de la Campanario ha dicho lo más grande sin tener prueba alguna. Incluso llegó a decir que había abortado de un empresario casado. A mí me parece que es de filias y fobias, perfecta para el periodismo que se hace en Sálvame. Es decir, ninguno.
Hay que decir barbaridades de fulano o de mengano, que estos no demandan. Y si demandan, se pasan el día diciendo que las demandas cuestan dinero, que después hay que ganarlas... En fin, actual como la Mafia.
Bueno, en el caso de la Campa creo que la fobia es mutua. También ésta largo lo suyo.