No sé si hay un hilo de macizos de los 90, que son los últimos de tíos potentes de verdad que ha habido antes de que la mierda de la metrosexualidad nos dejara huérfanas de sobacos peludos exudando feromonas de cachondeína.
Chris Cornell es el dios absoluto de esa generación. Es que no se podía estar más bueno ni cantar mejor.
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