El Rey en Barcelona el lunes
FERNANDO GONZÁLEZ URBANEJA | 05/04/2018
Las visitas del Rey a Barcelona son noticia más allá del hecho en sí mismo. El lunes presidirá la entrega de despachos a los 65 nuevos jueves de la 67ª promoción de la Escuela Judicial (curso 2016) que completaron la fase de formación el pasado noviembre tras ganar las oposiciones celebradas a finales del año 2015. El retraso de unos meses en la entrega de credenciales justificado por la evolución del “procés”, provocó malestar entre los nuevos jueces que llegaron incluso a advertir al Consejo del poder Judicial un posible recurso por falta de diligencia.
La Escuela Judicial sita en Barcelona (hay otra en Madrid) cumplió veinte años de funcionamiento el pasado año; desde 1996 han pasado 21 promociones con casi tres mil nuevos jueces, el 55% de los que ejercen en España. Por la Escuela pasan nueve meses de formación previos a dos tandas de cuatro meses como prácticas en juzgados ordinarios actuando en la segunda como jueces sustitutos o de refuerzo. Completados esos dos cursos de formación y recibido el despacho son destinados a juzgados de primera instancia. La escuela de Madrid, la más tradicional, se dedica a la formación continua de magistrados y fiscales, cada día más frecuente y especializada. Y en ambas escuelas, especialmente en la de Barcelona se atienden las relaciones internacionales con las entidades de formación de otros poderes judiciales, especialmente los hispanoamericanos.
La formación de jueces españoles goza de prestigio internacional por su modelo sistemático, teórico-práctico y por el buen desempeño de su trabajo. Jordi Pujol, durante sus largo ejercicio como presidente de Cataluña tuvo especial interés en que la escuela Judicial se instalara en Barcelona y que los nuevos jueces vivieran en Barcelona y conocieran Cataluña con una estancia de no menos de nueve meses que es el período que los alumnos dedican a esa formación académica adicional a la adquirida en las facultades y la oposición.
El Rey ha participado de forma reguilar en la entrega de despachos a las 21 promociones que han pasado por la Escuela en actos presididos por el jefe del Estado, el presidente de Cataluña y el ministro de Justicia. Y los discursos siempre han tenido singular interés por la propia naturaleza del acto. El del próximo lunes, con varios meses de retraso, tiene más interés que nunca por las excepcionales circunstancias provocadas por el “procés” y el papel del Rey desde su decisivo discurso del pasado 3 de octubre.
Cada visita del Rey a Barcelona arrastra una carga política singular y constituye una oportunidad para abrir oportunidades a la política de estado. El discurso del Rey será analizado por lo que diga y por lo que no diga, así como el resto de las intervenciones, incluida la de la directora de la Escuela que está casada con el juez Llarena, magistrado del supremo e instructor del caso penal por el “procés
FERNANDO GONZÁLEZ URBANEJA | 05/04/2018
Las visitas del Rey a Barcelona son noticia más allá del hecho en sí mismo. El lunes presidirá la entrega de despachos a los 65 nuevos jueves de la 67ª promoción de la Escuela Judicial (curso 2016) que completaron la fase de formación el pasado noviembre tras ganar las oposiciones celebradas a finales del año 2015. El retraso de unos meses en la entrega de credenciales justificado por la evolución del “procés”, provocó malestar entre los nuevos jueces que llegaron incluso a advertir al Consejo del poder Judicial un posible recurso por falta de diligencia.
La Escuela Judicial sita en Barcelona (hay otra en Madrid) cumplió veinte años de funcionamiento el pasado año; desde 1996 han pasado 21 promociones con casi tres mil nuevos jueces, el 55% de los que ejercen en España. Por la Escuela pasan nueve meses de formación previos a dos tandas de cuatro meses como prácticas en juzgados ordinarios actuando en la segunda como jueces sustitutos o de refuerzo. Completados esos dos cursos de formación y recibido el despacho son destinados a juzgados de primera instancia. La escuela de Madrid, la más tradicional, se dedica a la formación continua de magistrados y fiscales, cada día más frecuente y especializada. Y en ambas escuelas, especialmente en la de Barcelona se atienden las relaciones internacionales con las entidades de formación de otros poderes judiciales, especialmente los hispanoamericanos.
La formación de jueces españoles goza de prestigio internacional por su modelo sistemático, teórico-práctico y por el buen desempeño de su trabajo. Jordi Pujol, durante sus largo ejercicio como presidente de Cataluña tuvo especial interés en que la escuela Judicial se instalara en Barcelona y que los nuevos jueces vivieran en Barcelona y conocieran Cataluña con una estancia de no menos de nueve meses que es el período que los alumnos dedican a esa formación académica adicional a la adquirida en las facultades y la oposición.
El Rey ha participado de forma reguilar en la entrega de despachos a las 21 promociones que han pasado por la Escuela en actos presididos por el jefe del Estado, el presidente de Cataluña y el ministro de Justicia. Y los discursos siempre han tenido singular interés por la propia naturaleza del acto. El del próximo lunes, con varios meses de retraso, tiene más interés que nunca por las excepcionales circunstancias provocadas por el “procés” y el papel del Rey desde su decisivo discurso del pasado 3 de octubre.
Cada visita del Rey a Barcelona arrastra una carga política singular y constituye una oportunidad para abrir oportunidades a la política de estado. El discurso del Rey será analizado por lo que diga y por lo que no diga, así como el resto de las intervenciones, incluida la de la directora de la Escuela que está casada con el juez Llarena, magistrado del supremo e instructor del caso penal por el “procés
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