El crimen del bar 69

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Siempre me ha fascinado un poco este crimen de hace un par daños, como se puede acabar tu vida por una mala decisión.

La chica discute con su novio y sale el típico moro con un negocio que se pirran por hablar con alguna mujer y le dice "aquí guapa, entra al bar y te tendrá que dejar en paz" y resulta ser un loco que la mata. ¿O hubo algo más como que se conocían de antes?




M., degollada por Farid en el bar 69

M., degollada por Farid en el bar 69

REPORTAJES

Así era M., degollada por el dueño del bar ‘69’ que la ‘socorrió’ al discutir con su novio​

Tímida y poco social, conservaba su grupo de amigas de siempre y llevaba con Kike, su pareja, al menos, desde tercero de la ESO.​


M. L. no estaba ni en el sitio adecuado ni en el momento justo. Pero, claro, quién lo iba a pensar entonces. Ella pasó, junto a su novio Kike, por el peor lugar posible, la avenida Mistral de Barcelona, cerca de plaza de España y del Paralelo. Y lo hizo, además, a una hora prohibitiva, las 15:30, con nadie en la calle y el peligro esperándola entre el silencio de las esquinas. Nadie, en realidad, lo podía prever. Pero ocurrió. Iba discutiendo con su pareja, a la gresca, cuando Farid, el dueño del bar 69, la invitó a entrar en su local. A priori, sin malas intenciones, tan solo por buena voluntad, con un único propósito: ayudar. Pero, a posteriori, listo para cometer un crimen, para degollarla sin que exista, por el momento, explicación aparente ni razón con sentido para ser escrita o investigada.
La joven, a sus 17 años, se dio de bruces con la fatalidad del destino. Nadie lo entiende. Sus amigas, días después, siguen en shock. No entienden cómo, de pronto, se han quedado sin M. Ni tampoco cómo pudo acceder a entrar en el maldito bar 69. ¿La razón de tanta incomprensión? Obvia. “Era una chica muy tímida, bastante reservada, poco social y que tan solo tenía un grupo de amigas en el instituto. No se juntaba con el resto de la clase”, cuentan sus conocidas en conversación con EL ESPAÑOL.

Siempre iba “a su bola” y, en buena medida, gran parte de su tiempo lo pasaba con Kike, su novio, al que había conocido, al menos, “hace cuatro años” y con el que estaba, seguro, “desde que entró en tercero de la ESO”. Con él pasaba las horas, de un lado para otro, mientras buscaba su futuro entre libros. A sus 17 años, hacía Bachillerato en el colegio de los Salesianos de Rocafort. Vivía feliz, tranquila y sin más agobios que los propios de la edad. Pero, ay, fue pasar por esa calle y que todo, de repente, se truncara.


Los agentes de los Mossos se llevan el cuerpo de la asesinada.


Los agentes de los Mossos se llevan el cuerpo de la asesinada.

Su historia de amor, sus aspiraciones… Todo se fue al carajo. Kike, su novio, al verla despegarse de su lado, trató de entrar con ella en el bar 69, pero Farid cerró a cal y canto. Aun así, intentó acceder al local. No podía. La puerta estaba completamente cerrada. Entonces, escuchó los gritos de M. antes de presenciar una escena dantesca: el marroquí salió del interior manchado de sangre y con una bicicleta en la mano. Se subió a ella y huyó sin decir nada, sin dar explicaciones ni mirar atrás.
Kike, inmediatamente, se metió dentro del local. Su novia había sido degollada. Se encontraba en el suelo, tendida en mitad de la sala, sin vida y herida por un arma blanca, en mitad de un charco de sangre. ¿Por qué? Nadie lo sabe. El crimen no tiene explicación. Farid no conocía a la pareja de nada y ellos jamás habían entrado en el bar. Pero, ese día, todo se junto en un encuentro inesperado, en una acción fortuita y en una fatalidad que no encuentra consuelo ni comprensión.

Los brotes psicóticos de Farid​

La única explicación plausible es que Farid, en el momento, sufriera un brote psicótico. Ese podría ser el móvil del crimen. Eso sí, su estado psicológico era una incógnita para la gran mayoría de sus conocidos. El marroquí llegó a Barcelona hace 15 o 20 años, estaba integrado, hablaba catalán con frecuencia –y mejor que Messi– y estaba casado su mujer, María. Era, a ojos de los vecinos, un inmigrante ejemplar.


Tarjeta del local propiedad de Farid. Allí ocurrieron los hechos.

Tarjeta del local propiedad de Farid. Allí ocurrieron los hechos.

Además, económicamente siempre le había ido bien, había aportado como ciudadano ‘catalán’. El bar 69 era el último negocio de hostelería de los muchos con los que había prosperado en la Ciudad condal. Antes, había hecho muchos otros. El principal, alquilar habitaciones a extranjeros por la plataforma Airbnb. Su vida, por tanto, era completamente normal. Nadie sospechaba que pudiera hacer algo así.
Ni siquiera se lo había planteado el dueño del alquiler del bar 69. “Siempre me ha pagado puntualmente y se ha mostrado como una persona completamente normal”, reconocía el ‘casero’ en conversación con EL ESPAÑOL. Pero, claro, su relación se limitaba a lo estrictamente contractual, a nada más. Él pertenecía tan solo a su círculo relacional más lejano. En cambio, los más cercanos tenían otra opinión.
Los vecinos, últimamente, ya sospechaban de que le pasaba algo. El bar 69 abrió dos meses atrás y, desde el jueves pasado, algunos testigos presenciales, como la dueña de la charcutería que comparte número con el local de Farid, lo habían visto raro. Su comportamiento no era normal: abría el local y lo cerraba a deshoras, fuera del horario comercial; y su única empleada se fue diciendo que le había advertido de que iba a cerrar recientemente. Mientras, paseaba por los alrededores del local, saludando a los transeúntes y comportándose aparentemente normal.
Pero no lo era. “Cuando tenía un brote, se ponía a la defensiva y reaccionaba de forma muy violenta”, cuentan fuentes de la investigación a este diario. Y, definitivamente, parece que uno de esos golpes psicóticos le dio cuando M. paseaba con Kike por allí. Aprovechó la discusión para perder la cabeza y degollar a la joven de 17 años. Ahora, ingresado en el área de Pisquiatría del Hospital del Mar de Barcelona, espera a saber cuál será su futuro.
 
Lo que siempre me ha parecido raro del caso es ¿el novio ve salir al tipo del bar después de escuchar gritar a su novia y manchado de sangre y no le tira de la bici de un empujón y trata de retenerle? que poca sangre ¿no? porque no creo que saliera del bar ya montado en la bici y a 30 por hora, habría un proceso de desatrancar la puerta, sacar la bici por la puerta que suelen ser estrechas, subirse encima... Y como dijeron las amigas de la chica es bastante raro que ella accediera a entrar por muy enfadada que estuviera.
 
Última edición:
Lo que siempre me ha parecido raro del caso es ¿el novio ve salir al tipo del bar después de escuchar gritar a su novia y manchado de sangre y no le tira de la bici de un empujón y trata de retenerle? que poca sangre ¿no? porque no creo que saliera del bar ya montado en la bici y a 30 por hora, habría un proceso de desatrancar la puerta, sacar la bici por la puerta que suelen ser estrechas, subirse encima... Y como dijeron las amigas de la chica es bastante raro que ella accediera a entrar por muy enfadada que estuviera.
Hombre, lo más lógico y natural es tratar de socorrer a su novia, digo yo.
 
Hombre, lo más lógico y natural es tratar de socorrer a su novia, digo yo.
Sí, la verdad nunca me he visto en una situación así y supongo que no se que prioridades tendría. Imagino que el instinto primario es ir a ver que le pasó a tu amiga o familiar y no tanto buscar culpables.

Porque lo del moro ensangrentado puede ser que la novia se ha hecho daño con algo cortante o ha vomitado sangre por alguna enfermedad y le ha manchado y mientras pierdes el tiempo peleando con él para retenerle y que de explicaciones no estás llamando a una ambulancia.
 
Sí, la verdad nunca me he visto en una situación así y supongo que no se que prioridades tendría. Imagino que el instinto primario es ir a ver que le pasó a tu amiga o familiar y no tanto buscar culpables.

Porque lo del moro ensangrentado puede ser que la novia se ha hecho daño con algo cortante o ha vomitado sangre por alguna enfermedad y le ha manchado y mientras pierdes el tiempo peleando con él para retenerle y que de explicaciones no estás llamando a una ambulancia.

Y el instinto de autoconservación, bien, gracias. A ver quién es el guapo que se encuentra con un maromo cubierto de sangre después de oír chillar a tu novia y le da por reducirlo en plan Steven Seagal. Yo no, desde luego.
 
Y el instinto de autoconservación, bien, gracias. A ver quién es el guapo que se encuentra con un maromo cubierto de sangre después de oír chillar a tu novia y le da por reducirlo en plan Steven Seagal. Yo no, desde luego.
Si, esa es otra. Por mucho que sea tu novia el instinto de autoconservación hace mucho. ¿Por que entraría la chica en el bar? ¿Tan de fiar parecía el dueño?

También es verdad que algunos bares engañan desde fuera y parecen acogedores y que hay clientes pero luego... Una vez en Melilla que fui por trabajo me llamó con la carta en la mano un tipo de un kebab y yo tras salir de un cliente pesado a las 16h tenía un hambre que flipas así que dije venga me meto que seguro que aqui los harán mejor que en Barcelona. Cuando entré parecía que solo había familiares suyos y los niños aún pero los adultos tenían un aspecto patibulario que salí inmediatamente de nuevo por la puerta. El que me había ofrecido entrar era el de aspecto más amable. Además que las puertas eran de estas de cristal opaco que quien pase por la calle no ve nada de lo de dentro.
 
Última edición:
Nunca había oido hablar de este caso. ¿Tan mala era la discusión que ella prefería meterse en un bar con un desconocido a estar al lado de su novio?
Eso es lo raro, yo la verdad por una discusión con una pareja o amistad no entro en un bar de un desconocido a menos que ya haya llegado a las manos. De hecho desconfío cuando discuto con mi pareja y aparecen entrometidos.

Una vez estábamos discutiendo en el coche sin darnos cuenta al ser de noche de que había una vieja del visillo justo delante medio asomando de un portal, tuvimos que bajar el tono como cinco minutos (la cosa llegó al punto de soltar algún manotazo en el salpicadero del coche por la irritación pero ni de coña iba a llegar a las manos). No sea que la señora llamara a la policía y tuviéramos que estar ahi 20 minutos dando explicaciones.
 
Si, esa es otra. Por mucho que sea tu novia el instinto de autoconservación hace mucho. ¿Por que entraría la chica en el bar? ¿Tan de fiar parecía el dueño?

También es verdad que algunos bares engañan desde fuera y parecen acogedores y que hay clientes pero luego... Una vez en Melilla que fui por trabajo me llamó con la carta en la mano un tipo de un kebab y yo tras salir de un cliente pesado a las 16h tenía un hambre que flipas así que dije venga me meto que seguro que aqui los harán mejor que en Barcelona. Cuando entré parecía que solo había familiares suyos y los niños aún pero los adultos tenían un aspecto patibulario que salí inmediatamente de nuevo por la puerta. El que me había ofrecido entrar era el de aspecto más amable. Además que las puertas eran de estas de cristal opaco que quien pase por la calle no ve nada de lo de dentro.
Por una discusión con tu pareja no parece muy normal meterte a un local "a protegerte", no?
Otra cosa es si estás indispuesto/a, enfermo, desmayado y confías en la buena fe de la gente (que visto lo visto, ya poca)

Cuando yo empezaba a salir de noche, siendo jovencita, bebí más de la cuenta y cuidada mis amigas estaba contra un muro que no sabía si echaría la papilla o no. En un momento dado un hombre desde un local y me dice que entre, que entre. Una amiga fue más avispada que yo y le dijo que no, que me dejase en paz. El local era un prostíbulo. El hombre quizá solo tenía buena voluntad pero viéndolo ya serena pues no sé...
 
Nunca había oido hablar de este caso. ¿Tan mala era la discusión que ella prefería meterse en un bar con un desconocido a estar al lado de su novio?
Intento ponerme en la situación teniendo en cuenta que, por lo que se sabe, ellos no tenían una relación mala (en el sentido de que él la maltratase o algo así). Supongo que simplemente discutían y ella, queriendo "escapar", como cuando coges la puerta y te vas, pensó que no sería mala idea entrar en el local para poner distancia por unos minutos. Qué pena que diese con un auténtico perturbado. Tan joven, en una situación tal tonta, y asesinada por un chalado.
Imaginemos también cómo se quedaría el novio al abrirse esa puerta y encontrarse a la pobre chica allí tirada en un charco de sangre... Es que es alucinante el desarrollo de los acontecimientos. Dan escalofríos pensar en que todo puede torcerse tanto en unos segundos.
 
Intento ponerme en la situación teniendo en cuenta que, por lo que se sabe, ellos no tenían una relación mala (en el sentido de que él la maltratase o algo así). Supongo que simplemente discutían y ella, queriendo "escapar", como cuando coges la puerta y te vas, pensó que no sería mala idea entrar en el local para poner distancia por unos minutos. Qué pena que diese con un auténtico perturbado. Tan joven, en una situación tal tonta, y asesinada por un chalado.
Imaginemos también cómo se quedaría el novio al abrirse esa puerta y encontrarse a la pobre chica allí tirada en un charco de sangre... Es que es alucinante el desarrollo de los acontecimientos. Dan escalofríos pensar en que todo puede torcerse tanto en unos segundos.
Aquí explican el tema mejor. El chico no se quedó impasible mientras el otro se marchaba con su bici si no que fue a pedir ayuda a una panadería y las dependientas prefirieron no arriesgarse yendo con él al bar si no que le recomendaron llamar al 112. Normal por otra parte. En esos minutos en que estaba en la panadería fue cuando el del bar se marchó y se dejó la puerta abierta.

En otro periódico dicen que por lo alterado que estaba los comerciantes de la zona tomaron al novio por alguien con problemas mentales y supongo que al principio no le harían demasiado caso. Era en la zona del Paralelo y por allí hay mucho colgao.

En otro foro empezaron a montarse muchas teorías cuando pasó, que si había intentado abusar de la chica y al resistirse la mató, que a lo mejor cuando abría a deshoras de madrugada era para vender droga y ella vio algo que no debía ver. Sobre esta última teoría decir que el asesino tenía varios pisos turísticos puestos en airbnb teóricamente comprados con ingresos de negocios que tuvo antes pero a saber. Y un piso en Barcelona vale una pasta. Pero yo la veo casi imposible, si la chica entró solo un minuto no creo que tenga la droga expuesta en la barra del bar junto a la sal para verla. La teoría más simple parece la más probable, que le dio algún brote.

 
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