Cortesía @AMBERS
OPINIÓN
Azul & Rosa
Sus altezas reales se devalúan
- 2 DIC. 2017 09:24
¡Qué lejanas, antiguas y ridículas quedan hoy aquellas palabras de Don Juan de Borbón, conde de Barcelona, a propósito del futuro sentimental de su nieto, el entonces Príncipe Felipe y que fueron recogidas por Alfonso Ussía, uno de los pocos monárquicos de corazón y de cabeza que hay en España. Si decidiera publicar sus memorias, que las tiene escritas ¡cuántas cosas desvelaría! (convéncele, querida Ymelda). En aquella época el Heredero andaba muy enamoriscado de Isabel Sartorius, su primer amor, sobre el que se hablaba y escribía demasiado. "Los que le animan a mantener la relación con esa chica tan simpática, la destrozarán en su primer fallo, porque no está educada ni preparada para ser reina". Algunos de aquellos consejos sentimentales eran más propios de matrimonios de Estado que ya no se llevan: "La futura reina no puede tener pasado porque éste siempre será presente". Y lo razonaba con estas sabias palabras: "Un español siempre encontrará un argumento para justificar un error personal del rey. Pero es mucho menos generoso con los tropiezos o el pasado de la consorte". Lo estamos viendo. Afortunadamente, el abuelo murió antes de que su nieto se casara con quien quiso aunque, a lo peor, no con quien debía. Como en todas las familias reales. Desde que los príncipes comenzaron a casarse por amor y, además, con divorciadas, el título de Alteza Real que la abuela Isabel II le otorgara a la muchacha está devaluado.
Otra Letizia en Buckingham
El anuncio del compromiso matrimonial del príncipe Harry, quinto en la línea de sucesión al trono del Reino Unido, con la joven norteamericana Meghan Markle, no ha sorprendido a la opinión pública británica, curada de espantos sentimentales. No de ahora sino desde que Eduardo VIII se enamoró de otra americana, Wallis Simpson, dos veces divorciada. No sólo abdicó sino que se marchó de Inglaterra para no regresar. Pero han pasado... 80 años y en todas las Casas Reales europeas reyes, reinas, príncipes y princesas herederas, se han enamorado y casado con quienes han querido, en la mayoría de los casos con quienes no debían. Empezando por la familia real británica: Carlos con Diana; Ana con Mark Phillips, Andrés con Sarah y Margarita con Tony. Todos acabaron en divorcio.
Que la prometida de Harry sea una mujer divorciada, amén de mestiza y artista de polémico pasado, ya no tiene importancia. Como tampoco la tuvo que Felipe se casara con Letizia Ortiz Rocasolano, divorciada y de apasionado pasado. Pero, a diferencia del profesor Alonso Guerrero, el ex de la consorte española que hizo mutis por el foro manteniendo un digno y ejemplar silencio después de nueve años de relación y dos de matrimonio, Trevor Engelson, el productor de cine y ex de Meghan Markle, con quien estuvo casada dos años después de convivir también nueve, tiene ya en marcha su venganza. Se trata de una serie para la televisión sobre la historia de un norteamericano divorciado cuya esposa se casa con un príncipe británico. Hasta aquí, tal cual. Pero con el fin de añadir más morbo al relato, la joven aporta al matrimonio un hijo cuya custodia ha de compartir entre el padre norteamericano y la familia real de la protagonista.
Lo que preocupa a la Familia Real son las imágenes, más que eróticas, pornográficas, de la futura alteza real, en el papel de Rachel Zane, en la famosa serie Suits y sus relaciones sexuales en el despacho de abogados donde trabaja. Imágenes tórridas de ella en bragas cuando no desnuda con su pareja en la cama.
Pues yo no la veo parecida a Letizia. Por empezar en su primera aparición pública Meghan no interrumpió a su marido y lo dejó mal parado. Por el contrario, los presentes en los actos en los que participó en el día de ayer comentaron que ella lo dejaba a hablar a Harry.
No sigo, porque este hombre machista me causa náuseas...