Con su matrimonio, la princesa Carolina no sólo emparentaba con algunas de las dinastías más antiguas de la realeza europea sino que, además, pasaba a ser Soberana del antiguo reino de Hannover
Se puede decir que a los cincuenta, surge una nueva Carolina, más alejada del protagonismo social de otras etapas de su vida y centrada en la ayuda a los más desfavorecidos