🟠 Bernardo Montoya declarado CULPABLE por el asesinato de la profesora Laura Luelmo, en Huelva.

seguro que esos nueve kms no los recorrió ella por las horas de luz...
tendría previsto llegr antes de las 6 que anochece..
el teléfono llegó hasta ese punto en coche...
No sé puede comprobar si subio en coche?en el caso Diana se comprobó que no había recorrido a pie la distancia por la velocidad a que el móvil se cambia y conectaba de antena...no se si en este pueblo conecta a la misma antena y es imposible comprobar si subió en coche? No sé si me explico (n)
 
Tampoco quizá en esa zona había mucho donde elegir.
En los pueblos de mis padres más o menos de esa población,no hay prácticamente pisos y menos de alquiler.
Llegaría allí,le ofrecerían esa casa y la alquilarla sin más.
Para 15 días imagino que tampoco se comió mucho la cabeza y le daría igual haberse ido a un pueblo mas lejano.
 
Tal cual, si te pasa algo todo el mundo y porque no hizo tal y porque fue allí y porque no avisó etc pero como vayas de primeras con esas precauciones te toman todos por exagerada si no pirada. Está todo lleno de "cuñados", nunca podemos acertar.

Cuando eres muy joven no quieres que te tachen de exagerado o demasiado prudente. Pasada cierta edad te importa un pimiento que te tachen de lo que sea. Lo primero es tu seguridad.

Cuando yo era muy joven me fijaba siempre en las salidas de emergencia y recorridos de evacuación de las discotecas y me negaba a ir a algunos bares que eran ratoneras.

Con 18 años chocaba un poco ser alguien tan interesado en mirar primero las salidas antes que ir a la barra a por un cubata pero mi padre es arquitecto y trabajó para el Ayuntamiento de Madrid y conocía cada sitio de ocio peligroso. Me pegó su deformación profesional.

En definitiva. Tampoco era plan de ir a la casera como una cotilla. Simplemente preguntarle por los cuatro vecinos del callejón. Por tener una referencia..
 
https://www.elespanol.com/reportaje...-alfa-romeo-asesino-acosador/361214436_0.html

Nadie avisó a Laura de que su vecino del Alfa RomeoRomeo negro era un asesino y acosador
  • Según 'Diario Huelva', la Guardia Civil contactó con el sospechoso dos días después de la desaparición de Laura.
  • El vecino encarcelado salió de prisión hace tan sólo un mes tras cumplir dos condenas y se instaló en El Campillo en una casa vecina a la desaparecida.
  • La vivienda que había alquilado la profesora la habían construido los padres del sospechoso, miembros de una familia gitana.
  • Un vecino de Laura asesinó a una mujer y quiso violar a otra.
17 diciembre, 2018 02:14
  1. LAURA LUELMO
  2. PERSONAS DESAPARECIDAS
  3. HUELVA
Eduardo del Campo @EdelCampoCortes El Campillo (Huelva)
Hay un hombre peligroso en paradero desconocido y todo El Campillo (Huelva) apunta a que el huido puede ser el culpable de la desaparición forzada de la profesora Laura Luelmo, de 26 años, a la que no se ve con vida desde que el miércoles volviera a la casa alquilada donde vivía, justo enfrente, a cinco metros, de la de este vecino con antecedentes por asesinar a una mujer y asaltar con un cuchillo a otra. Responde a las iniciales de L. M., tiene unos 50 años, pelo corto, perilla, y conduce, según los vecinos de la calle Córdoba de El Campillo, un coche Alfa Romeo negro que también, como él, se ha esfumado.

Sin rastro de L. desde el mismo día en el que desapareció la profesora, aunque según el medio regional Diario de Huelva, la Guardia Civil sí ha contactado "al menos dos días después" de la desaparición de Laura con este vecino también en paradero desconocido después de que hace un mes saliese de la cárcel tras cumplir pena por dos delitos.






Es un agresor reincidente y en el pueblo ya se cree que está también tras la desaparición de la joven profesora. Laura Luelmo llegó hace dos semanas de su Zamora natal, en la otra punta de España, para cubrir como interina una sustitución dando clases de Plástica en el instituto de Secundaria Vázquez Díaz del vecino municipio de Nerva, a 8 kilómetros de aquí.

El azar la llevó a alquilar la casita del número 13 de la calle Córdoba, justo frente de una vivienda pequeña y descuidada, la del número 1, donde vivía desde hace menos de un mes L., que acababa de salir de la cárcel tras cumplir dos condenas: una, de 15 años, por asesinar a puñaladas a M.C.M.C., una mujer en el cercano pueblo de Cortegana en el año 2000, a la que había robado; otra, de tres años, por asaltar con un cuchillo a S.H., una vecina de El Campillo en abril de 2008, en un aparente intento de violación, mientras disfrutaba de un permiso penitenciario durante el cumplimiento de la pena por el crimen anterior.

L. vivía, a solas, desde hace menos de un mes en la casa que sus padres compraron hace años en El Campillo después del crimen cometido por su hijo en Cortegana. A su regreso de la cárcel pasaba desapercibido. El hombre de aspecto descuidado, con melena rizada, barba y olor a suciedad y alcohol al que vieron por aquí en 2008 cuando disfrutaba de un permiso penitenciario y asaltó a otra mujer del pueblo lucía ahora pelo corto y barba cuidada y parecía sobrio.

El sospechoso de la desaparición de Laura fue condenado por asesinar a una mujer e intentar violar a otra

No llamaba la atención. No reparaba nadie en su pasado. No lo señalaban ni lo veían sospechoso. Incluso la víctima del asalto frustrado de 2008 no sabía, hasta que el pasado viernes saltó la alarma por la desaparición dos días antes de la profesora, que el hombre que le puso un cuchillo en el cuello en el parque diciéndole “no chilles y tira pa`bajo” y del que escapó gracias a su perro había cumplido la pena y había regresado a El Campillo.

La casa de Laura llevaba años vacía
La casa donde se había instalado Laura llevaba años vacía. Ella era, dicen los escasos vecinos de la calle, la primera inquilina. La casa de alquiler de ella, la del número 13, la habían construido sobre un solar los padres de L., miembros de una familia gitana de Cortegana, cuando compraron la del número 1 donde ahora vivía su hijo tras salir de prisión. Luego se la vendieron a otra mujer, que ha sido la que se la alquiló a la profesora zamorana.

Desde la ventana de su cuarto, donde hay una cama con el colchón a la vista cubierto de sábanas y mantas revueltas, L. podía ver al otro lado de la calle, al alcance de la mano y la mirada, la puerta de la vivienda donde acababa de llegar la joven y guapa vecina nueva. La vería sin duda estos días volver del instituto de Nerva donde había empezado a dar clases el 4 de diciembre. Y la vería salir por la tarde a pasear o correr con ropa deportiva por los alrededores de El Campillo, pueblo de 2.000 habitantes de la comarca minera de Huelvaenclavado en una colina desde la que se dominan grandes vistas de la sierra de Aracena y las cortas de las antiguas minas a cielo abierto de Riotinto.

Es normal que le hablara: era su vecina y la casa la habían construido sus padres. ¿Se ofreció a llevarla en coche? ¿La asaltó en la calle, como hizo con la vecina de 2008? ¿O se colaría en su casa, como hizo con la mujer de Cortegana a la que esperó escondido en la vivienda de su madre en 2000 tras meterse por una ventana? En ese primer crimen, le había robado pertenencias del bolso a la infortunada mujer en un bar; ella se percató, salió a buscarlo a la calle de noche y le recriminó el robo, que él negó; la mujer fue a denunciarlo a la guardia civil y cuando un amigo la trajo a casa de su madre, se encontró al entrar al ladrón de un rato antes, L., que la esperaba escondido y armado con el cuchillo con el que la degolló.

L. tiene un hermano gemelo, B.M., que también estuvo en la cárcel por asesinato. B., que llegó con su gemelo L. y sus padres desde Barcelona a mediados de los 90 a Cortegana, donde había una comunidad gitana de unas 250 personas, como ellos, entró a robar en casa de una vecina del pueblo de 80 años, en 1995. La anciana lo sorprendió y él la apuñaló en el cuello y huyó. La mujer sobrevivió y lo denunció. Cuando quedó libre a la espera de juicio, volvió a casa de su víctima y la mató. Cinco años después, su hermano L. al que ahora buscan por la desaparición de Laura Luelmo, mató a otra vecina de Cortegana, M. C., igualmente apuñalándola en el cuello.

Siguen buscando el cuerpo de Laura. Su marcha voluntaria está descartada y la posibilidad de un accidente mientras paseaba no se sostiene, dicen los vecinos, porque los caminos no son abruptos. Todo apunta a que L. se cruzó en su vida para segarla. Nada ni nadie avisó a la profesora de que había venido a vivir frente a un agresor reincidente de mujeres. La señal del móvil de Laura, desde el que habló por última vez con su novio a las cuatro de la tarde del miércoles, se pierde a nueve kilómetros al norte del pueblo, junto al pantano de Campofrío, donde la buscaban este domingo agentes de seguridad y voluntarios. Si alguien la hubiera metido en un coche y hubiera huido con ella, viva o muerta, hacia el norte, habría tenido que pasar por aquí, por la carretera que lleva a Aracena.

Cuando amanezca, la seguirán buscando. Su familia venida de Zamora espera noticias alojada en una vivienda en la calle Antonio Machado ofrecida por el ayuntamiento. Para encontrarla, primero deberían hallar a su vecino L.. Él puede tener la clave.
 
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Cuando eres muy joven no quieres que te tachen de exagerado o demasiado prudente. Pasada cierta edad te importa un pimiento que te tachen de lo que sea. Lo primero es tu seguridad.

Cuando yo era muy joven me fijaba siempre en las salidas de emergencia y recorridos de evacuación de las discotecas y me negaba a ir a algunos bares que eran ratoneras.

Con 18 años chocaba un poco ser alguien tan interesado en mirar primero las salidas antes que ir a la barra a por un cubata pero mi padre es arquitecto y trabajó para el Ayuntamiento de Madrid y conocía cada sitio de ocio peligroso. Me pegó su deformación profesional.

En definitiva. Tampoco era plan de ir a la casera como una cotilla. Simplemente preguntarle por los cuatro vecinos del callejón. Por tener una referencia..
Eso ya va depende del caracter de cada uno, si a mi me pasase tampoco se lo hubiese contado a la casera, sí a mis amigos por ejemplo, y a la casera se lo hubiese comentado si me cruzo con ella, pero llamarle para eso no. Nunca te imaginas que algo te pueden hacer.
 
El horario del IES es hasta las 3. Igual de 3 a 4 ella tenía la exclusiva o se quedó a comer. Una vez salió del trabajo llegó a casa y es normal salir un rato a dar un paseo para airearte....dicen que está muy afectada la profesora que le alquilo la casa que lo está pasando muy mal...que le brindo la casa cuando llegó
 
Eso ya va depende del caracter de cada uno, si a mi me pasase tampoco se lo hubiese contado a la casera, sí a mis amigos por ejemplo, y a la casera se lo hubiese comentado si me cruzo con ella, pero llamarle para eso no. Nunca te imaginas que algo te pueden hacer.
Claro, pero la casera es su compañera de instituto. Lo normal, si le alquila una casa es que los primeros días hablen de eso... oye, estás cómoda? Te falta algo? Has sabido encender el calentador? Has encontrado el supermercado?

No tenía que llamarla. Se veían. Yo si alquilo esa casita (que parece por fuera bastante cuchitril) me encargo de que mi inquilina esté a gusto los primeros días.
 
Floja?? Dónde la he llamado floja?? Ni que yo la estuviera culpando de nada.
Digo yo que digas eso¿?

Lo que tú dices es lo que hay en tu post Y tú sabrás lo que quisiste decir con eso y si no te gusta que se te replique no publikes que habiendo sido interina mochilera con 26 años veo muy de ingenua y limitada tu reacción..

«he sido interina mochilera con 26 años, veo muy de ingenua eso de irse sola a una casa baja a un pueblo a ocho kilómetros del instituto. Está chica sería muy bohemia, se fliparia con lo de vivir en el campo, con toda la libertad del mundo»

O sea chavala.. cuando te ibas de interina, ibas en petit comité?? O cómo quieres decir que hay que hacerlo¿? Aaah te refieres a que llegaste a ser usuaria de distintas lineas de metro pa llegar al curro de turno¿?

[Bueno.. que en verdad me la suda pero como te has echado la rabieta te he prestado atención..]
 
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