Me encanta tu testimonio. Mira como tu cuñada era un papo flojo que en tampoco recogía la mesa. Me recuerda a la hermana de mi ex, que la tía tenía piso propio cerrado a cal y canto con 31 años y no quería vivir en él "Por no estar sola" (¿para qué te lo compras?) y se apalancaba en las casas de sus hermanos mayores y no compraba ni barras de pan, ni limpiaba ni muchísimo menos cocinar porque creo que eso no sabe ni lo que es. Mis ex suegros del norte norte español de tierra conocida por su "modernez" y vanguardismo cantábrico. Ahí la que se partía el lomo para trabajar dentro y fuera de la casa era la madre, mi ex curraba como un campeón pero fuera de la casa y a las horas que venía no iba a ponerse a hacer mucho, pero la vaga de la hermana que yo el tiempo que estuve con él no la vi trabajar, es que ni pasar un trapo para limpiar el polvo. Luego iba de emponderada feminista.
Tu padre igual que el mío: hijos de mujeres que trabajan. Mi padre es andaluz como mi madre, del mismo pueblo, mi padre y mis tíos todo se lo hacían de pequeños, y encima mi padre siendo el menor viendo como sus padres y hermanos trabajaban, vamos, espabilado desde enano. En casa de mis abuelos si alguien estaba trajinando no había nadie sentado a menos que se estuviera enfermo y en mi casa ha sido así.
No importa este off topic, pero me cansa ya muchísimo que se hable del machismo andaluz y se tenga al norte puesto como ejemplo de algo. Ya no vivimos, afortunadamente, en los tiempos de cortijos y sus señoritos. Y recuerdo siempre que en la Edad Media cuando en Europa se ejecutaban a inocentes acusados de brujería en Córdoba, capital del sur de Europa, iban milenios adelantados y no por los moros, sino por el brutal intercambio de ideas de tres culturas conviviendo juntas con un fuerte legado romano, el mérito era de muchos, no de una minoría.
