Ha fallecido Rita Barberá

La hermana y el sobrino lloraban de impotencia y la hermana dice que respiraba dificultosamente toda la noche y no se le ocurre llamar a una ambulancia y llevarla a un hospital, madre mía que pocas luces, si esa mujer la hubieran llevado el día anterior cuando llegaron a un hospital probablemente se habría salvado.

Qué raro.
 
Pues huele mal, a carne putrefacta,:vomit: pero hay quien las come porque no es venenosa. A mi me gustan las setas cocinadas en la mesa, pero ésta....pues no. Y el nombre le va que ni pintado.:LOL:
Cual es su nombre?
 
Raro de narices. Yo lo comentaba con mi familia. Joer que si estoy chunga y me encuentro mal, voy al médico.
Le debió dar arrechucho por la noche, con llevarla a Urgencias habían hecho algo.
Es fácil hablar a toro pasado, y supongo que bien que se arrepentirán de no haberla llevado. Pero que te pille un infarto en una sala de Urgencias y que te de en un Hotel supone la diferencia entre vivir o morir.
 
La hipócrita beatificación de Rita Barberá
Médico y escritor
Alberto Soler Montagud


25 de Noviembre de 2016(17:01 h.)
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El pérfido Rafael Hernando, no ha tenido vergüenza al considerar a los medios de comunicación como unos carroñeros dispuestos a linchar a Barberá para enriquecerse

Nunca es buen momento para morirse, pero abandonar la vida de modo súbito, en la soledad de la habitación de un hotel —aunque sea de cinco estrellas–, poco antes de que amanezca un madrileño día gris, lluvioso y lejos del hogar, debe ser tan patético como doloroso es que acuda a la mente, en los últimos momentos de lucidez, la premonición de que los mismos compañeros que te vendieron por treinta monedas de desprecio, respiren de pronto aliviados, culpen a los periodistas de tu muerte, digan que te expulsaron del partido solo por protegerte y tras tu tránsito al presunto más allá, te conviertan en una santa con la fingida compunción y el alivio que les produce tu definitiva ausencia.

Desconozco el historial clínico de Rita Barberá Nolla, e ignoro si tenía cifras elevadas de colesterol, era hipertensa, padecía diabetes o alguna enfermedad cardiovascular (todos ellos factores de riesgo que predisponen a la muerte súbita por infarto de miocardio), pero sí que me consta, como mero observador de la realidad, que la exalcaldesa de Valencia era fumadora, solía beber alcohol, tenía sobrepeso y sobre todo atravesaba una depresión y estaba sometida a un intenso estrés desde que la investigaban por presuntos delitos de blanqueo y financiación ilegal del PP valenciano, motivos más que suficientes para sufrir un infarto súbito como el que le ha arrebatado la vida. Todo ello agravado por la humillación de que a alguien que lo tuvo todo y detentó un inmenso, despótico y populista poder, sus compañeros y amigos del alma la conminaran a abandonar el partido —su partido— y a renunciar a su escaño de senadora, compeliéndola a autoexiliarse —en defensa propia— al grupo mixto, allí donde acaban sus días de vida pública tantos proscritos que buscan en el aforamiento un aplazamiento que dulcifique la espera, hasta que la justicia humana dictamine cual será su futuro.

Apenas difundida la noticia del fallecimiento de la senadora Barberá, se politizó la muerte de quien fuera un auténtico animal político que, de la noche a la mañana, dejó de ser un referente icónico para convertirse en objeto de linchamiento, cacería y persecución por parte de su propio partido. Recordemos que el mismo Mariano Rajoy, que el día de su muerte se mostraba tan apenado y casi lacrimoso, no hace tanto la ninguneaba con la excusa de que ella “ya no es del PP”, un desprecio no tan explícito como el de Javier Maroto cuando dijo que “Rita Barberá no tiene dignidad”.

Sin embargo, la praxis política es tan hipócritamente farisaica y tan capaz de convertir unas declaraciones vilipendiantes en laudatorias, que los mismos que condenaron a Rita Barberá en su última etapa, tiran ahora balones fuera y culpabilizan a los medios y a las redes sociales de su muerte (“No se lo merecía, estaba destrozada. Los periodistas y los tuiters la habéis condenado a muerte”, dijo Celia Villalobos tras conocer la noticia del fallecimiento de su amiga). Es como si de pronto, al PP le remordiera la conciencia y se rasgaran las vestiduras adhiriéndose a hipócritas homenajes a una mujer que fue consciente de las criticas de sus adversarios pero, probablemente, nunca se esperaba la traición de los suyos, a muchos de los cuales les supondrá un alivio que Rita se haya llevado a la tumba todo lo que calló por no tirar de la manta. No obstante, queda por saber si la señora Barberá dejó alguna prueba incriminatoria que la familia de la difunta —palmariamente beligerante contra el PP por el trato dispensado a la exalcaldesa— podría utilizar para preservar su memoria con la dignidad que ellos quisieran que se la recordara.

El pérfido Rafael Hernando, no ha tenido vergüenza al considerar a los medios de comunicación como unos carroñeros dispuestos a linchar a Barberá para enriquecerse. Con un cinismo kafkiano, Hernando —uno de los que mas cargó contra Rita Barberá en su declive— dijo tras su muerte, que expulsarla del PP fue tan solo para “protegerla” y evitar su "linchamiento", y que pese a todo "las hienas de Cuatro y de La Sexta siguieron mordiéndola y llenándose los bolsillos gracias a que en sus cadenas se practica un periodismo de acoso y escrache".

Cuantos hipócritas y rastreros populares lloran hoy lágrimas de cocodrilo, mientras destilan por sus comisuras babas lenitivas fruto del consuelo que les supone saber que esta mujer, a la que es posible que canonicen, ha dejado de ser un peligro. «Ojalá le diera también un infarto a Bárcenas!!», habrá pensado más de uno.

Valga como colofón un epitafio lapidario que acude sin más a mi mente y según el cual la muerte nunca tendría que dignificar, absolver ni mucho menos otorgar la razón que en vida no se supo o no se pudo defender. Pero tampoco la muerte debería ser nunca motivo de regocijo, de mofa ni de resarcimiento.

Por otro lado (y esto lo incorporo como anticipo de un nuevo artículo), consideremos que la elegancia y la calidad humana se demuestran respetando, aunque sea con indiferencia, incluso la memoria de aquellos que en vida no fueron respetuosos ni hicieron méritos suficientes para alcanzar la dignidad. Que tome buena nota de ello quien deba, sobre todo quienes no consideraron oportuno guardar un minuto de silencio por Rita Barberá y sí que lo hicieron por el etarra Periko Solabarría, fundador de Herri Batasuna a quien calificaron de "histórico militante de la izquierda abertzale, que no dio descanso de las luchas y movimientos sociales manteniendo su compromiso y activismo hasta el último momento" en la asamblea que Podemos celebró en Baracaldo en julio de 2015.

http://www.nuevatribuna.es/opinion/...cacion-rita-barbera/20161125165017134171.html
 
L
Una explicación es que pensarán que el "güisquito" se le había subido un poco, y les diera corte llamar a un médico o llevarla a un hospital.
Llevaba todo el día sin encontrarse bien, no fue al Senado. Es todo un día y la madrugada siguiente pudiendo ir al médico y ni ir ella ni llevarla sus familiares. Y de madrugada ahogándose, respirando dificultosamente y siguen sin llamar al médico, pero esto quién lo va a entender! Y sobre todo... quien se lo va a creer.
 
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Raro de narices. Yo lo comentaba con mi familia. Joer que si estoy chunga y me encuentro mal, voy al médico.

Muy raro, desde luego. Una conducta muy anòmala, tanto, que da que pensar que no fuè como han contado. Quizà no "respiraba dificultosamente", quizà sì que llamaron a algùn mèdico, que a saber què viò y no pudo hacer nada; quizà sea la versiòn "concordada"; quizà sea una versiòn poco creìble, ofrecida a propòsito por la familia, para darnos a entender que no pueden hablar de lo que pasò realmente.
 
L
Llevaba todo el día sin encontrarse bien, no fue al Senado. Es todo un día y la madrugada siguiente pudiendo ir al médico y ni ir ella ni llevarla sus familiares. Y de madrugada ahogándose, respirando dificultosamente y siguen sin llamar al médico, pero esto quién lo va a entender! Y sobre todo... quien se lo va a creer.
Una persona muy cercana de mi familia iba tranquilamente paseando. Notó una sensación extraña, con dolor en el pecho y el hombro.....cogido un taxi y a urgencias. Fue un infarto y se recuperó del todo.
Lo curioso es que dice que "sabía" que era un infarto.
Lo de los familiares de Rita, inexplicable.
 
Una persona muy cercana de mi familia iba tranquilamente paseando. Notó una sensación extraña, con dolor en el pecho y el hombro.....cogido un taxi y a urgencias. Fue un infarto y se recuperó del todo.
Lo curioso es que dice que "sabía" que era un infarto.
Lo de los familiares de Rita, inexplicable.
Y la propia conducta de Rita Barberá, nos dicen que se encuentra tan mal que llama a la hermana que tiene que venir de Valencia me parece, y a continuación no se van al médico? O por qué no fue ella si tan mal se encontraba, por que no pidió ayuda al hotel?
 
Una persona muy cercana de mi familia iba tranquilamente paseando. Notó una sensación extraña, con dolor en el pecho y el hombro.....cogido un taxi y a urgencias. Fue un infarto y se recuperó del todo.
Lo curioso es que dice que "sabía" que era un infarto.
Lo de los familiares de Rita, inexplicable.
Yo no se como es un infarto, quiero decir, como es el dolor o la sensación. Pero se que si me encuentro jodida voy al médico. Y desde luego, si veo a una mujer de mi familia, con casi setenta, fumadora, que le da al bebercio, con estrés, fatigada y que se encuentra mal, pues tiro pal Ramón y Cajal o el que más cerca me quede.
 
Muy raro, desde luego. Una conducta muy anòmala, tanto, que da que pensar que no fuè como han contado. Quizà no "respiraba dificultosamente", quizà sì que llamaron a algùn mèdico, que a saber què viò y no pudo hacer nada; quizà sea la versiòn "concordada"; quizà sea una versiòn poco creìble, ofrecida a propòsito por la familia, para darnos a entender que no pueden hablar de lo que pasò realmente.
Llamaron al Samur, tarde. No creo que sea una verdad oficial. Creo que no valoraron lo mal que estaba. Desde luego estoy segura de que hicieron cuanto pudieron por ella. Tomaron las decisiones que creyeron más adecuadas. Quizá Rita no quería salir del Hotel, quizá no quiso ir al Hospital. No se... es raro... Si te sientes morir es como instintivo.
A nadie le gusta ir a Urgencias, pero hay ocasiones en que no hay otra.
 
Yo no se como es un infarto, quiero decir, como es el dolor o la sensación. Pero se que si me encuentro jodida voy al médico. Y desde luego, si veo a una mujer de mi familia, con casi setenta, fumadora, que le da al bebercio, con estrés, fatigada y que se encuentra mal, pues tiro pal Ramón y Cajal o el que más cerca me quede.
Exactamente, basta que te encuentres tan mal (como dicen se encontraba ella para llamar a la hermana), para que vayas directamente al médico. Es kafkiana la versión que han dado.
 
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